Consciencia y Ser IX
Dios, Demonios y los Planetas Sombra
Pregunta acerca de las maravillas del mundo
y escucharás acerca de la Gran Pirámide de Egipto, las ruinas misteriosas de
Machu Picchu en Perú; la Gran Muralla China, la Pirámide de Kukulcán en Chichen
Itza en Yucatán, México. El Coliseo Romano, el Taj Mahal en Agara, India e
incluso el Palacio de Invierno de los Zares de Rusia, ahora el Museo del
Hermitage en San Petersburgo, Rusia también deben mencionarse, junto con el
Louvre de Parías, o el Palacio de Versalles, residencia de los últimos reyes de
Francia.
Ninguno de estos se compara en esplendor y
misterio al Angor Wat. Angor Wat, la “ciudad que es un templo! Es el más
imponente de los templos de montaña construido durante el apogeo de la civilización
Khmer. Para consagrar el culto a Viṣṇu y el rey que construyo Su monumento,
Suryavarman VII.
En los valles del lago Tonle Sap en
Camboya, artesanos y arquitectos de la antigua Khemer trabajaron sin parar para
concluir el gran templo de Viṣṇu en Angkor durante la vida de Suryavarman. La
calidad de su diseño y los adornos de piedra tallada, la simbolización del
Monte Meru como el centro del universo Védico, Sus santuarios y su santuario
interior, y sus espejos de agua hacen de Angkor Wat un espacio espiritual único
sin paralelo en su arquitectura.
En sus escritos de 1585, el explorador
portugués Diego De Couto antoa, “Este tempo es una construcción tan particular
que uno difícilmente puede describirla con la pluma, no puede uno compararlo
con ningún otro edificio del mundo”. Cientos de años después, su descripción
continúa vigente.
En algunas secciones del edificio cada
pulgada cuadrada del techo ha sido labrada a mano con intrincados diseños.
Mientras que el complejo de templos en Camboya abarca cientos de millas
cuadradas, Angkor Wat se halla por encima de estas como el templo más
importante de todo el Khmer. Aquí los edificios están construidos con la idea
de replicar el mítico Monte Meru, considerado como el centro del universo.
En un sentido, Angkor Wat es un yantra, una
especie de máquina arquitectónica hecha para conducir a sus visitantes hacia la
consciencia elevada a través de un complejo mandala de espejos de agua,
santuarios, bajorrelieves y oratorios interiores. Ningún visitante se va sin
que su consciencia haya sido tocada por la experiencia meditativa profunda. Es
el complejo religioso más grande construido por el hombre.
Si como Le Corbusier dice, “Una casa es una
máquina para vivir”, entonces Angkor es una máquina para elevar la consciencia
y desarrollar la consciencia divina. Construida en una era en la que pocos
tenían acceso a los libros y menos aún eran capaces de leer y escribir, Angkor
no sólo cuenta una historia mientras uno camina atravesando sus salones: es una
mecanismo especial para traerlo a uno hacia un nivel de consciencia más elevado
no sólo a través de la contemplación de sus maravillas arquitectónicas, sino
también a través de la manipulación del espacio meditativo. Y mientras uno vaga
a través de este espacio meditativo, tras cruzar el foso que separa el espacio
interior de Angkor del mundo exterior de las empolvadas calles de Camboya, en
donde uno es golpeado por el poder de las puertas exteriores y las torres.
Adentrándose un poco más, uno llega uno a un salón de enormes bajorrelieves de
paredes laterales talladas hace cerca de 800 años por el mejor escultor de
Suryavarman VII.
Entre los intrincados relieves está la
historia del Ramāyana y el Mahābharata, que se hace visible para todos aquellos
que han escuchado estas epopeyas y quienes la conocen de memoria pero que eran
incapaces de leer el sánscrito. En las Galerías Orientales está un enorme
bajorrelieve ue cubre toda la pared: ahí están Rāma y Lakṣmana y Hanumāna, el
Rāvaṇa de las diez cabezas y su hermano Vibhiṣana, Jambhavan el oso y sus
ejércitos. Del otro lado está el Mahābharata con Bhīma y Arjuna, Yudhiṣthira y
sus hermanos, los mil soldados de la guerra de Kurukṣetra encabezados por Bhiṣma.
Están los carros de guerra y Bhiṣma empalado en flechas.
Teniendo en cuenta los límites del espacio
de la pared, uno se pregunta a qué historias del mundo antiguo se le estará
dando prominencia aquí. Al continuar caminando uno alcanza la galería este,
Aquí uno se enfrenta a otro enorme bajorrelieve. Una inmensa talla de piedra de
la historia del batido del océano de leche.
Se relata esta historia en el Mahābharata y
en los Puranas, notablemente en el Bhāgavat Purana. Es una especie de historia
de la creación. De hace mucho tiempo, antes de que el mundo empezara, los
dioses o suryas eran amenazados por los danavas los demoniacos opositores de
dios. Cuando ellos le pidieron ayuda a Viṣṇu, el Señor del Universo, explicó
que necesitarían el amrta, una especie de tónico para la inmortalidad. Este
amrita lo podrían hallar en el fondo del océano de leche, pero los dioses
tendrían que batir el océano para alcanzarlo. Los dioses usaron la a Mandara,
la montaña mística como batidor y envolvieron a la serpiente Vasuki a su
alrededor como su soga.
Los demonios anti-dios se reunieron ahí,
estimulados por la idea de que iban a tomar ellos mismos el néctar. Los dioses
tomaron a la serpiente por la cola y los demonios por la cabeza y empezaron a
batir la montaña. Cuando a hundirse, Viṣṇu, encarnado como la tortuga cósmica
sostuvo el batidor, la montaña Mandara, en su espalda. Y así los dioses y
demonios empezaron a batir el océano de leche.
Poco a poco, seres extraños y maravillosos
emergieron de esa sopa: el caballo de siete cabezas Uchaishravas, la diosa
Lakshmi, junto con las apsaras celestiales, ninfas celestiales divinas. Ahí
apareció Surabhi la vaca de los deseos junto con la mismísima luna y la joya
kaustabha que adorna el pecho del Señor Viṣṇu. Muchas hierbas valiosas,
medicinas fueron producidas por el batido, también algunos venenos aparecieron.
Esta miasma era peligrosa así que fue sorbida por el Señor Śiva quien la
contuvo en su garganta, la cual se tiñó de azul. Por esta razón es llamado,
“nila-kanta” o el de la garganta azul.
Cuando finalmente surgió el amrita en la
superficie fue recogida en una vasija dorada, por el médico entre los dioses,
el mismísimo Dhanvantari, otra forma de Viṣṇu. Los demonios se apresuraron a
tomar la vasija y robar el néctar de la inmortalidad de los dioses.
Pero de nuevo Viṣṇu encarnado, ahora como
una hermosa joven con una sonrisa encantadora y con los labios rojo rubí,
Mohini. Disfrazado como la encantadora Ninfa, el mismísimo Dios Viṣṇu convenció
a los demonios para que esperaran su turno mientras el néctar era distribuido
primero a los dioses. Distraídos por la belleza, los demonios se sentaron y
vieron como se entregaba hasta la última gota a los sedientos dioses, quienes
se hicieron inmortales al beber ese néctar.
Todos excepto Rāhu, Este inteligente
anti-dios se sentó entre el sol y la luna y se las arregló para obtener una
probada del néctar. Pero antes de poder tragarla, fue detectado por el propio Viṣṇu
quien de inmediato desenfundó su arma sudharshana chakra y decapitó al demonio.
Y sin embargo, puesto que el néctar había tocado los labios y garganta de Rāhu,
su cabeza se hizo inmortal. Para asegurarse de que no hiciera daño fue arrojada
hacia los cielos. Ahí se sitúa hoy como una especie de planeta de sombra. De
acuerdo con la tradición Hindú, el eclipse de sol es causado debido a que Rāhu
intenta comerse al sol. Pero ya que no tiene cuerpo, el sol pasa rápidamente a
través de su garganta.
En la astrología Védica, la influencia de Rāhu
se calcula en el horóscopo de uno. Ya que Rāhu es un “planeta sombra” y no
existe físicamente, aun así su impacto es considerado importante., lleno de
fuerza y significado divino. Con su naturaleza sombría, Rāhu actúa en el nivel
emocional e interno.
Una lectura superficial de esta historia
produce nada más una especie de mito, una explicación extraña sobrenatural del
universo que poco tiene que ver con nuestra experiencia.
Y sin embargo, cuando vi el bajorrelieve en
Angkor no podía sino preguntarme el porqué de que esta historia en particular
tenía un sitio de honor para Suryavarman VII. Por qué sus escultores expertos
llegaban a tales extremos para inscribir para siempre este suceso en las
paredes de piedra del templo. Debe tener un profundo significado, más allá de
lo mero superficial de la creación de la historia. De hecho, lo tiene, como
podremos ver. Su explicación se expande en el tema que hemos estado explorando,
acerca de la veracidad de la versión Védica, junto con el ser y la consciencia,
particularmente el significado de cidābhāsa, o de la consciencia “confusa a
través de la cual la mente tiene que pasar para llegar a la materia”.
Sridhar Mahārāj comenta acerca de este
tópico y el significado de Rāhu en su libro, “Evolución Subjetiva de la
Consciencia”.
“En una ocasión, consideré desde este punto
de vista la pregunta de los planetas en la cosmología Védica. Podemos ver que a
través del movimiento de los distintos planetas, un eclipse solar es causado
por la sombra de la luna que cae sobre la Tierra. Y sin embargo en las
escrituras se ha descrito que durante un eclipse, el planeta Rāhu devora el sol
o la luna. Cuando Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura estuvo en Purī
durante sus últimos días y llegó un eclipse, un devoto que se suponía conocía
el Siddhānta, la conclusión de las escrituras, estaba sentado junto a
Prabhupāda, De pronto ridiculizó la idea dada en el Bhāgavatam que durante el
eclipse solar o lunar Rāhu devota al sol o la luna.
Yo no pude tolerar que tal observación se
admitiera en referencia al Bhāgavatam y argumenté que lo que declaraba el
Śrīmad-Bhāgavatam no se ha de tomar a la ligera. Ofrecí lo que parecía ser un
poco de apoyo descabellado. Y dije que Bhaktivinod Ṭhākura había creado muchos
personajes, pero yo pensaba que estos no eran imaginarios.
Lo que él había escrito podía haber
ocurrido durante algún otro milenio (kalpa), o día de Brahmam y que ahora se
tomaba a la ligera, Considerando la importancia del significado literal de las
escrituras, Bhaktivedānta Swāmi Maharaja presento su Bhagavad-Gita tal como es.
“Yo pensé ‘¿Cómo puedo probar lo que dice
el Bhāgavatam’ no lo sé. Pero lo que se ha dicho en el Śrīmad-Bhāgavatam ha de
ser cierto. Yo tengo fe en ello.
“Hay tantas declaraciones acerca de la
cosmología del universo en las escrituras, Los Aryans, los hombres
desarrollados espiritualmente de tiempos pasados, solían verlo todo como
consciencia. Ellos vieron que la sombra también es consciencia.
“La sombra, abhāsa, también es considerada
un estado de consciencia. Únicamente a
través de esa etapa sombría de consciencia podemos llegar a la concepción
material de las cosas. Antes de alcanzar la concepción de una sombra, tenemos
que pasar por un estado mental, y la personificación puede estar ligada a un
estado mental. La personificación de la sombra puede denominarse como “Rāhu”.
El alma se aproxima a la materia, le mundo
material, pero antes de eso, ha de pasar a través de un estado de consciencia
sombrío llamado cidābhāsa.
“La consciencia pasa a través del nivel de
consciencia de la sombra hacia la materia, no consciente. Y ese etapa sombra de
consciencia tiene su personalidad. Es también consciente, y puede ser conocido”
ver las cosas como materiales. Lo que es materia concreta es desconocido. Es un
mero efecto de la consciencia. Como todo lo material ha de tener algún origen
consciente, u origen en la consciencia personal, ha de haber una concepción
personal del sol, la luna, la Tierra y también de los planetas. Antes de
alcanzar la concepción de la sombra de algún objeto, el alma ha de pasar a
través de un estado de consciencia. Ese estado tiene alguna existencia
espiritual como persona.
Por ello el Bhāgavatam hacer referencia al
sol, la luna y el planeta Rāhu, como personas. Todo, la Tierra, la luna, las
estrellas, los planetas. Tienen una concepción personal. En el fondo de lo que
podemos percibir con nuestros sentidos embotados, todo lo que se dice que es
material, ha de tener una concepción personal. Sin la influencia de una
concepción personal, la consciencia no puede alcanzar la etapa de materia
burda.
Por lo tanto, en las antiguas escrituras,
hallamos que los grandes sabios y rsis siempre se refieren a todo en este mundo
como a una persona. Aunque para nosotros es materia inerte, ellos la
consideraron como personas ¿Por qué? La materia no es sino sombra de la entidad
personal. Lo personal. La entidad consciente es más real.
Cuando concebimos la representación
personal de esa sombra, se le conocerá como Rāhu. Todo es consciente. La
sombra, su efecto-todo. Cuando la luna se halla entre el sol y la tierra, la
sombra de la luna llega aquí, y lo que llega también es consciente. Todo es
consciente en un principio, luego está la materia. De la concepción personal
evolucionan las cosas hacia la consciencia burda. Todo esto es personal.
Entonces los ṛṣis con esa visión de la realidad solían designar todo como
personal: los árboles, las montañas, el sol, la luna, el océano. Cuando la
consciencia pura llega a experimentar la materia pura, entonces debe primero
que tener una etapa de mezcla, y eso es una persona que sufre en el karma.
Persona significa que no están totalmente desarrolladas completamente en el
presente como personas espirituales, sino en una condición mezclada. Así que lo
que los rsis están diciendo. Que todo es una persona- es real, no es un
mejunje.
Todo es consciente. Tal como los
científicos actuales dicen que todo es materia, tenemos verdaderas razones para
pensar que todo es consciente. Todo lo que ves no importa, podemos sentir
directamente lo que hay en nuestra propia naturaleza. Eso es consciente.
Nuestra consciencia puede estar en una posición desarrollada o degradada, pero
la consciencia se halla cerca de nosotros. Sentimos únicamente nuestra energía mental”.
“Todo tiene su representación en la
original, personal, consciente, realidad espiritual. De otro modo no sería
posible que se reflejara en este plano como materia. Primero hay consciencia y
luego cuando se halla en una condición más burda, aparenta ser materia. En el
estudio de la ontología se enseña que cuando estudiamos algo en particular, a
pesar de que podemos saber que tiene ciertos atributoa a la vista, y que
aparece al oído de cierta manera, que todo esto son apariencias.
Independientemente de las apariencias, el aspecto ontológico de una cosa- lo
que es- la realidad de algo- es desconocida e incognoscible.
“Mi opinión es que cuando la consciencia va
a sentir la materia no consciente tendrá que pasar a través de un área de
consciencia para encontrarse con el objeto material. Para que la percepción
completa de esa cosa material no pueda ser sino consciente. Y consciencia
siempre indica persona. Primero está la concepción y después la idea material.
El mundo consciente está muy cercano y el
mundo material está muy lejano, Por ello los grandes rsis, cuyo pensamiento
estaba altamente desarrollado, se dirigían hacia todo lo que hallaban en el
ambiente como si todos ellos fueran personas. En los Vedas, la antiguas
escrituras de India, hallamos que los santos y los sabios siempre están en
medio de tantas personas; en el fondo todo es una persona”.
“Pensando, sintiendo, deseando- una entidad
viviente tiene tres fases. Y es lo mismo también con Dios y sus potencias.
Primero hay un sujeto que existe, luego sus experiencias. Y las experiencias
del carácter sutil son lo primero y se les da la mayor importancia. Y cuando el
sujeto llega a un área más lejana para concebir la materia, ese será para él el
punto más alejado. Se dirigirá a todo lo que le rodea con sus concepciones
personales.
Una concepción personal no puede sino
señalar que la materia está lejana. La conexión directa de la consciencia es
con la sombra, el reflejo de la materia hacia el mundo consciente. El alma
puede entender únicamente eso. Si la materia puede existir independientemente,
entonces también la materia tiene una sombra en el mundo consciente y el alma
tiene que ver con esa sombra.
En otras palabras. Existe la persona y
entonces el cuerpo. Tal como el cuerpo es el efecto posterior del agente vivo
consciente, la materia es el efecto posterior del espíritu., Independientemente
de toda la consciencia material, todo lo que está en contacto con el alma es
totalmente personal.
Cidābhāsa es algo como la substancia mental
que tenemos en el interior. Hay dos clases de personas kṣara y akṣara: el alma
pura liberada y el alma que lucha en la materia. Cuando las personas liberadas
y no liberadas se mezclan en el mundo de las transacciones materiales. Ya sean
entidades móviles o inmóviles o sea cual sea su posición, aun así han de ser
consideradas personas. Debido a que todo es una unidad de consciencia, todo
tiene una existencia personal. “Todo es una persona. Antes de ir hacia la
concepción material, hemos de pasar a través de una concepción personal o
aspecto de esa cosa. En Vṛndāvana todo es consciente, pero algunas cosas posan
en forma pasiva. Pero todas ellas son conscientes: el río Yamunā, las vacas,
los árboles, los frutos-todo es consciente, espiritual, pero ellos posan en
diferentes formas. Los Aryans, siendo capaces de detectar las características
conscientes de todo, ven toda la naturaleza como consciente y personal y se
dirigen a todo como consciente.
La consciencia y personalidad son las bases
universales de la realidad. Cualquier cosa que experimentamos es consciente. El
reflejo de un objeto material se halla en mí y el plano en mi interior es
consciente. El sujeto es consciencia, y cualquier clase de cosa que pueda ser
el objeto, proyectará su reflejo hacia el plano de consciencia. El observador
de cualquier realidad objetiva se envuelve sólo con la consciencia de principio
a fin y no puede tener ninguna concepción de materia aparte de la de la
consciencia”.