Bhagavad-Gita
Capítulo Dos
La Ciencia del Atma
Por Michael Dolan/ B.V. Mahāyogi
Traducido por Teresa Loret de Mola, Tapanandini DD
Al inicio de esta parte vemos al gran
guerrero Arjuna lamentando los horrores de la guerra y exponiendo argumentos
profundos en contra de la guerra. Basa sus ideas en el deber, en lo que es
correcto. Pero tal como señalará Krsna, todas estas son verdades relativas. La
guerra, como la paz, son relativas y aspectos temporales en la lucha de la
existencia. Cuando se le preguntó a Sridhar Maharaja acerca de si debemos
entrar en pánico acerca de la guerra nuclear respondió que este mundo es
temporal. Lo que sucede aquí es de índole relativa, incluso la guerra. En el
contexto de vida eterna, la guerra es un punto en una línea. Una línea en un
plano, un momento en el tiempo y espacio infinito.
Pero Arjuna se concentra en los hechos que
están a la mano. Quiere lo que es mejor para su familia, pero su familia es
tóxica. Quiere la paz con sus primos, pero para un tirano como Duryodhana no
hay salvación. Incluso los gurus, bhishma y Drona están corrompidos. Se han
alineado del lado de la corrupción. Algunos de sus enemigos han tenido buenas
razones para tomar el lado equivocado en la guerra familiar. Al final el
resultado será el mismo. No se podrá evitar el baño de sangre. Aun así Arjuna
está afligido.
El conflicto de la guerra en un importante
sentido, es una metáfora para la batalla que enfrentamos diariamente. En este
contexto, el Bhagavad-gītā nos ofrece una perspectiva de cómo ocuparnos en la
lucha cotidiana.
Krsna explica que no se puede evitar la
batalla. Arjuna no puede huir. La cobardía no es la solución. Especialmente
para un guerrero de su estatura, pero incluso para el hombre ordinario. No
podemos escapar del combate de la vida. Tenemos que hacer frente a nuestros
conflictos, no escapar de ellos.
Krsna señala a Arjuna que el acto de
ocuparse en la batalla puede provocar la muerte. Pero al final, todos los
cuerpos son mortales. La mortalidad corpórea es inevitable. Pues para quien ha
nacido, la muerte es certera. Si la batalla es un conflicto de vida y muerte,
debemos ver a través de las líneas superficiales de la disputa hacia el
problema central: la propia muerte y vida.
Si la muerte es inevitable para el cuerpo
humano, el alma es inmortal. Krsna da una profunda explicación acerca de la
naturaleza del alma, la espiritualidad y el atma.
El alma nunca puede ser cortada ni quemada
ni secada. Sobrevive al cuerpo mortal. Y si somos inmortales, entonces la
muerte no puede tocarnos. Arjuna ha planteado el problema del pecado y el
karma. ¿Nos consumirá el pecado de asesinar después de la muerte?
Pero antes de abordar con la cuestión de
cómo el karma marca el alma. Kṛṣṇa quiere establecer la propia permanencia del
espíritu. Karma, después de todo, es una cuestión relativa que se discutirá a
detalle. Pero el propio espíritu se halla por encima del karma.
¿Somos mortales o inmortales? Kṛṣṇa dice
que somos inmortales, y esta es en realidad su primera enseñanza a Arjuna en el
capítulo segundo del Bhagavad-gītā.
La conciencia es real. El alma existe.
Invisible al ojo humano, infinitesimal. Incluso el sabio no puede discernir
cómo es que opera la conciencia, cómo se conecta con el cuerpo y la mente, Y
sin embargo Kṛṣṇa nos dice que el alma o atma es trascendental tanto a la mente
como al cuerpo. La propia mente es una construcción de la conciencia eterna.
Esta alma toma cuerpos y luego los abandona tal como nos ponemos ropajes en la
mañana y nos los quitamos en la noche.
Él le dice a Arjuna que deje de lado esta
moralidad ordinaria por un momento y considere la naturaleza eterna del alma.
Al final, el alma no se ensucia ni por el mal karma, porque en el curso de mil
vidas se cometen errores. Y el atma sobrevivirá más de mil veces mil vidas. Así
que uno ha de ver el alma. Nuestro interés personal permanente es más
importante que nuestro interés en la sociedad y la familia.
Nuestra próxima vida puede ser tan infernal
como la actual o puede ofrecer un elevado nacimiento y recompensas celestiales.
Pero todo el mundo material es un círculo vicioso, una rueda de nacimiento y
muerte. Una consideración más elevada es la liberación del ciclo de
reencarnación.
Kṛṣṇa tratará con más detalle estas
preguntas en el resto de la conversación. Pero por el momento quiere que Arjuna
dirija su atención del conflicto inmediato hacia las cuestiones de la vida
inmortal.
Todos debemos pelear nuestras batallas cada
día. No debemos amilanarnos ante la lucha, Pero el conflicto verdadero es la
lucha por la vida eterna. Enredados en la vida diaria, perdemos de vista
nuestro interés espiritual. Antes de que podamos comenzar a andar en la senda
espiritual, debemos reconocer la existencia del alma eterna.
Kṛṣṇa explica la naturaleza del atma o alma
de la siguiente manera:
Para el alma nunca hay nacimiento ni
muerte. Habiendo sido una vez, nunca deja de ser. Es in-naciente, eterna,
existe siempre, es inmortal, y primigenia. No es asesinada cuando el cuerpo
muere. (Bhagavad-gītā 2.20)
El alma no puede ser cortada en pedazos, ni
ser quemada por el fuego, ni humedecida por el agua, ni marchitada por el
viento. (Bhagavad-gītā 2.23)
Esta alma individual es irrompible e
insoluble, no puede nunca ser quemada ni secada. Siempre duradera, impregna
todo, es inmutable, inamovible y al mismo tiempo eternamente la misma. (Bhagavad-gītā 2.24)
El Bhagavad-gītā es llamado en ocasiones el “Gitopanishad”
puesto que los conceptos ahí expresados están dados en forma de semilla como
verdades axiomáticas. La idea de que el Atma o alma individual es energía
espiritual atómica consciente hace eco en la versión de los textos del
ancestral Upaniṣads:
Si dividimos la punta de un cabello en cien
partes y tomamos una y la dividimos en otras cien, la diezmilésima parte será
la dimensión de la entidad viviente. Y esta entidad viviente es capaz de
alcanzar al Señor ilimitado.
(Śvetāśvatara Upaniṣad 5.9) [1]
न जायते म्रियते वा कदाचिन्
नायं भूत्वा भविता वा न भूयः
अजो नित्यः शाश्वतो ऽयं पुराणो
न हन्यते हन्यमाने शरीरे
na
jāyate mriyate vā kadācin
nāyaṁ
bhūtvā bhavitā vā na bhūyaḥ
ajo
nityaḥ śāśvato 'yaṁ purāṇo
na
hanyate hanyamāne śarīre
[2] नैनं छिन्दन्ति शस्त्राणि नैनं दहति पावकः
न चैनं क्लेदयन्त्य् आपो न शोषयति मारुतः
nainaṁ
chindanti śastrāṇi nainaṁ dahati pāvakaḥ
na
cainaṁ kledayanty āpo na śoṣayati mārutaḥ
[3] अच्छेद्यो ऽयम् अदाह्यो ऽयम् अक्लेद्यो ऽशोष्य एव च
नित्यः सर्व-गतः स्थाणुर् अचलो ऽयं सनातनः
acchedyo
'yam adāhyo 'yam akledyo 'śoṣya eva ca
nityaḥ
sarva-gataḥ sthāṇur acalo 'yaṁ sanātanaḥ
[4] बालाग्र-शत भागस्य शतधा कल्पितस्य च
भागो जिवः स विज्ञेयः स चानन्त्याय काप्ते
bālāgra-śata
bhāgasya śatadhā kalpitasya ca
bhāgo
jivaḥ sa vijñeyaḥ sa cānantyāya kāpte
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