Notas acerca del Dharma
Dharma Social Vs Paramahaṁsa Dharma
“Más allá del bien y del mal”
Por Michael Dolan/ B.V. Mahayogi
traducido por Teresa Loret de Mola/ Tapanandini D.D.
El Dharma Social- las restricciones morales
y religiosas que gobiernan la civilización humana. A menudo entran en conflicto
con la experiencia mística- las demandas internas de una vida divina. Como mi
Guru Mahārāj solía decirlo “La Conciencia de Sociedad y la Conciencia de Dios
siempre entran en colisión” Lo que él quería decir con esto es que la idea de
que las estructuras establecidas por los gobiernos y las autoridades
eclesiásticas para asegurar la longevidad de sus instituciones, frecuentemente
no daban cabida a la experiencia mística. De hecho, las estructuras hechas para
proteger el clima moral necesario para que prospere pueden incluso tener un efecto contrario.
La experiencia mística es elusiva,
inefable. Pero transmite su propia autoridad. Nuestra experiencia personal de
lo divino informa nuestra vida espiritual. Mi relación con mi guru o mentor
espiritual es personal y no puede transferirse por el poder de una jerarquía de
sacerdotes. Incluso si esos sacerdotes dicen respetar a Dios y mi guru.
A través del sentido de la mística de lo
devino somos capaces de liberarnos de las ataduras de la percepción cotidiana y
de los pensamientos calcificados a través de la vida diaria en nuestra búsqueda
por la verdad universal y la iluminación. Pero este sentido místico
frecuentemente va en contra de las necesidades y demandas de la sociedad e
instituciones. Así que el Paramahaṁsa-dharma
es problemático para los poderes fácticos. Como descubrió Jesucristo cuando
predicó el Sermón de la Montaña, la búsqueda verdadera es un negocio
riesgoso. Cristo fue crucificado por
defender la Conciencia de Dios por encima de la conciencia de sociedad, incluso
llegó a decir a sus seguidores que entregaran a Roma su pago y que rindieran al
“Cesar lo que es del César”. Su servicio simbólico al régimen era insuficiente
para protegerlo de la cruz. Sus seguidores fueron crucificados por su
disentimiento, pues proclamaban a Dios por encima de Roma.
Roma entendió el poder de las ideas. Así
que instituyó censura en contra de los nuevos pensadores cristianos.
El propósito de la censura es prevenir la
disidencia, asegurar la conformidad. La libertad de pensamiento amenaza el
poder de la estructura, pues el poder depende de la obediencia. La conformidad
es necesaria para mantener a la gente alineada, para nutrir la máquina. La
conciencia de sociedad depende frecuentemente de mafia en el poder determinada
para prevenir el pensamiento libre y la libre expresión. La represión del
pensamiento libre es una de las funciones primarias del estado moderno.
Extrañamente también es importante la
función de la Iglesia. Una Iglesia que clama existir únicamente para guiarnos
en nuestra vida espiritual, pero una vez establecido el dogma y los rituales
santificados, no queda sitio para el misticismo. La conciencia de Dios entonces
ha de reprimirse para promover los intereses de la conciencia social de la
comunidad de la iglesia, ya sea que esta comunidad sea católica, islámica o
cristiana.
El concepto hindú de dharma es algo
distinto de su primo occidental, “religión”. A diferencia de Occidente, Oriente
no tiene una iglesia jerárquica monolítica, sino un importante hilo que recorre
las antiguas tradiciones de sabiduría
India, es ese el concepto de dharma. Dharma generalmente significa “deber” o
“religión” pero tiene muchas capas de significados profundos.
Aun así, Dharma tienen tanto aspectos
internos como externos, e incluye tanto el dharma social y el espiritual como
misticismo. Mientras que el dharma “social” predomina, ambos son reverenciados.
Los sādhus y hombres santos gozan de gran respeto en India. Sin embargo, el
aspecto externo del dharma, como por ejemplo el “sistema de castas” o
“adoración de miles de dioses” es lo que vemos e incluye un componente social
en términos de ritual, eventos sociales, bodas, funerales y demás. En el
sentido cotidiano el sentido de dharma quiere decir “religión” o “deber social” y es externo a la
vida mística.
Por supuesto, este aspecto externo es importante. Ignorar a la
sociedad y sus demandas es volverse anti-social, tal como muchos místicos han
descubierto a lo largo del tiempo. En Mateo 10:35 Cristo le dice a sus
seguidores que abandonen los asuntos mundanos y sigan una vida divina,
recordándoles. “Pues he venido a oner al hombre contra su padre, a la hija contra
su madre y a la nuera contra la suegra”. Sacrificar la propia vida por un
propósito divino es dar la espalda a la sociedad- y encarar las consecuencias.
Como el propio Cristo descubrió, la participación en la conciencia de la
sociedad puede ser criticada o rechazada sólo a propio riesgo, incluso cuando
consideramos el aspecto místico interno del dharma llamado Paramahaṁsa-dharma.
Mantener el orden en la sociedad es un
aspecto importante de la religión o dharma, no ha de tomarse a la ligera. El
Tora se enfoca en la Ley. El Antiguo Testamento de la Biblia se preocupa con la
ley. El Libro de Levítico enfatiza en los rituales, la ley la ética y los
estándares morales para una vida social apropiada. Cuando Cristo empieza a
enseñar, es criticado por destruir la ley de Moisés. Le asegura a la gente de
Jerusalén, “No malinterpreten a qué he venido. No he venido a abolir la ley de
Moisés ni las escrituras de los profetas. No, he venido a cumplir su
propósito”, Por supuesto, que el propósito de todas las leyes religiosas es
desarrollar en nosotros una vida divina en armonía con Dios. Esto no puede
realizarse sin una experiencia mística profunda. Cuando un místico como San
Francisco reta al Papa a que abandone sus ricas túnicas y su trono de oro y
siga los votos de pobreza, el místico aparenta estar actuando en contra de las
normas de la sociedad con su comportamiento bizarro, pero en realidad está
reafirmando su propósito. Así sucedió con Vyāsa
Mientras las escrituras definen la ética y
las leyes del hombre, el Mahābhārata de Vyāsa, y de hecho la mayoría de los
dharma-shastras, exploran lo externo, los aspectos morales y éticos de la vida
espiritual: conciencia de sociedad. ¿Cómo debemos actuar? Y las antiguas
tradiciones ancestrales de Indias ciertamente nos han dado una visión bastante
flexible del dharma y la ética tal como operan en el mundo social. En los
dharma-shastras hindúes, desde las Leyes de Manu hasta los Yogas Sutras de
Patanjali acerca de la posición social, educación y el entrenamiento de uno son
considerados como un factor ante el pecado o piedad otorgado a un acto
determinado, ya que la brújula moral de uno es determinada por la posición de
uno en la vida. El texto de sabiduría india reconoce que la ley ha de aplicarse
dependiendo del medio social dado.
La ley para el tigre es distinta a la del
cordero. Lo que para un hombre es pecado puede ser piedad para otro,
dependiendo de su varna o sitio en el sistema de castas. Han de haber distintas
reglas y leyes para las distintas clases sociales. Estas reglas se extienden
también hacia la práctica espiritual. Así que las reglas de deber social o
dharma pueden variar de acuerdo a las propias cualidades. Por ejemplo, trabajo
duro y lealtad son valores de la clase obrera. Mientras que estudio e
introspección son valores para la clase intelectual,. Tal como una vez escribió
el poeta William Blake “La ley para el
león y el buey es opresión”. La ley para el león es comer al buey, mientras que
la ley para el buey es comer hierba. La extrema igualdad de la ley es opresión.
La sabiduría de la visión India del dharma puede verse en su flexibilidad.
Esta
flexibilidad hace también que sea un enigma para los no iniciados. Las
historias del Mahābhārata demuestran ser un contexto a través del cual este
acertijo puede se desempaquetado. Dado que los aspectos externos del dharma
gobiernan nuestras vidas cotidianas, es frecuentemente visto como más
importante que el interno o un aspecto más “espiritual”. Desafortunadamente,
esto puede conducirnos hacia la negligencia de la vida interior. En nuestra
vida diaria establecemos prioridades. Realizando nuestro deber hacia el esposo,
la esposa, la familia e hijos, tal vez siendo negligentes hacia nuestro deber
hacia la comunidad y nación. O dando nuestra vida al país y la sociedad tal vez
seamos negligentes hacia la familia. Un entendimiento más profundo del dharma
ayuda a balancear eso. Pero ¿cuál es nuestro verdadero interés personal? ¿Cuál
nuestro deber hacia nuestro ser y hacia nuestra realidad espiritual?
A través
de dedicarnos nosotros mismos a la vida interior, a la búsqueda de Śrī Kṛṣṇa,
la Hermosa Realidad, tal vez seamos negligentes no sólo hacia el país y la
sociedad, sino incluso hacia nuestros hijos y familia. ¿Cómo es este dharma? Al
terminar su obra maestra, el Mahābhārata, Vyāsa, su autor se sintió disgustado.
No estaba del todo feliz con la obra, debido a que se enfocaba en el dharma
social y descuidaba el punto más importante. Había fallado en dirigir la
atención hacia la necesidad de una vida espiritual, concentrándose en su lugar
en todos los giros del karma y el dharma. Se embarcó entonces en su propia
búsqueda espiritual, una que le conduciría hasta su guru Nārada. Inspirado por Nārada,
Vyāsa decide escribir otra obra, una que sobrepasará incluso al Mahābharata.
Este es el Bhāgavat Purana conocido por sus acólitos como el Śrīmad-Bhāgavatam.
En su preámbulo de la obra, Vyāsa establece su propósito.
dharmaḥ projjhita-kaitavo 'tra paramo
nirmatsarāṇāṁ satāṁvedyaṁ vāstavam atra vastu śivadaṁ tāpa-trayonmūlanamśrīmad-bhāgavate
mahā-muni-kṛte kiṁ vā parair īśvaraḥsadyo hṛdy avarudhyate 'tra kṛtibhiḥ śuśrūṣubhis
tat-kṣaṇātधर्मः प्रोज्झित-कैतवो ऽत्र परमो निर्मत्सराणां सतां वेद्यं वास्तवम् अत्र वस्तु शिवदं ताप-त्रयोन्मूलनम्श्रीमद्-भागवते महा-मुनि-कृते किं वा परैर् ईश्वरः सद्यो हृद्य् अवरुध्यते ऽत्र कृतिभिः शुश्रूषुभिस् तत्-क्षणात्
El Bhāgavatam
enseña un entendimiento superior del dharma. El dharma ordinario es bueno,
porque nos mantiene alejados de la vida animal y el barbarismo. Los animales no
tienen entendimiento del dharma. Así que la idea general es que el deber y la
religiosidad conducen hacia la prosperidad, la familia, y la salvación: dharma,
artha, kāma, mokṣa. Estas son las ideas comunes y universales acerca del deber
y la religión. Pero dado que nuestra concentración en el deber materialista y
la prosperidad nos expulsa de nuestro sentido de lo divino, nos perdemos a
mismos en la lucha mundana por la existencia por la existencia a la cual nos
consagramos con la idea de “deber”. Esto no es en realidad “religión”, si el
propósito de religión es el de acercarnos a Dios. Vyāsa señala que al usar la
idea de “religión” o “dharma” para proporcionar una apariencia de respetabilidad
a nuestras vidas de explotación kármica, nos hacemos trampa a nosotros mismos a
costa de nuestro verdadero interés personal. Dharma es el deber hacia la
familia y la sociedad. Artha es la lucha por la riqueza, Kāma es nuestra
interminable ocupación en el principio erótico sexual, y Mokṣa es la salvación
de la vida material y son externas: de hecho no son en realidad religión, sino
una forma de extraernos a nosotros mismos de la auto-realización. En su
preámbulo, Vyāsa expresa su disgusto hacia todas estas formas de religión
engañosas. Las llama kaitav-dharma y enseña que esto no tiene espacio en el
Bhāgavat-Purana. Este nuevo tratado, escrito para sobrepasar y trascender el Mahābhārata
rechaza el tipo de religión engañosa que no enseña a la gente la realización
espiritual a través de la rendición a Kṛṣṇa y la dedicación a Dios.
Eso es
engaño. Vyāsa introduce aquí la idea de una forma superior de auto realización
espiritual llamada Paramahaṁsa dharma. El Dharma engañoso es para los hombres
que son como cuervos que viven en de despojos y basura. Vyāsa nos aconseja
convertirnos en cisnes, paramahaṁsa. Este entendimiento no es para los hombres
comunes ni siquiera para los reyes. Es para los hombres que son como cisnes. Paramo
nirmatsarāṇām (SB 1.1.2). Vyāsa nos dice que sólo la gracia de las almas que
son como cisnes que no están interesadas en el materialismo pueden entender
verdaderamente el mensaje del Bhāgavat. No quienes están tras el dharma artha
kāma mokṣa. Aquí, con estas palabras, Vyāsa resume el enfoque del Bhāgavat. El Bhāgavat
Purana no promueve la adoración a Ganesh para la prosperidad mundana, ni la
adoración a Shiva para la liberación impersonal, la astrología no las artes
sexuales del Kama Sutra. El Bhāgavat nos pide que veamos el mundo tal como fue
visto por Śukadeva Goswāmī y aspirar al entendimiento de la divinidad como Kṛṣṇa,
la Hermosa Realidad. Vyāsa abre su tesis con dharmaḥ projjhita-kaitavo 'tra:
toda institución religiosa es expulsada. No reconoce ninguna organización o
institución. Predica la esencia. Esto es revolucionario. El comentador original
del Bhāgavatam, Śrīdhara Swāmi, escribió
hace siglos explica que la palabra kaitavaḥ, se refiere a las llamadas
religiones que enseñan el llamado
progreso económico, llamado gratificación de los sentidos, llamado liberación
impersonal. Vyāsa dice “Estos tipos de religiones engañosas son expulsados” Vyāsadeva destierra todos estos tipos de religiones
engañosas de las páginas del Śrīmad-Bhāgavatam. Lo que se permitió
generosamente en el Mahābhārata es exiliado del Bhāgavat Purāṇa para que no
haya confusión en su tesis. Esto es particularmente revolucionario, debido a
que era normalmente considerado como “bueno”- la lealtad a la familia y al
país, el trabajo duro por el dólar, incluso la piedad y la santificación- son descartados
como “engañosos”. La proclamación de Vyāsa del Paramahaṁsa-dharma es una
declaración de guerra en contra de la religión mundana. Por esta razón el
mensaje de Vyāsadeva ha enfrentado gran oposición desde su inicial
proclamación. Vyāsa exalta la experiencia mística de las almas realizadas como
Nārada y Brahma, de profetas y devotos como Śukadeva Goswāmī y Prahlāda
Maharaja por encima de la lealtad al rey y a la nación, la iglesia y el estado.
De nuevo, es peligroso rechazar las normas de la sociedad. Cuando Arjuna quiere
renunciar a su deber de guerrero, el propio Kṛṣṇa nos recuerda que es peligroso
rechazar el propio dharma ordinario. Paramahaṁsa -dharma no es para
aficionados.
श्रेयान् स्व-धर्मो विगुनः पर-धर्मात् स्वनुष्ठितात्स्व -धर्मे निधनं श्रेयह् पर-धर्मो भयावहःśreyān sva-dharmo vigunaḥ para-dharmāt svanuṣṭhitātsva-dharme
nidhanaṁ śreyah para-dharmo bhayāvahaḥ“
Es mejor realizar el propio deber
prescrito, aunque sea imperfecto, que el deber de otro perfectamente. La
destrucción en el curso de la realización del propio deber es mejor que
ocuparse en los deberes de otros, pues seguir la senda de otro es peligroso”.
Trascendental o Paramahaṁsa-dharma nos
aconseja responder al ritmo de distintos toques de tambor, para profundizar. El
Bhāgavat de Vyāsa es más específico en este punto en el Canto Séptimo, en donde
define las distintas clases de chala-dharma o religiones engañosas.
(SB 7.15.12):
विधर्मः पर-धर्मश् च आभास उपमा छलःअधर्म-शाखाः पञ्चेमा धर्म-ज्ञो ’धर्मवत् त्यजेत्
vidharmaḥ para-dharmaś ca ābhāsa upamā
chalaḥadharma-śākhāḥ pañcemā dharma-jño ’dharmavat tyajet
Hay cinco ramas de irreligión, conocidas
apropiadamente como religión (vidharma), principios religiones inadecuados para
uno (para-dharma), pretensión de religión (abhasa), religión analógica
(upadharma) y religión engañosa (chala-dharma)- quien está consciente de la
religión verdadera ha de abandonar estas cinco clases de irreligión. Pero,
dejando a un lado las “normas de sociedad” ¿cómo puede uno hacerse “consciente”
de lo que la religión verdadera es? Hay una cierta dicotomía entre la
experiencia religiosa personal o misticismo y las organizaciones formales que
conocemos como iglesias. Parece que cuando las organizaciones institucionalizan
la religión, las iglesias resultantes se convierten en apenas receptáculos del
dharma social. El misticismo es real, genuino, experiencia religiosa personal.
Es la realización de experiencias subjetivas extraordinarias y pensamientos
subjetivos en busca de iluminación universal que resultan en una epifanía
espiritual, los que los Yogis llaman samādhi. Pero cuando muere el misticismo y
la experiencia espiritual es delegada a un sacerdocio, la espiritualidad se
convierte en religión y se endurece hacia un estado petrificado. Esta muerte,
la religión “oficial” es sólo una sombra del Paramahaṁsa-dharma de Vyāsa. Cuando el Paramahaṁsa-dharma se encuentra con
la religión sancionada de los sacerdotes designados, hay un enfrentamiento
inevitable. El mejor ejemplo histórico es probablemente el encuentro entre el
Papa Inocencio III y San Francisco, donde el Papa comenzó castigando la herejía
de Francisco y termino cuando el propio Papa fue humillado por la pobreza y
generosidad del joven santo. Tal vez la mejor exploración literal de la
dinámica entre el estado petrificado de la religión y la experiencia mística
personal es hallada en el “Gran Inquisidor” de Dostoievski, en donde Torquemada
se encuentra con Jesucristo y le advierte que no predique la vida espiritual,
mientras Cristo permanece silencioso y termina la entrevista besando al
torturador quien representa a la Iglesia. Puede decirse que la conversación de
Kṛṣṇa con Arjuna termina en donde empieza el Bhāgavatam, pues admonición de
abandonar todo el dharma y rendirse a Dios es la verdadera base del Bhāgavatam.
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