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Monday, June 5, 2017

Creation


The Creation of the Universe

Kṛṣṇa says: 
मम योनिर् महद्-ब्रह्म
तस्मिन् गर्भं दधाम्य् अहम्
सम्भवः सर्व-भूतानां
ततो भवति भारत
mama yonir mahad-brahma
tasmin garbhaṃ dadhāmy aham
sambhavaḥ sarva-bhūtānāṃ
 tato bhavati bhārata
BG 14.3
Here Krishna explains the metaphysical creation. The primordial egg is called mahat-brahma, or mahat-tattva,  and consists of primordial cosmic reality combining of undifferentiated spiritual energy with an egoistic tendency with unmanifest space and time. 
The womb of unmanifested cosmic energy or “trimodal material nature in its entirety undivided by space and time” is impregnated by God with the seeds of consciousness, unborn souls bent on exploitation. In that region all beings headed by the creator Himself are generated.”

Cosmic Seeds



Kṛṣṇa uses the metaphor of seeds. The creation story here is much different from the concept of a special creation in six days.  Here, the Supreme Absolute disseminates the seeds of consciousness into this world. Living beings gradually evolve into different situations according to their particular levels of consciousness. They grow and adapt, surviving in different living conditions, species, and biological frameworks according to their individual levels of consciousness.As consciousness evolves or “devolves” it develops adequate apparatus in the form of the variety of living species over milennia.


Living consciousness is compared here to a seed. The Supreme Consciousness impregnates the universe with living energy. Just as seeds grow and flourish, the living entities within a universe activate the  genetic structures necessary for development and exploitation within the perceived world. The idea is that all souls are emanations from the Supreme Reality, just as light is an emanation from the sun. Through the agency of the three qualities of material nature each individual soul is held in a hypnotic state in which she is convinced that she is the subject.

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And so it is that we feel that we are the subjects, the center of the universe; we feel that everything else is merely an object meant for our exploitation. The qualities of material nature enforce the illusion that we are exploiters and that the entire environment is for our exploitation. This is the foundation of misconception.

Friday, June 2, 2017

Charity




On Giving in Charity

Srila Bhaktisiddhanta (Saraswati Thakur) Prabhupada was traveling through Orissa with his disciples. One day as he was coming back from Saksi Gopal's temple, some people on the way asked for alms from the married men who accompanied Srila Prabhupada, but none of them gave anything. Srila Prabhupada, in seeing this, stopped, sat down and started to talk about the duties of married men. During his chat he said:
"If married men think: 'I must not give any of my money, which I consider reserved for Krishna, to the poor and deprived', then they are really showing symptoms of wretchedness, cruelty and lack of compassion for others. They should not consider that giving charity to the poor is a fruitful activity.
"This kind of mentality shall make their hearts hard and they will suffer of greed. As a result of this they shall not want to spend their money, not even on the devotional service to the Supreme Lord, which is the ultimate goal in life. This will invite offenses in the service.
"To save ourselves of this kind of deceit and sinful concept, Sri Gaurasundara used to give money and things like that to the poor people during His pastimes as a married man.
"The money we have, we have only gotten by the Lord's grace, if we give some of it to the mendicant poor people, then it is not a waste of money, rather it is its correct use. Serving prasadam to others is the necessary duty of every married Vaishnava. Even if these people have turned to poor by karma or their destiny, even so, they are still a part of the Lord's family. Therefore it is definitively the solemn duty of every honest married man to help them".
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[This is a reproduction of a conversation with Major Rana N. J. Bahadur at Armadale, Darjeeling on June 14th, 1935. It was originally published in The Harmonist (Vol. XXXI, No.21) on the 27th of June, 1935. This reproduction is not edited, except for a few ortographical changes.]

Wednesday, May 31, 2017

Error y Perdón

Errar es Humano



La Venganza vs. 

Perdón, Tolerancia y Humildad

por Michael Dolan, B.V.Mahayogi,

traducida por Tapanandini DD, Teresa Loret de Mola

Se ha dicho que La venganza es un plato que se sirve mejor si está frío” La venganza persigue la idea de justicia. La ley del viejo Testamento, del “ojo por ojo y diente por diente”, que significa que cuando un daño se ha hecho, la justicia dicta que se amerita un castigo igual. La justicia es servida cuando el castigo se ajusta al crimen.
 La venganza es una proposición atractiva. Nuestra sociedad moderna se nutre de la idea de venganza y justicia. La mayoría de las películas de acción giran en torno a la idea de justicia y venganza. La versión cómic de la Liga de la Justicia recientemente ha sido convertida en una superproducción cinematográfica. Pero esto no es nada nuevo para la sociedad Occidental, nuestro drama al menos desde los tiempos del Hamlet de Shakespeare giran alrededor de la idea de justicia y venganza.
Vivimos en una cultura de venganza y odio en donde por todas partes los ciudadanos exigen venganza. Los votantes enojados quieren venganza en contra de los “liberales idiotas” y apoyan al hombre verdaderamente corrupto quien promete cárcel a sus opositores. Los votantes opositores quieren venganza en contra del “maniacos del ala derecha” quienes eligen al nuevo tirano. Los mexicanos quieren venganza contra los gringos que robaron Texas y California. Los gringos quieren venganza contra los mexicanos que roban sus trabajos mal pagados.
Las guerras y los conflictos estallan alrededor del mundo en donde se practica el genocidio masivo en nombre de la venganza. La violencia es epidemia, propagada por el virus de la ira y la intolerancia. En un día promedio en México, los periodistas son asesinados en la calle a plena luz del cía. Un doctor en un avión que se niega a dejar su lugar es arrastrado por un policía armado quien le rompe los dientes. Los eventos simples de cada día, pues nos hemos acostumbrado a la brutalidad.
En todas partes la cultura del odio y la rabia nutren el miedo, la intolerancia, e incluso la guerra y el caos. El miedo y el odio copulan con la impaciencia y la intolerancia conducen hacia la senda de la rabia, los disturbios civiles, los tiroteos y el terrorismo. Y si nos volvemos hacia la cultura popular para aliviarnos hallamos el mismo mensaje repetido una y otra vez desde el superhéroe de las películas hasta los espectáculos basura de la Tv. “La violencia es buena; la Violencia es hermosa, la Violencia nos liberará. No te enojes, participa. La venganza es un plato que se sirve mejor frío, pero también es delicioso refrito o pasado por microondas.”



Al buscar constantemente soluciones más y más violentas a cada problema cotidiano contribuimos a que prevalezca la atmósfera de violencia y venganza. La tolerancia y el respeto ya no son valorados por la sociedad. El que muestra respeto a otros es un tonto, un bufón, un “hippy”, un ingenuo idiota. Adoramos al astuto, al “ganador”. La tolerancia y respeto es para los “perdedores”. Vivimos en un mundo de explotación. Engaña o sé engañado. Comes o eres devorado. La ley de la jungla es la ley de la tierra. En el mundo actual valoramos la tranza, el ángulo agudo, el “arte de las transacciones”. La tolerancia y el respeto son para tontos e idiotas. En la jungla sólo sobrevive el fuerte.
Qué extraño es entonces que no es siempre el fuerte quien sobrevive, si no el astuto y engañoso. La ley de la jungla no siempre es cierta. Eclesiastés dice: “He visto además bajo el sol que los veloces no ganan siempre la carrera, ni los valientes la guerra, ni los sabios tienen sustento, ni los inteligentes riqueza, ni los instruidos estima, pues en todo interviene el tiempo y el azar.”

E incluso si el fuerte sobrevive a causa de la ley de la jungla, también está la ley de la acción y reacción. Normalmente pensamos del karma de forma abstracta: “Algo de lo que hago podrá afectarme después”. Pero también hay el karma instantáneo. Lo que haces afecta quien eres. Por seguir nuestras tendencias animalistas de venganza y gratificación instantánea, nos transformamos gradualmente. Nos convertimos en lo que odiamos. La venganza nos infecta a un nivel existencial. El virus se contagia de un alma enfurecida a otra.

El enojo contamina el alma y el virus de la venganza pasa de un alma a otra en una epidemia furiosa. Todos hemos visto el meme de un jefe enojado que reprende a su empleado y quien va a su casa y le grita entonces a su esposa. La esposa luego castiga al hijo quien le pega al perro con un palo. El perro huye hacia la calle y muerde al enojado jefe quien vuelve a casa del trabajo. ¿Qué es redondo y extremadamente peligroso? Un círculo vicioso. El enojo no resuelve nada, sólo provoca la continuidad de la cadena de acción y reacción, promoviendo la propagación del virus de la ira y la contaminación de las almas en una epidemia de odio y miedo.

El perdón por otro lado, rompe la cadena de la acción y reacción. Se dice “Erar es humano, perdonar es divino” El perdón es divino porque existe fuera del círculo del crimen y castigo, la acción y reacción. No hay razón para perdonar. La misericordia no tiene causa. El apóstol Santiago nos enseña: “Y tengan en cuenta que será juzgado sin compasión quien no practicó la compasión. La compasión, en cambio, saldrá triunfante del juicio.” Santiago 2:13

Cuando el enfurecido Paraśurāma se vengó de los reyes y príncipes militares llamados kshatriyas que aterrorizaban a la tierra su padre Jamadagni le aconsejó el perdón recordando a su hijo: (S.B 9.15.40)

क्षमया रोचते लक्ष्मीर्
ब्राह्मी सौरी यथा प्रभा
क्षमिणाम् आशु भगवांस्
तुष्यते हरिर् ईश्वरः

kṣamayā rocate lakṣmīr
brāhmī saurī yathā prabhā
kṣamiṇām āśu bhagavāṁs
tuṣyate harir īśvaraḥ

El deber de un brāhmaṇa es cultivar la cualidad del perdón, el cual es iluminante como el sol. La Suprema Personalidad de Dios, Hari, se complace con aquellos que están perdonando”.
Cuando Śrīdhara Maharaja nos indicó en el verano de 1981 que la misericordia estaba por encima de la justicia, no hablaban simplemente acerca de la misericordia divina. Nos pedía ser compasivos con nuestros amigos, con nuestros hermanos con nuestros hermanos espirituales. Nos instruía a perdonar a nuestros hermanos y hermanas sus transgresiones contra nosotros.
Es gracioso, pero cuando escuchamos acerca de la misericordia como atributo divino, naturalmente pensamos que se debe aplicar a nosotros. La misericordia está bien si nosotros somos quien finalmente la recibimos. Intuitivamente entiendo por qué Dios ha de perdonar mis pecados igual de fácil a como entiendo por qué el banco ha de perdonar la deuda de mi tarjeta de crédito y por qué el gobierno ha de liberarme de impuestos.
Lo difícil es cuando se me dice que aplique a otros la misericordia. ¿Por qué he de perdonar? ¿Por qué he de ser misericordioso hacia otros?
El perdón es divino puesto que se establece fuera del balance del paradigma del crimen y el castigo, la acción y la reacción. En el orden natural de las cosas, si alguien me insulta, los insulto. Si me abofetean en la mejilla, les devuelvo la cachetada.
En la teología cristiana, en el libro de Mateo, Cristo dice: “Tú has oído que el castigo ha de ser equivalente a la lesión: ‘Ojo por ojo, y diente por diente’ ¡Yo les digo que no se resistan a la persona perversa! Si alguien les pega en la mejilla derecha, ofrézcanle la otra mejilla también. Si alguien los demanda en la corte y les arrebatan la camisa, denle también la capa. Si un soldado les exige que carguen sus pertenencias una milla, cárguenlas dos. Da a todo aquél que pida y no se aparten de quien les pide prestado.
Esto es muy difícil de seguir y fácil de olvidar. Se puede pensar que este tipo de sentimentalismo es rechazado por los seguidores del Vedānta y de las antiguas tradiciones de la sabiduría de India. Pero Caitanya Mahāprabhu va incluso más allá. Él afirma que para honrar correctamente el Santo Nombre de Kṛṣṇa uno ha de ser más humilde que una hoja de hierba y más tolerante que un árbol. 

En su libro de canciones llamado Śaraṇāgati, en el poema llamado vijñāpti, Bhaktivinod Ṭhākura ve el perdón, el respeto, la humildad y la tolerancia como metas valiosas por alcanzar:

তৃনাধিক হীন, কবে নিজে মানি,
সহিষ্নুতা-গুন হৃদোযেতে আনিসকলে মানদ
আপনি অমানী,হোযে আস্বাদিব নাম-রস-সার্

tṛnādhika hīna, kabe nije māni’, 
sahiṣnutā-guna hṛdoyete āni’sakale mānada, 
āpani amānī, hoye āswādibo nāma-rasa-sār

“ Más bajo que una brizna de hierba, más tolerante que un árbol. ¿Cuándo alcanzará mi mente esas cualidades? Respeto hacia todo, sin esperar ser honrado, ¿Podré entonces saborear en néctar del nombre sublime? ¿Cuándo, oh cuándo será ese mi día?”



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