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Monday, February 6, 2017

La Historia del Gandharva

La Historia del Gandharva
 por Michael Dolan, B.V. Mahayogi, 
traducida por Teresa Loret de Mola



En mi última publicación, mencioné la historia de los Pāṇḍavas y los Kurus y de cómo conocieron a los guerreros Gandharvas. Recuerdo la historia tal como me la contó mi guru Maharaja, B.R Śrīdhara. Tal como me la contó, debemos superar diferencias sectarias para hallar la unidad entre hermanos, incluso cuando las diferencias en la familia son fuertes. He adoptado esta sección de mis recuerdos  de su relato y consultando la excelente traducción de K.M Ganguli, que es de dominio público. Espero les satisfaga.
Kṛṣṇa se encuentra con los Pāṇḍavas en el Exilio del bosque.
Y fue así que Markandeya pasó mucho tiempo en el bosque con Kṛṣṇa y con Satyabhama, los Pāṇḍavas y todos los santos reunidos y habló largamente acerca del propósito de la vida citando muchos ejemplos y cuentos de antiguas historias y Puranas. Discutió la importancia de los brahmanes y las reglas para los reyes al igual que la conducta adecuada para las mujeres. Y cuando llego el momento de irse, se fue hacia lo profundo del bosque.
Y Kṛṣṇa también, el asesino de madhu, también llamado Janardana, habiendo conversado durante mucho tiempo con los hijos de Paṇḍu y con los brahmanes encabezados por Markandeya, montó su carruaje de oro y llamó a Satyabhama. Quien se entristeció al decir adiós a Draupadī y le dijo. “Oh, la de los ojos negros, se ha predicho que un día gobernarás Hastinapura en paz con tus maridos. Así sea”. Despidiéndose de este modo, montó el carro de Kṛṣṇa. Y Kṛṣṇa, se desvaneció entre los bosques como un relámpago que aparece brevemente en el cielo y después desaparece. Con el final de la visita de Kṛṣṇa, los hijos de Paṇḍu de nuevo atravesaron la selva hasta llegar al lago y al bosque conocido como Dwaita.
Entonces sucedió que un brahmán que había seguido en compañía de los Pāṇḍavas por algún tiempo.
Un Brāhmaṇa en Hastinapura
Y sucedió un día que el brahmán dejó el bosque y a los Pāṇḍavas atrás, y vagando llegó a Hastinapura. Ahí fue recibido por el viejo rey ciego, Dhritarasthra. Y cuando el rey preguntó acerca de sus aventuras, buscando la verdad en el universo, el brahmán contestó que había pasado tiempo en el bosque con el exiliado Yudhiṣthira.
Ante esto el Rey ciego se interesó grandemente y entonces el brahmán quien era un excelente cuentacuentos, describió a los hijos de Paṇḍu. Le dijo al rey que estaban débiles  y demacrados por el ayuno y por las austeridades y penitencias en el bosque. Las sombras de su antiguo ser se habían reducido a causa de la exposición al viento y al sol. Y al oír esto, el viejo y ciego rey se apiadó de ellos, y estaba afligido con gran pena pensando que los príncipes reales nadaban en un río sufrimiento.
Preguntó “¿Y cómo está Yudhiṣthira?”
El brahmán describió lo que había visto. Le dijo cómo había regresado Arjuna de los planetas celestiales armado de armas divinas: cómo estaba más listo que nunca para marchar contra los Kurus en batalla mortal. Cómo Bhīma había mandado a muchos guerreros fantasmales y a muchos monstruos del bosque  a la corte de la muerte. Mencionó que los gemelos pasaban horas preparándose para la guerra. Le dijo cómo Yudhiṣthira había hablado con Kṛṣṇa y  que los Pāṇḍavas ahora tenían muchos aliados: Los Vrishnis, los Madhus, e incluso los Yakshas y los Rakshasas, amigos del hizo de Bhīma Ghatotkacha. Habló de la alianza de Bhīma con Hanumāna y las armas celestiales otorgadas por Śiva,  Vayu e Indra. Le explicó que aunque los hijos de Paṇḍu habían sufrido varias clases de dificultades, estaban ahora endurecidos por la experiencia y preparados más que nunca para la guerra.
Y agradeciendo al brahmán, dándole armas y enviándolo a su camino, el Rey ciego fue hacia su hijo Duryodhana y le contó todo. Duryodhana fue a su vez en busca de consejo con Shakuni y Karna Y de esta manera discutieron el empezar a conspirar.
Y Shakuni argumentó que lo mejor sería atacar a los Pāṇḍavas en el bosque mientras estaban débiles. Dijo, “Tus rivales los Pāṇḍavas han estado exiliados en el bosque por largos años. Así que has gobernado el reino de Hastinapura solo. Yudhiṣthira y sus hermanos han sido olvidados y no son sino material de leyendas, mientras que la gente te ama y los reyes del norte y el sur te ofrecen sus tesoros en tributo. Ahora es tiempo de consolidar tu poder. Deja que cabalguemos hacia el bosque con un séquito de seguidores. Tú puedes cabalgar con tus reinas vestidas en seda fino y con hilos de oro. Y cuando la hambrienta y miserable Draupadī, vestida con harapos y pieles de ciervo, contemple la opulencia de nuestro séquito estará humillada y desgarrará sus cabellos desesperada. Debemos humillar a los Pāṇḍavas con nuestras riquezas. Y al hacerlo se descorazonarán y renunciarán a la idea de la guerra, o en febriles atacaran no estando preparados. Cuando ataquen nos desharemos de ellos y los cortaremos como hojuelas  de trigo seco después de la siega”.
Y escuchando estas palabras del inteligente Shakuni. El cruel Duryodhana se envalentonó y dijo, “Me gusta esto. Es un buen plan. Pero qué con mi padre el rey. Siempre melancólico y lamentando el día que exiliamos a los Pāṇḍavas. Él siente simpatía por Yudhiṣthira y sus hermanos. No creo que nos permita penetrar el bosque en donde están exiliados. Y tiene el respaldo de Droṇa nuestro guru militar y el de Bhiṣma el gran abuelo nuestro. Oh inteligente Shakuni necesitamos un pretexto para ir hacia el bosque”.
Karna dijo, “Nuestros rebaños de ganado están pasando por ese mismo bosque. ¿Y si pasamos bajo el pretexto de cuidar nuestras vacas y toros que vagan por ahí?”
“¡Brillante!” dijo Shakuni. “La idea que buscaba. El rey seguramente nos dará permiso para cuidar de nuestro ganado.”
Y entonces fueron a ver al rey, Dhritarasthra. Se sentaron en el salón del trono, preguntaron por s salud cuando el pastor, Samanga, entró. Con una señal de Duryodhana Samanga dirigió la conversación hacia las vacas y sus necesidades y empezó a hablar de cómo el rebaño estaba en el bosque de Dwaita. Karna se unió a la charla. Teniendo cuidado de no mencionar a los Pāṇḍavas, habló de la importancia de proteger a las vacas. Se volvió hacia su amigo Duryodhana y dijo, “Oh Kaurava, nuestro ganado se halla en los establos que están en un sitio encantador del bosque de Dwaita. Algunas vacas están pariendo. Es un momento propicio para visitarlos, ahora que estamos en el sagrado mes de Kartikka. La cacería es muy buena ahora mismo después de la estación de lluvias y muchos ciervos corren ahí libremente”.
Y Dhritarasthra dijo, “Sí, es un tiempo excelente para la protección de las vacas y para cazar jabalíes y ciervos que corren ahí libremente. Pero hemos escuchado que esas grandes almas, los Pāṇḍavas, han hecho su hogar ahí. Después de que fueron timados con su reino por medios engañosos. Sería una vergüenza el ofenderlos. No creo que sea una buena idea el molestarlos u ofenderlos”.
Shakuni dijo, “El Rey Yudhiṣthira es el emblema mismo de la justicia. ¿Por qué se molestaría si nos ocupamos de la protección de nuestras vacas? Y sus hermanos le siguen. Sabiendo que su decisión es verdadera. No pienso que se molestarán con nosotros. Y de cualquier modo, estamos interesados en una buena cacería, pero no iremos por ahí, Evitaremos cualquier choque con los Pāṇḍavas y nos mantendremos lejos de su campamento”.
Y tras escuchar los argumentos expertos del astuto Shakuni, Dhritarasthra dio su permiso para realizar una cacería con almuerzo que se llevaría a cabo en el bosque Dwaita, cerca de donde los Pāṇḍavas acampaban, recomendando que Yudhiṣthira y sus hermanos no fueran molestados. De este modo, Duryodhana el hijo de Gandhari se dirigió hacia el bosque dwaita acompañado con Karna y rodeado de un gran séquito. Shakuni y Dushasana fueron con él al igual que muchos otros príncipes armados. La comitiva incluía muchas damas de la corte vestidas finamente. Partieron con muchos elefantes y caballos, soldados de infantería y guardaespaldas, al igual que tiendas y pabellones y comerciantes ansiosos de hacer negocios en el gran almuerzo campestre en los bosques de Dwaita. Lentamente dejaron Hastinapura y se dirigieron hacia el bosque de Kamyaka. Poco a poco la compañía de Duryodhana se acercó a los bosques y dejó atrás el camino pavimentado del rey y el polvo y el bullicio de la ciudad, entraron al rústico paraíso de bosques verdes y valles florecientes. Y yendo de un bosque a otro, el Rey Duryodhana junto con sus seguidores y vehículos penetraron la selva Kamayaka y entraron a los bosques de Dwaita. El largo contingente de seguidores era un sorprendente espectáculo con su cantidad de caballos y elefantes, soldados listos para la batalla y las brillantes cuadrigas. Duryodhana cabalgó a la cabeza junto con Karna y Dushashana y su tío, Shakuni. El pastor Samanga era su guía y les enseñó en dónde paraba el ganado y donde estaban los establos y donde pastaban las vacas. Llegaron hasta una deliciosa zona de sombra con árboles y agua y empezaron a levantar las tiendas y los pabellones con todas las comodidades de un palacio. Pasaron la noche ahí y al día siguiente el Rey Duryodhana, junto con sus hermanos, fueron a inspeccionar las vacas y toros que pastaban en esa parte del bosque. Y marcaron con signos especiales a sus toros y terneros, contaron a todos los terneros de tres años. Y por la tarde los príncipes junto con los pastores hicieron deporte y almorzaron ahí. Los pastores tomaron sus pipas y tambores y bailaron y cantaron. Comíeron ricamente, y después, cuando se elevaba la luna, vírgenes campiranas decoradas en joyas jugaron con el hijo de Dhritarasthra. Asegurándole toda diversión principesca. Y al día siguiente el rey rodeado de damas de la corte dio riquezas en caridad y prodigó comida y bebida a todos.
El cruel Duryodhana amaba cazar y asesinar animales de todo tipo y se divertía matando hienas y búfalos y venados y jabalíes que habitaban esas colinas. De este modo Duryodhana y sus seguidores despojaban al bosque, talaron árboles para disfrutar de las colmenas cuya fina miel embriagó a sus acompañantes y a sus señoras. Atravesaron muchos animales con las veloces flechas de sus arcos. Persiguieron  a los arrendajos de cuello azul de los árboles y corrieron y se divertían por todas partes. Finalmente vieron el maravilloso lago Dwaitayana, cerca del sitio en donde los Pāṇḍavas y Draupadī hicieron su campamento. Y cuando sus espías confirmaron que de hecho los Pāṇḍavas estaban cerca, Duryodhana ordenó a sus hombres diciendo, “Que se instalen aquí los pabellones y las casas de recreo aquí cerca de la orilla del lago con gran esplendor y opulencia y no pierdan oportunidad de humillar a los Pāṇḍavas”.
Los Gandharvas no están contentos.
Pero cuando los hombres de Duryodhana empezaron a entrar a los bosques cercanos a la orilla del lago con el propósito de recolectar madera para construir fueron rechazados por numerosos Gandharvas quienes les impidieron la entrada, diciendo, “Estimados señores, el Rey de los Gandharvas se halla ahora en estos bosques disfrutando con las apsaras celestiales, las jóvenes bailarinas de la corte celestial. No es un momento propicio para entrar”.
Ahora los Gandharvas son seres celestiales con poderes místicos y es mejor evitar el ofenderlos. Pero Duryodhana no hizo caso de las advertencias de sus hombres y ordenó a sus soldados diciendo, “Castiguen a esos miserables que se oponen a mi voluntad”.
Al escuchar esas palabras de Duryodhana sus oficiales y sus hijos, dotados de gran fuerza y armados para la batalla se precipitaron hacia los Gandharvas que estaban vigilando las puertas de los bosques cercanos al lago.
Los Gandharvas, al ver a los guerreros, amablemente les impidieron el paso. Pero los soldados Kuru los despreciaron y comenzaron a avanzar hacia el bosque, listos para cortar árboles, cortar leña, cazar jabalíes y ciervos ahí y hacer la voluntad de su amo, el cruel rey Duryodhana. Entonces cuando los Gandharvas se dieron cuenta de que los guerreros de Duryodhana no podían ser detenidos con palabras fueron hacia su rey, Chitrasena. Quien tras escuchar del loco orgullo de Duryodhana, se enfureció, diciendo, “Castiguen a esos malditos miserables. Avancen y presenten batalla”.
Gandharvas Vs Duryodhana
Con esto los Gandharvas tomaron las armas en contra del séquito de Duryodhana y alistaron sus filas. Los soldados huyeron y volvieron corriendo a Duryodhana. Le dijeron a Duryodhana todo lo que los feroces Gandharvas habían dicho. Y Duryodhana se enfureció. Dijo “Castíguenos, avancen y mátenlos”. Y fue así como el ejército de los hijos de Dhṛtaraṣṭra  tomó sus carros para destruir a los Gandharvas. Los Gandharvas se apresuraron hacia los seguidores de Duryodhana con las armas levantadas vibrando mantras divinos. Y la visión de esos guerreros celestiales era tal que los soldados Kurus se volvieron y huyeron del campo de batalla. Sólo el heroico Karna se mantuvo firme. Y viendo al poderoso ejército de Gandharvas corriendo hacia él sediento de sangre. Karna despachó a muchos de ellos a la tierra de los muertos. Con gran destreza y una mano veloz golpeó a cientos de soldados usando distintos tipos de flechas y armas hechas de hueso y acero. El gran guerrero hizo rodar muchas cabezas Gandharvas causando pánico entre sus filas.
Y cuando las tropas de Chistrasena eran asesinadas en batalla, ese Rey Gandharva se enfureció y condujo a sus guerreros a destruir el ejército de los Kurus. Chistrasena estaba determinado a exterminar a los Kurus. Y seres celestiales, creaturas nacidas de los dioses los Gandharvas, emplearon sus poderes místicos y sus armas de ilusión. Con esto los guerreros Kurus fueron despojados de sus sentidos. Estaban confundidos y veían Gandharvas en todos los flancos presionándolos con filosas armas. Aterrorizados  por el ataque de Chitrasena, los soldados que habían apoyado valientemente a Karna en su ataque  huyeron. El propio Karna luchó valiente, pero pronto los guerreros Gandharva volaron sobre él en combate cercano con espada y hachas de batalla y espíritus. Rompieron el eje de su carro y mataron sus caballos Cortaron la sombrilla de su carruaje y la destruyeron rompiendo por la mitad el carro. Karna saltó de su carro con la espada y el escudo en la mano. Corrió hacia el carro de su amigo Vikarna y para su vergüenza huyó de la batalla.
Y como él corrió de la batalla el propio Rey Duryodhana entró a la pelea acelerado a través de sus filas y carruajes y lanzando una cortina de flechas feroces. Pero los Gandharvas ignoraron sus flechas de hierro, lo cercaron despedazando su carro. Mataron a su conductor y caballos con sus hachas de batalla. En un instante el gran Rey de los Gandharvas, el propio Chistrasena tomó a Duryodhana del cabello. Lo sacudió con tanta fuerza que parecía que su alma había abandonado su cuerpo. Del mismo modo el Gandharva arrestó a Dushasana y al inteligente Shakuni y los llevó a su campamento.
La Reacción de los Pāṇḍavas
Y esto sucedía en el campo de batalla, los soldados que habían huido del ataque llegaron hasta el ashram de Yudhiṣthira. Y ante el orgulloso Bhīma y Arjuna cayeron de rodillas y suplicaron por la protección de los Pāṇḍavas. Sus ojos aterrorizados sobresalían de sus caras y sudaban sus frentes mientras contaban los eventos en el campo de batalla.
“El poderoso hijo armado de Dhritarasthra ha sido tomado cautivo por los guerreros Gandharvas. Y ahora ese rey,, sus hermanos encabezados por Dushasana, junto con sus reinas y sus damas de a corte real están siendo arrastrados en cadenas. ¡Ayúdenos hermanos! Sólo ustedes pueden salvarnos”.
Y así los seguidores de Duryodhana, enloquecidos de dolor, cayeron a los pies de los Pāṇḍavas y suplicaron por ayuda. El poderoso Bhīma sacudía de risa sus costados. Dijo “Lo que podríamos haber hecho con gran esfuerzo el Gandharva lo ha hecho por nosotros. Me parece que un rey despiadado y engañosos ha sido atrapado en las reacciones de su propio Karma.”
Pero el justo Yudhiṣthira se volvió a su hermano y dijo. “Detén tu lengua. Después de todo Duryodhana es familia. Es verdad que ha habido desacuerdo entre nosotros, y que somos cinco contra cien. Pero, cuando somos atacados desde fuera, somos 105. Cabalguemos en los carros que quedaron atrás. Veamos cómo enfrentan el poderoso brazo de Arjuna”.
Incluso entonces Arjuna dijo, “Si los Gandharvas no se entregan y liberan al hijo de Dhirtarastra, entonces juraré por mi brazo derecho que este día la tierra beberá la sangre de su Rey”.
Los pabellones de placer y las tiendas de campaña con bienes y riquezas fueron rodeadas para protección de los Pāṇḍavas al igual que los caballos y elefantes, la infantería, los carruajes, arcos y flechas y todas las armas del séquito real de Duryodhana. Los Pāṇḍavas se prepararon para la guerra cubriéndose de mallas de guerra decoradas con oro y se armaron con armas celestiales de todo tipo. Y animados por las palabras de Yudhiṣthira, Bhīma condujo a los guerreros hacia la batalla. El ejército de los Kurus reformado con el de los poderosos hombros, Bhīma y Arjuna a la cabeza.
Cabalgaron hacia la batalla contra los Gandharvas quienes estaban embriagados de victoria. Yudhiṣthira había instruido a los Pāṇḍavas a involucrarse en la escaramuza únicamente par amostrar la fuerza de sus armas, pero los Gandharvas estaban orgullosos y empezaron la carga asesina. Arjuna apeló a su buen sentido, recordándoles que era amigo de Chitrasena, pero los cabeza dura y despiadados Gandharvas corrieron hacia él. Así que Arjuna hizo llover sus flechas afiladas contra ellos y atravesó a muchos Gandharvas, y mientras que los Pāṇḍavas era sólo cuatro y los Gandharvas miles, la batalla fue terrible. Los Gandharvas intentaron y fallaron en romper los carruajes de los Pāṇḍavas. Y Arjuna se enfureció e hizo caer sus armas celestiales sobre los Gandharvas, usando sus armas de fuego para quemar sus filas. Bhīma mató a muchos con su poderoso arco y Nakula y Sahadeva enviaron a muchos Gandharvas a la corte de Yamaraja.
Finalmente el propio Chitrasena se adelantó y dijo. “¡Mirad! Mi viejo amigo Arjuna está peleando contra mi”.
Y colocando su carro entre los ejércitos, dijo, “¡Esperen! Paren las armas. Hablaré con Arjuna”.
Con esto los soldados detuvieron sus armas y miraron mientras Arjuna se acercaba a Chitrasena en el campo de batalla. Conforme se acercaban entre sí bajaron las armas y se saludaron amistosamente, recordaron sus aventuras entre los celestiales y el aventura de Urvasi. Chitrasena se sentó en su carro y habló a Arjuna y le preguntó por la salud de sus hermanos.
Y Arjuna dijo, “¿Qué tienes amigo mío, en contra de los Kurus? ¿Cuál es la causa de este derramamiento de sangre?”
Y Chistrasena sonriendo, dijo. “El por qué es que escuché de mis espías el plan de Duryodhana para venir aquí y humillarte. El propio Indra, señor de la lluvia, tu padre vino a mi y dijo, ‘Captura a Duryodhana y sus secuaces. Protege a mi hijo.’ Con ese propósito he venido al lago de Dwaipayana y he puesto mi campamento. Este príncipe malvado aún está encadenado. Lo entregaré a la corte de los dioses para que sea juzgado. No hay duda de que será ejecutado por sus crímenes. Lamento mucho si he causado algún problema a ti y a tus hermanos. Ha de haber algún malentendido. Pero ¿por qué has peleado con mis soldados Gandharva? Somos tus amigos”.
“Libéralo” dijo Arjuna
“Pero este desgraciado vano les ha engañado y maltratado tanto a ti como a tu señor Yudhiṣthira.”
Yudhiṣthira apareció ante ellos en su carruaje dorado. “Libéralo” dijo el rey. “Nos has hecho un gran acto de bondad al humillar a nuestros enemigos. Pero esta no es tu batalla. En el momento propicio tomaremos Hastinapura por la fuerza de las armas, pero el tiempo todavía no está maduro. Te agradecemos el defender el honor de nuestra familia y el de Draupadī. El rey envidioso que quiso humillarnos ha sido humillado”.

“Sea” dijo el Gandharva Chitrasena. Ordenó a sus hombres retirarse del campo de batalla. Envió a otros a liberar a Duryodhana, Dushana y a las damas de la corte. Los Pāṇḍavas estaban complacidos al ver a sus hermanas, y primos liberados de los guerreros Gandharvas. Al final Duryodhana se adelantó ardiendo de envidia y vergüenza. Yudhiṣthira se dirigió hacia él, diciendo. “Mi niño, debes evitar esa clase de actos precipitados en el futuro. Llegará el tiempo en que serás juzgado por tu engaño, pero ese tiempo no es ahora. Vuelva a tu capital y toma a tus hombres. Nos veremos pronto en Hastinapura. Ahora vete” Y Duryodhana estaba sobrecogido de vergüenza y angustia. Inclinó la cabeza con tristeza y melancolía y reuniendo a sus tropas y su séquito, abandonó el lago de Dwaitayana y desapareció a través del bosque por el camino que llegó. Procedió hacia su ciudad pensando en su derrota y ardiendo de envidia. En el camino se encontró con Karna quien también sintió vergüenza de la cobardía de huir del enemigo. Y Karna lo saludó diciendo, “¡Duryodhana! Estas vivo. Has conquistado al enemigo en donde yo he fallado. Yo me volví y huí como un cobarde, pero tú te mantuviste firme y prevaleciste. Eres un verdadero guerrero, en donde yo he sido avergonzado por el enemigo.”  Duryodhana humillado replicó, “No Karna, no ha sido así. Es verdad que luchamos duramente con los Gandharvas, pero debo mi vida a nuestros enemigos los Pāṇḍavas. Ellos me han humillado nuevamente al rescatarme de los Gandharvas que nos conquistaron a todos. Fue Arjuna quien me rescató haciendo la paz con Chitrasena el señor de los Gandharvas. Es con un corazón apesadumbrado que regreso a Hastinapura, sabiendo nuevamente que he sido superado por Arjuna y su compañía”. Y con esto, Duryodhana bajó la cabeza y lloró.

Friday, February 3, 2017

Caminante no hay camino...

En la Iglesia Ortodoxa Oriental, el culto del santo nombre ha sido una práctica esotérica al menos desde los tiempos de San Juan Crisóstomo de Grecia. El padre de la Iglesia de Oriente primitiva, nació en el 349 DC, fue arzobispo de Constantinopla, Mientras que se le conocía por su oratoria “boca de oro” y por sus denuncias de los abusos de las autoridades de la Iglesia, fue tal vez mejor conocido como un contribuyente a la Filocalia, una obra teológica importante en la tradición Oriental Ortodoxa. Mientras Crisóstomo fue un iniciador del culto del santo nombre en la Cristiandad Ortodoxa, la Filocalia fue recolectada por diversos maestros orientales de la tradición ortodoxa aproximadamente entre el S IV y el XV.
En el S XVIII dos monjes griegos, San Nicodemo y San Macario, recogieron los textos y las reflexiones que forman la base de la Filocalia y los hicieron públicos en Venecia en 1782. El texto fue publicado originalmente en griego. Pero sería la traducción al ruso de este libro la que captaría la imaginación del mundo oriental. Paisius Velichkovsky, el traductor, era un monje ruso que había visitado la montaña sagrada de Atos en donde viviera y trabajara Nicodemo. Velichkovsky apreció el carácter trascendental de la obra y tradujo uDobrotolubiye.na sección de la obra al eslavo. Su selección fue publicada en 1793 en Moscú con el título Dobrotolubiye.
 Una novela popular, La Senda del Peregrino, o el Cuento del Peregrino incorpora este fragmento de la Filocalia en su historia. La Senda del Peregrino recuenta la historia de un buscador sincero de la verdad  espiritual y el peregrino que vaga a través de Rusia mientras canta el santo nombre de Jesús. En la fórmula mencionada primeramente en la Filocalia. El peregrino lleva consigo una copia del fragmento de Filocalia, citado anteriormente como el Dorbrotolubiye.
La historia de ficción del peregrino es un dispositivo para explorar las enseñanzas de la Filokalia acerca de la oración interna constante, usando el santo nombre de Dios, al igual que de la rendición. La versión de la oración del santo nombre hallada en La senda del Peregrino fue ampliamente leída y conocida en Rusia en el Siglo XIX. Secciones del libro pueden haber servido como modelos para Dostoyevsksy para su Padre Zossima en los Hermanos Karamazov.
La pasión religiosa que anima la Senda del Peregino resuena a través de las novelas de Tolstoy y Dostoyevsksy y hace eco a través incluso de obras modernas como las de Pasternak y Solzhenitsyn. La Senda del Peregrino devela una iniciación mística profunda hacia el éxtasis y la realidad del Reino de Dios prometido por Jesucristo y promete elevar al practicante hacia el estado trascendental de conocimiento divino y amor.
En su prefacio a la “Senda del Peregrino”, el Diario de Oración de Jesús- Anotado y explicado, traducido por Gleb Pokrovsky, 2013, Andrew Harvey explica su experiencia comparando la oración de Jesús con la práctica del canto de la japa que ha descubierto en India:
“He hallado en India por primera vez la práctica de la japa. De repetir el nombre de Dios en el corazón- y ahora entiendo que en la oración de Jesús. “Señor Jesucristo, ten misericordia de mí” la tradición oriental ortodoxa ha hecho el mismo simple y totalmente transformador descubrimiento del poder del nombre divino.
Los éxtasis y revelaciones del narrador anónimo de la Senda del Peregrino no fueron menos profundos y conmovedores que aquellos que sacudieron a Mirabai, Kavir y Toukaram, los grandes místicos hindúes y sufíes cuyo descubrimiento ha cambiado mi vida. Y en la cadena de citas de la Filocalia- desde figuras como Symeon, la Nueva Teología, Isaac el Sirio y Gregorio Palamas- entonces totalmente desconocidos para mí- He reconocido la nota pura y sobria de la certeza mística y el rigor que me había emocionado en el Bhagavad-Gita y los Upaniṣads”.
El camino esotérico seguido en La Senda del Peregrino no debe ser penetrado por los no iniciados. El peregrino o buscador de la verdad está insatisfecho hasta que se encuentra con los starets- el equivalente ruso de santo místico del guru. Debido a que sus intentos eran incursiones sin control en la sabiduría antes de encontrarse con los starets, el peregrino no podía penetrar los secretos de la vida santa. La mera curiosidad no era suficiente para la iluminación divina. Pero cuando el mentor espiritual guía los pasos del peregrino, él entiende la necesidad de la humildad y la rendición. El guru le instruye. “Es el corazón humilde y sencillo el que alcanza esa oración, a través de la pobreza de espíritu y la experiencia viva de ella”. El peregrino se rinde a Dios y su comunión a través de la oración se logra a través de tomar constantemente el santo nombre.
La senda del Peregrino podría haber sido arrumbada en los polvorientos estantes traseros de las librerías y bibliotecas universitarias si no fuera por los escritos de J.D. Salinger. Salinger fue el notable autor recluso del Guardián del Centeno, una novela corta acerca de un adolescente loco y confundido en los 50’s. Aunque desarma al adolescente en su reclamo, la novela fue escrita originalmente para adultos. Salinger había sido bombardeado durante la Segunda Guerra Mundial y regresó sacudido de la violencia. Su adolescente inadaptado era una metáfora de los adultos que fueron devastados por los estragos de la guerra. La generación de la segunda Guerra Mundial, la “Gran Generación” que peleó y venció el programa genocida de Hitler, pero que regresó marcada y herida de la experiencia.
La América de la posguerra hizo todo lo posible para consolarse con gasolina barata, comedias de televisión y Rock and Roll, pero el daño psicológico estaba hecho. La prometedora carrera de Salinger nunca logró cuajar pues nunca pudo superar el trauma de la guerra. Salinger estuvo presente en la liberación del campo de la muerte de Dachau y más tarde le dijo a su hija: “Podrás vivir toda una vida y nunca podrás lograr realmente que el olor de la carne quemada salga de tus fosas nasales”. Invirtió la psicología traumática oscura de una Europa desgarrada por la guerra en la psiquis de su héroe adolescente, Holden Caulfield.
El síndrome del “adolescente problema” de su libro fue un éxito instantáneo. Holden Caulfield ejemplificaba a los adolescentes de los 50’s “Rebelde sin Causa” más tarde encarnado por James Dean. Guardián del Centeno sigue vendiendo millones y frecuentemente se asigna como lectura obligatoria en las clases de secundaria, tanto por su prosa alegre y su estilo conversacional como por su tema de juventud inadaptada. Su crítica a la gene “falsa” llegó a la meta. Holden Caulfield se hizo emblema de la angustia adolescente existencial por generaciones. Pero los admiradores de Salinger esperaron en vano por el siguiente libro que siguiera y superara al Guardián del Centeno. Salinger nunca publicó otra novela tan importante tras su primera ofrenda.
Los lectores que amaron Guardián del Centono esperaron por años una secuela o una nueva novela, solo para que se les ofreciera un cuento curioso, llamado Franny. Más tarde publicada como un pequeño libro con la novela Zooey bajo el título Franny y Zooey. Franny cuenta otra historia de angustia adolescente. En esta ocasión la protagonista es una universitaria intelectual, una mujer, quien, alejada de la falsedad de la sociedad consumista que la rodea tiene un colapso nervioso. En la historia, escapa de la tensión y ansiedad al seguir una disciplina espiritual explicada en el libro que lee, La Senda del Peregrino.
Al igual que el peregrino en busca de la verdad lleva con él el Dorbrotolubiye dado por su mentor, Franny lleva consigo en su bolsa La Senda del Peregrino y se refugio en la oración de Jesús cuando no puede seguir tolerando la hipocresía de la sociedad de clase media americana de los 50’s Franny se preocupa por superar el ego, “Me enferma no tener el coraje de ser absolutamente nadie”, dice. “Estoy enferma de ego, ego, ego. Del mío y el de todos los demás. Estoy harta de que todo el mundo quiera llegar a alguna parte, hacerse distinguido y demás, ser alguien interesante. Es asqueroso”.
En un intento por lograr un mínimo de paz psíquica, Salinger había pasado del misticismo judío al budismo zen a las enseñanzas del místico bengalí Ramkrishna y Kriya-yoga. Y tal como Franny recupera la compostura la tomar refugio en las oraciones de Jesús, el propio Salinger pasó horas en meditación entonando los antiguos mantras de los vedas. Su vida reclusa impide que entremos profundamente en su propia búsqueda mística de la verdad, pero es bastante claro que esta quintaesencia de los autores americanos, cuya obra es lectura obligatoria para los estudiantes de secundaria en todas partes, tomó un gran interés no sólo en la tradición mística cristiana del santo nombre, sino que profundizó en la versión Hindú, el canto del santo nombre de Kṛṣṇa. La Franny de Salinger explica el poder de la oración de Jesús en la voz de una estudiante sin gradurar que comparte una sonda con un amigo. “De cualquier forma” ella continúa, “los starets le dicen al peregrino que continúe diciendo esa oración una y otra vez- al principio debes hacerlo sólo con los labios- luego, eventualmente lo que ocurre es que la oración se auto-activa.
Algo apsa después de un tiempo. No sé qué, pero algo ocurre y las palabras se sincronizan con el latido de la persona, y entonces de hecho orarás sin cesar. Lo cual tiene un tremendo auténtico efecto místico en toda tu perspectiva. Quiero decir, ese es su punto, más o menos, Quiero decir que lo haces para purificar toda tu perspectiva y obtener una completa concepción nueva acerca de qué se trata todo”.
Este diálogo se lleva a cabo en un restaurant. Franny intenta explicarle a su novio cómo funciona el misticismo, mientras él come un plato de ancas de rana y ella fuma.
“De hecho, eso absolutamente que tiene sentido” dice Franny, “porque en la secta busdista Nemubutsu, la gente dice ‘Namu Amida Butsu’ una y otra vez- lo cual significa ‘alabanzas a Buda’ o algo parecido- y sucede exactamente lo mismo. Exactamente lo mismo—“.
Si tienes en cuenta que Franny se publicó en 1955, el diálogo parece bastante avanzado, considerando que un amigo mío fue arrestado recientemente en Rusia por discutir del yoga.
“Llegas a ver a Dios. Algo ocurre en una parte absolutamente no física del corazón—donde dicen los Hindúes que reside Atman, si alguna vez tomases alguna religión – y ves a Dios, eso es todo”, sacude la ceniza de su cigarrillo que cae fuera del cenicero y que ella recoge con los dedos y la coloca dentro. “Y no me preguntes quién o qué es Dios. Quiero decir que ni siquiera sé si existe. Cuando era pequeña, solía pensar—“ Se detuvo. El mesero llegó a recoger los platos y a redistribuir los menús. “¿Quieres postre o café?” Preguntó Lane.
Salinger hizo lo que pudo para ocultarse de la publicidad, de la prensa y del mundo exterior, viviendo como recluso en el norte de Nueva York y dedicado a su estudio religioso. Se dice que tal vez haya entrado en contacto con las enseñanzas de A.C Bhaktivedānta Swāmi Prabhupāda quien defendía una vida de estricta disciplina y dedicación al canto del santo nombre.
Bhaktivedānta Swāmi llegó primero a Nueva York en 1960 en donde su movimiento Hare Kṛṣṇa influyó a poetas como Alan Ginsberg, Bob Dylan y más tarde a los Beatles.
Pero tal vez su influencia se profundizó en J.D. Salinger cuya fascinación con el santo nombre ya estaba manifiesta en sus novelas. Si la llave a la iluminación está expresada en Filocalia y la Senda del Peregrino involucra la humildad, la rendición y la absorción constante en el santo nombre, Bhaktivedānta Swāmi subrayó exactamente estos elementos a sus estudiantes y en sus libros.
Bhaktivedanta Swami era un exponente incansable del santo nombre de Krsna y dejó atrás volúmenes y escritos que soportaban la tésis de que el santo nombre otorga liberación de todo mal. Como soporte a sus tesis, por ejemplo, cita a distintas autoridades. Podrán encontrar lo siguiente en sus escritos.
Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura cita los siguientes versos de las escrituras:
नाम्नो हि यावती शक्तिः पाप-निर्हरणे हरेः
तावत् कर्तुं शक्नोति पातकं पातकी नरः
nāmno hi yāvatī śaktiḥ pāpa-nirharaṇe hareḥ
tāvat kartuṁ na śaknoti pātakaṁ pātakī naraḥ
बृहद्-विष्णु पुराण
“Simplemente por cantar un santo nombre de Hari, un hombre pecador puede evadir las reacciones de más pecados de los que puede cometer”. (Bṛhad-viṣṇu Purāṇa)
अवशेनापि यन्-नाम्नि कीर्तिते सर्व-पातकैः
पुमान् विमुच्यते सद्यः सिंह-त्रस्तैर् मृगैर् इव
avaśenāpi yan-nāmni kīrtite sarva-pātakaiḥ
pumān vimucyate sadyaḥ siṁha-trastair mṛgair iva
गरुड पुराण
“Si uno canta el santo nombre, incluso en una condición desesperada o sin desar hacerlo, todas las reacciones pecaminosas parten de inmediato, tal como el rugir del león provoca a los pequeños animales de la selva a que huyan temerosos”.  (Garuḍa Purāṇa)
सकृद् उच्चारितं येन हरिर् इत्य् अक्षर-द्वयम्
बद्ध-परिकरस् तेन मोक्षाय गमनं प्रति
sakṛd uccāritaṁ yena harir ity akṣara-dvayam
baddha-parikaras tena mokṣāya gamanaṁ prati
स्कन्द पुराण
“Una persona que canta solamente una vez el nombre del Señor, que consiste en las dos sílabas h-ri garantiza su senda a la liberación”. (Skanda Purāṇa)

Bhaktivedānta Swāmi fundador de la asociación mundial de buscadores de la verdad dedicados al canto del santo nombre de Krsna, la Suprema Personalidad de Dios. El propósito principal del movimiento es el promover el bienestar de la sociedad humana enseñando la ciencia de la Consciencia de Dios (Consciencia de Krsna) de acuerdo a las atemporales escrituras Védicas de la India. Pero mientras las antiguas escrituras Vedicas definen las verdades y valores universales, el Dios Supremo puede conocerse por muchos nombres, de acuerdo a Sus distintas cualidades y actividades. En la Biblia es conocido como Jehovah (“el todo poderoso”), en el Corán es Alá (“el grandioso”).
La Senda del Peregrino y El Filocalia abogan por la oración de Jesús y la toma del santo nombre de esa manera. El antiguo Bhagavad-Gita revela a Dios como Krsna. La palabra Krsna significa “amor y belleza infinitos” un nombre sánscrito que significa “quien es todo atractivo” Hay muchas concepciones del infinito- tiempo infinito, espacio infinito, poder infinito. Pero estas son externas a la realidad última. El amor infinito atrae amor infinito y rendición infinita e irresistible. El Santo nombre clama por la misericordia de Dios y su misericordia y amor infinitos. Este es el concepto más elevado del infinito- el amor divino. Y quien invoca ese amor divino sumergiéndose en el santo nombre de Dios, ya sea Krsna o cristo- alcanzara finalmente el objetivo.
Bhaktivedānta recomendó el canto y la vibración del santo nombre de Kṛṣṇa: Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare / Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare. Esta es la vibración sonora trascendental. Nos ayudará a limpiar el polvo del espejo de la mente. En el presente hemos acumulado tanto polvo en el espejo de la mente, y como consecuencia somos incapaces de ver las cosas en perspectiva. Esta vibración del sonido trascendental (el mantra Hare Krsna) limpiará ese polvo y nos permitirá ver claramente nuestra posición constitucional verdadera. Conforme la consciencia es purificada por el proceso del canto Hare Krsna, todas nuestras miserias materiales desaparecerán.


Sound Practice





The Power of Sound




The magical power of sound has been known to human mysticism since the dawn of time. Hymns, prayers, incantations, mantra have been the key to communion with the divine for thousands of generations. The Bible tells us that in the beginning was the word, logos, while the ancient Veda proclaims the sacred mantra, om ॐ as the primordial and universal sound.


The taxonomy of divinity may vary from one tradition to another, but the divine name of God is considered to have great power in any tradition. From Yahweh to Adonai to Christ and the followers of the Jesus Prayer and the Philokalia, the practice of the mantra has held power over erudite savants and mystic pilgrims seeking the divine. Sound has transformative power.
Sound itself, the spectrum of vibration that can be heard by the human ear, is only a small expression of the overwhelming and perfect harmony of the whole universe; this may be the secret of the amazing power that music has to move us.
Writing in The Mysticism of Sound and Music, The Indian Sufi master Hazrat Inayat Khan (1882-1927), the first teacher to bring the Islamic mystical tradition to the West, asserts that “Divine sound is the cause of all manifestation. The knower of the mystery of sound knows the mystery of the whole universe. The Yogis and the Sufis in their meditation have always had music. Music is the greatest mystery in the world. The whole manifestation is made of vibrations, and vibrations contain all its secrets The vibrations of music free the soul and take from a person all the heaviness which keeps him bound. Music reaches the soul in a moment, as the telegraph reaches from London to New York... Music, the word we use in our everyday language, is nothing less than the picture of the Beloved. It is because music is the picture of the Beloved that we love music. But the question is: What is our Beloved, or where is our Beloved? Our Beloved is that which is our source and our goal. What we see of our Beloved before our physical eyes is the beauty which is before us. If only we would listen to the voice of all the beauty that attracts us in any form, we would find that in every aspect it tells us that behind all manifestations is the perfect Spirit, the Spirit of wisdom.
While music touches the human heart, mantra penetrates deeper to the human soul. Ordinary sound takes place within the world of sense, mind and vibrations: divine sound transpires on a higher conscious plane, above the sensual, mental and intellectual plane. When mantra truly penetrates the inner ear, the true nature of the divine may be experienced through a transcendental wave or vibration.
Real divine sound takes place in a higher realm that cannot be heard with the ordinary ear. It may begin with a sensual experience; the mantra may originally be felt as a physical sound vibration. But just as Beethoven could hear inner music even when he was stone deaf, a true saint hears the holy name on a higher level--the soul plane.
True divine sound moves through a more subtle sphere of existence, beyond the planetary music of the spheres. As an example, the gayatri mantra is a gateway to the immortal plane. Higher still, the holy name of Krishna is a transcendent reality, God incarnate as divine sound. Such spiritual vibration calls one to the highest plane of existence where one is invited to participate in the dance of Govinda to the tune of his transcendental flutesong.
The Sanskrit word mantra implies manasa-trayate or deliverance of the mind from the strife of material existence. While many mantras exist in the Vedic tradition, the mahā-mantra, or great mantra is the supreme path to truth. The ultimate sacred syllables of the great mantra reveal confidential truths about the nature of Supreme Reality.
This esoteric system was first promulgated half a millenium ago on the banks of the Ganges in Nabadwip, Bengal among the saints and sages of India by its greatest mystic, Shri Chaitanya, also called Mahaprabhu or great teacher.

Śrī Caitanya Mahāprabhu

Four hundred years ago in 1616 the two greatest proponents of literature in the Western world, the greatest poet of the English language together with the greatest novelist in the Spanish language did on the same day of the same year. Both Shakespeare and Cervantes passed away on the same day, 23 April, 1616. How fitting that the deaths of the greatest minds of the Western literary world would coincide with the publication of the Chaitanya Charitamrita, the work of the greatest Bengali poet and spiritual master, Krishna Das Kaviraj Goswami.
Kaviraj Goswami’s book heralds the life and teachings of Chaitanya Mahaprabhu, the foremost exponent of the power of the maha-mantra and the holy name of Krishna. His teachings have been explained by Śrīdhara Mahārāja in the Search for Śrī Kṛṣṇa:

“When Kṛṣṇa enters the heart through the ear, He captures the lotus of the heart and then gradually makes all the dirt in the heart disappear. Just as when the autumn season comes, all the water everywhere becomes pure, so also, when Kṛṣṇa enters our hearts, all the impurities within will gradually vanish, and only Kṛṣṇa will remain forever.”
Śrīdhara Mahārāja explains how to go about the practice of the holy name of Kṛṣṇa, through japa or quiet prayer, using the rosary called japa-mala. He tells us that it is always beneficial to begin by invoking Śrī Chaitanya who brought the holy name of Kṛṣṇa into the consciousness of the present world:
“Before chanting the holy name of Kṛṣṇa, we must first chant the Pañcha-tattva mantra:

 श्री कृष्ण छैतन्य प्रभु नित्यानन्द
श्री अद्वैत गदाधर श्रीवासादि गौर-भक्त-वृन्द
śrī kṛṣṇa chaitanya prabhu nityānanda
śrī advaita gadādhara śrīvāsādi gaura-bhakta-vṛnda

The Pañcha-tattva, or five features of the Absolute Truth, came to give the Hare Kṛṣṇa mahā-mantra to the fallen devotees of this age, so they are the general representation of Guru for us. They help us to enter into the domain of Kṛṣṇa and also the plane of Śrī Chaitanya Mahāprabhu.
After chanting the Pañcha-tattva mantra, we should count on the beads of the japa-mālā and chant the mahā-mantra:

हरे कृष्ण हरे कृष्ण कृष्ण कृष्ण हरे हरे
हरे राम हरे राम राम राम हरे हरे

Hare Kṛṣṇa Hare Kṛṣṇa Kṛṣṇa Kṛṣṇa Hare Hare
Hare Rāma Hare Rāma Rāma Rāma Hare Hare

“While counting beads and chanting the holy name, the beads should be placed inside a cloth bag, and the index finger, which is generally considered inauspicious, should not touch the beads, but should remain outside the bag. Generally we use the thumb and middle finger to count. One should chant sixteen rounds, as recommended by Bhaktivedanta Swāmī Mahārāj, but if there is any emergency, he must chant at least four rounds; the mālā should not be kept fasting. In the process of counting, we begin from the bigger beads and go towards the smaller, and again return in the same line. The giant bead in the center is called Mount Sumeru. We must not cross over that. This harināma mahā-mantra is found in the Upaniṣads, as well as in the Agni Purāṇa and the Brahmāṇḍa Purāṇa. In the Kalisantaraṇa Upaniṣad, it is recommended as the highest mantra, and scholars have mentioned this mantra as a means of address only; no appeal should be attached to that. This Hare Kṛṣṇa mahā-mantra is the yuga dharma nāma, or the process of God realization especially meant for the present age, Kali-yuga. We find the mahā-mantra mentioned everywhere in the Purāṇas. This mantra can be chanted silently, mentally, and aloud. It has been given to us by Mahāprabhu as the general recommendation for the fallen souls. He has given it for all, whether they are qualified or unqualified. The only condition for receiving it is śraddhā, faith. It is mentioned in the Padma Purāṇa that there are ten kinds of offenses we must try to avoid in the chanting of the Hare Kṛṣṇa mahā-mantra. There are also four kinds of nāmābhāsa, or apathetic chanting, which will not give us entrance into the domain of mercy. Mere liberation will be effected by that kind of invocation.”


His Divine Grace Bhakti Rakṣaka Śrīdhar dev Goswāmī, Search for Śrī Kṛṣṇa, Guardian of Devotion Press.