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Thursday, May 17, 2018

Libertad de Expresion



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Censura
“Hay una total confrontación entre la mente literal e irónica: entre cada especie de comisario e inquisidor y burócrata y aquellos que saben que sea cual sea el rol social y la fuerza política, las ideas han de ser formuladas y los libros deben ser escritos por individuos. “
Christopher Hitchens
El gran arte posee una cualidad eterna. Como si siempre hubiera existido. Es difícil pensar en Egipto sin las pirámides o al Louvre sin la Mona Lisa. Difícil concebir la pintura sin los Girasoles de Van Gogh o sin el Guernica de Picasso; las películas de Hollywood sin Fred Astair y Ginger Rogers o sin Bogart y Bacall. Yo en lo personal no puedo concebir India sin el Taj Mahal o la música sin el Cello desafiante de Pablo Casals tocando las Suites de Bach, perdidas para la memoria humana antes de que él las rescatara.
En retrospectiva se siente que cada una de estas obras ha existido siempre, que la fábrica cultural de nuestras vidas estaría raída sin ellas. Pero esas grandes obras de arte no existieron siempre. En un momento dado fueron sólo un producto imaginado en la mente del arquitecto. Y hubo una gran lucha entre la imaginación y la ejecución para concebir estas obras de arte hacia la existencia de la realidad física. Hubo una confrontación entre el artista y el escritor y los comisarios de cultura. Dada la tormentosa relación entre Miguel Ángel y el Papa Julio, es un milagro que los frescos de la Capilla Sixtina llegaran a terminarse. Y, sin embargo apenas y podemos concebir a Dios sin ellos.
Y, sin embargo, cada una de estas obras efímeras involucran una gran lucha no únicamente en contra de los críticos y la mafia comercial de su tiempo, sino también en contra de la audiencia e incluso en contra de los demonios de los propios artistas. Muchas de las obras que consideramos esenciales hoy en día fueron censuradas y ridiculizadas en su época, desde las pinturas de Da Vinci hasta el impresionismo de Gauguin y la música de los Beatles. Recuerdo cuando el “Imagina” de John Lenon fue considerada escandalosa pues imaginaba un mundo “”también sin religiones”. Ahora su música se toca en las iglesias. Con el tiempo los herejes se convierten en santos. Juana de Arco fue quemada en la hoguera por la propia iglesia que más tarde la canonizara como santa patrona de Francia.
Grandes libros no son la excepción a esta dinámica. Sin Shakespeare no podría existir el drama moderno, pero muchas de sus obras fueron fracasos en su tiempo o fueron censuradas.  La obra de Shakespeare era considerada sediciosa en tiempos de la propia Reina Isabel cuando Lord Essex le ordena que se presente Ricardo II en el teatro durante una insurrección que había organizado. Ricardo II es una obra de un rey débil, depuesto por el popular Enrique.  Pero luego de una investigación, se decidió que Shakespeare era inocente y pudo reanudar su trabajo. Sus obras fueron inéditas en vida, revividas luego de su muerte por actores.
Tras una carrera fallida como dramaturgo, su contraparte española, Miguel de Cervantes, inventó la novela moderna, cuando al final de su vida escribe el Quijote en la prisión. Estos hombres inventaron las propias formas que son estudiadas y criticadas hoy en día. 
En ocasiones ellos son considerados representaciones inadecuadas a las propias formas que inventaron. Miguel de Cervantes fue perseguido por la Inquisición Española, ya que ésta era el blanco de bromas hechas por su personaje ficticio Don Quijote de la Mancha. Simplemente señaló que él identificaba a su caballero como loco al comienzo de su libro. “De poco dormir y de mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio”. En resumen, era un hombre enloquecido. En su defensa ante la Inquisición, Cervantes señala que las críticas a la iglesia de un hombre loco no han de tomarse en serio. De hecho, e la críticas del Quijote a la iglesia es meramente el delirio de un loco, dandeo Cervantes así evidencia de que sólo un loco criticaría a la iglesia. Los representantes de la Inquisición española retiraron entonces su denuncia y aprobaron la publicación de la obra sin aplicar censura.
En mi propia vida he visto muchas manifestaciones curiosas de estos principios en acción. En los 80’s algunos amigos míos hallaron a un gran maestro en India: bhakti Rakshak Sridhar. Era prácticamente desconocido entonces. Nos sentamos a sus pies y grabamos sus pláticas en filosofía, espiritualidad, vida divina y la austeridad monástica. Mientras que en la década de los 70’s vimos una gran influencia de gurus y cultos basados en enseñanzas indias, el auge prácticamente había terminado. Impávidos, configuramos una pequeña imprenta y empezamos a publicar. Pasé incontables horas escuchando conferencias y analizándolas en secciones más pequeñas que podían coserse en párrafos, ordenarse en capítulos y organizarse como libro.
El grupo de yoga al que pertenecíamos entonces estaba furioso. “Debes mostrar castidad a la institución”, nos dijeron. Nuestro trabajo fue criticad como herejía. Nos habíamos ido en contra de nuestro Guru. Hubo una oposición increíble, tanto de estos amigos que se sintieron traicionados porque nos habíamos desviado de los objetivos de su organización de yoga, como de otros críticos que sentían que habíamos ido demasiado lejos. Reconocimos como “sectaria” mucha de esta crítica y lo dijimos entonces. La organización de yoga tomó medidas draconianas para castigar nuestro trabajo. Fuimos atacados también por cristianos. A veces se organizaba la oposición: nos enfrentábamos fuera de la prensa con fanáticos religiosos armados con bates de béisbol y argumentos débiles. Incendiarios desconocidos prendieron fuego al edificio que albergaba nuestra prensa, donde dormíamos por la noche. Nuestro libro fue criticado, burlado, vilipendiado, calumniado y finalmente, pirateado. Mientras la calumnia dolió, la piratería asesinó nuestro proyecto. Tan pronto como imprimimos 3 mil copias, “amigos” decidieron que el libro era suficientemente  bueno para piratearlo. Imprimieron otras 10 mil copias en Singapur, ignorando cualquier mención de nuestro trabajo, robando efectivamente el libro. Lo mismo sucedió en Londres, donde un “amigo” compró 10 copias de nuestro trabajo y las utilizó para imprimir su propia versión. Nuestro modelo económico se vino abajo. Estábamos en buena compañía. Incluso Cervantes encontró pirateada su obra durante su vida. Lisiados económicamente, y trabajando contra reloj, continuamos publicando. El nuestro era un trabajo de amor. A pesar de que perdíamos dinero al publicar y que nuestra imprenta se fue a la bancarrota, nuestro Guru en India estaba contento de ver que sus palabras habían sido ordenadas y habían tomado forma.  Nos dio sus bendiciones, incluso llegó a decirnos que habíamos hecho el trabajo de Vyāsa y Ganesh. El libro en cuestión fue llamado “La Búsqueda de Śrī Kṛṣṇa”. También imprimimos otros. Uno en particular que es sumamente interesante llamado “Śrī Guru y Su Gracia” Era muy controvertido en ese momento y generó muchas críticas y llamadas a la censura. Si hubiéramos escuchado las llamadas a censura y “castidad”, ese libro nunca habría aparecido. Ahora se cita frecuentemente para resolver diputas. 35 años después de la publicación de la Búsqueda de Śrī Kṛṣṇa, el libro sobrevive. Los ashrams se han formado internacionalmente, y los discípulos de los discípulos de mi maestro lo predican como su mensaje. Yo mismo estoy involucrado en otros proyectos ahora, por ejemplo este blog, Y sin embargo es irónico que las mismas fuerzas que obraron tratando de impedir la publicación de obras como la Búsqueda de Śrī Kṛṣṇa y Śrī Guru y Su Gracia continúan llamando a la censura. Voces similares demandan “castidad” a la institución que fue creado con base en los libros que publicamos. Pero yo no soy miembro de ninguna organización o institución. Tengo gran respeto por el mensaje de mi maestro y hago lo mejor que puedo para honrar sus enseñanzas. Pero no reconozco la tal “castidad” a una institución.  Puesto que las instituciones dependen de organización y el último partido es meramente una cuestión de política. Esto se señala en Srii Guru y Su Gracia, en donde la posición de guru y maestros es explorada a profundidad. Los llamados a “castidad” exigen censura y silencio de aquellos que se desviarían de la “línea de partido” de la escuela y dan voz a sus propias realizaciones y verdades. Cuando escucho a los fieles gritar por silencio, recuerdo las palabras de Bhaktivinod Ṭhākura, las palabras que nos inspiraron a reimprimir su conferencia acerca del Bhāgavat cuando estábamos en medio de tratar de sacar a la luz las obras de Sridhar Maharaja. La censura fue criticada nada menos que por Bhaktivinod Ṭhākura como una solución superficial en la búsqueda por la verdad. Un verdadero crítico, afirma él, dará orden a diferentes ideas sin necesidad de quemar libros o intimidar a los artistas que las producen. “Los estudiantes han de leer los hechos con una visión de crear y no el inútil objetivo de retención. Los estudiantes, como satélites, han de reflejar cualquier luz que han recibido de los autores y no aprisionar los hechos y pensamientos como aprisionan los magistrados a los reos en la cárcel. El pensamiento es progresivo. Los pensamientos de un autor han de progresar en el lector en la forma de corrección o desarrollo. Él es el mejor crítico quien pude mostrar el desarrollo posterior de un viejo pensamiento. , pero un simple denunciante es el enemigo del progreso y consecuentemente de la naturaleza. “El estudiante útil… leerá a una viejo autor y hallará su posición exacta en el progreso del pensamiento.  Nunca propondrá quemar el libro basado en que contiene pensamientos inútiles. Ningún pensamiento es inútil. Los pensamientos son los medios por los cuales alcanzamos nuestros objetivos. El lector quien denuncia un mal pensamiento no sabe que una senda mala es capaz de mejorarse y convertirse en una buena.  Un pensamiento es la ruta que conduce hacia otro. Por ello los lectores hallarán que un pensamiento que puede ser hoy el objetivo, podrá ser el medio para un objeto posterior el día de mañana. Los pensamientos necesariamente continuarán hacia una infinita serie de significados y objetivos en el progreso de la humanidad. Los grandes reformadores siempre afirman que no han venido a destruir la ley sino a satisfacerla. Valmiki, Vyasa, Platón, Jesús, Mahoma, Confucio y Chaitanya Mahaprabhu afirman el hecho ya expresamente o por su conducta. “
Bhaktivinod Ṭhākura (1869)
No hay duda en mi mente que las enseñanzas de Sridhar Maharaja halladas en la Búsqueda de Srii Kṛṣṇa son percepciones atemporales de la realidad espiritual. En ese sentido es una obra de arte. En retrospectiva parece ser que la Búsqueda de Śrī Kṛṣṇa ha de haber existido siempre. ¿Cómo podría no habe3r existido? La verdad siempre halla manera de revelarse a sí misma, de aparecer ante nosotros  para darse a conocer. Y sin embargo, si no hubiéramos ido a India con una grabadora, si no nos hubiéramos sentado horas a escuchar cuidadosamente sus conferencias y hubiéramos hecho preguntas, y si no las hubiéramos archivado cuidadosamente las conferencias grabadas, la Búsqueda de Śrī Kṛṣṇa nunca habría existido. Si hubiéramos escuchado a las voces que demandaban silencio y censura nunca hubiéramos fundado una imprenta para publicar las obras. La publicación de La Búsqueda de Śrī Kṛṣṇa fue publicada con base en el sacrificio, sangre, sudor y lágrimas del equipo de individuos cuyos talentos eran únicos y quienes se deddicaron a financiar y producir el proyecto contra todos los augurios. Sin su talento y dedicación el libro nunca habría salido. En uno de sus cuentos cortos, Jorge Luis Borges argumenta que si Cervantes no hubiera escrito el Quijote, éste tendría que haber sido escrito. Otros señalan que si a cien millones de monos se les dan máquinas de escribir, tarde3 o temprano uno de ellos escribirá el soliloquio de Hamlet. No soy tan optimista. Sé lo que nos costó la publicación de la Búsqueda de Sri Kṛṣṇa. Tuvimos que combatir la depresión económica, la represión religiosa, e incluso la auto-censura para llegar al primer borrador. Y luego discutimos por cada punto, coma, y dos puntos, antes de la lucha para publicar de hecho la obra. Hoy está disponible en al menos 15 idiomas. Ha sido traducida de vuelta al Bengalí para los lectores de India. De haber escuchado el llamado al silencio y la censura, no podríamos haber producido tal obra. Nuestro Guru, Su Divina Gracia Bhakti Rakshak Sridhar Dev Goswāmī, el fundador-ācārya del Śrī Caitanya Saraswat Math, habría sido silenciado y olvidado. Tal como sucede, su nombre y enseñanzas sobreviven. Si jugué algún papel pequeño en eso, estoy agradecido de que mi servicio haya sido aceptado. Aun así, mi punto es que  cualquier artista o escritor ha de luchar por superar la constante oposición que silenciaría su voz. Así como enfrentamos oposición para publicar la Búsqueda de Śrī Kṛṣṇa y otros libros, actualmente enfrento cierta oposición para publicar este blog. Hasta ahora, he escrito y publicado más de mil publicaciones y ha sido visto más de 250 mil veces en términos de visitas de páginas. Pero es difícil escribir algo todos los días sólo para enfrentar la negatividad de troles anónimos de internet. La crítica constante tiene su precio. Confronto críticas de ateos, hedonistas, derechistas, izquierdistas, cristianos, hindúes y científicos. Aun así, hago lo posible por no ofender a los demás. Simplemente intento analizar la realidad sobre la base de mis propias realizaciones y la enseñanza y capacitación que recibí de mi gurudeva. He hecho lo posible para evitar el discurso ofensivo, para decir la verdad con dulzura, pronunciar la verdad tal como me fue mostrada por mis maestros. Nos dicen que evitemos la especulación pues distrae la mente del verdadero interés propio. Muchos gurus enseñan disciplina espiritual; mi propio maestro fue más allá del mero ejercicio para proveerme de un marco para la interpretación, abriendo mis ojos. Yo estaba enceguecido por la oscuridad de la ignorancia, pero mi gurudev me enseñó como ver y pensar las cosas. Algunas personas me han dado ánimos a continuar escribiendo en éste espacio, así que estoy tomando de nuevo la oportunidad y trataré de hacer lo mejor para mantener viva la conversación a pesar de la presión social, política y eclesiástica para el silencio.

Wednesday, May 16, 2018

Censorship





There is an all-out confrontation between the ironic and the literal mind: between every kind of commissar and inquisitor and bureaucrat and those who know that, whatever the role of social and political forces, ideas and books have to be formulated and written by individuals.
CHRISTOPHER HITCHENS
Great art has an eternal quality. It is as if it has always existed. It´s hard to think of Egypt without the pyramids or the Louvre without the Mona Lisa. It’s hard to conceive of painting without Van Gogh's Sunflowers and Picasso´s Guernica; of Hollywood film without Fred Astaire and Ginger Rogers or Bogart and Bacall. I personally cannot conceive of India without the Taj Mahal or music without the defiant cello of Pablo Casals playing the Bach Cello Suites which had been lost to human memory before he resurrected them.

In hindsight it feels like each of these works has been around forever, that the cultural fabric of our lives would be threadbare without them. But these great works of art didn´t always exist. At one point they were only a figment in the architect’s imagination. And there was a great struggle between imagination and execution to bring these works of art into existence as physical reality. There was a confrontation between the artist and writer and the commissars of culture. Given Michelangelo's stormy relationship with Pope Julius, it is a miracle that his frescoes in the Sistine Chapel were ever finished. And yet we can barely conceive of  God without them.

Each of these ephemeral works involved a great struggle not only against the critics and the commercial mob of their time, but also against their public audience, and even the personal demons of the artists themselves. 

Many works we consider essential today were censored or ridiculed in their time, from the paintings of Da Vinci to the impressionism of Gauguin and the music of the Beatles. I remember when John Lennon's "Imagine" was considered scandalous since he imagines a world with "no religion too." Now his music is played in the church. With time heretics become saints. Joan of Arc was burned at the stake by the very church who later canonized her as the patron saint of France.

Great books are no exception to this dynamic. Without Shakespeare there could be no modern drama, but many of his plays were flops in his own time or were censored. Shakespeare’s work was considered seditious for a time by Queen Elizabeth herself when Lord Essex ordered Richard the Second to be played in the theatre during an insurrection he had staged. Richard the Second is the story of a weak king, deposed by the popular Henry. But after some study, it was decided that Shakespeare himself was innocent and he resumed his work.  His plays went unpublished during his lifetime, revived only by the players after his death. 
After a failed career as a playwright, his Spanish counterpart, Miguel de Cervantes invented the modern novel, when at the end of his life when he wrote the Quixote in prison. These men invented the very forms that are studied and criticized today. Sometimes they are considered inadequate representatives of the very forms they invented.  Miguel de Cervantes was persecuted by the Spanish Inquisition, since they were often the butt of jokes made by his fictional character Don Quixote de la Mancha. He simply pointed out that he identifies the eccentric knight-errant as insane at the beginning of his book: "Del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio" From little sleep and too much reading his brains dried up and he lost the use of reason. In short, he was a madman. In his defense before the Inquisition, Cervantes pointed out that If a madman criticizes the church he can’t be taken seriously. In fact, if the Quixote’s criticism of the church is merely the raving of a madman, it may be argued that Cervantes has given evidence that only a madman would criticize the church.  The representatives of the Spanish Inquisition withdrew their complaint and approved the publication of the work without applying censorship.



In my own lifetime I have seen many curious manifestations of these principles at work. In the 1980s some friends of mine found a great teacher in India: Bhakti Rakshak Shridhar.  He was virtually unknown. We sat at his feet and recorded his talks on philosophy, spirituality, divine life, and monastic austerity.  While the 1970s saw a great influx of gurus and cults based on Indian teachings, the boom had pretty much ended. Undaunted, we set up a small press and began to publish. I spent countless hours listening to lectures and parsing them into small sections that could be sewn together into paragraphs, ordered into chapters and organized as a book. 

The yoga group that we had belonged to was enraged. "You must show chastity to the institution," they told us. Our work was criticized as heresy. We had gone against our guru. There was incredible opposition, both from these former friends who felt betrayed that we had strayed from the goals of their yoga organization as from other critics who felt we had gone too far.  We found much of this criticism as "cultish" and sectarian and said so at the time.  The yoga organization went to draconian lengths to punish our work. 
We were attacked by Christians as well. Sometimes the opposition was organized: we were confronted outside the press by religious fanatics armed with baseball bats and weak arguments. Unknown arsonists set fire to the building that housed our press, where we slept at night. Our book was criticized, laughed at, reviled, slandered, and finally, pirated. Where the slander hurt, the piracy killed our project.

As soon as we printed 3,000 copies, “friends” decided the book was good enough to pirate. They printed another 10,000 copies in Singapore, ignoring any mention of our work, effectively stealing the book. The same thing happened in London, where a “friend” bought 10 copies of our book and used those to print his own version.  Our economic model fell apart. 

We were in good company. Even Cervantes found his work pirated in his own lifetime. Crippled economically, and working against the clock, we continued to publish.

Ours was a labor of love. Even as we lost money on the printing and our press went into bankruptcy, our guru in India was happy to see his words given order and form. He gave us his blessings, even going so far as to say that we had done the work of Vyasa and Ganesh.

The book in question was called “The Search for Shri Krishna.” We printed others as well. One in particular that was interesting was called “Shri Guru and His Grace.” It was very controversial at the time and sparked a lot of criticism and calls for censorship. If we had heeded the calls for censorship and "chastity" that book would never have appeared. Now it is often quoted to solve disputes.

35 years after the publication of the Search for Shri Krishna, the book lives on. Ashrams have been formed internationally, and the disciples of the disciples of my teacher preach its message.
I myself am involved in other projects now, for example this blog. 

And yet it is ironic to me that the same forces that were at work trying to stop us from publishing books like Search for Shri Krishna and Shri Guru and His Grace continue to call for censorship. Similar voices demand "chastity" to the institution that was created on the basis of the books we published. But I am not a member of any organization or institution. I have great respect for the message of my teacher and do my best to honor his teachings. But I recognize no such "chastity" to an institution, since institutions depend on organizing and the latest party line is merely a question of politics. This was pointed out in Shri Guru and His Grace, where the position of Guru and teachers is explored at length.

The calls for "chastity" demand censorship and silence from those who would stray from a school's "party line" and voice their own realizations and personal truths. When I hear these loyalists scream for silence, I remember the words of Bhaktivinoda Thakura, words that inspired us to reprint his lecture on the Bhagavat when we were in the middle of trying to bring out the works of Shridhar Maharaja.

Censorship was criticized by no less than Bhaktivinoda Thakura as a superficial solution in the search for truth. The true critic, he asserts, will give order to different ideas without the need for burning books or bullying the artists who produce them.

“The student is to read facts with a view to create and not with the object of fruitless retention. Students, like satellites, should reflect whatever light they receive from authors and not imprison facts and thoughts just as the magistrates imprison convicts in the jail. Thought is progressive. The author’s thought must have progress in the reader in the shape of correction or development. He is the best critic who can show the further development of an old thought, but a mere denouncer is the enemy of progress and consequently of nature.”
“the useful student…will read an old author and will find out his exact position in the progress of thought. He will never propose to burn the book on the ground that it contains thoughts which are useless.  
No thought is useless. Thoughts are means by which we attain our objects. The reader who denounces a bad thought does not know that a bad road is even capable of improvement and conversion into a good one. One thought is a road leading to another. Thus the reader will find that one thought which is the object today will be the means of a further object tomorrow. Thoughts will necessarily continue to be an endless series of means and objects in the progress of humanity. The great reformers will always assert that they have come out not to destroy the old law but to fulfill it. Valmiki, Vyasa, Plato, Jesus, Mohammed, Confucius, and Chaitanya Mahaprabhu assert the fact either expressly or by their conduct.” 
 Bhaktivinoda Thakura 1869

There is no doubt in my mind that the teachings of Shridhar Maharaja as found in the Search for Shri Krishna  are timeless insights into spiritual reality. In this sense it is a master work. In hindsight it seems that the Search for Shri Krishna must have always existed. How could it not have existed? Truth has a way of revealing itself, of appearing before us and making itself known. And yet, if we hadn't gone to India with a tape recorder, if we hadn't sat for hours listening carefully to his lectures and putting questions, and if we hadn't carefully archived the taped lectures, The Search for Shri Krishna would never have existed.  If we had listened to the voices that demanded silence and censorship we would never have founded a Press to print these works. 
The publication of The Search for Shri Krishna was published on the basis of sacrifice, blood, sweat, and tears of a team of individuals whose talents were unique and who dedicated themselves to financing and producing the project against all odds. Without their talent and dedication the book would never have come out. 

In one of his short stories, Jorge Luis Borges argues that if Cervantes hadn’t written the Quixote it would have had to have been written. Others point out that if a hundred million monkeys are given typewriters, sooner or later one of them will type out Hamlet’s soliloquy. I’m not so sanguine. I know what it took for us to publish the Search for Shri Krishna. We had to battle economic depression, religious repression, and even self-censorship to come up with a good first draft. And then we argued over every period, comma, and semi-colon, before struggling to actually print the work.
Today it is available in at least 15 different languages. It has even been translated back into Bengali for readers in India. Had we heeded the call for silence and censorship we would have been unable to produce such a work. Our guru, His Divine Grace, Bhakti Rakshak Shridhar dev Goswami, the founder-acharya of the Shri Chaitanya Saraswat Math, would have been silenced and forgotten. As it is, his name and teachings live on. If I played some small role in that, I am grateful that my service was accepted. Still, my point is that any artist or writer must struggle to overcome the constant opposition that would silence his or her voice. 

Just as we faced opposition in publishing the Search for Shri Krishna and other books, I am currently facing a certain amount of opposition in publishing this blog. So far, I have written and published over a thousand blogposts and the blog has been seen over 250,000 times in terms of page-views.  But it’s hard to write something every day only to face the endless negativity of anonymous internet trolls. Constant criticism takes its toll. I face criticism from atheists, hedonists, right-wingers, leftists, Christians, Hindus, and scientists. Still, I have done my best to avoid offending others. I'm simply trying to examine reality on the basis of my personal realizations and the teaching and training I received from my gurudeva. I have done my best to avoid speech that offends, to speak the truth sweetly, but to speak the truth as I was taught to see it by my teacher.
We are told to avoid idle speculation as it distracts the mind from one’s true self-interest. Many gurus teach a spiritual discipline; my own teacher went beyond mere exercise when he provided me with a framework for interpretation, opening my eyes. I was blinded by the darkness of ignorance, but my gurudev taught me how to see and think things through. Some people have encouraged me to continue writing in this space, so I am taking up the challenge once again and will do my best to keep the conversation alive despite the social, political, and ecclesiastical pressure to silence.

Thursday, January 25, 2018

Social dharma and soul-killing greed


Dharmic Symbiosis

by Michael Dolan/B.V. Mahayogi




Despite their differences in theology, we have seen In practical terms there is little distinction between the ethics of Buddha and that of Manu. They may be derived from different world-views, but they converge in important ways: Both systems promote certain core values: nonviolence, charity, truthful speech, and a clean and honest livelihood. The symbiosis at work between Manu’s law and Buddha’s eightfold path has given Eastern philosophy a consensus about the basic laws of human ethics--long before Christianity.

From the most ancient laws of the Vedic period to the time of Buddha five hundred years before Christ, certain traditional ethics of dharma were in wide acceptance: especially nonviolence, charity, duty, and truthful speech. The ideals of simple living and high thinking are values that are still cherished above market capitalism and exploitation.
Since time immemorial, Eastern philosophy then has valued being mindful while living a purposeful life in harmony with society and spirituality.
Dharma as Divine Love

While Buddha’s dharma focuses on individual enlightenment through personal practice, the more ancient Hindu dharma seems to focus more on one’s role in society. But this is only a superficial reading of Manu.
Manu understands that social duty is only one component in the human condition. All must struggle to survive. As we have some duty to society, society itself is responsible for its members. As the body politic, we need to feed the stomach, but the stomach also has to nourish the rest of the body. However our qualities and work involve us in a given group, whatever our contribution to the group may be, the group itself should correspond. Even more so than other species, humans are social. One who does due diligence in society will be rewarded and maintained by that society.
In the social doctrine of Manu, duty or dharma should lead to artha, sustenance, security, and even prosperity. Material prosperity or artha was never the highest value in a Vedic society, as it is today.
Manu understood prosperity an aspect of the human condition, one that had to be reckoned with. In modern life it is everything. In our 21st century globalized economy we are made to feel that every human transaction must have a monetary value, and must lead to prosperity.
Activities that are not monetized are questioned as valueless.  Oscar Wilde pointed out that “A cynic knows the price of everything and the value of nothing.” Human values have been flattened by the demand to monetize every transaction. Why take the time to make real friends when we can have virtual friends on Facebook? And yet the purpose of companies like Facebook, Twitter, Youtube, Google, Apple, and Amazon is not to produce goods and services, but to transform the inner life of the mind into a product, to put a price on everything while flattening human values. So, in the internet age where where all information is for sale, we have all become cynics. https://www.ted.com/talks/zeynep_tufekci_we_re_building_a_dystopia_just_to_make_people_click_on_ads
For Manu, where dharma was properly performed there would naturally be artha or prosperity. One flowed from the other as naturally as a mountain stream flows to the river. Security and prosperity for one’s family would be guaranteed as long as one followed one’s social duty. Our modern society sees no need for dharma in the traditional sense. Dharma is fine as a kind of patriotic spark to be fanned into flames in election years. Dharma is useful as a religious sense to keep the citizens in check. Voltaire argued that if God did not exist we would have to invent Him. In his “Social Contract” Rousseau argued the need for “civic religion” as a public profession of faith that aims to inculcate political values and that prescribes dogma, rites, and rituals for citizens of a particular country. One might argue that in over-heated capitalist countries this is the only kind of dharma that remains: allegiance to church, political party, nationality, and racial identity form a social “religion” that acts as glue to hold a nation together.
We criticize Manu’s view of dharma as being “backwards” since thousands of years after its formulation its practice has been perverted. His honest look at how we fit into society has been turned on its head. Instead of serving to liberate us from social stereotyping and allowing us to work according to our qualifications, India’s caste system pigeonholes people from birth and forces them to serve as cogs in an inhuman machine. But India is not the only place where the abuse of dharma goes on.
Administrators of civic religion everywhere are unconcerned with the idea of dharma as a noble duty leading to prosperity and security. Rather than offering opportunity based on qualities, regardless of race, color, or gender, the machine runs on algorithms calculated to serve the rich and powerful through racism, sexism, and social discrimination.
The system which disregards dharma as a spiritual principle recognizes only artha or prosperity as a value. But this soul-killing materialism has had disastrous results.

Wednesday, January 24, 2018

Dharma en la Sociedad

Manu y el Varnāśrama-dharma


Por Michael Dolan, B.V. Mahayogi,  traducido por Teresa Loret de Mola, Tapanandini
Buda explica el dharma en términos de “práctica”.  Su dharma es la práctica que sostiene la senda de la iluminación. El marco de referencia budista se usa a menudo cuando se discute el dharma. El budismo fue una reacción en contra de una clase sacerdotal corrompida la cual ejercía el control sobre muchos aspectos de la vida cotidiana. Su dharma era la respuesta a una visión anticuada y bien establecida del dharma.
El antiguo período Védico en India vio el surgimiento y caída de reyes en un área cercana al día de hoy a Nueva Delhi. La guerra del Mahābharata se peleó en Kurukṣetra, cerca a Hastinapura, la Ciudad de los Elefantes. Las antiguas escrituras del dharma fueron escritas mucho antes del choque entre los reyes. El concepto Védico de dharma se basa en la visión del mundo hallada en los vedas y los Upaniṣads y codificada como ley en el Manu-Smriti.
Las Leyes de Manu consisten en cerca de 2700 versos sánscritos acerca del dharma de las distintas clases sociales. Los estudiosos occidentales creen sinceramente que viven en una sociedad sin clases, han desdeñado el llamado sistema de “castas” de la India por generaciones. Ha sido visto como la raíz de todo mal del subcontinente Indio. Los excesos de sistema de “castas”  ha conducido hacia un completo  rechazo del pensamiento Indio como “supersticioso”. Esta es una de las razones por las cuales Buda pareciera haber ganado el debate acerca del significado del dharma.
Pero Manu define la idea de dharma de forma muy distinta a la que lo hace Buda. Para Manu, el propio dharma tiene que ver con el sitio propio en la sociedad. Halla que el deber de cada uno en la vida es hallar su función social. Pecado y piedad no son absolutos en su visión, sino que están atados a qué tan bien uno realiza su deber. Los valores éticos no son absolutos de acuerdo a Manu. El deber propio en una sociedad determinará el comportamiento ético adecuado de acuerdo a su “ley”. Manu quiere decir “humano” Así que la “ley de Manu” es otra forma de decir “ley humana”,
Manu ubica las distintas clases sociales, de acuerdo a las cualidades personales y el trabajo. Cada clase social tendrá un dharma distinto. Aquí, dharma significa “práctica”, pero también “características”. La práctica característica de una clase social determinada define su deber hacia la sociedad.
Hay una antigua historia hallada en los Puranas acerca de las partes del cuerpo y del estómago. Un día, al ver cómo el estómago estaba disfrutando un banquete delicioso, la mano objetó. “Yo trabajo tan duro para que tú puedas comer”, dijo la mano. “Esto es injusto”. Las piernas siguieron a las manos. “Es cierto, yo camino todo el día para que las manos puedan trabajar. Mientras nosotros trabajamos, tu comes. Ya tuvimos suficiente”. Y así, las diferentes partes del cuerpo iniciaron una huelga: los brazos, las piernas, el cerebro y demás. Finalmente el estómago señaló: “Es verdad que ustedes reúnen el alimento para que yo pueda digerirlo. Pero yo les doy fuerza a todos ustedes. Tenemos que trabajar juntos o pereceremos”. De acuerdo a Manu, las distintas partes del cuerpo político están destinadas a trabajar juntas en una sociedad armónica. Puesto que cada miembro de la sociedad, de acuerdo a sus cualidades y trabajo tiene una particular contribución que hacer, Esta idea de Manu del dharma está relacionada a la sociedad.
El sistema que él consagra en el Manu-Smriti, es entonces llamado varnāśrama-dharma o deber dhármico pues se realiza en la sociedad de acuerdo al propio dharma social. Buda basa su sistema ético y visión del dharma en la idea de que podemos evitar el sufrimiento deshaciéndonos del ego. El propio dharma o deber, de acuerdo a Buda es reducir el sufrimiento, aceptar un sistema saludable de vida y un medio de vida basado en la no violencia.
Manu halla que hay roles básicos en la sociedad: intelectuales, líderes, mercaderes y obreros. Cada uno tiene subdivisiones. Y cada clase social tiene sus propias prioridades, valores y ética.

Mientras que los maestros valoran la educación, un buen obrero valora la práctica y la producción por encima de desarrollo de la ideas. El poeta visionario William Blake señala que la misma ley pare el león y el cordero es una tiranía. Todos tienen un conjunto de cualidades. Es injusto y arbitrario forzar un estándar de deber para todos. Así que la “ley” de Manu es flexible. Recomienda diferentes maneras de lidiar con situaciones en el interior de la sociedad- una serpenteante escala de éticas, leyes morales, crimen y castigo- basado en las cualidades relativas de los individuos en la sociedad. Su versión de deber significa diferentes estándares de excelencia y logro de acuerdo a la propia habilidad. La degradación India del llamado “sistema de castas” frecuentemente ha sido ridiculizado por su rigidez y carencia de movimiento social. Pero el análisis de Manu es cierto. Cada tipo dharmico, intelectual, líder, comerciante o artesano nutre a la sociedad del mismo modo que cada parte del cuerpo ofrece algo al estómago y el estómago proporciona energía a los miembros del cuerpo. Manu encuentra que la sociedad está en armonía cuando los diferentes tipos dharmicos cumplen sus deberes con integridad. Cuando cada miembro de la sociedad es aceptado y alentado. Cuando algunos miembros de la sociedad no están sincronizados con el dharma, hay tiranía. Cuando el poder y el privilegio son mal utilizados, el sistema se rompe. India es criticada frecuentemente por su sistema de castas. Buda fue el primer reformador poderoso del sistema Indio. Pero India no está sola. Améridca está orgullosa de su sistema de clases. Pero el inhumano sistema mercantil permite que el 1% de la población posea y controle la mayoría de la riqueza. Mientras que, la discriminación despiadada y el racismo evita la movilidad de la sociedad- encerrando a la gente en generaciones de pobreza a pesar de los pocos individuos que ganan la lotería del “Sueño Americano”. La promesa de democracia ha quedado incumplida conforme se corrompen los sistemas por el materialismo que ejercen los vulgares billonarios de la Casa Blanca mientras deportan inmigrantes y encarcelan a las minorías. India está difícilmente sola en la división del abuso social. La Era Védica valora a los pensadores espirituales como Vyāsa.  La edad de oro de Platón y Sócrates valora a los reyes filósofos. Los tiempos medievales valoran a los reyes nobles. Vyāsa profetiza la Era de Hierro de Kalī, como el invierno del alma. Nuestro tiempo es gobernado por los dólares, la diplomacia, el despotismo. El materialismo ha permitido a la clase mercantil definir  al dinero como nuestro valor dominante. Al igual que las enseñanzas de Buda, las Leyes de Manu son idealistas. Si Buda promueve el ideal humano, Manu promueve el ideal social. La visión de Manu acerca del dharma puede no haber funcionado tan bien como la visualizó, como tampoco ha funcionado la democracia Jeffersoniana. Y sin embargo, sus puntos de vista acerca del dharma son importantes. Él es la autoridad estándar sobre el varnāśrama-dharma, los conceptos sociales y éticos  de dharma hallados en el Mahābharata de Vyāsa. Hemos intentado explicar que Vyāsa promueve la idea de dharma en el Mahābharata y que su visión del dharma es compleja. Si Buda establece el dharma como la práctica que lo libera a uno del sufrimiento y Manu basa su dharma en el deber del cuerpo político, Vyāsa introduce el elemento trascendental. El Dharma es el deber hacia el interés de nuestro ser eterno y trascendental. De acuerdo con Vyāsa, el dharma último ha de ser teísta. El centro de la enseñanza de Vyāsa acerca del dharma se halla en las palabras de Kṛṣṇa en el Bhagavad-Gīta. Cuando Arjuna tiene objeciones acerca de la pelea, y hace referencia al dharma, Kṛṣṇa explica catur-varnyam maya srstam guna-karma-vibhagasah “De acuerdo a las tres modalidades de la naturaleza material y el trabajo adscrito a ellas, las cuatro divisiones de la sociedad humana fueron creadas por Mí”. (B.G: 4.13) El propio Dios ha creado el sistema social. Cualquier concepto de “deber “  entonces, tiene por ello tomar a Dios en consideración. El dharma carente de Dios no es dharma en lo absoluto. Al final, el verdadero dharma es la rendición ante Dios, más allá de todas las consideraciones sociales.  Y así al concluir el Bhagavad-Gitaa, Kṛṣṇa dice: sarva-dharman parityajya mam ekam saranam vraja "Renuncia a todas las demás ideas sobre dharma. Ríndete a Mí. "(B.G.18.66) Mientras que a lo largo de millones de palabras en el Mahābhārata el dharma se busca y se promueve, rendirse a Dios, Krishna, es el ideal más elevado del dharma perseguido por Vyāsa.