Consciencia y Ser XIV: Evidencia, el Bhāgavat
Conversación y el Bhāgavat
Como ya hemos visto, la conversación acerca
del alma ha iluminado a la humanidad desde tiempo inmemorial. Y sin embargo la
cualidad de una conversación se denomina por el nivel de sus participantes.
La Biblia surgió de las enseñanzas de los
profetas que vagaban en el desierto buscando la verdad. La Academia griega de
Platón estaba basada en la idea de sostener conversaciones con los jóvenes de
la élite de Atenas, mientras que Jesús conversaba con carpinteros y pescadores.
La Enseñanza de Cristo
Mahoma tal vez pudo haber conversado con el
ángel Gabriel, pero las enseñanzas del Corán apuntan a las tribus nómadas
árabes del siglo IX.
El contraste es sorprendente. Y aunque cada
religión aspira a la universalidad, muchas doctrinas se desenvuelven entre las
leyes morales y éticas. Estas doctrinas guían a la sociedad secular en
establecer los principios en los que la sociedad se gobierna. Pero mientras las
leyes religiosas no dan un marco a través del cual juzgar el pecado y la
piedad, el bien y el mal, lo bueno y lo malo, estas reglas se quedan cortas
para poder contemplar la realidad última.
El dharma social, o “consciencia social” es
un componente esencial de una civilización saludable, de acuerdo con Rousseau y
otros. El Mahābharata está lleno de reglas y consejos acerca de cómo debemos
vivir. Tal como la Biblia tiene el Levítico, el cual está lleno de leyes
dietéticas y proscripciones sexuales, el Bhisma Parva del Mahābharata tiene
largos pasajes de las reglas para vivir, la etiqueta apropiada, e incluso el
comportamiento imperial.
Los sabios de Naimisharanya entendieron
esas reglas; conocían su lugar. Conocían el valor de esas leyes como “No
matarás; no robarás; honrar a tu padre y a tu madre; no codiciar la mujer del
prójimo. No cometer adulterio. No dar falso testimonio”, y demás.
Pero estos hombres no tenían interés en la
violencia. No eran ladrones. No necesitaban que les digan que la honestidad era
una virtud; eran honestos por naturaleza. Estos grandes yoguis y sabios estaban
libres de lujuria: habían pasado muchos años en meditación. No estaban
encantados con los objetos de los sentidos: ya estaban auto-satisfechos e
iluminados. Estaban interesados en una enseñanza más elevada, algo que
trascendía las leyes del gobierno mentiroso, el engaño y el robo.
Interesarse en lo elevado, en la verdad
trascendental no significa que esos pensadores estaban en contra de las leyes.
Como lo explica Bhaktivinod Ṭhākura. Los grandes reformadores siempre afirman
que no han venido a destruir la ley sino a cumplirla. Valmiki, Vyāsa, Platón,
Jesús, Mahoma, Confucio y Caitanya Mahāprabhu afirman este hecho ya sea a
través de expresarlo o a través de su conducta.
Como lo dice el propio Cristo en Mateo 5.17,
“No piensen que he venido a destruir la ley o lo profetas: No he venido a
destruirla, sino a cumplirla.” Pero Cristo no procalmó la ley, sino que declaró
como lo hizo en Lucas 10.27 “Amar a tu Dios con todo tu corazón y con toda tu
alma y con toda tus fuerzas y con toda tu mente; y ‘ama a tu prójimo como a ti
mismo’”.
Pero ¿Qué es “Amar a Dios?” ¿Cómo puede ser
alcanzado? Mientras Cristo proclama el
amor por Dios como la verdad más elevada, no elabora su significado; más bien
habla en parábolas.
Después de todo está hablando con gente
sencilla. Su mensaje sencillo de Amor está mezclado con una amonestación para
seguir la ley. Tiene que considerar a su audiencia. Incluso entonces, por la
simple proclamación de amor como la nueva ley fue considerado por los romanos
que obligaban a la ley como un transgresor. Mientras que el propio Jesús
proclamaba no destruir la ley, los Romanos hallaron lo contrario. De hecho, lo
trataron y condenaron a muerte por traición a causa de sus enseñanzas y
ministerio.
¿Qué hubiera pasado si Cristo hubiera
vivido y enseñado hasta su vejez? ¿Qué si se hubiera rodeado de almas dedicadas
a los principios que él enseñó?
¿Qué clase de conversación hubiera
sostenido?
Así, nos quedamos con el anhelo.
Pero la profunda conversación espiritual
depende de la calidad de aquellos que contribuyen al diálogo.
Los “Diálogos” son interesantes, no
únicamente porque Sócrates conduce la discusión, sino también porque los
participantes en el diálogo: líderes de la antigua Atenas, estudiantes de Sócrates,
el propio Platón, Jenofonte y Alcibíades.
¿Qué pasaría si tuviéramos acceso a un
diálogo entre santos realizados e iluminados? ¿Qué si seres iluminados, libres
de lujuria, ira, codicia, y una tendencia hacia la explotación conversaran
acerca de la naturaleza de Dios, el Ser y las almas?
¿Qué pasaría si miles de grandes yoguis y
sabios que nunca han pisado la tierra se reunieran? ¿Qué clase de conversación
tendrían? ¿Qué si hubiera una reunión de verdaderas almas “parecidos a
Cristo” se reunieran a considerar
asuntos como “¿Cuál es el bien absoluto?” y “¿Cual es la esencia del
conocimiento de las Escrituras?” Y ¿qué si no tuvieran una agenda sectaria y
estuvieran abiertos a escuchar, incluso a un niño de dieciséis años?
Esta conversación está extensamente
registrada en el Bhāgavat Purana, el Bhāgavat anuncia en su primer verso que su
único propósito es una discusión profunda de la verdad.
El libro descarta el “dharma social” como
útil pero limitado y por ello no es digno de discusión. El Bhāgavat no es un
libro de reglas lleno de dietas, y los síes y noes, Es un tratado de la
mismísima naturaleza de la verdad espiritual.
¿Qué clase de libro es el Bhāgavat?
निगम-कल्प-तरोर् गलितं फलं
शुक-मुखाद् अमृत-द्रव-संयुतम्
पिबत भागवतं रसम् आलयम्
मुहुर् अहो रसिका भुवि भावुकाः
nigama-kalpa-taror galitaṁ phalaṁ
śuka-mukhād amṛta-drava-saṁyutam
pibata bhāgavataṁ rasam ālayam
muhur aho rasikā bhuvi bhāvukāḥ..
“Es el fruto del árbol del pensamiento
(Vedas= mezclado con el néctar del discurso de Sukadeva. ¡Es el templo del amor
espiritual! ¡Oh! ¡Hombres Piadosos! Beban profunda y repetidamente éste néctar
del Bhāgavat hasta que sean tomados de
este cuerpo mortal”.
El Garuda-purana, otro antiguo texto dice:
अर्थो ऽयं ब्रह्म-सूत्राणां
भारतार्थ-विनिर्णयः
गायत्री-भाष्य-रूपो ऽसौ
वेदार्थ-परिबृंहितः
पुराणानां साम-रूपः
साक्षाद्-भगवतोदितः
द्वादश-स्कन्ध-युक्तो ऽयं
शत-विच्छेद-संयुतः
ग्रन्थो ऽष्टादश-साहस्रः
श्रीमद्-भागवताभिधः
artho 'yaṁ brahma-sūtrāṇāṁ
bhāratārtha-vinirṇayaḥ
gāyatrī-bhāṣya-rūpo 'sau
vedārtha-paribṛṁhitaḥ
purāṇānāṁ sāma-rūpaḥ
sākṣād-bhagavatoditaḥ
dvādaśa-skandha-yukto 'yaṁ
śata-viccheda-saṁyutaḥ
grantho 'ṣṭādaśa-sāhasraḥ
śrīmad-bhāgavatābhidhaḥ
El significado del Vedānta-sūtra está
presente en el Śrīmad-Bhāgavatam. Todo el propósito del Mahābharata también se
halla ahí. El comentario del Brahma-gāyatrī está ahí y completamente extendido
junto con el conocimiento védico completo. El Śrīmad-Bhāgavatam es el Purana
supremo, y fue compilado por la Suprema Personalidad de Dios en Su encarnación
de Vyāsadeva. Contiene doce cantos, 335 capítulos y dieciocho mil versos. El
Bhāgavat está compuesto de 18 mil ślokas. Contiene las mejores partes de los
vedas y el Vedānta. Quienquiera que ha saboreado su dulce néctar, nunca más
disfrutará leer ningún otro libro religioso. (Garuda Purana)
Bhaktivinod Ṭhākura dice, “El Bhāgavat es
el libro preeminente de India. Una vez que entras en él, y que eres
transportado, por así decirlo, hacia el mundo espiritual en donde no existe la
materia burda. El verdadero seguidor del Bhāgavat es un hombre espiritual quien
ha cortado ya su conexión temporal con la naturaleza fenomenal y quien se ha
hecho un habitante de la región en donde Dios existe y ama eternamente. Esta
poderosa obra se funda en la inspiración y su superestructura es la reflexión.
Para el lector
ordinario no tiene ningún encanto y está lleno de dificultades. Nosotros, por
ello, estamos obligados a estudiar su profundidad a través de la ayuda de esos
grandes comentadores como Śrīdhara Swāmi y el divino Caitanya y Sus seguidores
contemporáneos.”
Nadie puede
decir hace cuántos siglos fue escrito el Bhāgavat. A través de los siglos, esos
registros históricos se han perdido. Pero mientras nadie sepa la fecha exacta
en que se compuso el Bhāgavat, el conocimiento y la sabiduría registrados ahí
son eternos.
De acuerdo a la
evidencia del Bhāgavat estas grandes series de conversaciones y diálogos entre
los yoguis y los sabios se realizaron en un sitio antiguo de peregrinación
llamado Naimisharanya.
Por ello en el
sagrado bosque estos visionarios avanzados de la verdad se reunieron con el
propósito del sacrificio. Como orador, escogieron a Śaunaka, quien era el más
anciano y sabio, para que les representase.
Al escuchar la
narración completa del Mahābharata, tenían algunas preguntas específicas para
Suta.
Mientras que el
Mahābharata se ocupa de las reglas y regulaciones de una sociedad humana
apropiada, no penetra en lo profundo de la naturaleza de la realidad
trascendental.
Estos santos
estaban ansiosos de escuchar los verdaderos secretos del alma, especialmente
con relación al amor divino, la etapa más elevada de consciencia. Ellos
deseaban conocer acerca del Dios Supremo, la Persona conocida como Kṛṣṇa.
¿Cuál era la
razón de los avatares? ¿Por qué Dios aparece y cuál es la enseñanza más
elevada?