Bhiṣma Y Gangadevi
La Historia de la diosa Gangadevi del rio más sagrado de la India
Gangadevi con su cocodrilo |
Bhiṣma sigió us historia: "Yo nací como hijo de la diosa del río,
Ganga Devi. Los ríos tienen cauce profundo. Como todos los ríos, Ganga Devi
tiene más de un secreto sombrío. Ha venido a la Tierra a asearnos de nuestros
pecados, pero ella reside en los planetas celestiales como la hija del creador,
del propio Brahma.
El Rio Ganges cae en la cabeza de Shiva |
"Un día un cortesano celestial y amigo de
Indra llegó de visita. Su nombre era Mahabhishana.
Era invitado en la corte del
rey Indra, el rey de la lluvia. Ahora, Indra había hecho arreglos para una
noche de entretenimiento con las ninfas del cielo, llamadas Apsaras.
Gupta Era Terracotta de Ganga Devi, National Museum, New Delhi |
Ellas
bailaron para disfrute de todos. El señor Brahma también estaba ahí sentado con
su hija Ganga Devi. Pero durante la danza una delicada brisa levantó el sari de
seda de Ganga Devi, revelando sus muslos. Todos por decencia retiraron la
mirada. Todos excepto Mahabhishana, quien no pudo dejar de mirar.
“A su vez Ganga Devi lanzó una larga mirada
hacia Mahabhishana y sutilmente sonrió. Él quedó encantado con su belleza y le
devolvió la sonrisa. Cuando el Señor Brahma se dio cuenta del intercambio de
miradas entre su hija y Mahabhishana, maldijo a los dos a nacer entre los mortales. Así que mi madre
vino a la tierra a vivir como mortal y a caminar entre nosotros.
La caida de Gangadevi |
No había sido maldecida únicamente, sino
que sus hijos también lo habían sido. Ellos eran las estrellas de la
constelación Védica de los siete Vasus, condenados por un tiempo a caminar en
la tierra por un crimen que cometieron en contra de un gran santo. Ellos eran
mis hermanitos.
Los Vasus, hermanitos de Bhiṣma |
Nosotros los Vasus, siendo hermanos
traviesos en nuestra vida pasada le hicimos una broma al gran Vasistha Muni. Y
le robamos su mágica vaca de los deseos. Según me dijeron. Así que tuvimos que
pagar nuestro karma: todos mis hermanos nacieron a través de la diosa y
vivieron por poco tiempo, para entonces regresar a los cielos y brillar
inmortales. Yo fui un tremendo criminal en mi vida pasada. Fui yo quien planeó
y llevó a cabo el robo de la vaca de Vasistha. Fui yo quien insulté al gran
santo. Así que mi castigo fue mayor.
Como pueden ver ahora, yo fui maldecido con
una vida larga, a morir hasta después de la destrucción de una dinastía que nunca
fue la mía. Fui maldecido a nunca casarme, ni tener hijos, a nunca tener el
gozo de ver jugar a mis hijos en el patio de mi castillo. Pero de nada me
lamento, era mi destino, mi karma, como pueden ver.
Mi madre fue una
belleza y una diosa.
Indian Miniature of Kama Dhenu
|
“Y mi padre, el
gran Shantanu, el rey de todas las Indias y la gran Bharata, viendo al Ganges
en la forma de una doncella núbil, se enamoró. Estaba encantado con la reina
del río y dispuesto a sacrificar su reino y su vida por ella. Ignoraba por
completo su pasado, o la profunda maldición que cargaba, al igual que el oscuro
secreto de la desdicha de mis hermanos. Pidió su mano. Así que, mi madre el río
Ganges se casó con el gran Rey Shantanu. Antes de entregarle su cuerpo en unión
marital, ella le hizo jurar honrar una promesa terrible.
“Mi madre hizo a
Shantanu prometer que nunca cuestionaría sus acciones, palabras o hechos. Por
supuesto, mi grandioso padre, un orgulloso guerrero, estaba profundamente
enamorado de mi madre y su piel blanca y de sus pechos redondos y sus curveadas
caderas, de sus encantadores ojos de loto, azul profundo cual los hielos del Himalaya.
Nunca había él visto mujer tan blanca. Le prometió que nunca cuestionaría sus
palabras o hechos. Así es que se casaron y vivieron las delicias de su amor romántico
en un enorme castillo junto a la rivera. Mi padre estaba pleno de gozo al ver
que ella tendría un hijo, y notaba como su cintura crecía y se embarazaba con
mi primer hermano.
“Mi padre la
adoraba y esperaba que su blanquísima Gangadevi le diera muchos herederos. Veía
hacia el futuro día cuando esos herederos suyos se hicieran diestros en el arte
de la guerra, aprendieran los Vedas, y rigieran el reino de forma generosa
igual que él, expandieran su territorio, castigaran a los malhechores, y
crearan una dinastía aún mayor. Pero un día, cuando el tiempo se aproximaba,
ella fue a la orilla del río.
Sin que ella lo notara, mi padre la siguió hasta
el río para observarla sin que ella le viera. La vio tumbarse entre las altas
hierbas en donde se esconden los tigres del calor del verano y esperan a los
elefantes. Qué curioso que hubiese escogido una manera tan insólita de parir.
“Pero él recordó
sus votos. ¿No había jurado que nunca cuestionaría sus palabras o hechos?
“Así que el gran
rey Shantanu, desde su elevado sitio, escucho los sollozos de dicha y dolor de
la diosa del gran río durante el parto. Pudo escuchar el llanto del recién
nacido y estaba listo a precipitarse desde su escondite, cuando vio a
Gangadevi emerger de entre las altas
hierbas acunando a un niño. Justo cuando él iba a dejar su escondite y
felicitar a la nueva madre, vio como ella llevaba al niño hacia las aguas del
río.
“Ahogado en
emociones, de nuevo recordó su voto, se dio cuenta de que perdería a su esposa
si la ofendía. Se forzó a sí mismo a continuar observando desde el árbol de
tamarindo tras el cual se escondía. De repente, tras sumergir tres veces a mi
hermanito en la corriente del río, y de repetir un extraño mantra en sánscrito,
mi madre ahogó a mi hermano pequeño en las frías aguas del río Ganges.
“Depositó su
cuerpo fresco en el agua, y el río reclamó su regreso al cielo en donde brilla
como la estrella más resplandeciente de la constelación de Krittika.
“Mi pobre padre
estaba conmocionado y lleno de desdicha- no podía dormir pensando en el rostro
del infante ahogado. En silencio, maldecía a mi madre, y después se culpaba de
haberlo hecho. ¿Tal vez había una causa para sus actos que él no podía ver? Aun
así, la imagen del delicado infante que gritaba mientras entraba al río le perseguía.
El sonido del llanto del niño inocente hacía arder su corazón. Pero no dijo
nada, siempre recordaba su promesa.
“Cuando mi madre
de nuevo estuvo preñada, de nuevo ahogó al pobre infante en las aguas del río
Ganges, tal como lo hiciera antes. Uno tras otro, el cuarto, el quinto, el
sexto y el séptimo infante, perecieron ahogados por la mano de mi madre.
“Un día, cuando la
blanca Gangadevi, mi madre, estaba lista para parir, dejó la cama de mi padre
que estaba en el castillo de la colina, y fue muy temprano junto al río.
Sospechando algo, Shantanu la siguió.
“Tomó su lugar
tras el viejo árbol de tamarino y observó mientras mi madre repetía el ritual.
Entró hasta su cintura en las turbias aguas. Sonrió y me sostuvo junto a su
pecho. Me elevó sobre su cabeza y me sumergió tres veces en el río. Tan pronto
como empezó a decir el sagrado matra el cual sellaría mi destino antes de
sumirme en las oscuras aguas, mi padre, el gran Rey Shantanu, Señor de todas
las Indias y la gran Bharata, surgió desde su escondite tras el viejo
tamarindo. Al ver mi cabello dorado y mis alegres ojos inocentes, mi padre se
compadeció de mí.
Horrorizado por
los hechos siniestros de su blanca esposa, se le acercó, espada desenvainada.
Sus ojos estaban fríos con la forma sombría de la guerra.
“¡Este no!” Dijo,
apretando las mandíbulas, con la voz firme.
“He visto lo suficiente. Oh tú la
más tonta de las bestias, Oh demonio entre las mujeres. ¡Déjame al menos este
niño inocente, maldita, malvada corazón de tigre! Sus ojos son azules y su
cabello dorado como el sol. Es tan blanco como su madre, adorable como una
diosa. ¡Déjame al menos a este niño para que continúe el linaje de los Reyes,
tú perversa, asesina con corazón de piedra!”
Ante esto, mi
madre Gangadevi se enfureció. “Haz roto tu
palabra sagrada de Rey, mi Señor Shantanu. Cuando nos casamos, pensé que lo
había hecho con un príncipe. Un hombre que sabe cómo mantener su palabra. Un
juramento sagrado fue pronunciado y la palabra de un hombre debe mantenerse.
Así está dicho en los Vedas inmortales. Te llamas a ti mismo Rey, y sin embargo
tu palabra no tiene valía. Tú hijo será maldecido. Ha de ser maldecido a nunca
continuar tu linaje, a nunca tener hijos propios, y a una vida los
suficientemente larga hasta ver a su dinastía destruirse.”
“Ella le explicó a
Shantanu que en su vida previa había sido Mahabhishana, y que ambos habían sido
maldecidos por el Señor Brahma a tomar nacimiento mortal. Y debido a su
profundo amor, habían hallado felicidad pasajera como marido y mujer. Pero ahora
la maldición se había consumado y era el momento para que ella continuara.
Y entonces, mi
madre la diosa del río, apretándome contra su pecho se adentró conmigo en el
río. A la distancia pude ver caer el blasón de mi padre y su corazón que se
rompía. Uno nunca debe ver las lágrimas de un guerrero. El gran Rey Shantanu,
sin hijos habiendo perdido a su mujer y al recién nacido, se sentó junto al río
Ganges desolado. Lamentó su destino y el destino de su dinastía, los hijos de
Bharata.”