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Wednesday, March 30, 2016

El Santo Nombre II

Puesto que repasamos el Nama-tattva del Gaudiya-Kanthahara , pensé que a los lectores les beneficiaría escuchar la versión madura de Sridhar Maharaja que explica las glorias y las diez ofensas 
al santo nombre. Esto es un extracto de:


La Búsqueda de Sri Krsna


La Hermosa Realidad
Su Divina Gracia


Śrīla Bhakti Rakṣak
Śrīdhar Dev-Goswami Mahārāj




Antes de cantar el santo nombre de Kṛṣṇa, debemos primero cantar el mantra Pañcha-tattva:

শ্রী কৃষ্ণ ছৈতন্য প্রভু নিত্যানন্দ
শ্রী অদ্ৱৈত গদাধর শ্রীৱাসাদি গৌর-ভক্ত-ৱৃন্দ

śrī kṛṣṇa chaitanya prabhu nityānanda
śrī advaita gadādhara śrīvāsādi gaura-bhakta-vṛnda


El Pañcha-tattva, o los cinco aspectos de la Verdad Absoluta, vienen a otorgar el mahā-mantra Hare Kṛṣṇa a los devotos caídos de esta era, pues ellos son la representación general del Guru para nosotros. Ellos nos ayudan a entrar en el dominio de Krsna y en el plano de Sri Caitanya Mahāprabhu.

Luego de cantar el mantra Pañcha-tattva, debemos contar nuestras cuentas de la japa-mālā y cantar el mahā-mantra:

हरे कृष्ण हरे कृष्ण कृष्ण कृष्ण हरे हरे
हरे राम हरे राम राम राम हरे हरे
Hare Kṛṣṇa Hare Kṛṣṇa Kṛṣṇa Kṛṣṇa Hare Hare
Hare Rāma Hare Rāma Rāma Rāma Hare Hare


Mientras contamos las cuentas y cantamos el santo nombre, las cuentas han de colocarse en el interior de una bolsa de algodón, y el dedo índice, el cual se considera por lo general desfavorable ha de permanecer fuera de la bolsa. Generalmente utilizamos el dedo anular y el pulgar para contar. Uno ha de cantar dieciséis rondas, tal como recomienda Bhaktivedānta Swāmī, pero si hay alguna emergencia, ha de cantar al menos cuatro rondas, la mālā no debe de ayunar.

En el proceso de contar, empezaremos por la cuenta más grande e iremos hasta la más pequeña, y de nuevo regresaremos sobre la misma línea. La gran cuenta en el centro es llamada Monte Sumeru. No debemos cruzarla.

Este harināma mahā-mantra se halla en los Upaniṣads, al igual que en el Agni Purāṇa y en el Brahmāṇḍa Purāṇa. En el Kalisantaraṇa Upaniṣad, es recomendado como el mantra más elevado, y los estudiosos han mencionado este mantra como el medio de la única dirección, ninguna solicitud debe incluirse ahí.


Este Hare Kṛṣṇa mahā-mantra, es el yuga dharma nāma, o el proceso para la realización de dios en especial para la presente era, Kali-yuga. Hallamos que se menciona el mahā-mantra en todos los Puranas. Este mantra puede cantarse en silencio, mentalmente y en voz alta. Fue otorgado a nosotros por Mahāprabhu como una recomendación general para las alamas caídas. Lo ha otorgado para todos, ya sea que sean calificados o descalificados. Con la única condición de que haya śraddhā, fe.


Se menciona en el Padma Purāṇa, que hay diez clases de ofensas que debemos evitar al cantar el mahā-mantra Hare Kṛṣṇa.  Hay también cuatro clase de nāmābhāsa, o canto apático, que no nos dará entrada en el dominio de la misericordia, La mera liberación será efectiva a través de ese tipo de invocación.


Estas dos clases de canto impropio se derivan de nuestra tendencia hacia la explotación y la renuncia. Hay que cantar el nombre con espíritu de servicio y evitar las diez ofensas.


La primera ofensa es abusar de los devotos quienes son los agentes de difusión de la grandeza y nobleza del Señor Supremo, Kṛṣṇa. Si abusamos o deshonramos a Sus agentes, entonces el nombre no estará satisfecho. 

Únicamente los devotos de Kṛṣṇa son verdaderos santos, porque persiguen la vida eterna. Las personas que adoran a los semidioses por una ganancia temporal no son considerados santos. Ellos pueden abandonarse, puesto que no son devotos santos, es decir Vaiṣṇavas, o devotos. Todos los demás, tales como los adoradores de los semidioses, no son considerados santos. 


Evitémoslos. Un santo es uno que no tiene ambiciones en su vida pero que tiene una conexión de servicio amoroso con el Señor Supremo. Solo esos quienes son agentes de la verdad absoluta, el bien absoluto han de considerarse santos. No debemos abusar de esas personas santos.


La Segunda Ofensa tiene que ver en cómo habremos de tratar a los semidioses, incluyendo a Śiva, Śakti, el Dios del Solo y los demás. Ellos no han de considerarse iguales o más grandes que Viṣṇu o Kṛṣṇa. Ellos se hallan por debajo de Él, y son inferiores a Él. Sus ocupaciones les son conferidas por el Señor Supremo, Kṛṣṇa, y tienen que realizar sus obligaciones como corresponde con Su orden. Nunca son iguales o superiores a Kṛṣṇa.


La Tercera Ofensa es considera al Guru un ser humano, A pesar de que puedan hallarse muchos síntomas humanos en él, aun así, de acuerdo con nuestra sinceridad de encontrarnos con el Señor Supremo, el Señor desciende y se representa a Sí mismo en el Guru para satisfacer nuestra hambre por la verdad. 

Debemos verlo como agente del Señor. Se nos ha aconsejado de forma general no pensar en el Guru como un ser mortal, porque si nuestro intento por alcanzar el Absoluto es sincero, entonces Él vendrá a nosotros para liberarnos. Dios es omnisciente, entonces a través de una agente en particular quien actúa en Su representación, viene aquí a aceptarnos para conducirnos hacia el plano más elevado. Se nos ordena a través del consejo de las escrituras el ver al Guru como la representación del Absoluto, porque nadie puede otorgar a Kṛṣṇa excepto Él mismo.


La presencia de Dios ha de percibirse en nuestro Gurudeva. Debemos ver que Dios ha llegado a darse a Sí mismo a nosotros.  Generalmente hallamos signos mortales en el cuerpo del maestro espiritual, pero debemos trascender eso. El agua del Ganges puede en apariencia verse sucia en el exterior, pero aun así las sucias aguas del Ganges pueden purificarnos al tocarla. Para nuestros sentidos materiales la Deidad parece ser de madera, piedra, o barro, pero esa es nuestra visión contaminada. Kṛṣṇa está ahí, y en ocasiones Él es visto caminando o hablando con los devotos de la orden más elevad. 

No debemos pensar que es está hecha de substancia material. Cuando vamos y nos colocamos ante la Deidad, no debemos pensar que podemos verlo a Él, sino que Él nos está viendo a nosotros. Él se halla en el plano subjetivo; Yo soy Su objeto.


Misericordiosamente nos ve para purificarnos. De este modo nuestra visión ha de ajustarse. Kṛṣṇa fue asesinado por un cazador: los ateos podrán interpretar esto como un incidente ordinario, pero no es así. Rāvaṇa robó a Sītā. Esto es externo, totalmente ilusorio. La verdad es superior. En el reino trascendental. Así que necesitamos de los trascendentalistas expertos y del śāstra para ver que nuestro Gurudeva se halla por encima de esos síntomas materiales. 

Kṛṣṇa dice:
āchāryaṁ māṁ vijānīyān
“nāvanmanyeta karhichit
na martya-buddhyāsūyeta
sarva-deva-mayo guruḥ

“Yo mismo soy el ācārya. No piensen que el Guru es un hombre ordinario. Yo mismo resido en el corazón de Gurudeva junto con todas mis partes y porciones, para beneficio del discípulo”.

La Cuarta Ofensa es el śāstra nindā: blasfemar del sastra, las escrituras, Por supuesto esto se refiere a las escrituras que alaban la grandeza y nobleza de Kṛṣṇa, no otras. No debemos de abusar de esas escrituras que nos enseñan de Dios y Sus devotos, y que nos enseñan el eterno bien.

La Quinta Ofensa es interpretar el santo nombre de Kṛṣṇa con la ayuda de un diccionario y la gramática, para hallar diversos significados en las palabras del nombre. El sonido es trascendental. El diccionario de gramática, y cualquier otro libro de conocimiento mundano no puede limitar o calificar el santo nombre. Por encima del sonido material se halla la encarnación de la Persona Suprema de acuerdo a Su propio libre deseo. Es inseparable de Su nombre y completamente presente en la forma de Su sonido.

El vaikuṇṭha-śabda, sonido trascendental es distinto del sonido mundano que puede producirse con la lengua y labios. En la medicina homeopática, todos los globulitos son aparentemente iguales, pero la potencia en el interior es lo que importa. Es algo así. El sonido ordinario del nombre, y el sonido vibrado por un devoto puro viene de distintos planos. La diferencia es la potencia en su interior. El santo nombre desciende desde el mundo espiritual y llega a expresarse a sí mismo al bailar en la lengua. El sonido trascendental del santo nombre está conectado inseparablemente con la persona que lo representa.

La Sexta Ofensa es el considerar las glorias del santo nombre de Kṛṣṇa como una invención.


La Séptima Ofensa es pecar en la fuerza del santo nombre. Las escrituras declaran que el nombre es suficiente para limpiar todo pecado que uno pueda cometer, así que si vas en pro de cometer muchos pecados con la idea de que cantaras el nombre para limpiar el pecado, eso será una ofensa para el nombre y no un nombre apropiado. No podemos tratar de utilizarlo para nuestro servicio; Se halla por encima de toda esta māyā.

El verdadero nombre no aparecerá ahí. No debemos pensar, “Puedo hacer cualquier cosa y todo, y el nombre me purificará. Está escrito en las escrituras que si vas con ese espíritu será suicida.

La Octava Ofensa es pensar que cantar el santo nombre es otra actividad piadosa como una penitencia, una peregrinación, dar caridad, servicio al país, y demás. Si pensamos así, a la ligera del santo nombre, entonces cometemos ofensas, porque el santo nombre es absoluto y estos otros procesos son solo parciales, de posición relativa. Otros procesos son parciales; otorgan algún éxito en el mundo material, pero el nombre puede otorgar el Mismísimo Señor. 

Entonces, ningún otro proceso de purificación puede tener la misma posición que cantar el santo nombre de Krsna. Es lo supremo y nada puede acercársele.

La Novena Ofensa es darle al nombre a quienes no lo merecen, quienes no tienen fe en cantar el nombre. Si los presionamos a cantar el santo nombre, una mala reacción vendrá a nosotros.. También, sin obtener ninguna inspiración, no debemos hacer discípulos y dar iniciación al harināma. Cometeremos ofensas contra el nombre si hacemos negocios o comercio al dar el nombre. Si damos el nombre a todo el mundo, por codicia de convertirnos en un guru para obtener fama y renombre con algún propósito mundano entonces es una gran ofensa.

La Décima Ofensa es ser muy adicto a algo en particular, o tener mucha afinidad hacia el cuerpo o la riqueza corporal. Cuando se ancla un bote, el remo sólo moverá el barco alrededor del ancla. El ancla ha de levantarse, entonces el boto podrá moverse hacia adelante. Entonces, no debemos anclarnos a nosotros mismos con algo en particular. Debemos estar abiertos. El nombre creará alguna transformación en el interior del sistema mental, y debemos estar abiertos y suficientemente desprejuiciados para ir hacia donde nos conduzca el nombre. Si precavidamente tratamos de evitar esa transformación y nos adherimos a nuestra vida presente, esa es una ofensa en contra del nombre: Invitarlo y luego ignorarlo.

No debemos aceptar el nombre como algo externo: Es nuestro amigo. Debemos estar muy a gusto con él. Vamos a alcanzar una conexión muy relajante y amigable a través de la realización del santo nombre de Kṛṣṇa, el cual es todo bondad, todo belleza y todo encantador. Al cantar el santo nombre alcanzaremos nuestro fin más deseable de vida e iremos de regreso a Dios, de regreso al hogar, y no a un país extranjero.

Debemos tomar el nombre de una manera amistosa y afectuosa. El nombre es el único objeto de nuestro amor. Es nuestro amigo, y no un anti-partido. Entonces, el nombre nos llevará a nuestro hogar… no a una tierra extraña. Ese es nuestro dulce hogar, y Él es nuestro dulce guardián. Con este espíritu debemos ir a cantar el santo nombre de Kṛṣṇa.


Estas son las diez ofensas que hay que evitar al cantar el maga-mantra:



 Hare Krsna, Hare Kṛṣṇa Hare Kṛṣṇa Kṛṣṇa Kṛṣṇa 
Hare Hare, Hare Rāma Hare Rāma Rāma Rāma Hare Hare.

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