"La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura."
"El corazón tiene razones que la razón desconoce."
Puede parecer contra intuitivo argumentar en contra de la razón. Después de todo ¿no es la razón responsable de todos los avances de la civilización moderna? El humanismo avanzó descartando el misticismo y la superstición y abrazando la razón. Pero en nuestra sociedad actual, la avariciosa estructura de poder de explotación mantiene la chapa de la sofisticación racional mientras descarta su humanismo. Tal como informa Dostoievski en El Gran Inquisidor. Cristo quien ya no es necesario, el sumo sacerdote de la razón nos enseña a no cuestionar sino simplemente a obedecer. Las preguntas acerca del ser necesitan no preguntarse. El sumo sacerdote nos enseña que la religión ha de seguirse mientras se entienda que la religión no tiene significado. El espíritu no tienen significado, Las únicas explicaciones racionales para la existencia son las explicaciones físicas No hay significado y es inútil el buscarlo. La obediencia al paradigma podrá producir satisfacción material y es eso todo lo que se necesita. Todo lo demás es nulo.
- Feliciano de Silva, recogido en Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes
"El corazón tiene razones que la razón desconoce."
La Razon y la Locura
Puede parecer contra intuitivo argumentar en contra de la razón. Después de todo ¿no es la razón responsable de todos los avances de la civilización moderna? El humanismo avanzó descartando el misticismo y la superstición y abrazando la razón. Pero en nuestra sociedad actual, la avariciosa estructura de poder de explotación mantiene la chapa de la sofisticación racional mientras descarta su humanismo. Tal como informa Dostoievski en El Gran Inquisidor. Cristo quien ya no es necesario, el sumo sacerdote de la razón nos enseña a no cuestionar sino simplemente a obedecer. Las preguntas acerca del ser necesitan no preguntarse. El sumo sacerdote nos enseña que la religión ha de seguirse mientras se entienda que la religión no tiene significado. El espíritu no tienen significado, Las únicas explicaciones racionales para la existencia son las explicaciones físicas No hay significado y es inútil el buscarlo. La obediencia al paradigma podrá producir satisfacción material y es eso todo lo que se necesita. Todo lo demás es nulo.
El cero dividido entre cero es cero. Cero
más cero es cero.
El profundo cinismo de la élite en el poder
enseña la doctrina de la tecnología. “Todo tiene fundamentos racionales, pero
son demasiado sencillos para entender el razonamiento complejo. Dejen eso a
nosotros. Les proporcionaremos las justificaciones racionales. Continúen.”
Pensar es un asunto peligroso. Los
científicos, tecnócratas, economistas y los burócratas responsables pensarán
por nosotros. Debemos ocuparnos admirándonos a nosotros mismos hasta la muerte
con las redes sociales, autocensurando nuestros mensajes amistosos mientras el
gobierno rastrea nuestra comunicación en busca de traición.
Puesto que el asalto a la conciencia es
total. Los inquisidores creen que el propio pensamiento debe ser petrificado y
fosilizado. Incluso piensan que puede ser clasificado y analizado. Según dicen.
No se permite la creatividad. Así que nuestra lógica nos hace agnósticos;
estamos paralizados con la ambivalencia. Como Arjuna en el campo de batalla de Kurukṣetra,
somos incapaces de actuar.
Sólo conocemos la incertidumbre, no podemos
hablar de lo que es, sólo de lo que podría ser. Nuestro lenguaje está torturado
por condicionales. Sólo el Gran Inquisidor nos dice lo que es la realidad y
nosotros obedecemos. Todos los hechos son meramente puntos de vista
partidistas. Aquellos que estamos entrenados en la lógica sostenemos ambos
puntos de la cuestión en nuestras mentes hasta que somos inmovilizados por el
equilibrio de la razón petrificada. Esto es ser profesional. Cualquier cosa menos
que eso será amateurizada. Así que nos asfixiamos en la duda agnóstica hasta
que se nos dice que obedezcamos. Después de todo, pensar puede ser peligroso.
El Inquisidor nos hará pensar que cualquier
experiencia clara del ser ha de ser prohibida como peligrosa. Debemos
entrenarnos, no sólo para evitar la auto-realización, sino a detectarla en
otros y reportarla cuando ocurre. Estás siendo observado.
Sartre creía que la libertad es nuestra
condición existencial. En realidad, no queremos nada con la libertad. Queremos
que nos digan qué hacer y cómo hacerlo. Este era el punto de Dostoievski. Su
Gran Inquisidor reta a Jesús. “La gente quiere pan y milagros. Tú los has
liberado. Ellos no quieren libertad. Tomamos su pan y lo bendecimos para ellos,
creando milagros. Ellos gustosos renuncian a su libertad a cambio de los
milagros que les damos. La verdadera libertad es una esclavitud. Las iglesias
proveen la esclavitud que ellos necesitan. Anda” Jesús se desvanece tras besar
al Gran Inquisidor.
En nuestro mundo racional, adoramos la
razón pero no tenemos tiempo para pensar. Después de todo, los expertos harán
lo de pensar por nosotros y nos lo explicarán después. Cualquiera que piense
por sí mismo, después de todo, es un terrorista. Nuestros valientes líderes nos
dirán que el terrorismo y el pensar han de ser castigados con la muerte.
Aquellos que podrían saber mejor están afligidos con un cinismo profundo que
los mantiene inmovilizados.
La curiosidad intelectual no es tolerada.
Dejemos que piensen los expertos. Y de cara al poder ciego los pensadores
pensarán lo que se les diga que piensen. No puede haber cuestionamiento hacia
el paradigma dominante. La explotación es la única verdad, independientemente
del partido político que sea. La razón es sólo una máscara del poder. No ha de
tolerarse la verdadera curiosidad intelectual. Las grandes mentes del día están
explotadas para la creación de esquemas financieros y armas militares. La
ciencia cognitiva se esclaviza a la investigación de la inteligencia artificial
la cuan al final será usada para crear policías robot para proteger al rico y
poderoso. Los mejores y más brillantes genios en filosofía y literatura serán
cosechados para crear caricaturas pornográficas que entretengan a las masas.
Los intelectuales restantes serán educados
en la pasividad y el miedo. Esclavos de las máquinas, su experiencia, como la
del científico loco de una película de los 50’s, servirá de modelo comercial
para extraer la única gota exprimida de la energía de la naturaleza.
Hay un círculo viciosa entre el complejo
militar corporación-industrial y los salones de la academia. Los proyectos de
investigación favorecen solamente el modelo de explotación. Si se puede hacer
dinero en convertir las selvas tropicales en papel higiénico, los científicos
de Harvard harán el trabajo pesado en investigar y desarrollar.
Si hay ganancia en arrasar el coral de la
Gran Barrera de Coral para hacer una medicina contra el acné, Yale y Princeton
mostrarán el camino. Nada es sagrado.
Cualquier aroma de lo sagrado será
desinfectado y desodorizado, no sólo por las autoridades académicas sino por la
iglesia autorizada también.
Conforme los trabajos de fabricación son
dados a los robots, el poder de liderazgo en cuestión ha crecido. La suya es
una conjunto de mentes obsesionadas con los sistemas y el control sobre los
sistemas como esencia del poder. Es lo opuesto al liderazgo. Todo es acerca de
la forma por encima del contenido: una mentalidad en la cual la continuidad y
mediocridad son la misma cosa. Hoy en día, es tal su poder, que se sienten
cómodos al poner grilletes a la ciudadanía con deudas transferidas a ellos
desde órganos corporativos.
Se complacen en sopesar la creación de empleos contra el calentamiento
global, como si fueran opuestos. Es como si ellos, siendo expertos, hubieran
negociado hábilmente un acuerdo con el planeta mismo. Una compensación. Pero se
supone que no debemos de pensar. Se nos ha dicho. “Todos saluden al valiente
líder quien es el gran negociador. El líder puede parecerse al Payazo Bozo o a
un villano de Batman. Pero no estamos para cuestionar al líder. El hacerlo
sería considerado traición. ¿Cómo es posible que 200 años de humanismo,
iluminación y razón nos hayan traído a esta situación?
La civilización está en crisis, sobre todo
porque no somos capaces de preguntarnos cuestiones serias acerca de nuestras
sociedades y acerca de hacia dónde se dirigen. La crisis no es nada más
económica, sino filosófica. Cuando prevalece la deshonestidad intelectual y la
explotación sin sentido se convierten en tabú los cuestionamientos del
paradigma básico dominante. Las preguntas de conciencia tal ves sean un
problema “duro” para la ciencia, pero es uno que raramente se considera.
Mientras tanto, el Gran Inquisidor de la
ciencia barre a un lado las preguntas acerca de la auto-realización. Mientras
nos nutre con el pan de la tecnología. Nos dan milagros, pruebas de progreso,
avances continuos- tecnológicos, digitales, médicos. Y prometen milagros
mayores incluso, en el futuro- inteligencia artificial, clonación, robots,
incluida la mismísima vida. Pero ¿a qué costo? Entendemos más acerca de los
elementos: sabemos más acerca de las funciones de las fuerzas primarias del
universo. Pero entendemos menos que nunca quienes somos y cuál es el
significado de la vida. Como sociedad al
convertirnos en esclavos de la razón hemos olvidado la búsqueda del sentido y
del ser.
Y ¿qué hemos construido en el sitio del
entendimiento profundo del ser? Tras dos siglos de luchas por la libertad en
Europa y América, revolución, violencia y guerras mundiales la sociedad que
hemos establecido con base en la razón y el humanismo carece de ambos.
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En Estados Unidos, la llamada culminación
de democracia y libertad, por ejemplo, ha tenido un enfoque sorprendente en las
ciencias, el mercado libre, la aplicación del racismo de estado.
Internacionalmente, el triunfo de la razón pasó a producir un mundo dominado
por un puñado de imperios comerciales y políticos. Los grandes Estados fundados
en los principios de libertad y en la ideología de la razón exhiben los mismos
síntomas: violencia, dictadura, racismo institucionalizado, todos servidos por
la ciencia y el llamado mercado libre. ¿En dónde está el humanismo? Si esta es
la culminación de la gran cultura de la razón, por qué la sociedad actual se caracteriza
por el racismo y la ley de la jungla? Cuando se elimina la fachada de la
“razón”, cuando miramos tras la retórica de los derechos humanos,
constitucionales y las elecciones libres, lo que vemos es la cruda explotación.
Los políticos internacionales los administradores y los líderes intelectuales
hablan de la santidad de los tratados libres y el crecimiento. Pero no hay una
santidad equivalente cuando se trata de la vida humana. Los contratos son
sagrados. Nos encelamos al ver que las deudas de otras personas están pagadas.
En la religión de explotación somos aún más religiosos acerca del utilitarismo,
lo práctico, e pragmatismo. Adam Smith es un santo y su teoría laboral del vlor
se ha convertido en dogma. Estas son los principios de la fe de la explotación
cuyo remate de hierro es el paradigma de la razón. Se nos ha dicho que la
educación es la llave. Si empujaos la razón a través de la educación, un nuevo
día amanecerá y habrá un mañana más brillante. Pero en el paradigma tecnológico
de la explotación, la educación necesita no hacer preguntas. Es para entrenar
en tecnología. En nuestra sociedad moderna la educación no está interesada en
preguntas, sino en entrenamiento. La educación ha sido empujada hacia lo
utilitario. El entrenamiento, no la educación son el perro guardián de cada
día. Porque el objetivo de la educación no es el de inspirar, sino el de
enseñar conformismo y obediencia. Los científicos como Dawkins y Hawking se
enorgullecen de ser inconformistas, pensadores independientes. Promueven el
mito de que ellos son Galileo luchando con el dogma de la Inquisición española.
Pero estos hombres no tienen coraje. Sirven al paradigma dominante como perros.
Su agnosticismo es cobardía. Con todo su poder intelectual rehúsan tomar una
posición pues están paralizados de indiferencia. Lejos de luchar en contra de
la inquisición, son ellos mismos inquisidores forzando obediencia al paradigma
de la explotación. Odian la idea de conciencia, pues la conciencia implica lo
sobrenatural. Pero el negar la conciencia se niegan a sí mismos. Y al
establecerse como inquisidores fomentan el conformismo del paradigma auto
destructivo sin sentido de la explotación que aplastará el alma humana.
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