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Friday, March 8, 2019

Reflecciones sobre la conciencia




Bhagavad-Gita
Capítulo Dos
La Ciencia del Atma
Por Michael Dolan/ B.V. Mahāyogi
Traducido por Teresa Loret de Mola, Tapanandini DD



Al inicio de esta parte vemos al gran guerrero Arjuna lamentando los horrores de la guerra y exponiendo argumentos profundos en contra de la guerra. Basa sus ideas en el deber, en lo que es correcto. Pero tal como señalará Krsna, todas estas son verdades relativas. La guerra, como la paz, son relativas y aspectos temporales en la lucha de la existencia. Cuando se le preguntó a Sridhar Maharaja acerca de si debemos entrar en pánico acerca de la guerra nuclear respondió que este mundo es temporal. Lo que sucede aquí es de índole relativa, incluso la guerra. En el contexto de vida eterna, la guerra es un punto en una línea. Una línea en un plano, un momento en el tiempo y espacio infinito.

Pero Arjuna se concentra en los hechos que están a la mano. Quiere lo que es mejor para su familia, pero su familia es tóxica. Quiere la paz con sus primos, pero para un tirano como Duryodhana no hay salvación. Incluso los gurus, bhishma y Drona están corrompidos. Se han alineado del lado de la corrupción. Algunos de sus enemigos han tenido buenas razones para tomar el lado equivocado en la guerra familiar. Al final el resultado será el mismo. No se podrá evitar el baño de sangre. Aun así Arjuna está afligido.

El conflicto de la guerra en un importante sentido, es una metáfora para la batalla que enfrentamos diariamente. En este contexto, el Bhagavad-gītā nos ofrece una perspectiva de cómo ocuparnos en la lucha cotidiana.

Krsna explica que no se puede evitar la batalla. Arjuna no puede huir. La cobardía no es la solución. Especialmente para un guerrero de su estatura, pero incluso para el hombre ordinario. No podemos escapar del combate de la vida. Tenemos que hacer frente a nuestros conflictos, no escapar de ellos.
Krsna señala a Arjuna que el acto de ocuparse en la batalla puede provocar la muerte. Pero al final, todos los cuerpos son mortales. La mortalidad corpórea es inevitable. Pues para quien ha nacido, la muerte es certera. Si la batalla es un conflicto de vida y muerte, debemos ver a través de las líneas superficiales de la disputa hacia el problema central: la propia muerte y vida.

Si la muerte es inevitable para el cuerpo humano, el alma es inmortal. Krsna da una profunda explicación acerca de la naturaleza del alma, la espiritualidad y el atma.
El alma nunca puede ser cortada ni quemada ni secada. Sobrevive al cuerpo mortal. Y si somos inmortales, entonces la muerte no puede tocarnos. Arjuna ha planteado el problema del pecado y el karma. ¿Nos consumirá el pecado de asesinar después de la muerte?
Pero antes de abordar con la cuestión de cómo el karma marca el alma. Kṛṣṇa quiere establecer la propia permanencia del espíritu. Karma, después de todo, es una cuestión relativa que se discutirá a detalle. Pero el propio espíritu se halla por encima del karma.

¿Somos mortales o inmortales? Kṛṣṇa dice que somos inmortales, y esta es en realidad su primera enseñanza a Arjuna en el capítulo segundo del Bhagavad-gītā.
La conciencia es real. El alma existe. Invisible al ojo humano, infinitesimal. Incluso el sabio no puede discernir cómo es que opera la conciencia, cómo se conecta con el cuerpo y la mente, Y sin embargo Kṛṣṇa nos dice que el alma o atma es trascendental tanto a la mente como al cuerpo. La propia mente es una construcción de la conciencia eterna. Esta alma toma cuerpos y luego los abandona tal como nos ponemos ropajes en la mañana y nos los quitamos en la noche.

Él le dice a Arjuna que deje de lado esta moralidad ordinaria por un momento y considere la naturaleza eterna del alma. Al final, el alma no se ensucia ni por el mal karma, porque en el curso de mil vidas se cometen errores. Y el atma sobrevivirá más de mil veces mil vidas. Así que uno ha de ver el alma. Nuestro interés personal permanente es más importante que nuestro interés en la sociedad y la familia.

Nuestra próxima vida puede ser tan infernal como la actual o puede ofrecer un elevado nacimiento y recompensas celestiales. Pero todo el mundo material es un círculo vicioso, una rueda de nacimiento y muerte. Una consideración más elevada es la liberación del ciclo de reencarnación.
Kṛṣṇa tratará con más detalle estas preguntas en el resto de la conversación. Pero por el momento quiere que Arjuna dirija su atención del conflicto inmediato hacia las cuestiones de la vida inmortal.
Todos debemos pelear nuestras batallas cada día. No debemos amilanarnos ante la lucha, Pero el conflicto verdadero es la lucha por la vida eterna. Enredados en la vida diaria, perdemos de vista nuestro interés espiritual. Antes de que podamos comenzar a andar en la senda espiritual, debemos reconocer la existencia del alma eterna.

Kṛṣṇa explica la naturaleza del atma o alma de la siguiente manera:
Para el alma nunca hay nacimiento ni muerte. Habiendo sido una vez, nunca deja de ser. Es in-naciente, eterna, existe siempre, es inmortal, y primigenia. No es asesinada cuando el cuerpo muere. (Bhagavad-gītā 2.20)
El alma no puede ser cortada en pedazos, ni ser quemada por el fuego, ni humedecida por el agua, ni marchitada por el viento. (Bhagavad-gītā 2.23)
Esta alma individual es irrompible e insoluble, no puede nunca ser quemada ni secada. Siempre duradera, impregna todo, es inmutable, inamovible y al mismo tiempo eternamente la misma.   (Bhagavad-gītā 2.24)
El Bhagavad-gītā  es llamado en ocasiones el “Gitopanishad” puesto que los conceptos ahí expresados están dados en forma de semilla como verdades axiomáticas. La idea de que el Atma o alma individual es energía espiritual atómica consciente hace eco en la versión de los textos del ancestral Upaniṣads:
Si dividimos la punta de un cabello en cien partes y tomamos una y la dividimos en otras cien, la diezmilésima parte será la dimensión de la entidad viviente. Y esta entidad viviente es capaz de alcanzar al Señor ilimitado.
(Śvetāśvatara Upaniṣad 5.9) [1]
जायते म्रियते वा कदाचिन्
नायं भूत्वा भविता वा भूयः
अजो नित्यः शाश्वतो ऽयं पुराणो
हन्यते हन्यमाने शरीरे

na jāyate mriyate vā kadācin
nāyaṁ bhūtvā bhavitā vā na bhūyaḥ
ajo nityaḥ śāśvato 'yaṁ purāṇo
na hanyate hanyamāne śarīre


[2] नैनं छिन्दन्ति शस्त्राणि नैनं दहति पावकः
चैनं क्लेदयन्त्य् आपो शोषयति मारुतः

nainaṁ chindanti śastrāṇi nainaṁ dahati pāvakaḥ
na cainaṁ kledayanty āpo na śoṣayati mārutaḥ

[3] अच्छेद्यो ऽयम् अदाह्यो ऽयम् अक्लेद्यो ऽशोष्य एव
नित्यः सर्व-गतः स्थाणुर् अचलो ऽयं सनातनः

acchedyo 'yam adāhyo 'yam akledyo 'śoṣya eva ca
nityaḥ sarva-gataḥ sthāṇur acalo 'yaṁ sanātanaḥ

[4] बालाग्र-शत भागस्य शतधा कल्पितस्य
भागो जिवः विज्ञेयः चानन्त्याय काप्ते
bālāgra-śata bhāgasya śatadhā kalpitasya ca
bhāgo jivaḥ sa vijñeyaḥ sa cānantyāya kāpte

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