Se
Concede una Bendición: La Ley del Karma
नारायणं नमस्कृत्य नरं चैव नरोत्तमम्
देवीं सरस्वतीं चैव ततो जयम् उदीरयेत्
महाभरत
Mahābharata
Una
versión de
Michael
Dolan, B.V. Mahāyogi
traducida en español por Teresa Loret de Mola, Tapanandini DD
Encantado
ante el prospecto de que su sacrificio alcanzara su meta, el gran Janamejaya se
sintió victorioso y dijo, “¡Oh muchacho brahmán!” Permite que te otorgue ahora
un favor. Ya que eres un culto erudito encantador y con sabiduría superior a la
de tu edad. Pide y tendrás tu deseo. Haré realidad tus sueños. Dime. ¿Qué quieres?
¿Una vaca? Dime. Le he ganado la batalla a Takshaka y te daré cualquier cosa
que quieras para la buena fortuna.”
SE
OTORGA UNA BENDICIÓN
En ese
momento, el niño brahmán Astika, el encantador sobrino de Vasuki, Astika el
hijo de Jaratkaru, vio que Takshaka estaba a punto de car al fuego del
sacrificio y dijo: “Oh Rey, tengo un deseo.”
“De qué
se trata hijo mío. Dilo” dijo el Rey
Y Astika
dijo, “Detén ahora este sacrificio.” Clamó tres veces hacia los cielos. “¡Alto!
¡Alto! ¡Alto!”
Ante
esta orden, Takshaka quedó suspendido en el cielo, se detuvo su caída con el
mantra místico y la bendición concedida a Astika por Janamejaya. Ahí quedó flotando en el cielo justo encima
del fuego del sacrificio.
Después
Astika dijo, “¡Oh gran rey! Si quieres otorgarme una bendición acaba con este
sacrificio y salva las vidas de las serpientes que aún quedan y las de sus
familias.”
Ante
esta solicitud, Janamejaya se sorprendió. Dijo: “¡Oh mi querido muchacho
brahmán! No has entendido. Takshaka es mi enemigo. Este sacrificio se ha
celebrado con el fin de destruirlo a él y a toda su especie. Él asesinó a mi
padre. Pide otra cosa. Pídeme oro, plata, vacas, pero por favor no me pidas que
detenga este sacrificio. He dado mi palabra de otorgarte cualquier bendición
que desees. No desees esto. ¿Cómo puedes detener este sacrificio?”
Y el
humilde brahmán Astika contestó, “No deseo ninguna de esas cosas. Yo soy un
brahmán soy el hijo del gran sabio Jaratkaru, pero mi madre también es llamada
Jaratkaru. Y ella ha nacido de los Nagas.”
Todos
los presentes quedaron asombrados al saber que un miembro de la familia de las
serpientes se había convertido en brahmán y que ahora estaba en la posición de
tomar la bendición del rey de detener el gran Sacrificio de las Serpientes. La
multitud calló y los brahmanes cesaron de entonar sus mantras.
“Por el
bienestar de la familia de mi madre, quiero que termine este sacrificio.”
Y
mientras la gran serpiente Takshaka flotaba suspendida sobre las flamas del
fuego del sacrificio el gran rey Janamejaya le suplicó al niño que cambiara de
opinión, pero Astika no se inmutó.
“Entiendo
que estés preocupado por el bienestar de tu familia,” dijo el rey, “pero un rey
ha de considerar leyes superiores, la ley del karma y el dharma. Ya que eres un
brahmán, haz de explicarme cómo detener
este sacrificio sirve a las leyes del karma y el dharma. Si no puedes,
entonces, ordenaré de inmediato al sacerdote que continúe con estos mantras y
Takshaka será arrojado a las llamas.”
Ante
esto, Astika dijo, “O justo, noble Janamejaya, hijo del gran Rey Parikṣit. Has
hablado correctamente y de acuerdo con las escrituras. Deja que explique mi
propósito íntimo. Tú eres descendiente del gran guerrero Arjuna. Su hijo Abhīmanyu
engendró a Parikṣit tu padre con Uttara. Tu reino está destinado a establecer
la paz en este mundo. Pero no puedes mantener la paz mientras continúas con las
reacciones kármicas del pasado. Es verdad que Takshaka mató a tu padre, pero él
únicamente vengaba un mal antiguo, cometido por tu familia, oh Rey.
VENGANZA
“Hace
mucho tiempo en los días anteriores a la guerra de Kurukṣetra, tu bisabuelo
Arjuna y sus hermanos los Pāṇḍavas, encabezados por el Rey Yudhiṣthira se
aproximaron al rey ciego de Hastinapura, Dhritarasthra por su parte del reino. En ese entonces había
una gran rivalidad entre los Hijos de Paṇḍu y los Hijos de Dhritarasthra. El
envidioso Duryodhana y sus hermanos hicieron todo lo posible por matar a los Pāṇḍavas,
usaron veneno, fuego y el exilio en vano. Por último los Kurus utilizaron la
astucia y la intriga política. Otorgaron tierra a los Pāṇḍavas en el desierto y
un bosque para construir ahí su propia ciudad y para que vivieran. El bosque
era llamado Khandava. Como la mejor tierra estaba en el bosque, los Pāṇḍavas
pensaron en limpiarlo. Y así, con la ayuda de Kṛṣṇa lo limpiaron quemándolo
completamente.
El
bosque no estaba deshabitado, sino que estaba habitado por muchas serpientes y
animales, incluyendo nuestros antepasados, los abuelos Naga de la gente
serpiente. Pero nadie sobrevivió al holocausto. Es bien sabido que Arjuna, el
arquero poderoso, usó su funda inagotable para construir una jaula de flechas
alrededor del bosque, Con la ayuda de Kṛṣṇa le prendieron fuego al bosque.
“En la
gran conflagración todas las almas que habitaban el bosque se quemaron hasta la
muerte. Arjuna y su fuego mataron ahí a toda criatura viviente. Nada escapó a
estas llamas. Todos los habitantes del bosque rakshasas, yakshas, nagas,
tigres, ososo, lobos, leones y serpientes que trataron de escapar del bosque
encendido perecieron en el holocausto. Algunos miembros de mi familia, los
nagas, lograron sobrevivir escondiéndose bajo tierra, pero al final se vieron
obligados a abandonar el bosque Khandava y
a hallar refugio en otro sitio.
“En el
terreno carbonizado que fuera hogar de mis antepasados Arjuna, junto con su
hermano Yudhiṣthira y los otros Pāṇḍavas construyeron Indraprastha, la ciudad
de leyenda sin paralelo. La magnífica Indraprastha era la envidia de príncipes
y reyes. El salón de reuniones de Yudhiṣthira fue visitado por los dioses.
Superaba hasta al propio palacio de Indra en belleza y gracia.
“Oh rey,
esta ceremonia es inspirada en el odio y la venganza. Una ceremonia tal no
podrá nunca satisfacer las leyes del dharma que están destinadas a restablecer
la paz y la armonía. Pero si la venganza es un principio religioso, haz de
saber que tu gran enemigo Takshaka está cosechando los frutos de las semilla de
venganza que fue sembrada en Khandava-prastha, El gran Arjuna, tu abuelo, causó
un terrible daño a todas las serpientes y a sus familias al quemarlas en el
holocausto de Khandava-prastha. En ese entones fuimos quemados por tu familia.
De nuevo la familia de los Pāṇḍavas se ocupa en quemar a los Nagas para vengar
la muerte de tu padre.”
Toda
acción tiene una reacción igual y opuesta. Esta es la ley del karma. Si continúas
con el sacrificio sólo crearás más reacciones terribles para el futuro. ¿Dónde
terminará? Pero si concluyes ahora el sacrificio, serás conocido como el hombre
de misericordia quien respeta el clamor de un humilde e indefenso brahmán.
Si
concluyes el sacrificio ahora, se te conocerá como quien puso fin a una plaga
de serpientes venenosas que aterrorizaban a la tierra, pero que salvó la vida a
las familias Naga cuyos antepasados incluyen al gran Vasuki quien ayudó a los
dioses y demonios a batir el océano de néctar y otorgar inmortalidad a los
dioses. Redime a Takshaka y él y su familia serán tus aliados, ahora y en las
futuras generaciones. Redime a Vasuki y estará endeudado, como yo ahora, porque
yo también soy miembro de los nagas. Pon un alto a este sacrificio brutal en
nombre de la paz y tu nombre siempre se vinculará con la paz.”
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