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Friday, August 19, 2016

Consciencia y Ser IV version en Espanol





Consciencia y Ser IV
Niveles de Consciencia
Consciencia Micro y Macro: Teoría Unificada del Conocimiento.
El dilema moderno en la física es “la teoría del campo unificado” o la “teoría del todo” una teoría que ate todos los fenómenos para explicar la naturaleza y el comportamiento de la materia y la energía en la existencia.
En física, un campo se refiera a un área bajo la influencia de alguna fuerza, tal como la gravedad o la electricidad, por ejemplo. Una teoría de un campo unificado podría reconciliar los aspectos aparentemente incompatibles de la variedad de teorías de campo para crear un conjunto único de ecuaciones. Una teoría así podría tener el potencial de desbloquear todos los secretos de la naturaleza y provocar un sinfín de posibles maravillas, incluyendo tantos beneficios como el viaje en el tiempo y una inagotable fuente de energía limpia, entre otros.
De acuerdo con Michio Katu, un físico teórico del City College, City University of New York, aquellos que persiguen la teoría del campo unificado buscan “una ecuación de una pulgada de largo que nos permita leer la mente de Dios”.


La teoría de la relatividad explica el comportamiento del fenómeno a un nivel macroscópico, en el nivel de los eventos planetarios, la teoría cuántica, por el otro lado, explica el comportamiento del fenómeno a nivel microscópico, en el nivel atómico y subatómico. Perplejamente, sin embargo, por razones que no tenemos tiempo de explorar aquí en su totalidad, las dos teorías son incompatibles.
En resumen, las teorías que explican el efecto de la gravedad en el tiempo, los agujeros negros y la velocidad de la luz son incompatibles con las teorías que explican las leyes que gobiernan el movimiento de los objetos subatómicos.
Uno podría pensar que las mismas leyes se podrían aplicar tanto a lo subatómico como a los eventos cósmicos. Después de todos, leyes son leyes. En un mundo perfecto, el microcosmos tendría que ser gobernado por las mismas leyes que el macrocosmos.
Dejando a un lado los dilemas de la física y las sutilezas de la metafísica, uno podría pensar que existe una “teoría de campo unificado de la consciencia”. Pero si el mecanismo que gobierna los movimientos de los objetos materiales es tan difícil d entender al nivel macro y micro, descubrir el mecanismo exacto o el software tras la ingeniería del universo metafísico presenta un problema aún mayor.
Este problema es conocido como ontología al nivel de la consciencia individual y cosmológica de la consciencia universal. La Ontología es el estudio del ser: puede incluir la existencia espiritual personal al igual que la existencia de un ser superior o supremo. La cosmología involucra el estudio de cómo nuestro universo llegó a existir y cómo describirlo apropiadamente. Realmente son lados de la misma moneda en el sentido de que estamos viendo el mismo problema desde dos extremos; macro-existencia y micro-existencia.
De modo que una teoría de consciencia, o de cómo la consciencia informa el universo, podría comenzar con la creación de la materia a un nivel cósmico; pero también puede empezar con un estudio de cómo la mente influye a la materia en nivel humano, personal.
Es difícil para mí concebir el cómo una singularidad de consciencia puede haber creado la expansión infinito del cosmos. Tal vez sería más fácil ver el desarrollo de la consciencia en el interior de la vida humana.
Y así que es posible hablar de “niveles de consciencia” tanto en niveles micro y macro. Cuando hablamos de “niveles de consciencia” en el nivel macro o cósmico estamos tocando la versión del Upanishad o la Védica de lo que Carl Jung llamó “Inconsciente Colectivo” En el nivel “micro” o personal empezamos a entrar hacia el entendimiento de la sicología espiritual.
La reiteración del cliché hace que parezca trillado, un lugar común que ha perdido significado a través de la repetición. Una película de Charlie Chaplin o de Buster Keaton nos parece primitiva, ya que hemos visto las gracias que inventaron miles y miles de veces repetidas  en películas y comerciales de TV. Hemos visto el cliché tan frecuentemente repetido que cuando vemos el original, parece trillado. Y sin embargo Chaplin y Keaton fueron genios, al haber inventado la forma y el contenido del cine.
Del mismo modo, los aforismos de los Vedas y los Upaniṣads podrán verse algunas veces “trillados” o parecernos un cliché. Ahora que han sido re-empaquetados millones de veces en la forma de dogma religioso, libros de texto de sicología e incluso en los slogans del Facebook. Y sin embargo, es importante recordar que esas ideas se originaron en visionarios que dedicaron sus vidas a la introspección y quienes descubrieron esas verdades.
De acuerdo con los propios videntes esta sabiduría se les reveló a través de un proceso divino. Y tenemos buenas razones para creer que fueron dotados con alguna forma de inteligencia divina, una que les permitió un grado elevado de percepción hacia niveles de consciencia.
Últimamente se ha popularizado en los círculos educacionales el hablar de “inteligencias múltiples”. El psicólogo Howard Gardner ha identificado siete.
Esta teoría ha emergido a partir de investigaciones cognitivas y “documenta la extensión a la que los humanos poseen distintas clases de mentes y por ello aprenden, recuerdan, realizan, y entienden de modos distintos,” según Gardner (1991). De acuerdo con esta teoría, “somos capaces de conocer el mundo a través de lenguaje, el análisis de la lógica matemática, la representación espacial, el pensamiento musical, el uso del cuerpo para resolver los problemas o hacer cosas, un entendimiento de otros individuos, y un entendimiento de nosotros mismos. En donde los individuos difieren es en la fuerza de estas inteligencias -el así llamado perfil de inteligencias- y en las formas en las cuales esas inteligencias son invocadas y se combinan para llevar a cabo distintas tareas, resolver los diversos problemas, y progresar en varias esferas.
Como ejemplo de perfección de estas distintas inteligencias, podríamos hablar de una genial ajedrecista o del brillante artista Picasso quien sería experto en inteligencia Visual-Espacial, un gimnasta olímpico de Cinética-Corporal, o de Mozart de inteligencia Audio-Musical. Podríamos decir que un líder como Alejandro el Grande sería un ejemplo de inteligencia interpersonal, o de un Shakespeare o Cervantes de inteligencia lingüística, y de un Einstein de inteligencia matemática.
Pero el genio de la inteligencia interpersonal podría descubrirse en una persona como Freud quien probó su propia mente y la mente de otros; o en la persona trascendental de Jesús o Buda, quienes probaron aún mayor profundidad hacia la naturaleza de la eterna verdad.
Así eran los visionarios de los Upaniṣads y los maestros de la realidad Védica. Eran pensadores tan profundos que a pesar de que carecían de la tecnología de la que disfrutamos hoy en día, eran capaces de sumergirse hondo, hacia lo más profundo de las verdades.
Es interesante que muchas de las fórmulas y teoremas que se enseñan de matemáticas derivas de los Griegos quienes observaban las estrellas hace miles de años. No tenían internet, ni google; sólo sus sentidos imperfectos a través de los cuales hacían sus observaciones. Pero miles de años después nos basamos en sus observaciones.
Del mismo modo, mientras nuestra tecnología moderna nos brinda lujos inaccesibles a los antiguos, nuestros poderes de percepción y meditación se han debilitado por tanto lujo. El entendimiento de los antiguos es tan claro hoy como cuando se desenvolvió en un principio hace miles de años, y es igual de relevante.
Sigmund Freud y Carl Jung se dieron el lujo de hacer referencia a siglos de sabiduría cuando desarrollaron sus psicologías. Si la psicología de la conciencia se desarrolló por pensadores yóguicos hace siglos parece menos científico en comparación es únicamente debido a que las últimas versiones son más atractivas a nuestro estilo de vida moderno.
Echemos una mirada a la idea de “niveles de consciencia” entonces, y veamos cómo puede aplicarse tanto a los niveles de lo macro como de lo micro.
Estamos obsesionados con el conocimiento y queremos saber, “Si la evolución subjetiva de consciencia es una posibilidad, ¿cómo funciona?” Tal vez argumentemos que en un sentido elevado, esta es una cuestión de fe. Y sin embargo distintos filósofos trabajando por miles de años han considerado el problema.
Entonces ¿cómo es que la “evolución subjetiva de la consciencia” ocurre a nivel macro? En otras palabras. “¿Cómo produce la conciencia materia?” Y ¿cómo se produce la evolución de la conciencia a nivel “micro”? En otras palabras, “¿Cómo se desarrolla el ser individual? ¿Cuáles son los distintos niveles de consciencia?” Tras considerarlos cuidadosamente. Tras leer esto, tal vez descartes todas estas ideas como pensamiento ilusorio, pero al menos haz de considerarlas cuidadosamente. Tal vez te beneficiaras al reflejar las mismas ideas que ocuparon a los grandes filósofos de India en el principio de los tiempos.
En cualquiera de los casos, “macro” o “micro”, conforme entra la consciencia e influye al mundo, ha de existir una especie de medio, un filtro entre la realidad metafísica divina y el mundo de māyā, la concepción errónea o ilusión.
En “Evolución Subjetiva de la Consciencia”, Śrīdhara Mahārāj dice, “Primero viene la consciencia y después la materia. Los fundamentos de todas las cosas materiales es la consciencia, la cual es espiritual. La consciencia puede ponerse en contacto directamente con la consciencia. Cuando la consciencia llega hacia el estado de la materia, la concepción material, experimentamos una especie de consciencia vaga: primero hay una consciencia turbia y luego la consciencia material…El alma, entrando en contacto con la consciencia material, ha de pasar a través de una reflexión nebulosa de consciencia, cidābhāsa. Sólo entonces es que el alma puede experimentar la consciencia material. ¿Qué es cidābhāsa? Algo como la “mente”. (i)
Este cidābhāsa es descrito por Bhaktivinoda Ṭhākura como una indicación del espíritu: Aparte de esto, en la existencia del ser humano una indicación del espíritu (cidābhāsa) se halla en una forma de ego, el cual impregna la inteligencia, la mente, y el cuerpo. De estos síntomas un fuerte sentimiento del “Yo” y “mío” se acepta como parte de la existencia de los seres humanos. Esto se conoce como ego falso. Ha de entenderse que el conocimiento de los sujetos a partir del ego falso se conoce como conocimiento material. Aunque el ego falso, la inteligencia, la mente y la destreza de los sentidos no son totalmente materiales. En otras palabras, no consisten totalmente de elementos materiales, sino que su existencia está enraizada en elementos materiales. Dicho de otro modo, a menos que estén relacionados con elementos materiales su existencia es incompleta. Se hallan bajo el refugio del espíritu hasta cierto grado porque el acto de revelación es su propia vida y el conocimiento material es el resultado. ¿De dónde se origina la consciencia? El alma es pura y el fundamento de la consciencia. No es fácil para el alma subordinarse a la materia. Por deseo del Señor Supremo-ciertamente por alguna razón- un alma espiritual pura tiene contacto con la materia. A pesar de que en nuestro estado condicionado es muy difícil investigar la causa. Si consideramos la carencia de felicidad en nuestro estado condicionado, podemos ciertamente entender que nuestra condición presente es una degradación de nuestra consciencia original (ii)
Aunque podemos objetar en el uso de “mente” vs “espíritu”, el vocabulario usado en inglés para definir asuntos de consciencia es vago. Por ejemplo la distinción entre “mente y espíritu” la “Phänomenologie des Geistes” ha sido traducida tanto como Fenomenología del Espíritu o como Fenomenología de la Mente. Así que entonces las palabra “mente” y “espíritu” son confusas.
Aquí el propio Śrīdhara Mahārāj hace una distinción clara entre la “mente” y el “espíritu”, diciendo en esencia que la “materia” es la consecuencia del “espíritu”, la propia “mente” actúa como una especie de filtro entre las dos.
¿Qué es entonces la “mente”? Mi diccionario da lo siguiente: “el elemento de una persona que le permite estar consciente del mundo y sus experiencias, para pensar, y para sentir; la facultad de consciencia y pensamiento”. Entonces aquí hay una distinción ente “la persona” y el “elemento que le permite estar consciente”, o en lenguaje de Śrīdhara Mahārāj, “consciencia” y cidābhāsa o “algo como la mente”, “un filtro”.
En términos del proceso macro-cósmicos de la evolución subjetiva de la conciencia, del “espíritu” a la “mente” a la “materia”, en su comentario del Śrīmad-Bhāgavatam (2.2.28) (iii) Śrīla Sridhar Swāmi confirma que una parte de la naturaleza material, tras ser iniciada por el Señor, se conoce como el mahat-tattva. Una parte fraccional del mahat-tattva es llamado el ego falso. En el macro nivel, el filtro que interviene entonces entre el espíritu y la mente es llamado mahat-tattva y desarrolla el ego falso. En cualquier caso, a medida que la consciencia altamente desarrollada se degrada se envuelve en distintos niveles de coberturas. Estas son llamadas “koshas” en Sánscrito, de las cuales hay cinco: annamaya, pranamaya, manomaya, vijñā-maya y anandamāya. Así como es posible para la conciencia el degradarse a través del medio de la mente y el ego falso, así mismo es posible para nosotros evolucionar hacia una plataforma elevada de dichosa consciencia divina, como veremos más adelante.
En el análisis del “ser” de Freud, habla del “Yo, el Ego y el Superyó,”  en donde el Ego es “la parte de la psique que experimenta el mundo externo y reacciona ante él, interviniendo entre los impulsos primitivos del yo y las demandas del entorno social representado por el superego”, el “Yo” es “la parte de la mente en la que se manifiestan los impulsos inherentes instintivos y los procesos primarios”. Y “Superyó” es “el componente ético de la personalidad que provee los estándares morales a través de los cuales opera el ego. Las críticas, prohibiciones e inhibiciones del superyó forman la consciencia de una persona, y en sus aspiraciones e ideales representa la propia idealización de la auto-imagen, o “ego ideal”.
En lenguaje Freudiano, el “Yo” tiene la función de los sentidos y de la mente incontrolada, el “Superyó” ocupa el rol de la inteligencia e incluso de Paramātmā, en donde el Ego juega el rol de la mente consciente. Pero el análisis Freudiano emplea su propio lenguaje técnico y está apenas y estamos tocando el entendimiento superficial y popular de su contribución.
Es más importante para nosotros el análisis de los niveles de consciencia hallados en los Upaniṣads y en los textos Yóguicos.
La filosofía del yoga enseña que la mente es conciencia pura que ha sido filtrada a traves de una concepción falsa del ego y la mente y como consecuencia de esa proceso de filtrado han sido creadas cinco capas distintas de consciencia:
Estas se conocen como annamāya, pranamāya, manomāya, vijnanamāya, y anandamāyakoshas, o cubiertas.
La división de la mente en cinco capas es similar a la estructura de una cebolla- cuando se pela una capa se revela la siguiente y así hasta que se alcanza la última capa interior. La parte más exterior es la de esta consciencia pervertida, es el propio cuerpo físico. Este cuerpo físico es formado del alimento que comemos y este nivel de conciencia “corporal” se conoce en Sánscrito como annamāya “alimento consciente”. El siguiente nivel de consciencia es llamado prānamāya y corresponde al “Yo” de Freud. Tal como en el Yo de Freud, el estado prānamāya funciona durante nuestro andar consciente. En este estado, la mente y los sentidos se ocupan con el mundo exterior y reaccionan a los estímulos. Esto también puede llamarse “mente consciente”.
Cuando pasamos por una panadería, huele a pan fresco, vemos un montón de galletas y las queremos, las compramos y las comemos, todas estas actividades que caen dentro del estado de consciencia llamado el prānamaya el cual puede traducirse como “aire-vital” consciente o consciencia de “supervivencia”.
Avanzando un poco más hacia la mente hallamos otra capa conocida como el nivel manomaya el cual también es conocido como mente sutil. Esta es la capa que gobierna la memoria. Toda la memoria está almacenada aquí. Y podemos recordar una experiencia previa debido a la capacidad de esta cobertura. Además la habilidad de la mente es el procesar y usar los datos previamente adquiridos también dependen de esta capa.
Un ejemplo de cómo opera se halla en un estudiante universitario quien lee muchos libros para preparase para un examen. Al momento del examen pueden haber una o dos preguntas y será la el nivel de consciencia manomaya el cual recolectará los diversos hechos de os libros y ayudará a sintetizarlos hacia una respuesta coherente. El manomaya puede corresponder en psicología a lo que Jung llama “la mente subconsciente”. La mente subconsciente se activa durante el sueño mientras que la mente consciente (pranamaya) está activa. Los sueños se llevan acabo en esta cobertura. Una más de las funciones de manomaya es que los placeres y el dolor se experimentan aquí. Por encima de manomaya o “plataforma mental” la etapa de consciencia  es el plano vijñāna en donde uno puede realmente hacerse consciente de la realidad espiritual. Y por encima de éste, el plano de anandamaya en donde uno experimente el éxtasis espiritual. Esto se define como la etapa más elevada en la evolución de la consciencia.
Śrīla Prabhupāda ha argumentado acerca del tópico de estas cinco etapas de consciencia en su Libro de Krsna(iv) de la manera siguiente:
“Dentro del cuerpo hay cinco diferentes departamentos de existencia, conocidos como anna-maya, prana-maya, mano-maya, vijnana-maya, y por último, ananda-maya.En el principio de la vida, cada entidad viviente es alimento consciente. Un infante o un animal se satisfacen únicamente obteniendo buena comida. Esta etapa de consciencia, en la cual la meta es comer suntuosamente, se llama anna-maya. Anna quiere decir “alimento”. Tras esta uno vive en la consciencia de estar vivo. Si uno puede continuar su vida sin ser atacado o destruido, se considera feliz.
Esta etapa es llamada prana-maya o conciencia de la propia existencia. Tras esta etapa, cuando uno se sitúa en la plataforma mental, su consciencia es llamada mano-maya. La civilización materialista está primeramente situada en estas tres etapas, anna-maya, prana-maya, y mano-maya.
La primera preocupación de una persona civilizada es el desarrollo económico, la siguiente preocupación es la defensa en contra de la aniquilación, y la siguiente consciencia es la especulación mental, la aproximación filosófica a los valores de la vida. Si a través del proceso evolutivo de la vida filosófica sucede que uno alcanza la plataforma de la vida intelectual y entiende que no es este cuerpo material sino un alma espiritual, estará situado en la plataforma vijnana-maya.
Entonces, a través de la evolución en la vida espiritual, llegará a la comprensión del Señor Supremo, o del Alma Suprema. Cuando uno desarrolla su relación con Él y ejecuta servicio devocional, esa plataforma de vida es llamada consciencia de Krishna, la plataforma de ānanda-maya. Ananda-maya tal como se ha dicho en el Vedanta-sutra, ānanda-mayo ‘bhyasat.
El Brahmán Supremo y el Brahmán subordinado, o la Suprema Personalidad de Dios y las entidades vivientes, son ambas gozosas por naturaleza, Mientras las entidades vivientes están situadas en las cuatro etapas de la vida —amma-maya, prana-maya, mano-maya y vijnana-maya— se considera que están en una condición de vida material, pero tan pronto uno alcanza la plataforma de ānanda-maya, es un alma liberada.
Esta etapa ananda-maya se explica en el Bhagavad-Gīta como la etapa brahma-bhuta. Ahí se dice que en la etapa brahma-bhuta de vida no hay ansiedad ni anhelo. Esta etapa empieza cuando uno está igualmente dispuesto hacia todas las entidades vivientes, y entonces se expande hacia la etapa de consciencia de Krishna, en la cual uno siempre anhela prestar servicio hacia la Suprema Personalidad de Dios.
Este anhelo por avanzar en el servicio devocional no es igual al anhelo por la gratificación de la existencia material, En otras palabras, el ansia queda en la vida espiritual, pero es purificada. Similarmente, cuando nuestros sentidos son purificado, se liberan de todas las etapas materiales, llamadas anna-maya, prana-maya, mano-maya, y vijnana-maya, y se sitúan en la etapa más elevada —ananda-maya, o vida dichosa en la consciencia de Krsna.
[i] (Evolución Subjetiva de la Consciencia, Por Bhakti Rakshak Sridhar Guardian of Devotion Press, 1989 P. 2)

[ii] Bhaktivinoda Thakura, Krishna-Samhita, traducido por Kushakratha p. 99.
[iii] ततो विशेषं प्रतिपद्य निर्भयस्तेनात्मनापोऽनलमूर्तिरत्वरन्
ज्योतिर्मयो वायुमुपेत्य काले वाय्वात्मना खं बृहदात्मलिङ्गम् ॥२८॥

tato viśeṣaḿ pratipadya nirbhayas
tenātmanāpo 'nala-mūrtir atvaran
jyotirmayo vāyum upetya kāle
vāyv-ātmanā khaḿ bṛhad ātma-lińgam

[iv] http://btg.krishna.com/stages-consciousness


Consciousness and Self IX




 God, Demons, and Shadow Planets





Angkor Wat

Ask about the modern wonders of the world and you may hear of the Great Pyramids of Egypt, the mysterious ruins of Macchu Picchu in Peru, the Great Wall of China, the Pyramid of Kukulkan at Chichen Itza in Yucatan, Mexico. The Coliseum in Rome, the Taj Mahal at Agra, India or even the Winter Palace of the Tsars of Russia, now the Hermitage Museum in St. Petersburg, Russia may also be mentioned, along with the Louvre in Paris, or the Palace of Versailles, residence of the last kings of France.

None of these match the splendour and mystery of Angkor Wat. Angkor Wat, the “city which is a temple” is the most imposing of the mountain temples built during the height of the Khmer civilization to enshrine the worship of Vishnu and the king who built His monument, Suryavarman VII.

In the valleys of the Tonle Sap Lake in Cambodia, hand-picked craftsmen and architects among the ancient Khmer worked nonstop to finish the great temple of Vishnu at Angkor during the lifetime of Suryavarman. The quality of its design and carved stone adornments, the symbolization of Mount Meru as the center of the Vedic universe, its sanctuarys and inner sanctum, and its surrounding reflecting pools make Angkor Wat a unique spiritual space unparalleled in its architecture.

Writing in 1585, the Portuguese explore Diego De Couto notes, “This temple is such a particular construction that one can hardly describe it with the pen, nor can one compare it to any other building in the world.” Hundreds of years later, his description still rings true.
In some sections of the building every square inch of the walls have been hand-carved with intricate designs. While temple complexes in Cambodia cover hundreds of square miles, Angkor Wat stands above these as the most important of all the Khmer temples. Here, the buildings are constructed with the idea of replicating the mythical Mount Meru, considered to be the center of the universe.

In a sense, Angkor Wat is a yantra, a kind of architectural machine meant to draw its visitors into elevated consciousness through a complex mandala of reflecting pools, shrines, bas reliefs, and inner sanctums. No visitor leaves here with their consciousness untouched by a profound meditative experience. It is the largest religious complex ever built by man.


If, as Le Corbusier said, “A house is a machine for living,” then Angkor is a machine for raising awareness and developing divine consciousness. Constructed in an age when few had access to books and fewer still were able to read and write, Angkor not only tells a story as one walks through its halls; it is a special mechanism for bringing one to a higher level of consciousness not only through the contemplation of its architectural wonders, but also through the manipulation of meditative space.
And as one wanders through this meditative space, after crossing the moat that separates the inner space of Angkor from the outer world of dusty Cambodian streets, one is struck by the power of the outer gates and towers. Gradually walking higher, one comes to a hall where massive bas reliefs where carved in the laterite walls some 800 years ago by the best sculptors of Suryavarman VII.
At Angkor Thom, 2015
Among the striking bas reliefs are the story of Ramāyana and Mahābharata, made visible to all who have heard these epics and know them by heart, but who were unable to read Sanskrit. In the West Gallery is a huge bas-relief covering the entirety of the wall: there is Rāma and Lakṣmana, and Hanumāna, the ten-headed Rāvana and his brother Vibhiṣana, Jambhavan the bear and his armies. On the other side is the Mahābharata with Bhima and Arjuna, Yudhisthira and his brothers, the thousands of soldiers at the Kurukshetra war headed by Bhishma. There are chariots at war and Bhishma impaled on arrows.

Given the limits of the wallspace, one wonders what stories from the ancient world might be given prominence here. Walking along, one reaches the east gallery. Here one is struck by another huge bas-relief. This is an immense stone carving of the story of the churning of the ocean of milk.
gods and demons churn ocean of milk, bas relief, Angkor Wat

This story is recounted in Mahābhārata and in the Pūranas, notably the Bhāgavata Pūrana. It is a kind of creation story. Long ago, before the world began, the gods or suryas were threatened by the danavas demonic anti-gods. When they asked Vishnu, the Lord of the Universe, for help, he explained that they would need amṛta, a kind of tonic for immortality. This amṛta could be found at the bottom of the milk ocean, but the gods would have to churn the ocean to achieve it. The gods used the mystic mountain Mandara as a churning rod and wrapped the serpent Vasuki around it as their rope. 
gods and demons churn the ocean of milk, book illustration, India

The demonic anti-gods joined in, spurred by the idea that they would take the nectar for themselves. The gods took the snake by the tail and the demons by the head and began to churn the mountain. When it began to sink Vishnu incarnated as a cosmic tortoise and held the churning rod of Mandara mountain on his back. And so the gods and demons began to move the milk ocean.


gods and demons churn the ocean of milk, poster, India

Gradually strange and wonderful beings emerged from the soup: the 7-headed white horse Uchaishravas, the goddess Lakshmi, as well as the celestial apsaras, divine heavenly nymphs. There appeared the Surabhi wish-fullfilling cow as well as the moon itself and the kaustabha jewel that adorns the chest of Lord Vishnu. Many valuable herbs, medicines and spices along with the Parijata tree appeared from the ocean of milk as it was churned and churned by the gods and demons.

At the same time as medicines were released by the churning, certain poisons also appeared. This miasma was dangerous and so was sipped up by Lord Shiva who held it in his throat, turning is throat blue. For this reason he is called, “Nila-kanta” or the blue-throated one.

When the amrita finally rose to the surface it was collected in a golden vessel by the physican among the gods, Dhanvantari, himself, another form of Vishnu. The demons rushed to collect the vessel of and steal the nectar of immortality from the gods.

But Vishnu incarnated again, this time as a beautiful girl with a charming smile and ruby red lips, Mohini. Disguised as this bewitching nymph God Himself Vishnu convinced the demons to wait their turn as the nectar was first distributed to the gods. Distracted by beauty, the demons sat and watched as every last drop was given to the thirst gods, who became immortal by drinking the nectar.
Rahu, Statue from the British Museum

All except Rahu. This clever anti-god sat between the sun and the moon and managed to get a taste of the nectar. But before he could swallow, he was detected by Vishnu Himself who immediately launched his sudarshana chakra and beheaded the demon. And yet, since the nectar had touched Rahu’s lips and throat, his head became immortal. To ensure he could do no harm he was cast into the heavens. There he sits today as a kind of shadow planet. According to Hindu tradition, the eclipse of the sun is caused when Rahu tries to eat the sun. Since he has no body, the sun soon passes out through his throat.

In Vedic Astrology Rahu’s influence is calculated in one’s horoscope. While Rahu is a “shadow planet” and does not physically exist, still its impact is considered important, full of strength and divine meaning. With its shadowy nature, Rahu acts on an emotional and internal level.
A superficial reading of this story gives only a kind of myth, a strange supernatural explanation of the universe that has little to do with our experience.

And yet, when I saw this Bas Relief in Angkor I could not but wonder why this particular story held pride of place for Suryavarman VII. Why would his expert sculptors go to such great lengths to inscribe this forever in stone on the temple walls. It must have a deep significance or meaning, beyond the mere superficiality of the creation story. In fact, it does, as we shall see. His explanation expands on the theme we have been exploring, that of the veracity of the Vedic version, as well as the self and consciousness, particularly the meaning of cidābhasa, or the “hazy consciousness through which mind must pass to access matter.”

Srīdhara Mahārāja comments on these topics and the meaning of Rahu in his book, “Subjective evolution of Consciousness.”


“Once, I considered from this point of view the question of the planets in Vedic cosmology. We see that by the movement of the different planets, a solar eclipse is caused by the moon’s shadow falling upon the Earth. And yet in the scriptures it has been described that during an eclipse, the planet Rāhu is devouring the sun or the moon. When Śrīla Bhaktisiddhānta Saraswatī Ṭhākura was in Purī during his last days and an eclipse came, one devotee who was supposed to know siddhānta, the conclusions of scripture, was sitting next to Prabhupāda. He suddenly ridiculed the idea given in the Bhāgavatam that during a solar or lunar eclipse Rāhu devours the sun or moon.

I could not tolerate that such a remark should be passed in regard to the Bhāgavatam and argued that what Śrīmad-Bhāgavatam has stated is not to be taken lightly. I offered what seemed like some far-fetched support. I said that in his Jaiva Dharma, Bhaktivinoda Ṭhākura has created so many characters, but I think that they are not imaginary.
What he has written might have occurred during some other millennium (kalpa), or day of Brahmā, and that has now come lightly. Considering the importance of the literal meaning of scripture, Bhaktivedānta Swāmī Mahārāja presented Bhagavad-gītā As It Is.

“I thought, ‘How am I to prove what the Bhāgavatam says? I don’t know. But what is said in Śrīmad-Bhāgavatam must be true. I have faith in that.

“There are so many statements on the cosmology of the universe in the scriptures. The Aryans, the spiritually developed men of former times, used to see everything as consciousness. They saw that the shadow is also conscious.
“The shadow, ābhāsa, is also considered to be a stage of consciousness. Only through that shadowy stage of consciousness can we come to the material conception of a thing. Before we reach the conception of a shadow, we must pass through some mental stage, and personification may be attached to that mental stage. The personification of the shadow may be referred to as “Rāhu.”
The soul approaches matter, the material world, but before that, he must pass through a shadowy stage of consciousness called chidābhāsa.
“Consciousness passes through the shadow level of consciousness into matter, non-consciousness. And that shadow stage of consciousness has its personality. It is also conscious, and may be known “see things as material. What is concrete matter is unknown. It is a mere effect of consciousness. As everything material must have some conscious origin, or origin in personal consciousness, there must be a personal conception of the sun, the moon, the Earth, and all the planets. Before we reach the conception of a shadow or any other object, the soul has to pass through a conscious stage. That stage has some spiritual existence as a person.
Therefore the Bhāgavatam refers to the sun, the moon, and the planet Rāhu, as persons. Everything – the Earth, the moon, the stars, the planets – has a personal conception. In the background of what we can perceive with our dull senses, everything that is said to be matter, there must be a personal conception. Without the influence of a personal conception, consciousness cannot reach the stage of gross matter.
Therefore, in the ancient scriptures we find that the great sages and ṛṣis are always addressing everything within this world as a person. Although to us it is dead matter, they have considered them as persons. Why? The matter is rather the shadow of the personal entity. The personal, conscious entity is more real.
“When we conceive of the personal representation of that shadow, it will be known as Rāhu. Everything is conscious. The shadow, its effect – everything. When the moon is between the sun and the Earth, the shadow of the moon is coming here, and what is coming is also conscious. Everything is conscious first – then there is matter. From the personal conception things evolve to gross consciousness. It is all personal. So the ṛṣis with such a vision of reality used to address everything as a person: the trees, the mountains, the sun, the moon, the ocean. When pure consciousness is coming to experience pure matter, then there must first be some mixed stage, and that is a person suffering in karma. Person means they are not a fully developed spiritual person at present, but in a mixed condition. So what the ṛṣis are saying – that everything is a person – is real; it is not a concoction.
Everything is conscious. As the present scientists say everything is matter, we have real cause to think that everything is conscious. Whatever you see does not matter; we can directly feel what is in our nature. That is conscious. Our consciousness may be “there must first be some mixed stage, and that is a person suffering in karma. Person means they are not a fully developed spiritual person at present, but in a mixed condition. So what the ṛṣis are saying – that everything is a person – is real; it is not a concoction.
Everything is conscious. As the present scientists say everything is matter, we have real cause to think that everything is conscious. Whatever you see does not matter; we can directly feel what is in our nature. That is conscious. Our consciousness may be in a developed or degraded position, but consciousness is nearer to us. We feel our mental energy only.”

“Everything has its representation in the original, personal, conscious, spiritual reality. Otherwise, there is no possibility of its being reflected into this plane as matter. First there is consciousness and then when it is in a more gross condition, it appears to be matter. In the study of ontology it is taught that when studying a particular thing, although we can know that it has certain attributes to the eye, and that it appears to the ear in a particular way, these are all appearances. Independent of appearances, the ontological aspect of a thing – what it is, the reality of a thing – is unknown and unknowable.
“My contention is that when consciousness is going to feel non-conscious matter it will have to pass through a conscious area to meet the material object. So the full perception of that material thing cannot but be conscious; and consciousness always indicates person. First there is conception and then the material idea.
The conscious world is very near and the material world is very far off. Therefore the great ṛṣis, whose thinking is highly developed, address whatever they find within the environment as if they are all persons. In the Vedas, the ancient scriptural literature of India, we find that the saints and sages are always in the midst of so many persons; in the background everything is a person.”

“Thinking, feeling, willing – a living entity has three phases. And it is also the same with God and his potency. There is a subject existing first, and then his experiences. And experiences of the subtlemost character come first and are given the most importance. And when the subject is coming to the more distant area to conceive of matter, that will be the farthest point from him. He will address everything by which he is surrounded with personal conceptions.
A personal conception cannot but assert that matter is far off. The direct connection of consciousness is with the shadow, the reflection of the material into the conscious world. The soul can understand that only. If matter can exist independently, then also matter has a shadow in the conscious world and the soul is concerned with that shadow.
In other words, there is the person and then the body. Just as the body is the after-effect of the conscious living agent, matter is the after-effect of spirit. Irrespective of all material consciousness, that which is in direct contact with soul is all personal. Chidābhāsa is something like the mental substance we have within.
There are two kinds of persons, kṣara and akṣara: the pure liberated soul and the soul who is struggling in matter. When liberated and non-liberated persons are mixed within the world of material transactions, whether as moving or non-moving entities, or whatever their position might be, still they should be considered persons. Since everything is a unit of consciousness, everything has personal existence. “Everything is a person. Before we go to the material conception, we must pass through the personal conception or aspect of that thing. In Vṛṇdāvana everything is conscious, but some things are posing in a passive way. But they are all conscious: the Yamunā river, the cows, the trees, the fruit – everything is conscious, spiritual, but they pose in different ways. Being able to
detect the conscious characteristic in everything, the Aryans saw all of nature as conscious and personal, and addressed everything as conscious.
Consciousness and personality are the universal basis of reality. Whatever we may experience is conscious. The reflection of a material object is within me, and the plane within me is conscious. The subject is consciousness, and whatever kind of thing the object may be, it casts its reflection into the plane of consciousness. The observer of any objective reality is involved only with consciousness from beginning to end, and can have no conception of matter apart from consciousness.”