Fe vs Fanatísmo
Nuestra conexión con los santos en nuestra
entrada a la fe. Su compañía debe inspirarnos y guiarnos en el camino. Como
hemos visto, la fe no es lo mismo que la ingenua confianza, basada en
creencias, o confianza ciega. Y mientras los santos frecuentemente son
comparados con pastores del rebaño. La fe es distinta de la ignorancia del
cordero. La fe es una forma poderosa de confianza, pero la confianza es una
lealtad ganada duramente, No viene de la noche a la mañana.
La fe es una convicción formada sobre la
base de un profundo entendimiento espiritual; es tan auto-evidente como el ver
y escuchar para aquellos que la tienen. Para uno que ha nacido ciego, la visión
es una construcción teórica. La música es una idea abstracta vaga que no es
evidente al sordo. Uno que ama la música puede no ser capaz de explicar su
encanto al nombre sordo. U por otro lado, Beethoven, aun estando sordo, podría
escuchar sinfonías en su cabeza. Su danza interior estaba en la fe del poder de
la música; inexplicable pero tangible. No puede haber una puebla científica que
pruebe que una serie de tonos generados con una cierta frecuencia y ritmo
sea encantador o poético, o lo que hará
la gente baile.
No hay evidencia de que ciertas ondas de
luz al combinarse puedan provocar una lágrima. Y sin embargo millones han
visitado el retrato de Mona Lisa y escuchan el ballet de Tchaikovski. No hay
una prueba objetiva o evidencia de que algo como el “arte” o la “música”
existan, si por prueba nos referimos a una fórmula matemática sólida probada en
el vacío en donde el pensamiento humano y el sentimiento no tengan influencia. A pesar de los mejores escenarios de ciencia
ficción de Philip K. Dick , Steven Spielberg, y Gerogre Lucas, los androides no
sueñan con ovejas eléctricas. Los Robots no se emocionan leyendo a Shakespeare,
ni bailando el tango o inyectándose cocaína. El difícil problema de la
consciencia permanece siendo un reto a las mejores mentes de la inteligencia
artificial.
La fe, al igual que las bellas artes o el
buen jazz, como las ondas de radio, tiene una cualidad intangible. Cualquiera
que no sepa sintonizar el radio, dudará de la existencia de las ondas de radio.
Quien es sordo puede que no entienda el encanto de la música. Sentir es
intangible para los científicos. ¿Qué explicación pueden dar los biólogos
evolucionistas del encanto de soplar una vela de cumpleaños, o de lo divertido
de usar sombreros de papel en la fiesta
de Año Nuevo? Hay algo más profundo en el carácter humano que incluso el sentido
moral que Kant sufre tanto por justificar. Un de realidad y trascendencia más
profundo que sólo la fe puede ver y desentrañar.
Los santos son quienes han desentrañado las
profundidades de la fe y quienes han regresado del otro mundo con una confianza
resplandeciente de lo que contiene. Su compañía nos reafirma que existe. Y sin
embargo, nos cuidamos de los santos. La fe frecuentemente es vista como
fanatismo.
Hay diferencias importantes entre la fe y
el fanatismo. Y es esencial entender esta distinción. La fe y el fanatismos no
son la misma cosa para nada. El fanatismo se cierra en sí mismo; la fe se abre.
La fe en ideales más elevados conduce a una experiencia profunda de la
realidad. El fanatismo es un celo acrítico y un entusiasmo obsesivo sin fundamento
en la experiencia. Puede no estar basado en alguna evidencia en absoluto, sino
más bien en la presión de los compañeros, la tradición. La sumisión
intimidatoria, La actitud de fe de un buscador sincero es muy distinta a la de
un creyente verdadero que sigue a un profeta carismático. El fanatismo niega la
realidad y los hechos mientras se esconde tras doctrinas y dogmas. La fe es una
forma personal de conocimiento, de comunidad con la divinidad y de una realidad
profunda. La fe es experiencia auténtica de lo divino, el fanatismo es la
imitación de esa experiencia, plagio existencial. Como Woody Allen lo expresó
una vez. “Hice trampa en mi examen de filosofía: miré hacia el alma del niño
junto a mí”.
Los Ceyentes Verdaderos
Aquellos con fe verdadera son diferentes de
los “creyentes verdaderos” que siguen una causa ciegamente. El creyente
verdadero es el enemigo de la fe. Los creyentes verdaderos usan el bullyng, la
coerción y el odio para mantener casta una institución. Los que tienen fe
buscan almas afines en una conexión de corazón a corazón de amigos hechizados
por el mismo ideal. Los creyentes verdaderos ostracizan: incluyendo a los que
tienen fe verdadera. Los verdaderos creyentes siguen el dogma, el fanático
exhibe estándares y muy poca tolerancia
hacia ideas u opiniones contrarias. Carentes por completo de realización
propia, los creyentes de verdad siguen al líder. Adoran al guru como a dios sin
entender lo que el guru o dios significan. Los creyentes de verdad pueden
provenir de las filas de ateos con la misma facilidad con la que forman rebaños
de dogmáticos religiosos incapaces de distinguir entre el dogma y la
realización.
Buscadores de la Verdad plenos de Fe
Los buscadores de la verdad que tienen fe.
Por otro lado, siguen su principio rector. Entienden como abandona la forma
ante la substancia. Esa luz guía, los conduce hacia la verdad tal como la
Estrella del Norte guía en la oscuridad. Pero cuando alcanzan el ecuador han de
abandonar la guía de la Estrella del Norte en busca de una brújula más
adecuada. Por encima del ecuador, la Estrella del Norte nunca brilla, pero el
marinero experto irá más allá en busca de una nueva estrella que le guíe: La
Cruz del Sur. Los creyentes verdaderos no pueden cruzar los límites del
ecuador: temen a los dragones del fin de la tierra. No han capturado el
significado interno de las cosas: su fe es débil así que se aferran a fórmulas
sin entender su auténtica luz. Los creyentes verdaderos confían en las
habladurías del pueblo y el acoso (bullying), las fetuas y la censura para
mantener en línea al borrego. Algunos de los mejores pastores son perros: pero
los mejores pastores no son como perros, son líderes que saben cómo guiar.
Valoran a su oveja como un tesoro.
Fantismo y Creatividad.
El que tiene verdadera fe busca la compañía de santos y de
aquellos que tienen un entendimiento profundo de la verdad. Los creyentes
verdaderos y fanáticos usan tácticas de odio y pruebas de fuego para dividir y conquistar
el rebaño. Usan artículos de fe para atrapar a los pensadores en situaciones
imposibles, llevan a cabo espectáculos de perfección ritual para identificar
disidentes y provocadores de problemas y eliminarlos. Los líderes entre los
creyentes verdaderos no toleran el cuestionamiento. Ninguna pregunta ha de
tolerarse. Debido a que inquirir no está permitido.
Los seguidores de tales charlatanes se
hallan imposibilitados para pensar con creatividad. En lugar de trabajar con
compañeros para descubrir situaciones nuevas, los fanáticos y los estudiantes
inmaduros sólo pueden citar al maestro y decir, “Debemos hacer como hizo el
maestro sin preguntar”. Soluciones nuevas no están permitidas y esos seguidores
encaran las trampas del dogma.
Religión significa ajuste apropiado.
Cada panadero sabe que una buena receta ha
de variar de acuerdo a la altitud. Al nivel del mar, el pan no se eleva del
mismo modo que en las montañas. Un poco de sal puede añadirse o restarse. Pero
si sólo podemos seguir la receta dada por el maestro, el pan no se logrará.
Debemos entonces cuestionar la sabiduría del maestro diciendo: “ ¡Oye, el pan
no quedó! El maestro estaba equivocado” O ¿será posible ajustar la receta
suavemente usando el criterio del maestro? ¿No podemos aprender a ver lo que
veía el maestro y ajustar nuestro juicio? ¿No es sabiduría hacer ajuste
adecuado cuando debemos?
Mi guru fue Bhakti Rakshak Sridhar Dev Goswāmī.
Él solía decir, “La religión significa ajuste apropiado”. Cuando no puedo
ajustar los hechos con mi creencia. Debo permitir a mi fe conducirme hacia una
conclusión más elevada y hacia un ajuste más perfecto. Esta es la idea tras el
dialecto Hegeliano de tesis, antítesis y síntesis. Las recetas y fórmulas son
valiosas: la visión correcta y el ajuste adecuado son esenciales. Tal como lo
puso Sridhara Maharaja:
“El ideal es totalmente valioso, no los
materiales que se reunieron para ayudar a predicar el ideal. Quienes están más
interesados con los materiales que con lo espiritual, así que la insatisfacción
espiritual llegará como una reacción general. Al darle tanta importancia al
aspecto material, no puede satisfacer a los buscadores que están tras la
verdad, ni saciarán su sed. En última instancia ninguno de ustedes ha llegado
en busca de la grandeza material, han venido a rendirse ante la belleza del
ideal. Es sin duda el ideal de la especie más elevada el que los ha traído a
todos con seguridad, no la grandeza
externa. Y podremos ser bendecidos con esa clase de tendencia en nuestro
corazón”. Śrīla B.R. Sridhar Dev Goswāmī Mahārāj (05.82/3)
Para evitar las trampas del fanatismo un
estudiante reflexivo estuidará los modelos de historia. Ejemplos de creyentes
verdaderos pueden ser hallados desde los días de los conquistadores Romanos
hasta los bolcheviques; desde los súbditos de Hitler y los aduladores de Stalin
hasta los seguidores modernos del KKK. Esos fanáticos son incapaces de
interpretar; no son pensadores creativos. Son incapaces de ajustar las
enseñanzas del maestro, o dar una
lectura profunda a las escrituras.
Castidad Verdadera
Aristóteles era un científico porque intentaba
clasificar lo nuevo: el movimiento escolástico de la época medieval toma sus
observaciones como dogmas verdaderos y fueron incapaces de hacer sus propias
observaciones. “Es verdad porque lo dijo Aristóteles” era el dogma de los días
que codificaron el paradigma de Ptolomeo como verdad absoluta. P ero Aristóteles se volcó hacia
Galileo cuando éste apuntó un telescopio hacia el cielo. ¿Debemos dar honor al
iedal de búsqueda de la verdad mostrado
por Aristóteles? O debemos honrar al maestro tomando literalmente cada una de
sus palabras y gritar “¡Castidad al maestro! El maestro dijo que la tierra es
plana. ¡Todo lo demás es herejía!”
¿Debemos quemar a Galileo en la hoguera por
no estar de acuerdo con el maestro? ¿O tal vez deberíamos mejor contemplar a Galileo
como un gran buscador de la verdad que desciende en la línea de Aristóteles? La
fe en el ideal sigue el ideal de verdad tal como empezó con Platón y que
mostraron y desarrollaron más adelante Aristóteles y Galileo. Los fanáticos se
mantuvieron castos ante la institución de Aristóteles y su ley. Los fanáticos
declararon que la tierra era plana sin necesidad de observación ni prueba. “¡Lo dijo el maestro!” Eso es suficiente. El fanatismo sigue a la
institución de Aristóteles. Acepta su sistema de clasificación como perfecto
sin considerar su amor a la verdad o la necesidad de ajustar su paradigma. El
propósito del maestro es la verdad: sus seguidores apasionadamente insisten en
sus palabras. Por lo tanto los seguidores de Aristóteles mantuvieron sus disparates
mientras perdían la verdad la cual era, después de todo, el ideal de
Aristóteles. La verdadera castidad al maestro incluye castidad hacia su ideal,
no simplemente las palabras o la fórmula.
Tal como lo puso mi maestro, “Castidad
significa nuestra adherencia a la verdad. La verdad que hemos venido a
realizar, esa verdad está en la consciencia de Kṛṣṇa. La consciencia de Kṛṣṇa
no es algo limitado que uno puede capturar en su mano y tragar. Es de un
carácter infinito. Hay gradaciones y ahí hay lugar para el progreso de la
consciencia de Kṛṣṇa. Diremos que alguien es casto debido a su propio progreso
sincero, no por su adherencia a una figura, o a la concepción formal.” (Śrīdhara
Mahārāja, Centenary Collection)
Uno requerirá sabiduría para distinguir entre
la fe y el fanatismo, pero una vez más, ese es el punto. Nadie dijo que fuera
fácil. El fanatismo se vita a través de la compasión por otros.