Meditación: Cosmos
“Ver al Mundo en un Grano de Arena
Y al Cielo en la Flor Silvestre,
Sostener el Infinito en la palma de tu mano
Y la Eternidad en una hora”.
William Blake
La Forma Universal
Puesto que el enojo fue la raíz del
predicamento de Parikṣit Mahārāja, está especialmente interesado en cómo
controlar la mente. Ya sea que Parīkṣit Mahārāja hace esta pregunta para
nuestro beneficio, al haber ya conquistado su propia ira, o ya sea que él mismo
se halla en crisis, esta pregunta es especialmente valiosa. ¿Cómo podemos
controlar nuestra ira? La ira es una emoción especialmente destructiva, capaz
de arruinar nuestro progreso espiritual.
El Rey preguntó, “¿Puedes por favor
explicar, Oh Santo, algo más acerca de la mente. ¿Cómo puedo aplicar mi mente
para poder ver siempre a Dios? ¿Y qué puedo hacer para evitar el pensamiento
negativo?”
En este punto, Śukadeva Goswāmī recomienda
una forma de panteísmo, mediante la cual es posible ver a dos en todas partes. ¿Cómo
intuir la presencia de Dios? De acuerdo a los Upaniṣads la presencia de Dios
continúa a través de la creación en el interior y afuera.
El antiguo Śrī Iśopaṇiṣad (mantra 5) dice:
तद् एजति तन् नैजति तद् दूरे तद् व् अन्तिके
तद् अन्तर् अस्य सर्वस्य तद् उ सर्वस्यास्य बाह्यतः
tad ejati tan naijati tad dūre tad v antike
tad antar asya sarvasya tad u sarvasyāsya
bāhyataḥ
Dios está en todas partes, dentro y fuera,
Pero ¿cómo ver que Él se manifiesta en cada situación? Ninguna molécula o átomo
es tan pequeño para hallarse fuera de eso, ni una galaxia es tan vasta que la
presencia de Dios no la circunscriba.
La definición de Dios como ‘una esfera
infinita, cuyo centro está en todas partes y cuya circunferencia no está en
ninguna parte’ frecuentemente ha sido atribuido a Ramkrishna, pero sus raíces
se hallan en el Liber XXIV philosophorum, atribuido al gramático y filósofo del
siglo cuarto Marius Victorinus.
Pero no es necesario llegar tan lejos en el
tiempo o referirse a los escritos antiguos para tener una experiencia real de
lo divino.
De hecho, una experiencia práctica de la
divinidad se halla en el centro de las enseñanzas del Bhāgavat. El Bhāgavat es
exclusivamente teísta: Mientras que el Mahābharata está interesado en la
historia de reyes y sus luchas para establecer la sociedad India basada en los
principios religiosos, el Bhāgavat está constantemente enfocado en el problema del
entendimiento de Dios. Los principios “religiosos” comunes que regulan a la
sociedad no están enfocados aquí. Lo que se halla enfocado es la comunión con
lo divino, especialmente bhakti o amor divino. Las enseñanzas de Śukadeva
acerca de esta comunión son tan vitales hoy como lo eran cuando se pronunciaron
por primera vez hace miles de años.
La comunión involucra una experiencia de
divinidad. El Bhāgavat describe distintos niveles de experiencia religiosa.
Śukadeva le da una respuesta simple al rey aquí. “Dios está en todas partes,”
dice. “Aprende a ver a Dios en todas partes y será fácil controlar la mente.”
La verdadera perfección en el yoga místico
será posible únicamente por aquellos que desarrollan bhakti, amor divino,
dedicación. Pero en ocasiones el progreso es gradual. Antes de continuar la
descripción de los pasatiempos Personales de Dios Supremo en el Décimo Canto
del Bhāgavat, Śukadeva ayuda a aquellos
en los niveles iniciales de consciencia superior.
“Aprende a ver a Dios en todas partes y en
todas las cosas”, dice. Al sentir la presencia de Dios en todos lados la mente
se acostumbrará a la concepción devocional y eventualmente hará posible la
perfección en el amor divino.
Uno puede preguntarse por qué un devoto tan
grande como Śukadeva Goswāmī se molestaría en abogar por un punto aparentemente
trivial. Śukadeva está dando consuelo ahí a un hombre moribundo, desesperado
por respuestas. Puesto que controlar la mente es un reto para todos nosotros,
haríamos bien en prestar atención a lección. Aquí, Śukadeva nos enseña no sólo
cómo controlar la mente recordando a Dios, sino cómo tener una experiencia
verdadera de divinidad en el momento a través de la meditación en Su
omnipresencia.
Śukadeva explica que mientras estamos
ocupados en la práctica del yoga, uno ha de meditar de tal manera que uno pueda
ver a Dios en todas partes y en todas las cosas.
Śukadeva dice, “Uno ha de sentarse en una
postura de yoga apropiada, controlando la propia respiración a través del
pranayama. Mientras controla la mente y los sentidos a través del yoga uno ha
de meditar en el virat-rupa”.
“Piensa de este universo como la forma exterior
de Dios. Piensa en el mundo fenomenal con los elementes universales como Su
cuerpo con los planetas inferiores como sus pies y las estrellas más elevadas y
las constelaciones como su cabeza. Piensa en los mundos sutiles más elevados
como su mente e inteligencia y los planetas infernales como sus pies.
Śukadeva continúa: “El trueno, el
relámpago, y todos los fenómenos materiales proceden de sus brazos que son los
dioses, empezando con Indra. Las diez direcciones son Sus orejas y el sonido
físico Su oído. El aroma es su sentido del olfato. En donde veas fuego, piensa
en Él. El fuego es su boca que consume todo. Las galaxias que se expanden hacia
la forma infinita del espacio son las orbitas de Sus ojos.
Piensa del sol como del ojo de Dios. Su ojo
divino y vigilante siempre está sobre nosotros. El creador son Sus cejas
enojadas y Sus párpados el día y la noche. Su paladar es el dios del agua, el
jugo de la vida es Su lengua. Es el sabor del agua. Siempre que sabores el agua
piensa en Él.
“Su pensamiento es el Veda; Sus fauces son
la muerte, y maya Su sonrisa. La manifestación completa de la energía cósmica
es Su mirada. La religión es Su pecho y la irreligión Su espalda. Piensa del
océano como de Su ondulante derroche y de las montañas como la pila de Sus
huesos.
“En tu meditación puedes pensar de los ríos
como sus venas y arterias, de los bosque como los vellos de su cuerpo y del
viento siempre presente como su aliento. Las eras del tiempo son los
movimientos de la Mano de Dios, y las reacciones de las tres influencias de la
naturaleza son los actos del Mismísimo Dios”.
Śukadeva dice, “Oh Rey, el mejor de los
Kurus: de este modo puedes meditar en Dios en todas partes y a todo en Él.
Cuando mires al cielo, piensa que de las nubes acuáticas como del cabello plateado
en Su cabeza, y del amanecer y del atardecer como Sus ropas de oro.”
“Piensa del plano de creación como Su
diseño, emblema de su inteligencia. Medita en la luna siempre cambiante con sus
rayos de plata como Su mente. Las canciones de sus coloridos pájaros
representan su arte. Dentro de la civilización humana los brahmanes representan
Su cabeza, los Kṣatriyas Sus brazos, Sus piernas los vaiśyas y los śudras Sus
pies.
Śukadeva dijo, “A través de esta clase de
análisis y meditación uno podrá ver a Dios en todas partes y recordará que Su
ojo vigilante está sobre nosotros, interna y externamente. A través de la
meditación en esta concepción universal de la divinidad uno puede controlar la
mente y en última instancia, alcanzar la liberación. Al ver de esta manera, uno
eventualmente llegará, en lo que a la divinidad se refiere, al nivel más
elevado de consciencia”.
En la enseñanza preliminar de Śukadeva,
vemos que Dios puede percibirse directamente a través de los fenómenos
naturales: el sol es el ojo de Dios; la lluvia que cae del cielo nos recuerda
su misericordia; la sed refleja su rasa.
El virāta-rupa, sin embargo n ha de tomarse
literalmente. No hay un dios de diez mil pies con montañas por huesos y lluvia
por ojos para amenazarnos y mantenernos atemorizados. Este no es el significado
de la parábola que enseña Śukadeva.
Śukadeva no dice que los árboles son “el
cabello en la cabeza de Dios” o que la lluvia esta hecha de “lágrimas de Dios”.
El sugiere que veamos a Dios en Sus diseños. Sus sugerencias están
especialmente destinadas a los neófitos y materialistas quienes difícilmente
creen en Dios sin una metáfora adecuada, Entonces, aquí, Śukadeva Goswāmī habla
metafóricamente. Por supuesto, Indra no
es “el brazo de Dios,” en un sentido literal, sino en un sentido metafórico.
Eso es para decir que cuando hablamos de un huracán como de un “Acto de Dios”,
la persona responsable, es decir el dios de lluvia sería el instrumento o el
“brazo” que provocó ese acto.
De otro modo hallaríamos una contradicción
aquí en donde Śukadeva primero identifica a los árboles como “el cabello en la
cabeza de Dios”. Y en el mismo aliento identifica a “las nubes como los
cabellos en la cabeza de Dios”. Pero Śukadeva habla poéticamente, y debemos
darle alguna licencia para que desarrolle su argumento: a través del curso de
18 mil versos del Bhāgavat su argumento se hará claro.
Śukadeva describe el método a través del
cual un verdadero místico llega a lo que se llama “teofanía” o revelación
divina, dejando claro que esa visión es accesible a cualquiera que desee concentrarse
en la grandeza de Dios. Cuando se refiere al sol como “el Ojo de Dios”, es para
sugerir que todos nos hallamos en el interior de Su visión divina. El sol
representa la visión divina. Si existe la mínima consciencia o si existe la
consciencia divina han de tener medios de comunión. Lo que significa que si nos
es posible percibir a Dios, también Él puede percibirnos. Aunque el sol tal vez
no sea el instrumento físico de la percepción de Dios, debido a que la comunión
con lo divino es metafísica, aun así el sol sugiere la existencia de un poder
superior. La luz del sol sugiere una clase de luz suprema. La idea de la
meditación de Śukadeva es para hacer notar que Dios es grande.
Esta aproximación puede tener especial utilidad
para los agnósticos y otros quienes cuestionan la idea de Dios. Los científicos
están tan determinados para llegar a la conclusión a través del argumento y la
lógica que ellos frecuentemente pierden las verdades auto-evidentes de la
consciencia. Y sin embargo tienen aprecio por los aspectos de la “forma
universal”.
Los científicos del Siglo XX fueron muchas veces místicos, asombrados ante
el universo. J. Robert Oppenheimer,
impresionado por el poder del átomo, había leído el Bhagavad-Gīta.
Estaba familiarizado con el pasaje en donde Kṛṣṇa revela su forma universal y
cita lo siguiente al instante de la primera explosión de la bomba atómica:
“Arjuna vio en esa forma universal bocas y
ojos ilimitados. Todo era maravilloso. La forma estaba decorada con ornamentos
divinos y muchas vestimentas deslumbrantes. Portando guirnaldas gloriosas, y
muchas esencias perfumaban todo su cuerpo. Todo era magnífico, todo expansivo,
ilimitado. Esto fue visto por Arjuna Si cientos de miles de soles se elevaran
juntos al instante hacia el cielo, tal vez pudieran representar el brillo de la
Persona Suprema en esa forma universal. El Señor bendito dijo: Soy el tiempo,
destructor de los mundos, y he venido a ocupar a toda la gente”. El Virāta-rupa
fue revelado una vez en su terrible totalidad a Arjuna quien temblaba de miedo.
El autor de la bomba atómica Oppenheimer estaba igualmente impresionado y
recordó el asombro de Arjuna. https://en.wikipedia.org/wiki/J._Robert_Oppenheimer#cite_note-quote-8
Grandes científicos ven a Dios en Su
proyecto original del Universo.
Preguntándose por el microcosmos y el
macrocosmos; explorando las partículas subatómicas a nivel microscópico del
cosmos y mirando asombrado el poder del agujero negro al nivel macro cósmico,
los científicos reflexivos ven la mando de Dios.
Einstein vio una mano divina que no “jugaba
a los dados con el universo”.
Einstein haría referencia mística a una
“mente superior”, o “un espíritu superior ilimitado”, o una “fuerza misteriosa
que mueve las constelaciones”.
Einstein dijo, “Esa profunda convicción
emocional de la presencia de un poder superior racional, el cual se revela en
un universo incomprensible, forma mi idea de Dios”.
Este es un ejemplo de “ver a Dios” a través
de la “forma universal”. En sus comentarios iniciales a los sabios de
Naimisharanya,; en su introducción al Bhāgavat,
Sūta Goswāmī enumera la variedad de encarnaciones de Dios, los avatāras de Kṛṣṇa.
Luego explica cómo la divinidad se manifiesta en una variedad de encarnaciones,
de paso menciona el Virāta-rupa, o Forma Universal.
एतद् रूपं भगवतो ह्य् अरूपस्य चिद्-आत्मनः माया-गुणैर् विरचितं महदादिभिर् आत्मनि
etad rūpaṁ bhagavato hy arūpasya cid-ātmanaḥ
māyā-guṇair viracitaṁ mahadādibhir ātmani
La concepción del virāṭ la forma universal del Señor, tal como aparece en el mundo
material, es imaginaria. Es para permitir que
los menos inteligentes (y neófitos) se ajusten a la idea de que el Señor
tiene forma. Pero de hecho el Señor no tiene una forma material”.
La idea es la de que esas descripciones son
útiles para los novatos en la senda. Debido a que es difícil para la gente
común el concebir la realidad metafísica, han de ser alentados a pensar del
propio universo como trascendental. La “forma universal de Dios” o Dios como
universo es un ejercicio de la imaginación, ya que la Verdad absoluta
trasciende la naturaleza material del universo, Y sin embargo, al concebir un
poder superior, alcanzamos la trascendencia a través de la meditación.
Debido a que es imposible ver a Dios con
nuestra mente y sentidos materiales, se nos anima a considerar su aspecto
externo. Esto es algo como entender la presencia de un hombre importante al ver
su avión. Escuchamos un sonido estruendoso y vemos el Air Force One surcando los cielos. Decimos, “Ahí va el Presidente”,
Por supuesto que el presidente no es su avión.; Nosotros identificamos el avión
con el presidente. Del mismo modo, quienes desean ver a Dios inmediatamente
perciben Su existencia al meditar en el cosmos como su forma externa.
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