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Friday, December 30, 2016

Ciencia y Misticismo


Ciencia y Misticismo: ¿Quiénes son los locos?


Prueba de Vida
No hay una prueba científica de le existencia de Dios, He buscado. Puedes intentar con Google y obtener el mismo resultado. Las ideas bordean la estrecha área de la “prueba”, sin embargo, puede ser  verdad. Después de todo, la verdad es más extraña que la ficción. Simplemente observa el 2016
El amor desafía toda prueba como lo hace la propia existencia. No puedo probar que estoy consciente. La conversación que tengo en sueños es casi tan real como los que tengo estando despierto. No puedo probar que la materia del mundo existe, como demostrara Bishop Berkeley.
El escéptico filósofo Hume bromeó acerca de que mientras los argumentos de Berkeley no admiten la menor refutación, estos no inspiran la mínima convicción. Uno sospecha de que sus observaciones estaban inspiradas en la amargura. Hume se propuso  refutar a Dios. Dios era escéptico y Hume ya no existe.
Algunos misterios eluden a la ciencia: El origen del Universo, las olas gravitacionales, la cura al cáncer, la teoría del campo unificado, la teoría del todo. El problema de la consciencia es uno de esos misterios.
La teología intenta resolver el enigma, pero la teología es únicamente un departamento especial de pensamiento producido por la mente al trabajar en un aspecto en particular de los materiales presentes que presentan los sentidos.
Como hemos visto como consecuencia de la obra de Kant, la religión mental funciona en el nivel racional de consciencia; este es más o menos el método al igual que el objetivo de la investigación de los moralistas empíricos, los teólogos y los científicos. La crítica empírica de la Biblia y todo el tratamiento mental del tema de la religión, están viciados por la adopción de la así llamada razón. Y debido a que, tal como hemos señalado, la prueba espera, la teología “racional” es un método equívoco de explorar los asuntos en cuestión. Para profundizar el entendimiento de la realidad uno ha de ir por encima de la razón.
A primera vista, la idea de ir más allá de la razón es una anatema para el cerebro lógico. Los grandes científicos han hecho sus mejores descubrimientos al hacer eso y preguntar “¿Y qué pasa sí…?” incluso cuando “¿Y qué pasa si?” desafía la lógica. Esos “experimentos del pensamiento” encienden la imaginación de los científicos y de los escritores de ciencia ficción. Grandes mentes han llegado a soluciones elegantes a problemas matemáticos al razonar en reversa de una visión de realidad. Edward de Bono, filósofo del S. XX llama “pensamiento lateral# a la manera de ver esta forma de solución. Para aquellos para quien Dios es auto-evidente llaman a esta clase de visión “fe”. Los experimentos del pensamiento van más allá de la lógica y la razón y abren la puerta a la imaginación. Gran parte de la ciencia posterior del Siglo XX, incluyendo la teoría de la relatividad de Einstein, la física cuántica y el descubrimiento de los agujeros negros se basó  en gran medida en “experimentos del pensamiento” que iban más allá de la lógica. Einstein nos pidió imaginar un viaje en un elevador a la velocidad de la luz. Shrodinger nos pidió poner un gato en una caja que viva y muera de acuerdo a nuestra propia percepción subjetiva. El autor de Cogito, René Descartes imaginó el mundo físico como una elaborada ilusión y preguntó cómo podríamos estar seguros de que es real, Platón nos recodó que así como los prisioneros en una cueva ven sombras parpadeantes en una pared y lo perciben como la realidad, frecuentemente estamos engañados por los sentidos y la mente en nuestra interpretación empírica de los fenómenos. ¿Cómo podemos saber si es real?
La preciosa lógica que usamos para construir la tecnología falla cuando se aplica a la existencia. Nuestra visión de realidad puede únicamente ser fragmentada, como miles de imágenes en el ojo de una abeja. Con esa visión  fragmentada ¿cómo podemos ver la realidad última? ¿Cómo podemos ver al ser con el ojo de la razón?
El pensamiento rasional y el análisis son deconstructivos. Rompe las cosa. Romper las cosas y re-ensamblar las piezas es trabajo de obrero de fábrica. El análisis es una función primitiva de la mente. Para entender la naturaleza de la consciencia y de Dios es necesario ir más allá del análisis, más allá de la razón.
La habilidad para trascender la razón ha sido siempre cualidad de los visionarios. Incluso los escritores de ficción especulativa han sido capaces de ir más allá de las restricciones del raciocinio ordinario para crear mundos alternativos que capturan nuestra imaginación. La mitología inventiva de Star Wars, por ejemplo, es tan convincente que los ateos prefieren ese universo que el nuestro. Escritores imaginan posibilidades a través de experimentos que solamente más tardes se hacen realidades. Lo que fuera fantástico en tiempos de Julio Verne: los submarinos como el Nautilus, los cohetes a la luna y el viaje de 80 días alrededor del mundo son lugar común hoy en día.
Los escritores de ciencia ficción como Ray Bradbury, Stanislaw Lem y Philip K Dick que escribieron en los 50´s reimaginaron nuestro mundo como misiones a marte, viajes en el tiempo y mundos futuros disfuncionales poblados de sujetos en estado de vigilancia, video teléfonos, androides, y carros auto guiados. Asimov escribe las reglas de los robots y Arthur C, Clarke se preocupa acerca de la inteligencia artificial mucho antes de que el microprocesador se usara de alguna forma sustancial. Estos hombres crearon la mitología de la ciencia ficción en días anteriores a la televisión a color, cuando la NASA usaba reglas de diapositivas para calcular la trayectoria de los cohetes.
En donde los científicos insisten en pruebas rigurosas de la existencia de la conciencia y la mente, son descuidados intelectualmente cuando se trata de viajes en el tiempo, el desplazamiento curvo y la fusión fría. Estas posibilidades no están descartadas, ya que son proyectos de investigación “sexys”. Dios no es un proyecto sexy de investigación. Así que mientras no exista “prueba”, no se busca ninguna prueba”. Pero los científicos no son inmunes a las ideas creativas en ldonde los filósofos se encuentran con la ciencia ficción. Mientras no crucen la línea de la investigación científica y el misticismo.
Es por esto que los pensadores modernos no tienen dificultad en discutir las ideas de si los robots son inteligentes o li tienen derechos los androides. El culto popular del clásico Bladerunner esta basado en la historia de Philip K. Dick, “¿Sueñan los Androides en una Nave Eléctrica?” Es irónico que en una era cuando los humanos tienen pocos derechos la elite académica discuta los derechos de las máquinas. ¿Ya hemos alcanzado la era de Terminator en donde gobiernan los robots? ¿Es posible la inteligencia artificial? O es por definición humana la inteligencia. ¿Y qué del viaje en el tiempo? ¿Cuál es la natrualeza del tiempo y del espacio? Los nerds de la ciencia ficción aman las películas Matriz. Pero ¿no es en realidad Matrix una extensión de la metáfora de Platón acerca de la cueva? ¿Y no es la cueva de Platón un camino concreto de explicar el viejo concepto oriental de Maya, o mundo ilusorio. No es Matrix un ejemplo de cómo somos engañados por el universo subjetivo de Maya?
El inventor Ray Kurzweil desarrolló la tecnología OCR que usamos en el supermercado. Cada artículo que tiene un código en él le debe algo a Kurzweil. A sugerencia de Stevie Wonder, desarrolló los lectores de textos para reprodujeran libros de forma hablada. Kurzweil también desarrolló el sintetizador de teclado moderno. Recientemente desarrolló la idea de que en un futuro podríamos vivir para siempre “subiéndonos” a nosotros mismos a la nube y por ello haciéndonos inmortales.
Por supuesto, los fans de científicos y de la ciencia ficción están abiertos a estas presunciones. Pero trate de discutir el alma, la vida trascendental o a Dios y la ventana se cerrará. Las ideas de Dios y de la fe son irracionales, simples supersticiones, no son dignas de ser discutidas. Está bien hablar de agujeros de gusano en el tiempo o pensar en robots, pero hablar de la divinidad es caer en el factor “woo, woo”, Vivir en una realidad virtual generada por la computadora es genial; realizando que el propio ser eterno está envuelto de algún modo en un mundo ilusorio llamado maya no es genial.
La ciencia ficción y la loca especulación que se remonta “más allá de la razón” es genial, mientras se lleve a cabo en una película o en una pantalla, o en un iPhone. La princesa Lea es genial”. “L Fuerza esté Contigo” es genial. La devoción espiritual y la meditación en un mantra es locura irracional, fanatismo, tal vez incluso peligroso terrorismo.
Hay una delicada línea entre el genio y el misticismo, entre el místico y el loco. Por esta razón, los santos parecen en ocasiones ser locos. San Francisco, cuando apareció ante el Papa y le pidió seguir una vida simple, fue considerado un loco peligroso como lo fue Jesucristo cuando volcó los puestos de los cambistas en el Templo de Jerusalén.
En el lenguaje del Vaiṣṇavismo, un gran sato que tiene la apariencia exterior de un loco se llama avadhuta. Esas personas desafían las convenciones sociales normales y desafían nuestro pensamiento racional. Gaura Kishore Dāsa Babaji era un elevado santo y fue reconocido por los académicos como un pensador  profundo. Mientras que muchos gurus construyen templos y gastan pródigamente en centros de meditación. Babaji vivió en la pobreza bajo un barco en las orillas del Ganges. Evitó escrupulosamente a los hipócritas y materialistas. Mientras que su honestidad y erudición eran incuestionables, Gaura Kishore consideraba la devoción a Kṛṣṇa superior en sabiduría y moral. Estaba bien informado de las conclusiones de las Escrituras, pero pasó su tiempo absorto en tomar el Santo Nombre.
En ese entonces en India había muchos gurus y místicos quienes también eran expertos en lógica y razón. Muchos de estos maestros de élite eran candidatos para acharya, el maestro siguiente más importante en la línea. Para los observadores más casuales, Gaura Kishore Dās Babaji parecía un loco, un avadhuta. Y sin embargo, a pesar de la aparente irracionalidad del comportamiento de Babaji y su excéntrica apariencia externa, el elevado erudito Bhaktisiddhānta Sarasvatī lo aceptó como su guru, considerando que era la verdadera continuación de la línea Gaudiya. Mientras el propio Bhaktisiddhānta fue un distinguido astrólogo, un erudito en Sánscrito, y un comentador del Bhāgavatam que publicara miles de libros, él estimó la devoción de Babaji Maharaja por encima de su escolaridad y su análisis racional.



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