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Tuesday, December 13, 2016

Meditación: Cosmos

Meditación: Cosmos




“Ver al Mundo en un Grano de Arena
Y al Cielo en la Flor Silvestre,
Sostener el Infinito en la palma de tu mano
Y la Eternidad en una hora”.

William Blake

La Forma Universal

Puesto que el enojo fue la raíz del predicamento de Parikṣit Mahārāja, está especialmente interesado en cómo controlar la mente. Ya sea que Parīkṣit Mahārāja hace esta pregunta para nuestro beneficio, al haber ya conquistado su propia ira, o ya sea que él mismo se halla en crisis, esta pregunta es especialmente valiosa. ¿Cómo podemos controlar nuestra ira? La ira es una emoción especialmente destructiva, capaz de arruinar nuestro progreso espiritual.

El Rey preguntó, “¿Puedes por favor explicar, Oh Santo, algo más acerca de la mente. ¿Cómo puedo aplicar mi mente para poder ver siempre a Dios? ¿Y qué puedo hacer para evitar el pensamiento negativo?”


En este punto, Śukadeva Goswāmī recomienda una forma de panteísmo, mediante la cual es posible ver a dos en todas partes. ¿Cómo intuir la presencia de Dios? De acuerdo a los Upaniṣads la presencia de Dios continúa a través de la creación en el interior y afuera.
El antiguo Śrī Iśopaṇiṣad  (mantra 5) dice:

तद् एजति तन् नैजति तद् दूरे तद् व् अन्तिके
तद् अन्तर् अस्य सर्वस्य तद् सर्वस्यास्य बाह्यतः
tad ejati tan naijati tad dūre tad v antike
tad antar asya sarvasya tad u sarvasyāsya bāhyataḥ

Dios está en todas partes, dentro y fuera, Pero ¿cómo ver que Él se manifiesta en cada situación? Ninguna molécula o átomo es tan pequeño para hallarse fuera de eso, ni una galaxia es tan vasta que la presencia de Dios no la circunscriba.

La definición de Dios como ‘una esfera infinita, cuyo centro está en todas partes y cuya circunferencia no está en ninguna parte’ frecuentemente ha sido atribuido a Ramkrishna, pero sus raíces se hallan en el Liber XXIV philosophorum, atribuido al gramático y filósofo del siglo cuarto Marius Victorinus.

Pero no es necesario llegar tan lejos en el tiempo o referirse a los escritos antiguos para tener una experiencia real de lo divino.

De hecho, una experiencia práctica de la divinidad se halla en el centro de las enseñanzas del Bhāgavat. El Bhāgavat es exclusivamente teísta: Mientras que el Mahābharata está interesado en la historia de reyes y sus luchas para establecer la sociedad India basada en los principios religiosos, el Bhāgavat está constantemente enfocado en el problema del entendimiento de Dios. Los principios “religiosos” comunes que regulan a la sociedad no están enfocados aquí. Lo que se halla enfocado es la comunión con lo divino, especialmente bhakti o amor divino. Las enseñanzas de Śukadeva acerca de esta comunión son tan vitales hoy como lo eran cuando se pronunciaron por primera vez hace miles de años.

La comunión involucra una experiencia de divinidad. El Bhāgavat describe distintos niveles de experiencia religiosa. Śukadeva le da una respuesta simple al rey aquí. “Dios está en todas partes,” dice. “Aprende a ver a Dios en todas partes y será fácil controlar la mente.”
La verdadera perfección en el yoga místico será posible únicamente por aquellos que desarrollan bhakti, amor divino, dedicación. Pero en ocasiones el progreso es gradual. Antes de continuar la descripción de los pasatiempos Personales de Dios Supremo en el Décimo Canto del  Bhāgavat, Śukadeva ayuda a aquellos en los niveles iniciales de consciencia superior.
“Aprende a ver a Dios en todas partes y en todas las cosas”, dice. Al sentir la presencia de Dios en todos lados la mente se acostumbrará a la concepción devocional y eventualmente hará posible la perfección en el amor divino.
Uno puede preguntarse por qué un devoto tan grande como Śukadeva Goswāmī se molestaría en abogar por un punto aparentemente trivial. Śukadeva está dando consuelo ahí a un hombre moribundo, desesperado por respuestas. Puesto que controlar la mente es un reto para todos nosotros, haríamos bien en prestar atención a lección. Aquí, Śukadeva nos enseña no sólo cómo controlar la mente recordando a Dios, sino cómo tener una experiencia verdadera de divinidad en el momento a través de la meditación en Su omnipresencia.
Śukadeva explica que mientras estamos ocupados en la práctica del yoga, uno ha de meditar de tal manera que uno pueda ver a Dios en todas partes y en todas las cosas.
Śukadeva dice, “Uno ha de sentarse en una postura de yoga apropiada, controlando la propia respiración a través del pranayama. Mientras controla la mente y los sentidos a través del yoga uno ha de meditar en el virat-rupa”.
“Piensa de este universo como la forma exterior de Dios. Piensa en el mundo fenomenal con los elementes universales como Su cuerpo con los planetas inferiores como sus pies y las estrellas más elevadas y las constelaciones como su cabeza. Piensa en los mundos sutiles más elevados como su mente e inteligencia y los planetas infernales como sus pies.
Śukadeva continúa: “El trueno, el relámpago, y todos los fenómenos materiales proceden de sus brazos que son los dioses, empezando con Indra. Las diez direcciones son Sus orejas y el sonido físico Su oído. El aroma es su sentido del olfato. En donde veas fuego, piensa en Él. El fuego es su boca que consume todo. Las galaxias que se expanden hacia la forma infinita del espacio son las orbitas de Sus ojos.
Piensa del sol como del ojo de Dios. Su ojo divino y vigilante siempre está sobre nosotros. El creador son Sus cejas enojadas y Sus párpados el día y la noche. Su paladar es el dios del agua, el jugo de la vida es Su lengua. Es el sabor del agua. Siempre que sabores el agua piensa en Él.
“Su pensamiento es el Veda; Sus fauces son la muerte, y maya Su sonrisa. La manifestación completa de la energía cósmica es Su mirada. La religión es Su pecho y la irreligión Su espalda. Piensa del océano como de Su ondulante derroche y de las montañas como la pila de Sus huesos.
“En tu meditación puedes pensar de los ríos como sus venas y arterias, de los bosque como los vellos de su cuerpo y del viento siempre presente como su aliento. Las eras del tiempo son los movimientos de la Mano de Dios, y las reacciones de las tres influencias de la naturaleza son los actos del Mismísimo Dios”.

Śukadeva dice, “Oh Rey, el mejor de los Kurus: de este modo puedes meditar en Dios en todas partes y a todo en Él. Cuando mires al cielo, piensa que de las nubes acuáticas como del cabello plateado en Su cabeza, y del amanecer y del atardecer como Sus ropas de oro.”
“Piensa del plano de creación como Su diseño, emblema de su inteligencia. Medita en la luna siempre cambiante con sus rayos de plata como Su mente. Las canciones de sus coloridos pájaros representan su arte. Dentro de la civilización humana los brahmanes representan Su cabeza, los Kṣatriyas Sus brazos, Sus piernas los vaiśyas y los śudras Sus pies.
Śukadeva dijo, “A través de esta clase de análisis y meditación uno podrá ver a Dios en todas partes y recordará que Su ojo vigilante está sobre nosotros, interna y externamente. A través de la meditación en esta concepción universal de la divinidad uno puede controlar la mente y en última instancia, alcanzar la liberación. Al ver de esta manera, uno eventualmente llegará, en lo que a la divinidad se refiere, al nivel más elevado de consciencia”.
En la enseñanza preliminar de Śukadeva, vemos que Dios puede percibirse directamente a través de los fenómenos naturales: el sol es el ojo de Dios; la lluvia que cae del cielo nos recuerda su misericordia; la sed refleja su rasa.

El virāta-rupa, sin embargo n ha de tomarse literalmente. No hay un dios de diez mil pies con montañas por huesos y lluvia por ojos para amenazarnos y mantenernos atemorizados. Este no es el significado de la parábola que enseña Śukadeva.
Śukadeva no dice que los árboles son “el cabello en la cabeza de Dios” o que la lluvia esta hecha de “lágrimas de Dios”. El sugiere que veamos a Dios en Sus diseños. Sus sugerencias están especialmente destinadas a los neófitos y materialistas quienes difícilmente creen en Dios sin una metáfora adecuada, Entonces, aquí, Śukadeva Goswāmī habla metafóricamente.  Por supuesto, Indra no es “el brazo de Dios,” en un sentido literal, sino en un sentido metafórico. Eso es para decir que cuando hablamos de un huracán como de un “Acto de Dios”, la persona responsable, es decir el dios de lluvia sería el instrumento o el “brazo” que provocó ese acto.
De otro modo hallaríamos una contradicción aquí en donde Śukadeva primero identifica a los árboles como “el cabello en la cabeza de Dios”. Y en el mismo aliento identifica a “las nubes como los cabellos en la cabeza de Dios”. Pero Śukadeva habla poéticamente, y debemos darle alguna licencia para que desarrolle su argumento: a través del curso de 18 mil versos del Bhāgavat su argumento se hará claro.
Śukadeva describe el método a través del cual un verdadero místico llega a lo que se llama “teofanía” o revelación divina, dejando claro que esa visión es accesible a cualquiera que desee concentrarse en la grandeza de Dios. Cuando se refiere al sol como “el Ojo de Dios”, es para sugerir que todos nos hallamos en el interior de Su visión divina. El sol representa la visión divina. Si existe la mínima consciencia o si existe la consciencia divina han de tener medios de comunión. Lo que significa que si nos es posible percibir a Dios, también Él puede percibirnos. Aunque el sol tal vez no sea el instrumento físico de la percepción de Dios, debido a que la comunión con lo divino es metafísica, aun así el sol sugiere la existencia de un poder superior. La luz del sol sugiere una clase de luz suprema. La idea de la meditación de Śukadeva es para hacer notar que Dios es grande.
Esta aproximación puede tener especial utilidad para los agnósticos y otros quienes cuestionan la idea de Dios. Los científicos están tan determinados para llegar a la conclusión a través del argumento y la lógica que ellos frecuentemente pierden las verdades auto-evidentes de la consciencia. Y sin embargo tienen aprecio por los aspectos de la “forma universal”.
Los científicos del Siglo XX  fueron muchas veces místicos, asombrados ante el universo. J. Robert Oppenheimer,  impresionado por el poder del átomo, había leído el Bhagavad-Gīta. Estaba familiarizado con el pasaje en donde Kṛṣṇa revela su forma universal y cita lo siguiente al instante de la primera explosión de la bomba atómica:
“Arjuna vio en esa forma universal bocas y ojos ilimitados. Todo era maravilloso. La forma estaba decorada con ornamentos divinos y muchas vestimentas deslumbrantes. Portando guirnaldas gloriosas, y muchas esencias perfumaban todo su cuerpo. Todo era magnífico, todo expansivo, ilimitado. Esto fue visto por Arjuna Si cientos de miles de soles se elevaran juntos al instante hacia el cielo, tal vez pudieran representar el brillo de la Persona Suprema en esa forma universal. El Señor bendito dijo: Soy el tiempo, destructor de los mundos, y he venido a ocupar a toda la gente”. El Virāta-rupa fue revelado una vez en su terrible totalidad a Arjuna quien temblaba de miedo. El autor de la bomba atómica Oppenheimer estaba igualmente impresionado y recordó el asombro de Arjuna. https://en.wikipedia.org/wiki/J._Robert_Oppenheimer#cite_note-quote-8
Grandes científicos ven a Dios en Su proyecto original del Universo.
Preguntándose por el microcosmos y el macrocosmos; explorando las partículas subatómicas a nivel microscópico del cosmos y mirando asombrado el poder del agujero negro al nivel macro cósmico, los científicos reflexivos ven la mando de Dios.
Einstein vio una mano divina que no “jugaba a los dados con el universo”.
Einstein haría referencia mística a una “mente superior”, o “un espíritu superior ilimitado”, o una “fuerza misteriosa que mueve las constelaciones”.
Einstein dijo, “Esa profunda convicción emocional de la presencia de un poder superior racional, el cual se revela en un universo incomprensible, forma mi idea de Dios”.
Este es un ejemplo de “ver a Dios” a través de la “forma universal”. En sus comentarios iniciales a los sabios de Naimisharanya,; en su introducción al Bhāgavat, Sūta Goswāmī enumera la variedad de encarnaciones de Dios, los avatāras de Kṛṣṇa. Luego explica cómo la divinidad se manifiesta en una variedad de encarnaciones, de paso menciona el Virāta-rupa, o Forma Universal.
एतद् रूपं भगवतो ह्य् अरूपस्य चिद्-आत्मनः माया-गुणैर् विरचितं महदादिभिर् आत्मनि
etad rūpaṁ bhagavato hy arūpasya cid-ātmanaḥ māyā-guṇair viracitaṁ mahadādibhir ātmani
La concepción del virāṭ la forma universal del Señor, tal como aparece en el mundo material, es imaginaria. Es para permitir que  los menos inteligentes (y neófitos) se ajusten a la idea de que el Señor tiene forma. Pero de hecho el Señor no tiene una forma material”.
La idea es la de que esas descripciones son útiles para los novatos en la senda. Debido a que es difícil para la gente común el concebir la realidad metafísica, han de ser alentados a pensar del propio universo como trascendental. La “forma universal de Dios” o Dios como universo es un ejercicio de la imaginación, ya que la Verdad absoluta trasciende la naturaleza material del universo, Y sin embargo, al concebir un poder superior, alcanzamos la trascendencia a través de la meditación.
Debido a que es imposible ver a Dios con nuestra mente y sentidos materiales, se nos anima a considerar su aspecto externo. Esto es algo como entender la presencia de un hombre importante al ver su avión. Escuchamos un sonido estruendoso y vemos el Air Force One surcando los cielos. Decimos, “Ahí va el Presidente”, Por supuesto que el presidente no es su avión.; Nosotros identificamos el avión con el presidente. Del mismo modo, quienes desean ver a Dios inmediatamente perciben Su existencia al meditar en el cosmos como su forma externa.








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