La Esencia del Yoga
नारायणं नमस्कृत्य नरं चैव नरोत्तमम्
महाभारत
Mahābhārata
Una versión de
Michael Dolan, B.V. Mahāyogi
Bhagavad-gita
Resumen
Primera parte:
¿Qué es Yoga?
La Esencia del Bhagavad-Gita
El Bhagavad-Gita forma un pequeño capítulo
en el Bhiṣma parva del Mahābharata, una epopeya en Sánscrito de 100 mil versos
que describe la guerra de Kurukṣetra entre los hijos de Paṇḍu y los hijos de Dhritarasthra.
Esta batalla se supone que se llevó a cabo hace aproximadamente 5 mil años en
el sitio sagrado conocido como Kurukṣetra en donde 6 millones de guerreros se
reunieron. Al cabalgar hacia la batalla, Arjuna, el rey guerrero, se llena de
dudas y le pide a su amigo, Kṛṣṇa, el mismísimo Dios, un avatar de la divinidad,
que le instruya acerca de su deber correcto de acuerdo con el Dharma.
El Bhagavad-Gita comprende unos setecientos
versos en Sánscrito y se ocupa en cuestiones acerca del yoga, dharma, karma,
meditación, deber, la naturaleza del universo, el alma, Dios y las leyes
universales del tiempo y el espacio.
De la diversidad de comentarios acerca del
Bhagavad-Gita, destacan como más importantes los de Sridhar Swāmi, (el primer
comentarista) Shankar (Siglo V D.C) Madhava (Siglo X) Ramanuja, (Siglo XI), así
como los de Baladeva Vidyabhushana (después de Madhava) y de Vishavanatha
Chakravati Thakura. Aparte de estos, los comentarios de Bhaktivinoda Thakura,
(Siglo XIX) y Bhaktisiddhanta Saraswati Thakura (Siglo XX) son los más
esclarecedores.
La traducción más popular del Bhagavad-Gita
que ha habido fue la de A.C. Bhaktivedanta Swāmi Prabhupada, MacMillan 1967 de
la cual se vendieron millones de copias.
Hay por supuesto cientos de traducciones y
comentarios del Bhagavad-Gita, pero las traducciones y comentarios arriba
mencionaos siguen la escuela tradicional de interpretación del Bhagavad-Gita
que se popularizó por millones de Hindúes durante los últimos 2 mil años.
Contenido del Bhagavad-Gita:
El comentario del Gita-bhashaya de Ramanuja se basa en el Gita-samgraha de su
maestro Yamunacharya, quien resume el Gita de la siguiente manera:
“La doctrina expresada por el Bhagavad-Gita
acerca de que Narayan es el Brahmán Supremo, solo puede lograrse por medio de
bhakti el cual es atraído a través de la observancia del dharma, la adquisición
de conocimientos y la renuncia a la pasión.”
De acuerdo con la versión de Yamuna, los
primeros seis capítulos del Bhagavad-Gita nos instruyen a alcanzar una posición
bien fundada en la comprensión del karma o acción y el jnana, o conocimiento,
en donde la acción ha de ser dedicada con conocimiento en el yoga para lograr
armonizar la relación entre el alma y la Super Alma.
El primer capítulo del Gita es un largo
material introductorio. Mientras los ejércitos opuestos están listos para la
batalla, Arjuna es sobrecogido, y expresa su incapacidad para llevar a cabo su
deber de guerrero.
En el segundo capítulo del Gita, Arjuna
acepta a Kṛṣṇa como su guru o maestro y le pide consejo en los momentos de
duda. Aquí empiezan las verdaderas enseñanzas del Bhagavad-Gita. Las enseñanzas
de Kṛṣṇa son para beneficio de Arjuna, quien vencido por el afecto, la
compasión y la ansiedad acerca del dharma y el adharma, toma refugio en Dios.
En el segundo capítulo del Bhagavad-Gita, Kṛṣṇa
explica la naturaleza del alma o atma. Este análisis del alma o atma es llamado
“sankhya” el cual significa “fragmentándolo.” Kṛṣṇa analiza la naturaleza del
alma en relación al mundo de tiempo y espacio. Kṛṣṇa explica que un análisis
“sankhya” ayuda al entendimiento de nuestra verdadera posición. A través de
este análisis Kṛṣṇa hace constante referencia a la palabra “yoga.” Yoga tiene
muchos significados. “Ayuntar” es una forma popular de entender la palabra
Yoga.
Es importante entender esta palabra, yoga.
La idea de unir en un yunque dos cosas es un punto de partida útil. El yugo se
utilizó por primera vez en la agricultura en el continente Asiático. India
tiene el crédito de haber inventado el sistema de tener bajo control a dos
toros juntos con el propósito de tirar del arado. Es un lugar común el de
considerar el yoga como una senda para armonizar con lo divino. ¿Qué tiene todo esto que ver
con el tirar de un arado? La palabra yoga puede ser vista en referencia a
cualquier método en el cual se conduce a elementos opuestos hacia la armonía.
Dos toros tienden a ir en direcciones distintas; El yugo crea una yunta de
bueyes esencial para la agricultura.
Nuestro mundo está lleno de dicotomías; la
diferenciación entre lo positivo y lo negativo, la dualidad del yin y del yan,
masculino y femenino, tiempo y espacio, el mundo cuántico relativo, los
aspectos espirituales y materiales de nuestra existencia.
El Yoga se esmera en el equilibrio, la
armonía. Cuando Kṛṣṇa habla del karma yoga, no se está refiriendo a una forma
particular de prácticas o técnicas destinadas a obtener un resultado. De hecho
lo que él está describiendo es la necesidad de llevar la propia acción hacia un
equilibrio, hacia la armonía con la propia naturaleza espiritual.
En Occidente estamos acostumbrados a pensar
del yoga como una especie de técnica de estiramiento. La gente practica yoga
para llevar sus cuerpos hacia la armonía para que puedan lidiar con la ansiedad
de la vida material. Pero la idea del “yoga” tiene un propósito más profundo.
Podemos pensar en la palabra yoga en términos de “armonizante” de dos elementos dispares. Tal como un
director armoniza una variedad de instrumentos musicales hacia una unidad
sintética, la orquesta, así es que balanceamos
los diversos conflictos de la vida en armonía a través de diferentes formas de
“yoga.”
Uno pudiera pensar en escuelas diferentes
de yoga en términos de la dialéctica Hegeliana: tesis, antítesis, síntesis, En
donde quiera que dos ideas se equilibran, producen en una idea nueva una
síntesis más elevada. El puro Karma es nocivo; cuando se equilibra con el yoga
se convierte en sacrificio. El solo conocimiento es tóxico y nos lleva a dudar
de uno mismo. Pero, con el equilibrio del yoga, el conocimiento o jnana como es
llamado en Sánscrito, nos conduce hacia la iluminación.
El mensaje esencial de Kṛṣṇa en el
Bhagavad-Gita es simple: Cuando la acción y el conocimiento están en equilibrio
perfecto, nos conducen a una síntesis más elevada de dedicación y amor divino.
El balance adecuado de entendimiento y
acción, amor y sacrificio es el sujeto a discusión en el Bhagavad-Gita. Kṛṣṇa y
Arjuna dialogan acerca de las distintas prácticas, formas de meditación, y de
la visión de la vida que nos lleva hacia una vida en equilibrio y armonía. Kṛṣṇa
concluye que el equilibrio más elevado se halla en la dedicación. Esta
dedicación hacia los principios divinos es llamada bhakt y es considerada como
un yoga superior a la mera acción y al mero conocimiento.
En el segundo capítulo del Bhagavad-Gita, Kṛṣṇa
empieza explicando que el alma o atma es terna y sobrevive a la muerte del
cuerpo. De hecho, se mueve de un cuerpo hacia el siguiente cuerpo,
evolucionando la conciencia de una vida hacia la siguiente.
Este mundo temporal no tiene una realidad
eterna. Y puesto que es una ilusión, el hombre sabio es aquel que distingue
entre la realidad eterna y la temporal. Al igual se viste de nuevos ropajes,
dejando de lado los viejos y usados, así
cambia el cuerpo de una vida hacia la otra.
Kṛṣṇa por ello aconseja a Arjuna que lleve
a cabo su deber y a que siga la senda de karma-yoga, puesto que si rehúye a su
deber habrá un mal karma. El deber ha de ser hecho sin consideración de obtener
una recompensa. Si el trabajo está tan dedicado hacia la divinidad, se
purificará; no habrá falta alguna en tal acción. Aquí Karma-yoga tiene la
connotación de “obra de sacrificio,” o trabajo en armonía con los propósitos
más elevados.
Arjuna es un guerrero y por ello ha de
pelear. El armonizar la acción y el deber podrá traer la perfección
trascendental llamada samadhi, o “balance perfecto.” Kṛṣṇa continúa la
descripción de la perfección trascendental para aquél cuya mente esta fija en
la meditación. Arjuna se confunde: le pregunta a Kṛṣṇa, “¿Qué es mejor: Acción
o meditación?” La acción es llamada karma. La meditación aquí es jnana. La
palabra jnana puede también significar conocimiento. Arjuna se preocupa acerca
de si es mejor seguir la senda de la acción o karma yoga, o el seguir la senda
del conocimiento y la sabiduría el cual incluye la meditación, jnana-yoga. Kṛṣṇa
le explica más adelante lo que significa la perfección del deber o, karma-yoga.
Así empieza el tercer capítulo. Kṛṣṇa dice
que la acción es inevitable. Nadie puede evadir el trabajo. El trabajo sin
sacrificio es pecado, es decir la acción pecaminosa deviene en el karma. El
trabajo sin sacrificio es egoísta. El trabajo egoísta tiene una reacción
kármica, pero el trabajo sin egoísmo o el trabajo dedicado a un propósito más
elevado lo libera a uno del karma. El trabajo dedicado a Dios es purificado por
el sacrificio. Este es el mensaje esencial de los Vedas.
Y así, en el tercer capítulo del
Bhagavad-Gita, Kṛṣṇa explica la necesidad del sacrificio en concordancia con
los Vedas. El sacrificio también traerá algún beneficio, pero uno no ha de
estar apegado a los beneficios del sacrificio tal como uno no ha de ser
seducido por el lenguaje florido de los Vedas. La acción en sacrificio es mejor
a la acción mundana o materialismo. Uno que puede liberarse del ego y dedicar
la acción hacia un poder superior avanzará hacia un plano elevado.
El materialismo es condenado. Kṛṣṇa explica
la psicología del apego y mantiene que los sentidos y la mente han de ser
controlados a través de la inteligencia. Una vez que la inteligencia se
convence acerca de la necesidad del sacrificio, la mente y los sentidos pueden
ser controlados. Si el trabajo ha de ser hecho, ha de hacerse en espíritu de
sacrificio o con un propósito elevado y no por egoísmo.
Al final del tercer capítulo, Arjuna
continúa sin entender qué ha de hacer. En realidad no ha captado la esencia de
las enseñanzas de Kṛṣṇa. ¿Está defendiendo la meditación? ¿O recomienda el
deber? ¿Y cuál es la autoridad de Kṛṣṇa? ¿Cómo puede decir que un yoga es
superior a otro?
El cuarto capítulo del Bhagavad-Gita inicia
cuando Arjuna quiere llegar hasta el origen del consejo de Kṛṣṇa. Este capítulo
empieza con una consideración epistemológica. ¿Cómo se transmite el
conocimiento verdadero?
Kṛṣṇa explica que el conocimiento
trascendental ha de recibirse de un alma realizada quien a su vez ha recibido
esta luz trascendental de un alma elevada, realizada.
El análisis nos llevará hasta aquí
únicamente. El verdadero progreso se hará cuando entremos en contacto con un
maestro capacitado. La auto realización es una experiencia no verbal que se
transmitirá desde el maestro hacia el discípulo a través del sonido divino, o
mantra, pero sólo puede alcanzarse verdaderamente a través de la práctica.
(Sadhana)
Kṛṣṇa reivindica Su propia divinidad ante
Arjuna. Le asegura que su consejo es sonido. Explica que los avatares de Dios
descienden siempre que hay una declinación en los principios religiosos
llamados Dharma.
Ya que la guerra es un ejemplo del declive
del dharma en el mundo, Kṛṣṇa ha aparecido a componer las cosas. Explica que
quienes entienden este conocimiento acerca de la divinidad incluyendo el
principio de los avatares no necesita regresar al círculo del nacimiento y la
muerte repetidos (Samsara).
Kṛṣṇa explica que quienes dedican sus vidas
a la divinidad no necesitan temer futuros nacimientos y muertes. Cuando el
karma yoga se lleva a cabo como un acto de dedicación hacia el supremo, no hay
necesidad de temer el renacimiento. Pero, estas actividades han de estar libres
de apego y de las diferentes influencias de la naturaleza material, sattva,
raja y tamas.
Tal como la luz se refleja a través de un
prisma se rompe en colores distintos. Nuestra experiencia como almas
condicionadas en este mundo material es coloreada con estas tres influencias.
Sattva es la influencia de la veracidad, Raja, la pasión y la creación, Tamas,
la supervivencia. Nuestra psicología está teñida de estos matices, y en función
de la concentración de sattva, rajas, o tamas, nuestro carácter será moldeado.
Así como el agua pura es escasa, sattva puro, bondad pura, es difícil de
encontrar.
Este es un análisis mucho más sutil que el
universo Maniqueista del bien y el mal, en donde Dios y el Demonio están en
guerra. La versión del bien y del mal que se halla en el Bhagavad-Gita, no es
una cuestión de pecado y pureza, oscuridad y luz. Tiene más que ver con la
teoría del color que con el negro y blanco. El mundo negro y blanco de bien y
mal es, de hecho, un concepto extraño en el propio Mahābharata. La idea de que
sólo tenemos una vida para vivir y que esta ha de vivirse en pecado o pureza no
es una versión que Kṛṣṇa le diera a Arjuna.
El alma pasa de un cuerpo al siguiente
cuerpo en una cadena interminable de nacimiento y muerte, cadena que sólo se
rompe con la realización espiritual. Las influencias kármicas que nos arrastran
hacia abajo y nos levantan no son creaciones del diablo o de ningún ser maligno
sobrenatural. Nuestra incapacidad de liberarnos del nacimiento y la muerte es
el resultado de nuestros propios apegos hacia el mundo. Estos apegos no son
cuestión de pecado y pureza. Nuestras vidas no son blancas y negras casos de
cielo o infierno, sino permutaciones más sutiles de nuestro propio
desenvolvimiento egoísta en el mundo de la explotación.
Y el mundo de la explotación es un producto
de nuestra propia percepción del ego, una sinfonía de colores e influencias que
nos cautivan nacimiento tras nacimiento. La locura es una cuestión de
repetición de la misma acción una y otra vez, en espera de un resultado
distinto. Igual que el burro, engañado por la zanahoria en un palo, marchamos
una y otra vez en el mundo ilusorio de nuestra propia percepción en la
ignorancia, la pasión y la bondad. Aquí de nuevo encontramos la dialéctica
Hegeliana: el universo Védico no es un mundo de blanco y negro, sino uno de
gradaciones y matices. Las modalidades de la naturaleza material no son
demonios negros que nos seducen hacia las acciones erróneas en oposición a los
ángeles blancos quienes nos llevan hacia la salvación, las gunas o modalidades
son productos de nuestra propia determinación a explotar. A continuar nuestro
viaje kármico.
Por lo tanto, ni negro ni blanco, sino un
mundo de influencias coloridas, modalidades, gunas. Tres colores producen la
gran cantidad de matices que perciben nuestros ojos. Del mismo modo el
intercambio de influencias colorea nuestro mundo. ¿Es una acción buena o mala?
Es difícil de decir. En cada acto hay un toque de bondad, una sombra de
oscuridad, un tono de compasión. Aún la modalidad de la bondad raramente está
exenta de impurezas, igual que una pequeña gota de tinta puede volver negro un
vaso de leche.
El dilema de Arjuna es el de decidir el
curso de la acción: buena o mala, correcta o equivocada, acción o inacción. Kṛṣṇa
le dice que incluso los grandes sabios y los santos se desconciertan al tratar
de entender la diferencia.
Y así, la necesidad de guía divina, un
maestro, un guro, alguien que conozca la senda, alguien que ha sido iluminado o
que al menos conoce a alguien que ha visto la luz. Porque el apego nace de las
influencias de la naturaleza material, uno ha de tratar de desapegarse,
liberarse de las influencias de la naturaleza material. Una buena manera de
liberarse del apego es a través del sacrificio.
Aquí, en el cuarto capítulo del
Bhagavad-Gita, Kṛṣṇa da una explicación más elaborada de lo que quiere decir
con sacrificio. Y su concepto de sacrificio no se limita únicamente al plano
físico: el sacrificio puede tener una dimensión sicológica. Uno puede no
solamente sacrificar la propia acción (karma), uno también puede alcanzar el
sacrificio a través de la meditación y la concentración en lo divino
(jnana-yoga) o incluso a través de los ocho brazos del yoga publicados,
siguiendo el sistema de asana, las posturas del yoga, yama, el auto control a
través de aceptar las prácticas positivas, niyama el auto-control de evitar las
prácticas negativas, pranayama, control de la respiración, pratyahata, la
renunciación, dharana, la rendición, dhyana, la meditación y samadhi, el propio
equilibrio perfecto. Y sobre todas ellas, es importante buscar la verdad y
aproximarse a un maestro capacitado o a un guru. Un maestro que pueda sacarnos
de las tinieblas. Un verdadero guru es quien puede impartir la verdad con base
en su propia realización, y en concordancia con lo que ha sido otorgado en las
Escrituras por los santos realizados al igual que por los avatares previos.
Seguimiento ciego e indagación absurda
están ambos condenados. Uno ha de aproximarse al guru con una actitud genuina y
sumisa de servicio y hacer una indagación auténtica hacia el propósito de la
vida. A través de tal conocimiento uno no sólo puede entender la naturaleza
esencial de todas las entidades vivientes sino también su relación con el
absoluto.
Kṛṣṇa dice que este conocimiento
trascendental es el fruto maduro de todo el misticismo. Ahora que Arjuna
entiende claramente la naturaleza del trabajo, el karma o la acción, la
importancia del conocimiento en desapego, y el trabajo y sacrificio, el llegará
a la conclusión apropiada.
Armado con conocimiento trascendental
acerca de la conducta apropiada y el sacrificio llegó para Arjuna el momento de
actuar. Debía pelear, tanto como por deber como por sacrificio. Habría de
pelear como un acto de dedicación, libre de apegos. Los apegos hacia su familia
y sociedad son mundanos. Su compasión está fuera de lugar. Libre de las
influencias del ego y del deber de la religión materialista Arjuna debe
combatir.
Así termina el cuarto capítulo del
Bhagavad-Gita.
Y sin embargo, Arjuna no está satisfecho.
No entiende la diferencia entre karma, meditación y yoga. Si la
auto-realización es tan importante, entonces ¿por qué ha de pelear en lo
absoluto? ¿No sería mejor para él renunciar a todo e ir hacia el bosque como un
yogi? ¿Qué tiene que ver la violencia con la auto-realización? ¿Por qué Kṛṣṇa
habla de meditación y yoga y renuncia al mundo si él se supone que ha de actuar
y crear la peor clase de karma al matar a sus amigos y parientes en una
sangrienta guerra? ¿Cómo puede ser éste el mejor de todos los deberes?
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