Tuesday, March 21, 2017

Las Locuras de la Razon II

El Difícil Problema de la Conciencia



La maniobra intelectual de Kant era la de apartar a Dios de todos los fundamentos epistemológicos. Lo que no puede descubrirse a través de la epistemología apropiada carece de ontología de acuerdo a este razonamiento. Lo que no podemos conocer no ha de existir.
Puesto que no podemos “conocer” a Dios en el sentido técnico de la “razón” definida por Kant, Su “existencia” se halla fuera de la cuestión. Se trata de restringir cuidadosamente las preguntas que se pueden hacer. Si se establece un tabú a las preguntas, entonces algunas cosas quedarán sin duda “fuera de la cuestión” Esa era la misión de Kant.
La metafísica de Kant no sólo está matizada de agnosticismo sino que también de armonías ateas. Su llamada filosofía de las religiones es en realidad un ataque a las religiones de su tiempo. Él descubre que los “sentidos morales” son trascendentales de algún modo, ya que no tiene bases racionales. En su obra “El Gen Egoísta” Dawkins señala que es un suicidio ser “altruista”. Los genes pueden sobrevivir y adaptarse solamente a través del egoísmo, según Dawkins, quien extiende la idea a la especie. Como señala Darwin, “La supervivencia del más apto significa que sólo los fuertes sobreviven. No hay sitio para ningún sentido moral en la jungla”. Si los seres humanos tienen un sentido moral pueden contradecir la propia ley de la jungla. El sentido moral puede parecer que trasciende la condición animal, ya que no hay sitio ahí por la moralidad cuando el poder opera el derecho. Entonces fue Kant quien sintió que nuestro sentido de la moral de algún modo trasciende la condición humana y pensó que eso era prueba suficiente de una especie de Dios. Pero su concepción de divinidad era frívola y superficial. Para Kant, Dios no tiene sitio en el universo. Dios estaba muerto, pero su fantasma permanecía en forma de conciencia moral como una especie de sombra pálida.
Pero en realidad Kant intentaba erradicar la religión y teología de cualquier discurso académico serio. Su genio se muestra en el hecho de que tuvo éxito, especialmente en Occidente como se puede ver en las enseñanzas de ateos como Bertrand Rusell.
Los filósofos orientales tienen una aproximación distinta. Para la filosofía oriental, especialmente los puntos de vista que fluyen desde el Vedānta y los Upaniṣads, la conciencia existe antes y después de la razón y trasciende lo puramente racional. El atma, el ser, es un hecho auto-evidente que ha de tomarse en consideración antes de ningún intento de racionalización.
Los filósofos de la razón del S XIX encabezados por Kant odiaban la mera idea de la subjetividad. Vivimos en un mundo ordenado, pensaron, cuyo orden puede descubrirse a través de la observación, el estudio y la razón. Kant pensó que había definido los límites de la razón negando toda prueba de la existencia de Dios. Señalando que lo sobrenatural es irracional. Ya que es irracional por ello no es razonable, se halla más allá de la razón y no vale la pena discutirse. Pero espera un minuto. ¿Y qué si la razón no es la única forma de conocer algo? Y nuevamente ¿si algo está más allá del conocimiento no existe? Nadie puede ver las ondas de radio o los campos electro-magnéticos. No podemos ver la gravedad. ¿Simplemente porque un problema es difícil de resolver votaremos para sacarlo de la existencia? Rene Descartes planteó lo que se llama el problema “mente-cuerpo” el cual sostiene que la mente y el cuerpo son entidades de substancia diferente. Mientras que el dualismo cartesiana tiene ha preocupado a los filósofos desde el S XVI, los científicos modernos creen que sólo hay substancia física: si la mente existe es propiedad de la materia física, en otras palabras la mente es un subproducto de del “epifenómeno” del cerebro. Puesto que la conciencia no puede existir sin el cerebro es una prueba simple de que la conciencia se origina en el cerebro. Ya que tanto la mente como el cuerpo son aspectos de las propiedades de la sustancia física no hay dualidad. Sólo la materia existe. Sólo la substancia física existe.
Desafortunadamente la conciencia tiene una forma extraña de introducirse. En los análisis de las partículas subatómicas no hay forma de entender la realidad sin hacer referencia a la subjetividad. De acuerdo a cómo se hace una observación la realidad cuántica es distinta. Esto abre una nueva serie de problemas. Es sencillo desechar el problema mente-cuerpo diciendo que no existe, no hay nada que ver aquí, sigan. No hay problema mente-cuerpo porque sólo existe la materia. Podemos explicar la mente como una especie de fenómeno físico. Debido a que sólo existe la materia no hay una dualidad. Esto es llamado “fisicalismo”, o un intento de explicar físicamente todo fenómeno.
Pero esta es una posición extrema. El filósofo moderno Thomas Nagel señala “Si el fisicalismo ha de defenderse, han de tomarse en cuenta los rasgos fenomenológicos físicos. Pero cuando analizamos su carácter subjetivo parece que tal resultado es imposible. La razón es un fenómeno bastante subjetivo que esta esencialmente conectado con un punto de vista singular y parece inevitable que la teoría física objetiva abandonará ese punto de vista”.

En otras palabras, todo es subjetivo. Tratamos de crear un análisis “objetivo cuando unimos nuestros recursos y eliminamos los puntos de vista personales. El análisis “Objetivo es útil, pero nunca verdaderamente objetivo. Por eliminar sistemáticamente todos los factores subjetivos de un análisis tendremos que eliminar la conciencia del método científico. Pero si el sujeto de nuestro anális subjetivo es la conciencia, el intento de objetividad finalmente fallará. Todos somos sujetos. Cuando intentamos convertir a un sujeto en un objeto de estudio nuestro intento de aplicar la “objetividad” a la realidad subjetiva hallaremos que la prueba nos elude. Es fácil decir que “todo tiene una explicación física#. Más difícil es probarlo cuando se trata de la conciencia. Es por ello que es una deshonestidad intelectual deshacerse de la cuestión, sólo porque es difícil. No es tan fácil desechar a Descartes. El mantiene que la mente inmaterial y el cuerpo material son dos cosas completamente diferentes de substancia distinta y que interactúa entre sí. Los filósofos materialistas rechazan esto como sobrenatural. Debido a que ninguna explicación sobrenatural ha de admitirse en ningún momento de acuerdo al punto de vista del dualismo Cartesiano ha de ser derrotado y rechazado. Pero la conciencia permanece como el problema “duro” de la ciencia. Por qué cualquier estado físico es consciente más que inconsciente es llamado el “el difícil problema de la conciencia” Los métodos convencionales de la ciencia involucran la explicación de las funciones, la dinámica o las estructuras, ¿Cómo opera la luz? ¿Cómo opera la electricidad? ¿Cuál es la naturaleza del flujo dinámico de la carga de lo negativo a lo positivo? ¿Cuál es la estructura del cristal? Todos estos son problemas simples, aunque no triviales. En la sicología moderna tal vez apliquemos muchos de estos conceptos científicos al comportamiento mental. Sabemos cuántas drogas distintas producen alteraciones mentales o inconscientes por ejemplo. Pero ¿qué es la conciencia? No somos capaces de decidir. Incluso hay una pregunta más difícil ¿Por qué la conciencia? Si pudiéramos resolver esta cuestión podríamos entender la diferencia entre la vida y la muerte.  Ningún científico se atreve a contestar a esta cuestión, debido a que involucra el ir más allá de los métodos usuales de la ciencia. Es por ello por lo que la conciencia se considera un problema “difícil”. Sobrepasa los límites de lo que la ciencia puede explicar. Por esta razón la propia pregunta es un tabú. Incluso considerar la cuestión puede exiliarlo a uno de los salones de la academia como un charlatán, un lunático o un bicho raro. Parte del reto viene del hecho que el mundo subjetivo no encaja en la “ontología fisicalista”, o una que afirma que sólo existe la materia y que sólo podemos discutir las funciones y la dinámica de la materia en un universo físico. Pero la descripción física de la conciencia está incompleta. La mera discusión del “cómo y el qué” o de las fnciones de la conciencia no pueden comprender el “porqué” del significado. La ciencia es deshonesta intelectualmente cuando clama que busca significado. No lo hace en lo absoluto: la ciencia se justifica describiendo estados y funciones, para explicar la dinámica y cómo los elementos físicos interactúan con el paso del tiempo. La ciencia no considera el significado. Y sin embargo la explicación de la ciencia de la conciencia no sólo es imposible sino que es fundamentalmente incompleta. Sólo yo puedo sentir el dolor de un que me quiten un diente. Nuestra experiencia subjetiva nadie más puede conocerla. Como señala David Chalmers, nadie más sabe lo que es ser el sujeto para el sujeto. “Lo que hace al problema duro difícil y casi único es que va más allá de los problemas de desempeño de las funciones. Para ver esto, notemos que incluso cuando hemos explicado el desempeño de todo las funciones cognitivas y su comportamiento en la vecidndad de la experiencia-perceptiva discriminatoria, su categorización, su acceso interno, su reporte verbal- aún siguen habiendo preguntas sin respuestas: ¿Por qué el desempeño de estas funciones va acompañado de la experiencia? (El difícil problema de la Conciencia https://pacotraver.wordpress.com/2010/03/24/el-problema-dificil-de-la-conciencia/ )

Sunday, March 19, 2017

Los Inquisidores

"La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura." 

"El corazón tiene razones que la razón desconoce."


La Razon y la Locura


Puede parecer contra intuitivo argumentar en contra de la razón. Después de todo ¿no es la razón responsable de todos los avances de la civilización moderna? El humanismo avanzó descartando el misticismo y la superstición y abrazando la razón. Pero en nuestra sociedad actual, la avariciosa estructura de poder de explotación mantiene la chapa de la sofisticación racional mientras descarta su humanismo. Tal como informa Dostoievski en El Gran Inquisidor. Cristo quien ya no es necesario, el sumo sacerdote de la razón nos enseña a no cuestionar sino simplemente a obedecer. Las preguntas acerca del ser necesitan no preguntarse. El sumo sacerdote nos enseña que la religión ha de seguirse mientras se entienda que la religión no tiene significado. El espíritu no tienen significado, Las únicas explicaciones racionales para la existencia son las explicaciones físicas No hay significado y es inútil el buscarlo. La obediencia al paradigma podrá producir satisfacción material y es eso todo lo que se necesita. Todo lo demás es nulo.
El cero dividido entre cero es cero. Cero más cero es cero.
El profundo cinismo de la élite en el poder enseña la doctrina de la tecnología. “Todo tiene fundamentos racionales, pero son demasiado sencillos para entender el razonamiento complejo. Dejen eso a nosotros. Les proporcionaremos las justificaciones racionales. Continúen.”
Pensar es un asunto peligroso. Los científicos, tecnócratas, economistas y los burócratas responsables pensarán por nosotros. Debemos ocuparnos admirándonos a nosotros mismos hasta la muerte con las redes sociales, autocensurando nuestros mensajes amistosos mientras el gobierno rastrea nuestra comunicación en busca de traición.
Puesto que el asalto a la conciencia es total. Los inquisidores creen que el propio pensamiento debe ser petrificado y fosilizado. Incluso piensan que puede ser clasificado y analizado. Según dicen. No se permite la creatividad. Así que nuestra lógica nos hace agnósticos; estamos paralizados con la ambivalencia. Como Arjuna en el campo de batalla de Kurukṣetra, somos incapaces de actuar.
Sólo conocemos la incertidumbre, no podemos hablar de lo que es, sólo de lo que podría ser. Nuestro lenguaje está torturado por condicionales. Sólo el Gran Inquisidor nos dice lo que es la realidad y nosotros obedecemos. Todos los hechos son meramente puntos de vista partidistas. Aquellos que estamos entrenados en la lógica sostenemos ambos puntos de la cuestión en nuestras mentes hasta que somos inmovilizados por el equilibrio de la razón petrificada. Esto es ser profesional. Cualquier cosa menos que eso será amateurizada. Así que nos asfixiamos en la duda agnóstica hasta que se nos dice que obedezcamos. Después de todo, pensar puede ser peligroso.
El Inquisidor nos hará pensar que cualquier experiencia clara del ser ha de ser prohibida como peligrosa. Debemos entrenarnos, no sólo para evitar la auto-realización, sino a detectarla en otros y reportarla cuando ocurre. Estás siendo observado.
Sartre creía que la libertad es nuestra condición existencial. En realidad, no queremos nada con la libertad. Queremos que nos digan qué hacer y cómo hacerlo. Este era el punto de Dostoievski. Su Gran Inquisidor reta a Jesús. “La gente quiere pan y milagros. Tú los has liberado. Ellos no quieren libertad. Tomamos su pan y lo bendecimos para ellos, creando milagros. Ellos gustosos renuncian a su libertad a cambio de los milagros que les damos. La verdadera libertad es una esclavitud. Las iglesias proveen la esclavitud que ellos necesitan. Anda” Jesús se desvanece tras besar al Gran Inquisidor.
En nuestro mundo racional, adoramos la razón pero no tenemos tiempo para pensar. Después de todo, los expertos harán lo de pensar por nosotros y nos lo explicarán después. Cualquiera que piense por sí mismo, después de todo, es un terrorista. Nuestros valientes líderes nos dirán que el terrorismo y el pensar han de ser castigados con la muerte. Aquellos que podrían saber mejor están afligidos con un cinismo profundo que los mantiene inmovilizados.
La curiosidad intelectual no es tolerada. Dejemos que piensen los expertos. Y de cara al poder ciego los pensadores pensarán lo que se les diga que piensen. No puede haber cuestionamiento hacia el paradigma dominante. La explotación es la única verdad, independientemente del partido político que sea. La razón es sólo una máscara del poder. No ha de tolerarse la verdadera curiosidad intelectual. Las grandes mentes del día están explotadas para la creación de esquemas financieros y armas militares. La ciencia cognitiva se esclaviza a la investigación de la inteligencia artificial la cuan al final será usada para crear policías robot para proteger al rico y poderoso. Los mejores y más brillantes genios en filosofía y literatura serán cosechados para crear caricaturas pornográficas que entretengan a las masas.
Los intelectuales restantes serán educados en la pasividad y el miedo. Esclavos de las máquinas, su experiencia, como la del científico loco de una película de los 50’s, servirá de modelo comercial para extraer la única gota exprimida de la energía de la naturaleza.
Hay un círculo viciosa entre el complejo militar corporación-industrial y los salones de la academia. Los proyectos de investigación favorecen solamente el modelo de explotación. Si se puede hacer dinero en convertir las selvas tropicales en papel higiénico, los científicos de Harvard harán el trabajo pesado en investigar y desarrollar.
Si hay ganancia en arrasar el coral de la Gran Barrera de Coral para hacer una medicina contra el acné, Yale y Princeton mostrarán el camino. Nada es sagrado.
Cualquier aroma de lo sagrado será desinfectado y desodorizado, no sólo por las autoridades académicas sino por la iglesia autorizada también.
Conforme los trabajos de fabricación son dados a los robots, el poder de liderazgo en cuestión ha crecido. La suya es una conjunto de mentes obsesionadas con los sistemas y el control sobre los sistemas como esencia del poder. Es lo opuesto al liderazgo. Todo es acerca de la forma por encima del contenido: una mentalidad en la cual la continuidad y mediocridad son la misma cosa. Hoy en día, es tal su poder, que se sienten cómodos al poner grilletes a la ciudadanía con deudas transferidas a ellos desde órganos corporativos.
Se complacen en sopesar  la creación de empleos contra el calentamiento global, como si fueran opuestos. Es como si ellos, siendo expertos, hubieran negociado hábilmente un acuerdo con el planeta mismo. Una compensación. Pero se supone que no debemos de pensar. Se nos ha dicho. “Todos saluden al valiente líder quien es el gran negociador. El líder puede parecerse al Payazo Bozo o a un villano de Batman. Pero no estamos para cuestionar al líder. El hacerlo sería considerado traición. ¿Cómo es posible que 200 años de humanismo, iluminación y razón nos hayan traído a esta situación?
La civilización está en crisis, sobre todo porque no somos capaces de preguntarnos cuestiones serias acerca de nuestras sociedades y acerca de hacia dónde se dirigen. La crisis no es nada más económica, sino filosófica. Cuando prevalece la deshonestidad intelectual y la explotación sin sentido se convierten en tabú los cuestionamientos del paradigma básico dominante. Las preguntas de conciencia tal ves sean un problema “duro” para la ciencia, pero es uno que raramente se considera.
Mientras tanto, el Gran Inquisidor de la ciencia barre a un lado las preguntas acerca de la auto-realización. Mientras nos nutre con el pan de la tecnología. Nos dan milagros, pruebas de progreso, avances continuos- tecnológicos, digitales, médicos. Y prometen milagros mayores incluso, en el futuro- inteligencia artificial, clonación, robots, incluida la mismísima vida. Pero ¿a qué costo? Entendemos más acerca de los elementos: sabemos más acerca de las funciones de las fuerzas primarias del universo. Pero entendemos menos que nunca quienes somos y cuál es el significado de la vida.  Como sociedad al convertirnos en esclavos de la razón hemos olvidado la búsqueda del sentido y del ser.
Y ¿qué hemos construido en el sitio del entendimiento profundo del ser? Tras dos siglos de luchas por la libertad en Europa y América, revolución, violencia y guerras mundiales la sociedad que hemos establecido con base en la razón y el humanismo carece de ambos.

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En Estados Unidos, la llamada culminación de democracia y libertad, por ejemplo, ha tenido un enfoque sorprendente en las ciencias, el mercado libre, la aplicación del racismo de estado. Internacionalmente, el triunfo de la razón pasó a producir un mundo dominado por un puñado de imperios comerciales y políticos. Los grandes Estados fundados en los principios de libertad y en la ideología de la razón exhiben los mismos síntomas: violencia, dictadura, racismo institucionalizado, todos servidos por la ciencia y el llamado mercado libre. ¿En dónde está el humanismo? Si esta es la culminación de la gran cultura de la razón, por qué la sociedad actual se caracteriza por el racismo y la ley de la jungla? Cuando se elimina la fachada de la “razón”, cuando miramos tras la retórica de los derechos humanos, constitucionales y las elecciones libres, lo que vemos es la cruda explotación. Los políticos internacionales los administradores y los líderes intelectuales hablan de la santidad de los tratados libres y el crecimiento. Pero no hay una santidad equivalente cuando se trata de la vida humana. Los contratos son sagrados. Nos encelamos al ver que las deudas de otras personas están pagadas. En la religión de explotación somos aún más religiosos acerca del utilitarismo, lo práctico, e pragmatismo. Adam Smith es un santo y su teoría laboral del vlor se ha convertido en dogma. Estas son los principios de la fe de la explotación cuyo remate de hierro es el paradigma de la razón. Se nos ha dicho que la educación es la llave. Si empujaos la razón a través de la educación, un nuevo día amanecerá y habrá un mañana más brillante. Pero en el paradigma tecnológico de la explotación, la educación necesita no hacer preguntas. Es para entrenar en tecnología. En nuestra sociedad moderna la educación no está interesada en preguntas, sino en entrenamiento. La educación ha sido empujada hacia lo utilitario. El entrenamiento, no la educación son el perro guardián de cada día. Porque el objetivo de la educación no es el de inspirar, sino el de enseñar conformismo y obediencia. Los científicos como Dawkins y Hawking se enorgullecen de ser inconformistas, pensadores independientes. Promueven el mito de que ellos son Galileo luchando con el dogma de la Inquisición española. Pero estos hombres no tienen coraje. Sirven al paradigma dominante como perros. Su agnosticismo es cobardía. Con todo su poder intelectual rehúsan tomar una posición pues están paralizados de indiferencia. Lejos de luchar en contra de la inquisición, son ellos mismos inquisidores forzando obediencia al paradigma de la explotación. Odian la idea de conciencia, pues la conciencia implica lo sobrenatural. Pero el negar la conciencia se niegan a sí mismos. Y al establecerse como inquisidores fomentan el conformismo del paradigma auto destructivo sin sentido de la explotación que aplastará el alma humana.

Creed


Creed


The Sanskrit word dharma holds a certain fascination in the West; it rhymes with karma. Dharma and karma are related. Simply put, karma is “what you do,” where dharma “what you are,” that is, “what defines you.” Karma is most often thought of as the law of action and reaction. Karma is derived from the Sanskrit krit which becomes the word “create” in English. Karma is not only reaction from work, but also action itself, creative energy. So “what you do,” is a good way to think of karma.
Dharma is different. It has to do with what sustains a thing, dhrit. It means “essence, internal nature or characteristic, organic core, inborn traits. It may mean “who you are” in a general sense: your birth, your nationality, and your religion. Insofar as destiny or karma determines one’s existential state or dharma, the two are related. But in a higher sense, one’s innate being is spiritual. Since karma always involves action and reaction within the material world it is always a material consideration. Since our innate spiritual character is bound up with our actions and reactions in the material world, karma influences dharma.
In common usage the word dharma really refers to religion, especially that collection of actions and duties that are conducive to a higher existential state. According to one’s “religious” conception, the higher state may be heaven or a higher state of consciousness, or dissolution into undifferentiated monism. So different religious practices incorporate both dharma and karma as ways of progressing along the path.


According to the Vaishnava school from Chaitanya Mahaprabhu to Bhaktivinoda Thakura and his followers, true dharma goes beyond mere mundane religion. While different spiritual outcomes may result from different practices as a question of developing levels of consciousness, true dharma must take into consideration the innate and eternal condition of the soul.
This then may be said to be the “creed” of the Gaudiya Vaishnavas. I have adapted this summary from the teachings of Bhaktivinoda as found in his Krishna Samhita as well as from the ancient source of Brahma-Samhita.

Our realization of the Godhead is personal. Ordinary materialists are unable to fathom the Personality of Godhead, who is transcendental to material forms, but who is the personification absolute beauty in divinity. The name of God associated with reality the beautiful is Krishna. As the embodiment of sweet absolute, Krishna invites the fallen conditioned souls who are trapped in the vicious cycle of karma join him in the divine dance through surrender and dedication.
Unfortunately fallen conditioned souls (jivas) hypnotized by the mirage of phenomenal attractions have become addicted to sensual enjoyment in the world of karma, and so suffer repeated birth and death. Even great philosophers are held in thrall, speculating on the nature of the phenomenal world, unable to see beyond the transitory jurisdiction of empiric knowledge. Even esoteric mysticism fails to reach to the highest levels of consciousness known as sat-chit and ananda. When meditation leads them to contemplate the eternal, they often identify the immortal soul with God and fall under the sway of monism. Under the influence of this notion, they assign divinity to nondifferentiated impersonal Monism. And thus they consider that the ultimate divinity is formless, eternal, immortal, and incapable of being known through sense perception.
We hold that the Supreme Absolute is Reality the Beautiful, Kṛṣṇa. As the sublime Govinda, He is the Supreme Godhead. His form is transcendental, blissful, and eternal (Sat-Cit-Ananda). He is the origin of all reality, spiritual and material. He has no other origin. He is the prime cause of all causes. Kṛṣṇa is the exalted Supreme entity having His eternal name, eternal form, eternal attribution and eternal pastimes. The very name “Kṛṣṇa” implies the love-attracting nature of the sweet Absolute.
The human form of life should be employed to rediscover one’s consitutional position in relation to the Absolute Truth. The true or complete dharma of the human soul is to re-encounter one’s relationship with divinity, reality the beautiful, the sweet absolute, Śrī Kṛṣṇa. Real dharma means to engage in the search for Śrī Kṛṣṇa through surrender and dedication. This is the purport of true self-knowledge.
Atma-jñāna or self-knowledge finds its denouement in knowledge of the Paramātma. Real knowledge of the self reaches its fulfillment in the realization of the Supreme Self. We are not “One with God.” We share some of the characteristics of divinity, just as a ray of sunshine shares some of the characteristics of the sun itself, but is different. There is a distinction between the energetic sun and the sun’s energy in the form of rays. In the same light, the Paramātmā or superconscious Super-subject is distinct from and superior to the individual jivātma souls. They may be considered as the prakriti energy, or “objects” of the Supreme Subject. When the individual souls, trapped in the hypnotic illusion of maya, believe themselves to be the center of the universe, they act as “subjects.” Apparently we are all subjects and the world is an “objective” reality. But in truth, we are the objects or prakriti-energy of the Super Subject. When the living entities conceive themselves as subjects the material world conjured by the external energy of the Supersubject omes into play as “objective reality.” But the entire cosmos exists as a form of quantum hologram brought into existence through hypnosis of the living entities. This hypnosis is created through the agency of the Supersubject whose creation of the material universe takes place in a kind of mystic dream or trance through the subjective evolution of consciousness. Thus the myriad forms and species come into existence.
This entire material cosmos is a holographic projection, a mirror image of spiritual reality where the living entities, or the object-energy (prakriti) of the Supersubject, conceive of themselves as “subject” taking the unconscious world as “objective reality.” This world cannot exist without consciousness and depends on it as a computing machine depends on its software. Matter does not create consciousness. What we call “matter” is a byproduct of the subjective evolution of consciousness which begins with the Supersubject. When the conditioned souls pervert the subject-object relationship and try to experience reality as subjects, they experience the ananda or ecstacy principle through the prism of false ego as material happiness and distress in the temporal world of birth and death. Obsessed with the idea of enjoying the illusion in the plane of exploitation, the living beings ride the wheel of repeated birth and death called samsara, trapped in the endless cycle of mortality.
The living entities or jivātma being pure spiritual onsciousness, (chit) in their organic position as energy of the Super-subject have nothing to do with the so-called “objective world” or quantum holographic projection. Enchanted by this illusion, maya, atma- consciousness aided by Paramātma enforces the reality of the “object-world” which exists as a fun tion of the evolution of consciousness. The material world however, exists only on the temporal plane; it is manifest and withdrawn over a period of billions of billions of years and then manifest and withdrawn again, whereas consciousness is eternal. What is temporal has no absolute existence. Eternal consciousness is not the product of this temporal illusory world.
The material world is a temproary residence for the conscious living entities engrossed in playing the role of Subject. Absorption in the material plane is caused by ego. Re-integration into true spiritual consciousness involves recognition of the Supersubjective plane and submission and surrender to God (Krishna) through his agent and representative, the guru.
Real dharma or religion is found through surrender, śaraṇāgati. Surrender is the true path to spiritual enlightenment and ananda, bliss. This path will take one beyond the planes of ordinary enlightenment and knowledge to the highest plane of ecstasy.
True liberation is attainment of one’s innate spiritual reality through giving up false ego and realizing the 6-fold path of dedication. This means doing everything favorable for divine love while avoiding what is unfavorable; depending on God’s will and risking oneself while expecting his protection, complete self-abnegation and total humility. Liberation is true spiritual freedom as expressed through serving God in surrender and discovering one’s innate serving position on the the devotional path.
One’s service will ultimately be revealed through the help and divine intervention of guru who gives both holy name and divine mantra.

According to one’s qualifications and one’s inner need, one’s serving position in the world of Krishna will be revealed. This is elaborated on in Rupa Goswami’s Bhakti-rasamrita-sindhu as well as in his Upadeshamrita.
The cultivation of the above-mentioned system of Divine Love is realized through the practice of sādhana. This involves the vibration of the holy name, the divine mantra and the various 64 devotional practices mentioned by Rupa Goswami.

These include hearing, chanting, and remembering Krishna, especially through the mantra:
Hare Kṛṣṇa Hare Kṛṣṇa Kṛṣṇa Kṛṣṇa Hare Hare
Hare Rāma Hare Rāma Rāma Rāma Hare Hare


Other processes of devotion include well as dedication to his holy feet, worship, prayer, personal service, friendship and complete surrender. When perfectly practiced, regulative devotion may become spontaneous only when mercy is bestowed by the higher plane. And so devotion may develop according to the different humors as for example, neutrality, service, friendship, parental, and even conjugal divine love.
Through the practice of devotion one eventual begins to cultivate intuitive and spontaneous attraction and devotion which may be in turn culminate in prem or divine love.
When one is fully absorbed in divine love he may be said to have attained “Krishna consciousness,” which is the highest form of samādhi or divine enlightenment. This is highly confidential and not easily attainable.
It is the perfection of dharma, the living entity’s perfection, to achieve this perfect samadhi in Krishna consciousness, following the mood of the residents of Vrindaban by practicing the kirtan inspired by Śrī Chaitanya Mahāprabhu, the golden avatar of Krishna, by Nityānanda Prabhu and the residents of Nabadwip-dham.
By understanding the above principles, by realizing the nature of one’s relationship with God, Krishna, and the ontology of divine love, one may begin to perfect the practice of Sharanagati, surrender which will lead one to the ultimate goal--divine love of Rādha and Krishna by following the practice given by gurudeva who is an authorized representative of Shri Chaitanya, whose teachings were recorded by Kaviraja Goswami and disseminated through Bhaktivinod Thakura, Saraswati Thakura, Bhakti Rakṣaka Śrīdhar dev Goswāmi, Bhakti Sundar Govinda Mahārāja and their followers.