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Friday, February 3, 2017

Caminante no hay camino...

En la Iglesia Ortodoxa Oriental, el culto del santo nombre ha sido una práctica esotérica al menos desde los tiempos de San Juan Crisóstomo de Grecia. El padre de la Iglesia de Oriente primitiva, nació en el 349 DC, fue arzobispo de Constantinopla, Mientras que se le conocía por su oratoria “boca de oro” y por sus denuncias de los abusos de las autoridades de la Iglesia, fue tal vez mejor conocido como un contribuyente a la Filocalia, una obra teológica importante en la tradición Oriental Ortodoxa. Mientras Crisóstomo fue un iniciador del culto del santo nombre en la Cristiandad Ortodoxa, la Filocalia fue recolectada por diversos maestros orientales de la tradición ortodoxa aproximadamente entre el S IV y el XV.
En el S XVIII dos monjes griegos, San Nicodemo y San Macario, recogieron los textos y las reflexiones que forman la base de la Filocalia y los hicieron públicos en Venecia en 1782. El texto fue publicado originalmente en griego. Pero sería la traducción al ruso de este libro la que captaría la imaginación del mundo oriental. Paisius Velichkovsky, el traductor, era un monje ruso que había visitado la montaña sagrada de Atos en donde viviera y trabajara Nicodemo. Velichkovsky apreció el carácter trascendental de la obra y tradujo uDobrotolubiye.na sección de la obra al eslavo. Su selección fue publicada en 1793 en Moscú con el título Dobrotolubiye.
 Una novela popular, La Senda del Peregrino, o el Cuento del Peregrino incorpora este fragmento de la Filocalia en su historia. La Senda del Peregrino recuenta la historia de un buscador sincero de la verdad  espiritual y el peregrino que vaga a través de Rusia mientras canta el santo nombre de Jesús. En la fórmula mencionada primeramente en la Filocalia. El peregrino lleva consigo una copia del fragmento de Filocalia, citado anteriormente como el Dorbrotolubiye.
La historia de ficción del peregrino es un dispositivo para explorar las enseñanzas de la Filokalia acerca de la oración interna constante, usando el santo nombre de Dios, al igual que de la rendición. La versión de la oración del santo nombre hallada en La senda del Peregrino fue ampliamente leída y conocida en Rusia en el Siglo XIX. Secciones del libro pueden haber servido como modelos para Dostoyevsksy para su Padre Zossima en los Hermanos Karamazov.
La pasión religiosa que anima la Senda del Peregino resuena a través de las novelas de Tolstoy y Dostoyevsksy y hace eco a través incluso de obras modernas como las de Pasternak y Solzhenitsyn. La Senda del Peregrino devela una iniciación mística profunda hacia el éxtasis y la realidad del Reino de Dios prometido por Jesucristo y promete elevar al practicante hacia el estado trascendental de conocimiento divino y amor.
En su prefacio a la “Senda del Peregrino”, el Diario de Oración de Jesús- Anotado y explicado, traducido por Gleb Pokrovsky, 2013, Andrew Harvey explica su experiencia comparando la oración de Jesús con la práctica del canto de la japa que ha descubierto en India:
“He hallado en India por primera vez la práctica de la japa. De repetir el nombre de Dios en el corazón- y ahora entiendo que en la oración de Jesús. “Señor Jesucristo, ten misericordia de mí” la tradición oriental ortodoxa ha hecho el mismo simple y totalmente transformador descubrimiento del poder del nombre divino.
Los éxtasis y revelaciones del narrador anónimo de la Senda del Peregrino no fueron menos profundos y conmovedores que aquellos que sacudieron a Mirabai, Kavir y Toukaram, los grandes místicos hindúes y sufíes cuyo descubrimiento ha cambiado mi vida. Y en la cadena de citas de la Filocalia- desde figuras como Symeon, la Nueva Teología, Isaac el Sirio y Gregorio Palamas- entonces totalmente desconocidos para mí- He reconocido la nota pura y sobria de la certeza mística y el rigor que me había emocionado en el Bhagavad-Gita y los Upaniṣads”.
El camino esotérico seguido en La Senda del Peregrino no debe ser penetrado por los no iniciados. El peregrino o buscador de la verdad está insatisfecho hasta que se encuentra con los starets- el equivalente ruso de santo místico del guru. Debido a que sus intentos eran incursiones sin control en la sabiduría antes de encontrarse con los starets, el peregrino no podía penetrar los secretos de la vida santa. La mera curiosidad no era suficiente para la iluminación divina. Pero cuando el mentor espiritual guía los pasos del peregrino, él entiende la necesidad de la humildad y la rendición. El guru le instruye. “Es el corazón humilde y sencillo el que alcanza esa oración, a través de la pobreza de espíritu y la experiencia viva de ella”. El peregrino se rinde a Dios y su comunión a través de la oración se logra a través de tomar constantemente el santo nombre.
La senda del Peregrino podría haber sido arrumbada en los polvorientos estantes traseros de las librerías y bibliotecas universitarias si no fuera por los escritos de J.D. Salinger. Salinger fue el notable autor recluso del Guardián del Centeno, una novela corta acerca de un adolescente loco y confundido en los 50’s. Aunque desarma al adolescente en su reclamo, la novela fue escrita originalmente para adultos. Salinger había sido bombardeado durante la Segunda Guerra Mundial y regresó sacudido de la violencia. Su adolescente inadaptado era una metáfora de los adultos que fueron devastados por los estragos de la guerra. La generación de la segunda Guerra Mundial, la “Gran Generación” que peleó y venció el programa genocida de Hitler, pero que regresó marcada y herida de la experiencia.
La América de la posguerra hizo todo lo posible para consolarse con gasolina barata, comedias de televisión y Rock and Roll, pero el daño psicológico estaba hecho. La prometedora carrera de Salinger nunca logró cuajar pues nunca pudo superar el trauma de la guerra. Salinger estuvo presente en la liberación del campo de la muerte de Dachau y más tarde le dijo a su hija: “Podrás vivir toda una vida y nunca podrás lograr realmente que el olor de la carne quemada salga de tus fosas nasales”. Invirtió la psicología traumática oscura de una Europa desgarrada por la guerra en la psiquis de su héroe adolescente, Holden Caulfield.
El síndrome del “adolescente problema” de su libro fue un éxito instantáneo. Holden Caulfield ejemplificaba a los adolescentes de los 50’s “Rebelde sin Causa” más tarde encarnado por James Dean. Guardián del Centeno sigue vendiendo millones y frecuentemente se asigna como lectura obligatoria en las clases de secundaria, tanto por su prosa alegre y su estilo conversacional como por su tema de juventud inadaptada. Su crítica a la gene “falsa” llegó a la meta. Holden Caulfield se hizo emblema de la angustia adolescente existencial por generaciones. Pero los admiradores de Salinger esperaron en vano por el siguiente libro que siguiera y superara al Guardián del Centeno. Salinger nunca publicó otra novela tan importante tras su primera ofrenda.
Los lectores que amaron Guardián del Centono esperaron por años una secuela o una nueva novela, solo para que se les ofreciera un cuento curioso, llamado Franny. Más tarde publicada como un pequeño libro con la novela Zooey bajo el título Franny y Zooey. Franny cuenta otra historia de angustia adolescente. En esta ocasión la protagonista es una universitaria intelectual, una mujer, quien, alejada de la falsedad de la sociedad consumista que la rodea tiene un colapso nervioso. En la historia, escapa de la tensión y ansiedad al seguir una disciplina espiritual explicada en el libro que lee, La Senda del Peregrino.
Al igual que el peregrino en busca de la verdad lleva con él el Dorbrotolubiye dado por su mentor, Franny lleva consigo en su bolsa La Senda del Peregrino y se refugio en la oración de Jesús cuando no puede seguir tolerando la hipocresía de la sociedad de clase media americana de los 50’s Franny se preocupa por superar el ego, “Me enferma no tener el coraje de ser absolutamente nadie”, dice. “Estoy enferma de ego, ego, ego. Del mío y el de todos los demás. Estoy harta de que todo el mundo quiera llegar a alguna parte, hacerse distinguido y demás, ser alguien interesante. Es asqueroso”.
En un intento por lograr un mínimo de paz psíquica, Salinger había pasado del misticismo judío al budismo zen a las enseñanzas del místico bengalí Ramkrishna y Kriya-yoga. Y tal como Franny recupera la compostura la tomar refugio en las oraciones de Jesús, el propio Salinger pasó horas en meditación entonando los antiguos mantras de los vedas. Su vida reclusa impide que entremos profundamente en su propia búsqueda mística de la verdad, pero es bastante claro que esta quintaesencia de los autores americanos, cuya obra es lectura obligatoria para los estudiantes de secundaria en todas partes, tomó un gran interés no sólo en la tradición mística cristiana del santo nombre, sino que profundizó en la versión Hindú, el canto del santo nombre de Kṛṣṇa. La Franny de Salinger explica el poder de la oración de Jesús en la voz de una estudiante sin gradurar que comparte una sonda con un amigo. “De cualquier forma” ella continúa, “los starets le dicen al peregrino que continúe diciendo esa oración una y otra vez- al principio debes hacerlo sólo con los labios- luego, eventualmente lo que ocurre es que la oración se auto-activa.
Algo apsa después de un tiempo. No sé qué, pero algo ocurre y las palabras se sincronizan con el latido de la persona, y entonces de hecho orarás sin cesar. Lo cual tiene un tremendo auténtico efecto místico en toda tu perspectiva. Quiero decir, ese es su punto, más o menos, Quiero decir que lo haces para purificar toda tu perspectiva y obtener una completa concepción nueva acerca de qué se trata todo”.
Este diálogo se lleva a cabo en un restaurant. Franny intenta explicarle a su novio cómo funciona el misticismo, mientras él come un plato de ancas de rana y ella fuma.
“De hecho, eso absolutamente que tiene sentido” dice Franny, “porque en la secta busdista Nemubutsu, la gente dice ‘Namu Amida Butsu’ una y otra vez- lo cual significa ‘alabanzas a Buda’ o algo parecido- y sucede exactamente lo mismo. Exactamente lo mismo—“.
Si tienes en cuenta que Franny se publicó en 1955, el diálogo parece bastante avanzado, considerando que un amigo mío fue arrestado recientemente en Rusia por discutir del yoga.
“Llegas a ver a Dios. Algo ocurre en una parte absolutamente no física del corazón—donde dicen los Hindúes que reside Atman, si alguna vez tomases alguna religión – y ves a Dios, eso es todo”, sacude la ceniza de su cigarrillo que cae fuera del cenicero y que ella recoge con los dedos y la coloca dentro. “Y no me preguntes quién o qué es Dios. Quiero decir que ni siquiera sé si existe. Cuando era pequeña, solía pensar—“ Se detuvo. El mesero llegó a recoger los platos y a redistribuir los menús. “¿Quieres postre o café?” Preguntó Lane.
Salinger hizo lo que pudo para ocultarse de la publicidad, de la prensa y del mundo exterior, viviendo como recluso en el norte de Nueva York y dedicado a su estudio religioso. Se dice que tal vez haya entrado en contacto con las enseñanzas de A.C Bhaktivedānta Swāmi Prabhupāda quien defendía una vida de estricta disciplina y dedicación al canto del santo nombre.
Bhaktivedānta Swāmi llegó primero a Nueva York en 1960 en donde su movimiento Hare Kṛṣṇa influyó a poetas como Alan Ginsberg, Bob Dylan y más tarde a los Beatles.
Pero tal vez su influencia se profundizó en J.D. Salinger cuya fascinación con el santo nombre ya estaba manifiesta en sus novelas. Si la llave a la iluminación está expresada en Filocalia y la Senda del Peregrino involucra la humildad, la rendición y la absorción constante en el santo nombre, Bhaktivedānta Swāmi subrayó exactamente estos elementos a sus estudiantes y en sus libros.
Bhaktivedanta Swami era un exponente incansable del santo nombre de Krsna y dejó atrás volúmenes y escritos que soportaban la tésis de que el santo nombre otorga liberación de todo mal. Como soporte a sus tesis, por ejemplo, cita a distintas autoridades. Podrán encontrar lo siguiente en sus escritos.
Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura cita los siguientes versos de las escrituras:
नाम्नो हि यावती शक्तिः पाप-निर्हरणे हरेः
तावत् कर्तुं शक्नोति पातकं पातकी नरः
nāmno hi yāvatī śaktiḥ pāpa-nirharaṇe hareḥ
tāvat kartuṁ na śaknoti pātakaṁ pātakī naraḥ
बृहद्-विष्णु पुराण
“Simplemente por cantar un santo nombre de Hari, un hombre pecador puede evadir las reacciones de más pecados de los que puede cometer”. (Bṛhad-viṣṇu Purāṇa)
अवशेनापि यन्-नाम्नि कीर्तिते सर्व-पातकैः
पुमान् विमुच्यते सद्यः सिंह-त्रस्तैर् मृगैर् इव
avaśenāpi yan-nāmni kīrtite sarva-pātakaiḥ
pumān vimucyate sadyaḥ siṁha-trastair mṛgair iva
गरुड पुराण
“Si uno canta el santo nombre, incluso en una condición desesperada o sin desar hacerlo, todas las reacciones pecaminosas parten de inmediato, tal como el rugir del león provoca a los pequeños animales de la selva a que huyan temerosos”.  (Garuḍa Purāṇa)
सकृद् उच्चारितं येन हरिर् इत्य् अक्षर-द्वयम्
बद्ध-परिकरस् तेन मोक्षाय गमनं प्रति
sakṛd uccāritaṁ yena harir ity akṣara-dvayam
baddha-parikaras tena mokṣāya gamanaṁ prati
स्कन्द पुराण
“Una persona que canta solamente una vez el nombre del Señor, que consiste en las dos sílabas h-ri garantiza su senda a la liberación”. (Skanda Purāṇa)

Bhaktivedānta Swāmi fundador de la asociación mundial de buscadores de la verdad dedicados al canto del santo nombre de Krsna, la Suprema Personalidad de Dios. El propósito principal del movimiento es el promover el bienestar de la sociedad humana enseñando la ciencia de la Consciencia de Dios (Consciencia de Krsna) de acuerdo a las atemporales escrituras Védicas de la India. Pero mientras las antiguas escrituras Vedicas definen las verdades y valores universales, el Dios Supremo puede conocerse por muchos nombres, de acuerdo a Sus distintas cualidades y actividades. En la Biblia es conocido como Jehovah (“el todo poderoso”), en el Corán es Alá (“el grandioso”).
La Senda del Peregrino y El Filocalia abogan por la oración de Jesús y la toma del santo nombre de esa manera. El antiguo Bhagavad-Gita revela a Dios como Krsna. La palabra Krsna significa “amor y belleza infinitos” un nombre sánscrito que significa “quien es todo atractivo” Hay muchas concepciones del infinito- tiempo infinito, espacio infinito, poder infinito. Pero estas son externas a la realidad última. El amor infinito atrae amor infinito y rendición infinita e irresistible. El Santo nombre clama por la misericordia de Dios y su misericordia y amor infinitos. Este es el concepto más elevado del infinito- el amor divino. Y quien invoca ese amor divino sumergiéndose en el santo nombre de Dios, ya sea Krsna o cristo- alcanzara finalmente el objetivo.
Bhaktivedānta recomendó el canto y la vibración del santo nombre de Kṛṣṇa: Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare / Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare. Esta es la vibración sonora trascendental. Nos ayudará a limpiar el polvo del espejo de la mente. En el presente hemos acumulado tanto polvo en el espejo de la mente, y como consecuencia somos incapaces de ver las cosas en perspectiva. Esta vibración del sonido trascendental (el mantra Hare Krsna) limpiará ese polvo y nos permitirá ver claramente nuestra posición constitucional verdadera. Conforme la consciencia es purificada por el proceso del canto Hare Krsna, todas nuestras miserias materiales desaparecerán.


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