Nota: Espero que estén disfrutando mi recuento de la historia de Shakuntala. Todo el material lo he recopilado de fuentes originales y autenticos que quedan en el dominio publico tal como la traducción de Mahabharata realizado por Kishori Mohan Ganguli, y la traducción de Arthur Ryder de la obra dramatica shakuntalabhijnana hecho por Kalidas, y el recuento de mi propio Guru Maharaja, Bhakti Rakshak Shridhar Dev Goswami, tal como la escuché de el en su ashram en 1982.
En cierto sentido, Shakuntala es la propia madre de India, y su hijo fue el primero de sus reyes importantes ya que el nombre apropiado con el que se llama a la India es Bharata.
A los todos los verdaderos estudiantes de Sánscrito les gusta la poesía de Kalidas, quien escribió alrededor del siglo V. El propio Shridhar Maharaja citaba pasajes de memoria de la obra de Kalidas, ya que era un gran experto en la lengua Sánscrita.
Sin más justificación por mis razones de presentar la obra por el momento, continuaré con la historia. Michael Dolan, B,V, Mahayogi.
Olvidada
Se fue el rey hacia su palacio y su corte.
Pronto estuvo inmerso en los asuntos reales y se olvidó por completo de
Shakuntala. Vagaba en su memoria el que algo interesante había ocurrido durante
la cacería en el bosque, pero aun cuando se esforzara en saber lo que era, se
le escapaba. Celebró con la reina el aniversario del príncipe. Y cayó en el
marasmo cotidiano.
Shakuntala escribiendo una carta |
Shakuntala estaba desesperada por recibir
noticias de Dushyant, pero los días pasaron sin que llegara algún mensaje que
la condujera hacia el palacio del rey. Cuando el embrazó fuera evidente, la
gente preguntaría acerca del padre de su hija. Y cuando les dijera, “Será un
gran príncipe, como su padre el Rey, Dushyant.” La gente murmuraría y se
burlarían de ella.
Con el sabio Kanva |
Dushyant se sentó por fin un día a escribir
una carta para recordándole su amor al rey. Le envió la carta con un brahmán
que pasó por el ashram, y esperó por respuesta, pero nada supo.
Kanva finalmente regresó de su largo
peregrinaje. Saludó a Gautami. La matrona del ashram y pidió se le ponga al
día. Gautami le contó acerca de los yakshas quienes atacaron el fuego sagrado,
y de los elefantes que arremetieron contra los bambúes y la historia de
Shakuntala encaprichada con el Rey Dushyant.
Shakuntala con sus amigas |
Tras lo cual Kanva descansó y encendió el
fuego del sacrificio y habló de las verdades Védicas a sus discípulos, mandó
llamar a Shakuntala. Al mencionar cómo había sido preñada, se decidió que lo
mejor sería viajar hacia el Palacio del gran Rey Dushyant y recordarle su
obligación hacia su esposa.
Se resolvió que irían de inmediato a la
corte del Rey Dushyant a presentar su caso.
Shakuntala: obra de teatro |
La Corte del Rey Dushyant
“Fue así que partieron alegremente
esperanzados, las mujeres del ashram se sentaron juntas yendo hacia la corte
del Rey Dushyant. Shakuntala dijo adiós al venado y a los loros, y a la familia
de pájaros Shakuntha que le habían salvado la vida. Cruzaron el verde y
exuberante bosque junto al río en donde
cada enredadera derramó néctar al verla partir.
“Cuando se despedía del bosque de su
infancia, Shakuntala se miró la mano. El anillo real que Dushyant colocara en
sus delicados dedos parecidos a los lotos brillaba al sol de la mañana.
‘Tal vez la maldición de Durvasa ha
afectado la mente del rey.’ Pensaba, “Tal vez por eso nunca contestó la carta.
Pero en cuanto vea el anillo, el hechizo se romperá.”
"en cuanto vea el anillo, el hechizo se romperá" |
Anasuya y Priyamvada iban junto a
Shakuntala. Las muchachas también eran acompañadas por Gautami, la matrona del
ashram. Shakuntala confiaba en que al llegar a la corte, todo se arreglaría. No
tenía idea de la desgracia que estaba por caer sobre ella.
Kunti dijo “En pocos días se acercaron a la
gran ciudad de Hastinapura, en donde gobernaron tus ancestros y en donde tus
descendientes gobernarán también. Shakuntala y su compañía llegaron al río
Sachi y pudieron ver desde ahí, en el horizonte, las torres del palacio del
rey. En medio del intenso calor se dieron un baño en las frescas aguas del río.
"buscando flores" |
“Escucharon el llamado de las aves de
Shakunta a través de los árboles de mango. El bambú reflejado en la corriente
alegró su corazón. Chapotearon un rato en el agua, rieron, se lanzaron agua y
se olvidaron de sus preocupaciones, Shakuntala y sus amigas apretaron arena y
barro entre los dedos de sus pies y reían cuando los peces se deslizaban entre
sus pies.
Para la noche levantaron un campamento en
las orillas del río. Gauntami las entusiasmó con el prospecto de realeza de
Shukantala. Qué hermosa se vería, vestida con las sedas más delicadas de la
tierra, portando una tiara de reina. Las mujeres quedaron dormidas pacíficamente
con la visión de realeza sobre sus cabezas.
Al día siguiente, tras bañarse de nuevo en
el río, se pusieron sus saris limpios y blancos y se aproximaron a las
imponentes puertas de palacio en la gran ciudad de Hastinapura.
El escolte del rey, bas relieve, Angkor Wat, siglo 12 |
“Muy adentro en los salones y cúpulas de
mármol del gran palacio se hallaba la corte real del Rey Dushyant. El Rey
estaba absorto en un juego de ajedrez con su ministro de guerra.
Las ruinas de Hastinapura |
Discutían la
posición de los elefantes y caballos y las defensas de la ciudad. Debido a la
maldición del colérico Durvasa Muni, el Rey olvidó todo acerca de su gran amor
perdido, la pálida Shakuntala. Olvidó los momentos de amor y pasión que
compartiera con la hija de Menaka bajo los árboles de mango en el bosque del
ashram del sabio Kanva.
"Te toca mover..." |
‘Te toca mover,” dijo el ministro de guerra
con una sonrisa socarrona.
‘Estoy pensando,’ dijo el Rey, Su posición
estaba perdida. Pero tal vez el sacrificio de último momento de una pieza
podría darle tiempo suficiente para vencer a su rival. Meditaba en su movida
sobre el tablero de ajedrez. Sentado en una almohada de delicada seda, tomaba
una bebida fría, contemplaba el tablero. Al mirar su mano para tocar una pieza
vio su dedo del anillo y se preguntó qué le habría pasado a su sortija de
sello. ¿Dónde la habré perdido? Tendría que averiguar.
Justo entonces el mensajero irrumpió en el
salón.
‘¡Maharaj Dushyant Ki Jay!’
“¿Qué pasa?” dijo el Rey.
"¿Que pasa?" dijo el Rey |
‘Suplico perdones por esta interrupción tan
descortés, Señor, pero tiene visitas.’
‘¿Visitas?’ dijo el rey, mientras sostenía
una pieza de ajedrez en la mano. Levantó la vista del tablero.
‘Si, Señor. Las mujeres del ashram de
Kanva.’
‘¿Kanva Muni?¿Qué desea?’
‘No Kanva, Señor. Las mujeres de su
ashram.’
Vio la oportunidad de confundir a su
ministro, el Rey jugó a sacrificar un caballero. ‘¡Checa!’ dijo.
“Señor, estas mujeres han llegado a la
corte, desean una audiencia con el rey.’
‘En seguida’ dijo el rey y se levantó.
‘Estudia la jugada’ le dijo al ministro, y sonrió.
Así que el Rey, un hombre oprimido por la
pesada carga de gobernar, abandonó sus aposentos.
La entrada de Shakuntala en el corte del Rey Dushyant |
Con pompa y ceremonia los heraldos
anunciaron la llegada de las mujeres de la ermita y sus cargos y los
chambelanes acompañaron al rey a la corte. Se inclinaron cuando se acercó a su
trono y se sentó. Sólo Shakuntala permaneció de pie, sonreía.
El Rey Dushyant se acomodó en su trono
real, acomodó su vestimenta de seda. Un sirviente le trajo un cántaro de plata
lleno de futa y la colocó en una base. El rey empezó a pelar una uva. Miró a
las mujeres presentes y a sus cortesanos. La chica parada ahí era una belleza
poco usual, que antes nunca había visto.
“¿Qué les trae a todas aquí?” dijo el Rey
“Siempre que nobles santos y sabios nos dan la gracia de su presencia, nos
sentimos bendecidos. Y cuando mujeres angelicales vienen a bendecirnos nos
sentimos doblemente agraciados. ¿Cómo está Kanva Muni? He pensado en hacer un
peregrinaje: ¿Su ashram está en algún lugar del bosque verdad? ¿Tiene buena
salud?”
Tras esto las mujeres saludaron al rey se inclinaron de nuevo.
Gautami se paró y tomó de la mano a Shakuntala, se acercó al rey.
Gautami dijo, “Mi querido Rey: el humilde
sabio Kanva, nuestro preceptor, te manda sus reverencias humildes y sus
respetos. Lamenta que cuando visitaste y conociste a la dama Shakuntala él se
hubiera ido de peregrinaje. Pero me ha enviado junto con tu esposa y quien
pronto será la madre de tu hijo. Te hemos extrañado mucho. Pero ahora que nos
hemos reunido todos, estamos felices de verte de nuevo. Aquí está tu amada
esposa, Shakuntala.”
El Rey sonrió. “Lo siento muchísimo, pero
no recuerdo haber visitado el ashram de Kanva. ¿Shakuntala? ¿Quién es ella?”
"Quien es ella?" No recuerdo. |
Shakuntala dio un paso hacia adelante,
sonrió, radiante. Al fin estaba parada ante su amado Dushyant.
“Mi Señor” dijo ella. “Ha pasado tanto
desde que nos vimos. Pero el día que nos profesamos amor bajo el árbol de mango
me parece a mí como si fuera ayer. Sé que no es tu culpa. La culpa es toda mía.
Prometiste enviar una carroza para traerme a tu corte. Te escribí muchas
cartas, pero debido a la maldición de Durvasa Muni no haz contestado a ninguna
de ellas. No pude esperar más por tu regreso al ashram a las orillas del río
Ganges. Abandonada y olvidada he venido a rendirme ante ti para que hagas
conmigo lo que desees.”
“¿Maldición? ¿Quién es esta mujer?” preguntó
el rey frunciendo el ceño, con la memoria rota a causa de la maldición de
Durvasa.
"maldicion?" |
“¿No reconoces a tu propia esposa?”
preguntó Gautami, la matrona del ashram, conmocionada e indignada ante la
insensibilidad del rey.
“¿Mi esposa?” dijo el rey, “No estoy seguro
de encontrar graciosos tus comentarios. Mi esposa, la Reina, me espera en sus
aposentos. Por qué habría de reconocerla a ella. ¿Qué significa todo esto?
¿Quién es esta mujer? He dicho. “
“Oh, mi amor ¿No me conoces? Soy yo,
Shakuntala, ¿No recuerdas cuando hablamos y bebimos de la transparente agua del
Ganges en la copa que hiciste con las hojas de loto?”
"No me conoces?" |
“No recuerdo nada parecido,” dijo el rey.
“Qué estas insinuando. ¿Estás diciendo que yo conozco a esta chica? ¿Qué yo…?
Escucha hija mía. Eres una joven muy agradable, y muy bonita si he de decirlo,
pero si acepto a todas las mujeres que afirman estar casadas conmigo, tendría
que mantener un harem. Si necesitas una caridad, mi Señor ministro de caridad
estará muy contento de ayudarte. Kanva siempre fue muy honorable hacia mi
padre. Si quiere oro o plata sólo tiene que pedirlo. Pero ¿de qué me acusas?
¿Ser el padre de tu hijo? ¡Esto es demasiado!- Guardias, llévenselas.”
“¿No tienes vergüenza? ¿En dónde está tu
honor? Eres un rey. ¿No vale en nada tu promesa? OH, haz de estar bajo el
hechizo de la maldición. ¡La maldición de Durvasa Muni!”
“¡Maldición!, ¿Te atreves a maldecirme?
¡Guardias!”
Los guardias empezaron a sacarlas de sus
lugares. Se quedaron cerca de Shakuntala para escoltarla fuera de la corte
real.
“¡Esperen!” sollozó Shakuntala. Todos la
miraron. Sacó su mano “¡Miren!” dijo. “Tengo la sortija del sello de Dushyant!
Levantó la mano para que todos pudieran verla. Pero ¡alas! El anillo se había
desvanecido de su mano.
"¿Donde está mi anillo?" |
Kunti mantenía cautivados a sus hijos con
la historia. Continuó con la narración.
Shakuntala elevó la mano para mostrar la
sortija del sello real del Rey Dushyant con quien se había casado y a quien
prometiera lealtad. Pero había desaparecido.
“¡El anillo!” Lloró. “¿Dónde está el
anillo?”
El anillo había desaparecido cual magia de
su mano.
Conmocionada mientras mostraba los dedos
desnudos, Shakuntala quedó estupefacta. “¡La maldición!” dijo.
Ya que el rey no tenía idea de a qué se
refería y estando como estaba bajo la maldición de Durvasa Muni, se sentó
perplejo mientras los cortesanos reían.
"cual es su consejo?" |
Se volvió hacia el brahmán de la corte, el
rey preguntó, “Oh sabio, ¿cuál es su consejo? ¿Qué debemos hacer con esta joven
inocente? Ella cree que soy su esposo y ha perdido la cabeza. Y sin embargo
está bajo la protección de Kanva Muni. Obviamente está embarazada y debe ser
protegida.”
Gautami, la matrona del ashram, cruzó los
brazos. Shakuntala miró al viejo sabio brahmán. La corte estaba en silencio. El
brahmán meditó un momento.
El brahmán meditó un momento |
Entonces dijo, “Oh Rey. Debemos tomar el
camino del medio. Puede ser que Ud. conoce a la muchacha. Con todo respeto hacia su
señoría, Usted es un guerrero y en ocasiones permanece en lugares apartados
durante tus aventuras. Tal vez no sea tan inocente como pretende serlo.
Tal vez ha olvidado a esta chica. Ella es
inocente tal vez su caso sea real. Habremos de conducirnos con precaución. Hay
una prueba. Podemos esperar hasta que para al niño y veremos si el niño tiene
las marcas reales. Todos los niños nacidos en la línea de Puru tienen que nacer
con la marca real de una flor de loto en la palma de sus manos. Podemos acceder
a cuidar de la chica hasta entonces. Puede quedarse en el ashram de la corte hasta
que sea el momento del alumbramiento. Entonces veremos si su Señoria el Rey sea el padre o no.”
El Rey sonrió. “Sea.” Dijo y se paró,
preparado para abandonar el salón.
Shakuntala, al escuchar esto se disgustó.
Había oído lo suficiente. Conmocionada por la insensibilidad del príncipe, no
pudo soportar más insultos a su pureza.
no pudo soportar más insultos a su pureza |
Huyó de la corte y del palacio. Anasuya y
Priyamvada corrieron tras ella, pero Shakuntala era ligera de pies y corriendo
pasó las puertas del palacio y siguió. Pronto alcanzó el sitio en el río en donde
se bañara antes. Tal vez había perdido el anillo en el río mientras se bañaban.
Todo parecía tan lejano.
Pero cuando miraba las aguas del Río Sachi,
presenció un milagro. Una nave aérea se aproximaba desde el cielo hasta ella.
Una figura angelical apareció en el biman la nave aérea e invitó a Shakuntala a
subir. Una vez a bordo, la nave se llevó a Shakuntala hacia los cielos.
A lo lejos, Priyamvada y Anusuya vieron a
Shakuntala entrar al bosque. Pero quedaron pasmadas al ver que descendía una
nave aérea y como presenciaron el milagro estaban sorprendidas y ofrecieron
oraciones.
la nave se llevó a Shakuntala hacia los cielos |
El rey en su amnesia regresó a sus
aposentos en donde le aguardaban la Reina Madre, y su sobrino el príncipe.
Gautami, Priyamvada, Anusuya y los otros
seguidores de Kanva, con oraciones en los labios y sorpresa en sus corazones
ante los hechos de los dioses, regresaron a su ashram en el bosque. Shakuntala
había desaparecido.
Bas relieve de aeronava encontrada en las cuevas Ellora, India |