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Thursday, September 8, 2016

Consciencia y Ser IX

Consciencia y Ser IX
Dios, Demonios y los Planetas Sombra




Pregunta acerca de las maravillas del mundo y escucharás acerca de la Gran Pirámide de Egipto, las ruinas misteriosas de Machu Picchu en Perú; la Gran Muralla China, la Pirámide de Kukulcán en Chichen Itza en Yucatán, México. El Coliseo Romano, el Taj Mahal en Agara, India e incluso el Palacio de Invierno de los Zares de Rusia, ahora el Museo del Hermitage en San Petersburgo, Rusia también deben mencionarse, junto con el Louvre de Parías, o el Palacio de Versalles, residencia de los últimos reyes de Francia.

Ninguno de estos se compara en esplendor y misterio al Angor Wat. Angor Wat, la “ciudad que es un templo! Es el más imponente de los templos de montaña construido durante el apogeo de la civilización Khmer. Para consagrar el culto a Viṣṇu y el rey que construyo Su monumento, Suryavarman VII.

En los valles del lago Tonle Sap en Camboya, artesanos y arquitectos de la antigua Khemer trabajaron sin parar para concluir el gran templo de Viṣṇu en Angkor durante la vida de Suryavarman. La calidad de su diseño y los adornos de piedra tallada, la simbolización del Monte Meru como el centro del universo Védico, Sus santuarios y su santuario interior, y sus espejos de agua hacen de Angkor Wat un espacio espiritual único sin paralelo en su arquitectura.

En sus escritos de 1585, el explorador portugués Diego De Couto antoa, “Este tempo es una construcción tan particular que uno difícilmente puede describirla con la pluma, no puede uno compararlo con ningún otro edificio del mundo”. Cientos de años después, su descripción continúa vigente.

En algunas secciones del edificio cada pulgada cuadrada del techo ha sido labrada a mano con intrincados diseños. Mientras que el complejo de templos en Camboya abarca cientos de millas cuadradas, Angkor Wat se halla por encima de estas como el templo más importante de todo el Khmer. Aquí los edificios están construidos con la idea de replicar el mítico Monte Meru, considerado como el centro del universo.

En un sentido, Angkor Wat es un yantra, una especie de máquina arquitectónica hecha para conducir a sus visitantes hacia la consciencia elevada a través de un complejo mandala de espejos de agua, santuarios, bajorrelieves y oratorios interiores. Ningún visitante se va sin que su consciencia haya sido tocada por la experiencia meditativa profunda. Es el complejo religioso más grande construido por el hombre.

Si como Le Corbusier dice, “Una casa es una máquina para vivir”, entonces Angkor es una máquina para elevar la consciencia y desarrollar la consciencia divina. Construida en una era en la que pocos tenían acceso a los libros y menos aún eran capaces de leer y escribir, Angkor no sólo cuenta una historia mientras uno camina atravesando sus salones: es una mecanismo especial para traerlo a uno hacia un nivel de consciencia más elevado no sólo a través de la contemplación de sus maravillas arquitectónicas, sino también a través de la manipulación del espacio meditativo. Y mientras uno vaga a través de este espacio meditativo, tras cruzar el foso que separa el espacio interior de Angkor del mundo exterior de las empolvadas calles de Camboya, en donde uno es golpeado por el poder de las puertas exteriores y las torres. Adentrándose un poco más, uno llega uno a un salón de enormes bajorrelieves de paredes laterales talladas hace cerca de 800 años por el mejor escultor de Suryavarman VII.

Entre los intrincados relieves está la historia del Ramāyana y el Mahābharata, que se hace visible para todos aquellos que han escuchado estas epopeyas y quienes la conocen de memoria pero que eran incapaces de leer el sánscrito. En las Galerías Orientales está un enorme bajorrelieve ue cubre toda la pared: ahí están Rāma y Lakṣmana y Hanumāna, el Rāvaṇa de las diez cabezas y su hermano Vibhiṣana, Jambhavan el oso y sus ejércitos. Del otro lado está el Mahābharata con Bhīma y Arjuna, Yudhiṣthira y sus hermanos, los mil soldados de la guerra de Kurukṣetra encabezados por Bhiṣma. Están los carros de guerra y Bhiṣma empalado en flechas.

Teniendo en cuenta los límites del espacio de la pared, uno se pregunta a qué historias del mundo antiguo se le estará dando prominencia aquí. Al continuar caminando uno alcanza la galería este, Aquí uno se enfrenta a otro enorme bajorrelieve. Una inmensa talla de piedra de la historia del batido del océano de leche.

Se relata esta historia en el Mahābharata y en los Puranas, notablemente en el Bhāgavat Purana. Es una especie de historia de la creación. De hace mucho tiempo, antes de que el mundo empezara, los dioses o suryas eran amenazados por los danavas los demoniacos opositores de dios. Cuando ellos le pidieron ayuda a Viṣṇu, el Señor del Universo, explicó que necesitarían el amrta, una especie de tónico para la inmortalidad. Este amrita lo podrían hallar en el fondo del océano de leche, pero los dioses tendrían que batir el océano para alcanzarlo. Los dioses usaron la a Mandara, la montaña mística como batidor y envolvieron a la serpiente Vasuki a su alrededor como su soga.
Los demonios anti-dios se reunieron ahí, estimulados por la idea de que iban a tomar ellos mismos el néctar. Los dioses tomaron a la serpiente por la cola y los demonios por la cabeza y empezaron a batir la montaña. Cuando a hundirse, Viṣṇu, encarnado como la tortuga cósmica sostuvo el batidor, la montaña Mandara, en su espalda. Y así los dioses y demonios empezaron a batir el océano de leche.
Poco a poco, seres extraños y maravillosos emergieron de esa sopa: el caballo de siete cabezas Uchaishravas, la diosa Lakshmi, junto con las apsaras celestiales, ninfas celestiales divinas. Ahí apareció Surabhi la vaca de los deseos junto con la mismísima luna y la joya kaustabha que adorna el pecho del Señor Viṣṇu. Muchas hierbas valiosas, medicinas fueron producidas por el batido, también algunos venenos aparecieron. Esta miasma era peligrosa así que fue sorbida por el Señor Śiva quien la contuvo en su garganta, la cual se tiñó de azul. Por esta razón es llamado, “nila-kanta” o el de la garganta azul.



Cuando finalmente surgió el amrita en la superficie fue recogida en una vasija dorada, por el médico entre los dioses, el mismísimo Dhanvantari, otra forma de Viṣṇu. Los demonios se apresuraron a tomar la vasija y robar el néctar de la inmortalidad de los dioses.
Pero de nuevo Viṣṇu encarnado, ahora como una hermosa joven con una sonrisa encantadora y con los labios rojo rubí, Mohini. Disfrazado como la encantadora Ninfa, el mismísimo Dios Viṣṇu convenció a los demonios para que esperaran su turno mientras el néctar era distribuido primero a los dioses. Distraídos por la belleza, los demonios se sentaron y vieron como se entregaba hasta la última gota a los sedientos dioses, quienes se hicieron inmortales al beber ese néctar.
Todos excepto Rāhu, Este inteligente anti-dios se sentó entre el sol y la luna y se las arregló para obtener una probada del néctar. Pero antes de poder tragarla, fue detectado por el propio Viṣṇu quien de inmediato desenfundó su arma sudharshana chakra y decapitó al demonio. Y sin embargo, puesto que el néctar había tocado los labios y garganta de Rāhu, su cabeza se hizo inmortal. Para asegurarse de que no hiciera daño fue arrojada hacia los cielos. Ahí se sitúa hoy como una especie de planeta de sombra. De acuerdo con la tradición Hindú, el eclipse de sol es causado debido a que Rāhu intenta comerse al sol. Pero ya que no tiene cuerpo, el sol pasa rápidamente a través de su garganta.
En la astrología Védica, la influencia de Rāhu se calcula en el horóscopo de uno. Ya que Rāhu es un “planeta sombra” y no existe físicamente, aun así su impacto es considerado importante., lleno de fuerza y significado divino. Con su naturaleza sombría, Rāhu actúa en el nivel emocional e interno.
Una lectura superficial de esta historia produce nada más una especie de mito, una explicación extraña sobrenatural del universo que poco tiene que ver con nuestra experiencia.
Y sin embargo, cuando vi el bajorrelieve en Angkor no podía sino preguntarme el porqué de que esta historia en particular tenía un sitio de honor para Suryavarman VII. Por qué sus escultores expertos llegaban a tales extremos para inscribir para siempre este suceso en las paredes de piedra del templo. Debe tener un profundo significado, más allá de lo mero superficial de la creación de la historia. De hecho, lo tiene, como podremos ver. Su explicación se expande en el tema que hemos estado explorando, acerca de la veracidad de la versión Védica, junto con el ser y la consciencia, particularmente el significado de cidābhāsa, o de la consciencia “confusa a través de la cual la mente tiene que pasar para llegar a la materia”.
Sridhar Mahārāj comenta acerca de este tópico y el significado de Rāhu en su libro, “Evolución Subjetiva de la Consciencia”.
“En una ocasión, consideré desde este punto de vista la pregunta de los planetas en la cosmología Védica. Podemos ver que a través del movimiento de los distintos planetas, un eclipse solar es causado por la sombra de la luna que cae sobre la Tierra. Y sin embargo en las escrituras se ha descrito que durante un eclipse, el planeta Rāhu devora el sol o la luna. Cuando Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura estuvo en Purī durante sus últimos días y llegó un eclipse, un devoto que se suponía conocía el Siddhānta, la conclusión de las escrituras, estaba sentado junto a Prabhupāda, De pronto ridiculizó la idea dada en el Bhāgavatam que durante el eclipse solar o lunar Rāhu devota al sol o la luna.
Yo no pude tolerar que tal observación se admitiera en referencia al Bhāgavatam y argumenté que lo que declaraba el Śrīmad-Bhāgavatam no se ha de tomar a la ligera. Ofrecí lo que parecía ser un poco de apoyo descabellado. Y dije que Bhaktivinod Ṭhākura había creado muchos personajes, pero yo pensaba que estos no eran imaginarios.
Lo que él había escrito podía haber ocurrido durante algún otro milenio (kalpa), o día de Brahmam y que ahora se tomaba a la ligera, Considerando la importancia del significado literal de las escrituras, Bhaktivedānta Swāmi Maharaja presento su Bhagavad-Gita tal como es.
“Yo pensé ‘¿Cómo puedo probar lo que dice el Bhāgavatam’ no lo sé. Pero lo que se ha dicho en el Śrīmad-Bhāgavatam ha de ser cierto. Yo tengo fe en ello.
“Hay tantas declaraciones acerca de la cosmología del universo en las escrituras, Los Aryans, los hombres desarrollados espiritualmente de tiempos pasados, solían verlo todo como consciencia. Ellos vieron que la sombra también es consciencia.
“La sombra, abhāsa, también es considerada un estado de consciencia. Únicamente  a través de esa etapa sombría de consciencia podemos llegar a la concepción material de las cosas. Antes de alcanzar la concepción de una sombra, tenemos que pasar por un estado mental, y la personificación puede estar ligada a un estado mental. La personificación de la sombra puede denominarse como “Rāhu”.
El alma se aproxima a la materia, le mundo material, pero antes de eso, ha de pasar a través de un estado de consciencia sombrío llamado cidābhāsa.
“La consciencia pasa a través del nivel de consciencia de la sombra hacia la materia, no consciente. Y ese etapa sombra de consciencia tiene su personalidad. Es también consciente, y puede ser conocido” ver las cosas como materiales. Lo que es materia concreta es desconocido. Es un mero efecto de la consciencia. Como todo lo material ha de tener algún origen consciente, u origen en la consciencia personal, ha de haber una concepción personal del sol, la luna, la Tierra y también de los planetas. Antes de alcanzar la concepción de la sombra de algún objeto, el alma ha de pasar a través de un estado de consciencia. Ese estado tiene alguna existencia espiritual como persona.
Por ello el Bhāgavatam hacer referencia al sol, la luna y el planeta Rāhu, como personas. Todo, la Tierra, la luna, las estrellas, los planetas. Tienen una concepción personal. En el fondo de lo que podemos percibir con nuestros sentidos embotados, todo lo que se dice que es material, ha de tener una concepción personal. Sin la influencia de una concepción personal, la consciencia no puede alcanzar la etapa de materia burda.
Por lo tanto, en las antiguas escrituras, hallamos que los grandes sabios y rsis siempre se refieren a todo en este mundo como a una persona. Aunque para nosotros es materia inerte, ellos la consideraron como personas ¿Por qué? La materia no es sino sombra de la entidad personal. Lo personal. La entidad consciente es más real.
Cuando concebimos la representación personal de esa sombra, se le conocerá como Rāhu. Todo es consciente. La sombra, su efecto-todo. Cuando la luna se halla entre el sol y la tierra, la sombra de la luna llega aquí, y lo que llega también es consciente. Todo es consciente en un principio, luego está la materia. De la concepción personal evolucionan las cosas hacia la consciencia burda. Todo esto es personal. Entonces los ṛṣis con esa visión de la realidad solían designar todo como personal: los árboles, las montañas, el sol, la luna, el océano. Cuando la consciencia pura llega a experimentar la materia pura, entonces debe primero que tener una etapa de mezcla, y eso es una persona que sufre en el karma. Persona significa que no están totalmente desarrolladas completamente en el presente como personas espirituales, sino en una condición mezclada. Así que lo que los rsis están diciendo. Que todo es una persona- es real, no es un mejunje.
Todo es consciente. Tal como los científicos actuales dicen que todo es materia, tenemos verdaderas razones para pensar que todo es consciente. Todo lo que ves no importa, podemos sentir directamente lo que hay en nuestra propia naturaleza. Eso es consciente. Nuestra consciencia puede estar en una posición desarrollada o degradada, pero la consciencia se halla cerca de nosotros. Sentimos únicamente nuestra energía mental”.
“Todo tiene su representación en la original, personal, consciente, realidad espiritual. De otro modo no sería posible que se reflejara en este plano como materia. Primero hay consciencia y luego cuando se halla en una condición más burda, aparenta ser materia. En el estudio de la ontología se enseña que cuando estudiamos algo en particular, a pesar de que podemos saber que tiene ciertos atributoa a la vista, y que aparece al oído de cierta manera, que todo esto son apariencias. Independientemente de las apariencias, el aspecto ontológico de una cosa- lo que es- la realidad de algo- es desconocida e incognoscible.
“Mi opinión es que cuando la consciencia va a sentir la materia no consciente tendrá que pasar a través de un área de consciencia para encontrarse con el objeto material. Para que la percepción completa de esa cosa material no pueda ser sino consciente. Y consciencia siempre indica persona. Primero está la concepción y después la idea material.
El mundo consciente está muy cercano y el mundo material está muy lejano, Por ello los grandes rsis, cuyo pensamiento estaba altamente desarrollado, se dirigían hacia todo lo que hallaban en el ambiente como si todos ellos fueran personas. En los Vedas, la antiguas escrituras de India, hallamos que los santos y los sabios siempre están en medio de tantas personas; en el fondo todo es una persona”.
“Pensando, sintiendo, deseando- una entidad viviente tiene tres fases. Y es lo mismo también con Dios y sus potencias. Primero hay un sujeto que existe, luego sus experiencias. Y las experiencias del carácter sutil son lo primero y se les da la mayor importancia. Y cuando el sujeto llega a un área más lejana para concebir la materia, ese será para él el punto más alejado. Se dirigirá a todo lo que le rodea con sus concepciones personales.
Una concepción personal no puede sino señalar que la materia está lejana. La conexión directa de la consciencia es con la sombra, el reflejo de la materia hacia el mundo consciente. El alma puede entender únicamente eso. Si la materia puede existir independientemente, entonces también la materia tiene una sombra en el mundo consciente y el alma tiene que ver con esa sombra.
En otras palabras. Existe la persona y entonces el cuerpo. Tal como el cuerpo es el efecto posterior del agente vivo consciente, la materia es el efecto posterior del espíritu., Independientemente de toda la consciencia material, todo lo que está en contacto con el alma es totalmente personal.
Cidābhāsa es algo como la substancia mental que tenemos en el interior. Hay dos clases de personas kṣara y akṣara: el alma pura liberada y el alma que lucha en la materia. Cuando las personas liberadas y no liberadas se mezclan en el mundo de las transacciones materiales. Ya sean entidades móviles o inmóviles o sea cual sea su posición, aun así han de ser consideradas personas. Debido a que todo es una unidad de consciencia, todo tiene una existencia personal. “Todo es una persona. Antes de ir hacia la concepción material, hemos de pasar a través de una concepción personal o aspecto de esa cosa. En Vṛndāvana todo es consciente, pero algunas cosas posan en forma pasiva. Pero todas ellas son conscientes: el río Yamunā, las vacas, los árboles, los frutos-todo es consciente, espiritual, pero ellos posan en diferentes formas. Los Aryans, siendo capaces de detectar las características conscientes de todo, ven toda la naturaleza como consciente y personal y se dirigen a todo como consciente.
La consciencia y personalidad son las bases universales de la realidad. Cualquier cosa que experimentamos es consciente. El reflejo de un objeto material se halla en mí y el plano en mi interior es consciente. El sujeto es consciencia, y cualquier clase de cosa que pueda ser el objeto, proyectará su reflejo hacia el plano de consciencia. El observador de cualquier realidad objetiva se envuelve sólo con la consciencia de principio a fin y no puede tener ninguna concepción de materia aparte de la de la consciencia”.






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