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Tuesday, March 14, 2017

Elegía para un Santo




Escribir una elegía de un amigo no es una tarea fácil. De algún modo la pérdida de un amigo es mayor que la pérdida de un padre o incluso un hermano. No tenemos elección con relación a nuestros padres. Y sin embargo, ellos son más viejos que nosotros, parece natural que partan de este mundo antes de que nosotros lo hagamos.
Sentimos la muerte de nuestros padres como un rito o un pasaje hacia la edad adulta. Más impactante es la pérdida  de un hermano o hermana, ya que nos acompañan en nuestro viaje vital, conocen nuestros secretos y están comprometidos con nosotros como familia a través de toda nuestra vida.
Con los amigos es distinto. Tal vez no podamos elegir a nuestros padres, pero escogemos a nuestros amigos. Ellos son almas gemelas. Esperamos que estén ahí cuando los necesitamos, incluso cuando no los hemos visto por un tiempo prolongado.
Y sin embargo, nuestra vida cuelga de un hilo. Nuestra carne y huesos son más frágiles de lo que nos imaginamos. Mientras que nos consideramos como súper-hombres, invulnerables a las hondas  y flechas de la fortuna, la ruptura de la más pequeña arteria puede significar la muerte instantánea. El corazón humano empieza a bombear sangre incluso antes de nuestro nacimiento y continúa sin descanso haciéndolo setenta veces  cada minuto durante 80 años o más. Si somos afortunados.
Perdí un amigo la semana pasada.
John Hendrick, Yudhamanyu, “Vikram-Seva”, el Gran “Y” fue amado por la comunidad internacional de amigos y familia. Había dedicado su vida, desde los 70’s a la misión de la Conciencia de Krishna, al movimiento Hare Krishna. Halló paz, gozo, significado y amor en el mantra Hare Krishna y en los devotos quienes hicieron todo lo que pudieron por practicar estas enseñanzas. Su viaje hacia la rendición lo llevaría desde Portland, Oregón, hasta Nabadwip India, desde San José California hasta Tailandia y China.
Me conmociona no haberle visto en años. Pero recientemente pensaba en él. No es fácil para mí conectar a veces, pero ahora que nos podemos comunicar tan fácilmente unos con otros, usando el internet  sentí que contactaría con él pronto. Habíamos perdido el contacto hacía muchos años. Él se había ido a China. Yo me trasladé a México. Vi algunas de sus fotografías de grupo de los devotos de China recientemente, y pensé en intentar dar con él. Pero me fue arrebatado antes de poder hacerlo.
Conocí a Yudhamanyu en Johannesburgo, Sudáfrica. Estaba ahí haciendo negocios, y recolectaba fondos para un templo en India. Un discípulo de Bhaktivedānta Swāmi, fundador del movimiento Hare Krishna, se había interesado en apoyar la misión de Śrīdhara Maharaja, hermano espiritual y amigo  de Bhaktivedānta Swāmi . Tanto Swāmi como Śrīdhara Maharaja trabajaron juntos en la misión de su propio guru, Sarasvatī Ṭhākura. Bhaktivedānta Swāmi fue a occidente. Su movimiento “Hare Krishna” tuvo gran éxito. Śrīdhara Maharaja se había retirado a las orillas del Ganges. A través de un amigo mutuo, yo fui lo suficientemente afortunado para visitar su ashram en 1981. La fortuna y circunstancias me enviaron a Sudáfrica  a buscar apoyos para el Chaitanya Saraswat Math, la misión de Śrīdhara Maharaja. Fue ahí donde crucé senda con Yudhamanyu. Él también había escuchado de Śrīdhara Maharaja. En aquellos días nos lamentábamos por la pérdida de Bhaktivedānta Swāmi. Buscábamos consuelo y refugio. Nuestro maestro se había ido, pero necesitábamos orientación. En sus 90’s a Śrīdhara Maharaja  no le interesaba tener fama, dinero ni discípulos. Mientras tanto, algunos de nuestros amigos y hermanos espirituales habían intervenido para continuar con la misión de Bhaktivedānta Swāmi, eran jóvenes e inexpertos. Ninguno poseía la profundidad de Śrīdhara Mahārāja.
En aquellos días no había internet. Una llamada telefónica a India tomaba días en programarse. Pero teníamos una pila de audio-casetes  grabados en donde Śrīdhara Mahārāja  respondía a las preguntas relacionadas a la vida espiritual de aquellos en la senda de bhakti, el principio devocional de amor a Dios, Kṛṣṇa. Nos levantábamos temprano y escuchábamos con cuidado el mensaje en los casetes con algunos amigos.
El discurso de Śrīdhara Maharaja era diferente a lo que habíamos escuchado antes. Otros explicaban el bhakti en términos de reglas que había que seguir. Era un proceso, con un resultado. “Sigue el proceso y obtén el resultado” se nos había dicho. Pero Śrīdhara Mahārāja enfatizaba la rendición como su propio fin. Bhakti no era un “medio hacia un fin”, sino el fin en sí mismo. La meta del amor divino es el amor divino, explicaba. Lo que era importante era la substancia por encima de la forma, la cualidad por encima de la cantidad, la consciencia de Dios por encima de la conciencia de sociedad, y “Morir para Vivir” Hablaba de la dialéctica Hegeliana y del Kṛṣṇa Saṁhita de Bhaktivinod Ṭhākura. Habíamos hallado el oro.
Tras la partida de Bhaktivedānta Swāmi había controversia acerca de la sucesión. Nos preguntábamos, “¿Cuál de los discípulos continuará con la misión en el futuro?” Pero tras escuchar el discurso de Śrīdhara Maharaja, sólo queríamos servir a su misión. En ese entonces, el Caitanya Sarasvat Math era bastante humilde. Había un templo con un salón de reuniones o “nath-mandir” un edificio con cuartos para algunos bramacharis, una cocina y un área de go-shala para las vacas. Śrīdhara Maharaja daría una plática informal a las personas, 5 ó 6, que lo visitaban diariamente. Había tanto que hacer para promover su misión. Por mi parte, sentí que era indispensable que las pláticas que daba fueran transformadas en libros publicados. Mi cerebro ardía con esta idea. Afortunadamente, Bhakti Sudhir Goswāmī, quien entonces era llamado Dheer Krishna Swāmi, aceptó mi servicio voluntario. Desde Johannesburgo, Sudáfrica, volé hasta San José, California y me puse a trabajar bajo su guía. Mientras tanto, ciertos elementos en Sudáfrica intentaron impedirnos el avance. No puedo entrar en detalles aquí, pero un grupo numeroso de fanáticos de un grupo de yoga rival nos amenazaron violentamente. Nos habíamos estado quedando en un ashram de yoga en Johannesburgo y discutíamos las enseñanzas de Śrīdhara Maharaja. Los fanáticos planearon un asalto con armas automáticas. No sé cómo lo hizo, pero Yudhamanyu Prabhu negoció un acuerdo y estuvimos seguros por un tiempo. Pronto volé hacia California, dejándolo a él atrás.  Él seguía citándose con gente y conversando, más tarde reclutó a un joven, Bhakta Lou, quien se convertiría en Akinchana Maharaj. En California, Dheer Krshna Swami había reunido un grupo pequeño que sería el núcleo de nuestra misión ahí. Nos incorporamos como una 501 c3 organización sin fines de lucro llamada Movimiento de Consciencia de Kṛṣṇa. Había adquirido un edificio que servía de templo, ashram, y una prensa en el 61 sur de la calle 13. Nuestra mayor adquisición tecnológica era una máquina de escribir IBM. Tenía una cinta correctora en un carrete anaranjado minúsculo, de modo que si uno incurría en un error podías retroceder y corregir hasta 15 caracteres.  Los pocos Brahmacharis, Kshama-Buddhi, Vidagdha Madhava, y Ramai Prabhu quienes estaban con nosotros, dormían en el suelo. Nos levantábamos temprano y celebrábamos el aroti. Después de cantar dieciséis rondas de japa nos dirigíamos a nuestros deberes. El mío era la tarea de trascribir las conferencias grabadas de Śrīdhara Maharaj y convertirlas en libros. Luego de un tiempo, nos las arreglamos para obtener una máquina de dictado con un pedal que hacía retroceder el casete diez o quince segundos. Podías escuchar la grabación de nuevo. La entonación inglesa de Śrīdhara Maharaja era especialmente difícil de entender. Tenía un pequeño acento escocés sumado al de su Bengalí, ya que había sido educado en escuelas regidas por Jesuitas escoceses. Así que su acento inglés estaba situado entre el escocés y el indo-bengalí. También había mucho ruido del ambiente en las grabaciones: se podían escuchar los pájaros exóticos de Bengal. Las campanitas sonoras de las bicicletas  de las rickshaws, el martilleo de los hombres que trabajaban en el templo. Aparecían conversaciones  en Bengalí aquí y allá, el gong que anunciaba el prasadam y el tambor y los cártalos del kirtan de la sala continua. Todo esto hacía de la tarea un reto.  Juraría que Śrīdhara Maharaja había dicho, “Entonces, llegó por dientes o uñas” en algún punto, y (¿Govinda Maharaja?) contestaba, “Si, por dientes o uñas (N/T: En inglés “tooth or nail”) sólo para descubrir más tarde que estaban diciendo “Touffant Mail” el nombre de un tren. Pasé muchas mañanas de este modo, yendo de grabación en grabación, escuchando una y otra vez  la mágica voz de Śrīdhara Maharaja. Pronto tuvimos una pila de trascripciones. Luego de unos cuantos meses, supimos de Yudhamanyu. Sus negocios habían tenido un gran éxito en Johannesburgo, pero estaba listo para moverse. Nos llamó a San José y dijo que estaba determinado a venir. Traería con él a su esposa Jivana Devi Dasi y a un amigo de ella y se uniría a nosotros en San José. Estábamos eufóricos, Yudhamanyu sería una gran ayuda. Nuestro pequeño ashram pululaba con muy pocos ingresos. Apenas y teníamos suficiente para continuar con la misión. Descubrimos que el grupo que nos amenazara en Sudáfrica  se hallaba en California. De algún modo habían decidido que no les gustaba nuestra organización y estaban decididos a detener la publicación de los libros de Śrīdhara Maharaja, por la fuerza de ser necesario. Sabíamos que Yudhamanyu nos ayudaría con la organización y colecta. Ya había negociado antes con la gente peligrosa en Sudáfrica. Sería un elemento valiosísimo. Esperamos ansiosos su llegada. Madhyumati DD, recuerda, “Llegó con Jivana y Prabhula ya entrada la noche en un camión blanco de redilas desde Seattle. Creo que en una semana ya estaban todos colectando. Recuerdo que el dinero era escaso y que ayudaron de verdad. Tal vez incluso salvaron el templo de caer. Kshamabuddhi, Brahma Prabhu y Bhakta Priya ya estaban ahí, Jivana y yo cocinábamos varias veces a la semana y hacíamos dulces de leche. Yuddhamanyu estaba encendido. Tuvo largas y acaloradas conversaciones con Goswāmī Maharaja. Ha sido una conmoción saber que se ha ido. Sabía que tenía alta la presión y recientemente había volado, apenas dos días antes, desde América a China. Ha sido para él una bendición el ir hacia adelante- pero una pérdida aquí en este plano. Su sentido y humor de dedicación es algo muy raro en este mundo. Salían mucho a colectar por lo que tus primeros recuerdos no están equivocados, ellos no estaban mucho ahí ya que ellos comían y dormían y se levantaban temprano a colectar. Considero que gracias a Goswāmī, a ustedes y a la gente que colectó es que los libros de Śrīla Guru Maharaja fueron publicados y traídos al mundo Occidental, ¿cómo podemos calcular ese servicio? No es posible. Él fue un hombre bendecido”. Yudhamanyu era uno de los discípulos de Śrīla Prabhupāda quien de todo corazón aceptó a Śrīdhara Mahraja tan pronto entró en contacto con sus enseñanzas. La misión de Śrīdhara Mahraja era, en ese entonces, bastante humilde. Yudhamanyu se dedicó a organizar las distintas actividades que ayudarían a mantener esa misión”. Para todo aquello que se necesitaba, Yudhamanyu hallaba una forma de proveerlo. El nombre “Yudhamanyu" fue dado a él por Śrīla Prabhupāda. Y se halla en el primer capítulo del Bhagavad-Gita en donde se enumeran los nombres de los grandes guerreros en la Batalla de Kuruksetra:

yudhamanyus ca vikranta... “El poderoso Yudhamanyu” Solíamos bromear con él y le llamábamos “El poderoso Yudhamanyu” hasta que un día Śrīdhara Maharaja se encargó de darle un título especial, siguiendo las huellas de Bhaktisiddhānta Sarasvatī, quien a menudo daba títulos a sus seguidores más íntimos. Śrīdhara Maharaja lo llamó Vikram-Seva: “Siervo Poderoso”, o “El que rinde un servicio poderoso”. En los siguientes años, Yudhamanyu probó que su nombre era real, haciendo servicio no solamente en India y los estados unidos, sino más tarde en Tailandia y China. En donde ayudó a fundar la misión. Era un incansable apoyo de la misión quien dio todo, gastó todo y puso toda su energía al servicio de Śrīdhara Maharaja, Govinda Maharaja y el Chaitanya  Saraswat Math. Yudhamanyu Seva Vikrama era también un gran maestro. No era orgulloso. Carecía de la actitud de “gran devoto”. Tenía un gran sentido del humor. He sido un devoto por muchos años, haciendo lo más que puedo por la práctica, cuando me doy cuenta de que tengo muy pocos amigos entre los devotos. Trabajamos lado a lado y creemos en las mismas cosas, pero francamente tengo muy pocas conexiones de corazón a corazón con otros seguidores. Yudhamanyu era diferente. Sabía que podía confiarle mi vida. . No puedo contar todas las historias de los viejos tiempos; ni es necesaria la nostalgia que poca gente entendería. Pero él fue un gran maestro, uno de aquellos que enseñan con el ejemplo. Grandes maestros no son siempre buenos instructores. En ocasiones, su dominio intimida. Un estudiante ve la maestría de un gran virtuoso del violín y hace a un lado su instrumento para nunca tocar de nuevo. El virtuosismo puede aplastar el alma. Un buen maestro puede capacitar a su estudiante. Demostrando que puede ser fácil y haciendo que el estudiante sienta “puedo hacerlo, puedo hacerlo”. El estilo de trato fácil de Yudhamanyu hacía sentir a muchos neófitos ese “puedo hacerlo”. Ayudó a muchos a iniciar su viaje en la carretera de la rendición. Todos en el Caitanya Sarasvat Math, desde los acharyas, hasta los gurus, los swamis o simplemente la gente en general, están endeudados con Yudhamanyu. Sin su servicio poderoso, los templos no se habrían construido, los libros no se habrían impreso ni publicado, los sannyasis no habrían tenido los medios para viajar y predicar. Él era el gran héroe desconocido.  Y sí, era un santo. Los neófitos examinarán los libros tratando de encontrar allí escritas las cualidades de un santo. Compararan y contrastarán lo allí escrito con los candidatos de la vida real con la santidad ahí hallada y los encontrarán plagados de defectos. El mismo Sarasvatī Thakur dijo “Estoy plagado de faltas”. Es fácil hallar errores en monjes y mártires y aquellos que pasan por santos. Pero fue Cristo quien dijo “Por sus frutos los reconocerás”, cuando le preguntaron quiénes eran los santos. Creo que los santos existen. Caminan entre nosotros, a menudo irreconocibles. Al propio a Sri Caitanya le advirtieron  los ortodoxos no hablar con Ramananda Roy, un simple maestro de danza. Después de todo, frecuentemente tocaba a las mujeres que bailaban en sus clases, al ajustar su postura. ¿Cómo podría un hombre así saber nada acerca de lo divino? Hari Das Ṭhākura aparentemente era un musulmán. Los acólitos del templo de Jagannatha no lo dejaban entrar. Después de todo él no era hindú. Los verdaderos santos a veces no lo parecen. Nos hace bien saber, que aparte de los Vaiṣṇavas virtuosos, hombres comunes que saben vivir y reír pueden también ser santos. Nos anima el saber que monjes y místicos caminan entre nosotros disfrazados de hombres comunes. Ahora que Yudhamanyu, Seva Vikrama, no camina ya más con nosotros, podemos pensar que continúa su obra como hombre avanzado. Yudhamanyu sabía cómo establecer una misión y cómo realizar todo el trabajo para hacer avanzar la obra de los “grandes predicadores”. En China fue la punta de lanza. Ahora ha continuado su camino. Pero al continuar, quiero pensar  que su obra sigue en avance y que hará lo necesario para que podamos unirnos a él en un kirtan mayor. Tengo fe en que el sonido divino del santo nombre nos liberará. Hoy es el día que se celebra la aparición divina de Sri Caitanya Mahāprabhu quien apareció como un Volcán Dorado de Amor Divino, el avatar dorado que vino para asegurar que todos participáramos de la danza del kirtan. La danza de Sri Kṛṣṇa en Vrindavan es confidencial. Pero todos están invitados a participar en el kirtan del santo nombre, Hare Krishna. Yudhamanyu Prabhu dedicó su vida a promulgar el kirtan del santo nombre e invitó a todos a participar. Ahora que sus cenizas se han confiado al corazón del río Ganges por el puente Gauranga Setu cerca del aparadha-bhajan del Caitanya Sarasvat Math de Bhakti Rakshak Śrīdhara Dev Goswami, estoy seguro de que su alma inmortal baila en el kirtan eterno. Se ha ido en avanzada a prepararnos un sitio en ese kirtan. Asegurándose que haya mrindangas y cártalos para todos y hojas frescas de banana para el festín. Baila ahora con Shruta Shrava Prabhu, Vaiṣṇava Maharaja, Chidananda Prabhu, Siddhanti Maharaha, y con nuestros gurus superiores y los grandes Vaiṣṇavas, entre los que podremos ver, algún día, a Govinda Maharaja, a Śrīdhara Maharaja y a Srila Prabhupada, pujala ragapath gaurava bange matala harijana kīrtana, en la distancia.

Monday, March 13, 2017

The Hard Problem of Consciousness



Kant’s craft was in shifting God out of consideration on wholly epistemological grounds. What cannot be discovered through a proper epistemology has no ontology according to this reasoning. What we cannot know must not exist.

Since we cannot “know” God in the technical sense of “reason” advocated by Kant, His “existence” is out of the question. It is a question of carefully restricting the questions that may be asked. If a place a taboo on questions, then some things will certainly be “out of the question.” Such was the mission of Kant.

Kant’s metaphysics are not only tinged with agnostic but even filled with atheistic overtones. His so-called philosophy of religion is really an attack on the religions of his time. He discovers that “moral sense” is somehow transcendental, since it has no rational basis. In his work “The Selfish Gene” Dawkins points out that it is suicide to be “altruistic.” Genes may survive and adapt only through selfishness, according to Dawkins who extends the idea to the species. As Darwin points out, “Survival of the fittest means only the strong survive. There is no room for any moral sense in the jungle.” If humans have moral sense it would contradict the very law of the jungle. Moral sense would seem to transcend the animal condition, since there is no room for morality when might makes right. So it was that Kant felt that our sense of morality somehow transcends the human condition and thought that this was a sufficient proof of a kind of God. But his conception of divinity was shallow and superficial. For Kant, God had no place in the universe. God was dead, but his ghost lingered on in the form of moral conscience as a kind of pale shadow.

But Kant really was intent on removing religion and theology from any serious academic discussion. His genius is shown in the fact that he was successful, especially in the West as seen in the teachings of atheists like Bertrand Russell.


Eastern philosophy has a different take. For Eastern philosophy, especially the points of view that flow from the Vedanta and Upanishads, consciousness exists before and after reason and transcends the purely rational. The atma, the self, is a self-evident fact that must be taken into consideration before any attempt at ratiocination.

The 19th century philosophers of reason headed by Kant hated the very idea of subjectivity. We live in an ordered world, they thought, whose order may be discovered through observation, study, and reason. Kant thought he had defined the limits of reason by denying any proofs for the existence of God. He points out that the supernatural is irrational. Since it is irrational it is therefore unreasonable, beyond reason, not worthy of discussion. But hold on a minute. What if reason is not the only way of knowing something? Then again if something is beyond knowledge is it nonexistent?
No one can see radio waves or electro-magnetic fields. We cannot see gravity. Simply because a problem is difficult to solve shall we vote it out of existence?
Rene Descartes posed what is called the “mind-body” problem which holds that mind and body are two entirely different substances. While Cartesian dualism has troubled philosophers since the 16th century, modern scientists believe that there is only physical substance: if the mind exists it is a property of physical substance, in other words mind is a byproduct or an “epiphenomenon” of the brain. Since consciousness cannot exist without a brain it is simple to prove that consciousness originates in the brain. Since both mind and body are aspects or properties of physical substance there is no duality. Only matter exists. Only physical substance exists.


Unfortunately consciousness has a strange way of intruding. In the analysis of subatomic particles there is no way to understand reality without reference to subjectivity. According to how an observation is made quantum reality is distinct. This opens a new set of problems. It is simple to dismiss the mind-body problem by saying it doesn’t exist, nothing to see here, move on. There is no mind-body problem because only matter exists. We explain mind as a kind of physical phenomenon. Since only matter exists there is no duality. This is called “physicalism,” or the attempt to explain all phenomenon physically.

But this is an extreme position. Modern philosopher Thomas Nagel points out “If physicalism is to be defended, the phenomenological features must themselves be given a physical account. But when we examine their subjective character it seems that such a result is impossible. The reason is that every subjective phenomenon is essentially connected with a single point of view and it seems inevitable that an objective physical theory will abandon that point of view.”

In other words, everything is subjective. We try to create an “objective” analysis when we pool our resources and eliminate personal points of view. “Objective” analysis is useful, but is never truly objective. By systematically eliminating all subjective factors from an analysis we must eliminate consciousness from the scientific method. But if the subject of our subjective analysis is consciousness, the attempt at objectivity will ultimately fail. We are all subjects. When we try to make a subject the object of study and attempt to apply “objectivity” to a subjective reality we find that measurement eludes us. It’s easy to say that “everything has a physical explanation.” More difficult to prove when it comes to consciousness. This is why it is intellectually dishonest to dispose of the question, simply because it is difficult. Descartes is not so easily dismissed. He holds that an immaterial mind and a material body are two completely different kinds of substances and that they interact with each other. Materialist philosophers reject this as supernatural. Since no supernatural explanations may be admitted at any time according to their point of view, Cartesian dualism must be defeated and rejected. But consciousness remains a “hard” problem in science.

Why any physical state is conscious rather than nonconscious is called the “hard problem of consciousness.” Usual methods of science involve explanation of function, dynamics, or structures. How does light work? How does electricity work? What is the nature of the dynamic flow from positive to negative charge? What is the structure of a crystal? These are all simple, albeit nontrivial problems. In modern psychology we may apply many of these scientific concepts to mental behavior. We know how different drugs provoke mental alertness or unconsciousness for example. But what is consciousness? We aren’t able to decide.

Even more difficult is the question “Why is it conscious?” If we could solve this question we would understand the distinction between life and death. No scientist will attempt to answer the question, since it involves going beyond the usual methods of science. This is why consciousness is considered a “hard” problem. It surpasses the limits of what science can explain. For this reason the question itself is taboo. Even considering the question may get one exiled from the halls of academe as a quack, nutjob, or weirdo.

Part of the challenge comes from the fact that the subjective world does not fit into the “physicalist ontology,” or one that posits that only matter exists and that we can only discuss the functions and dynamics of matter in a physical universe. But a physical description of consciousness is incomplete. Merely by discussing the “how and what” or the functions of consciousness we cannot understand the “why” of meaning. Science is intellectually dishonest when it claims to seek meaning. It does nothing of the sort: science is meant to describe states and functions, to explain dynamics and how the elements of physics interact over time. There is no consideration of meaning in science.
And yet a physical explanation of consciousness is not only impossible but fundamentally incomplete. Only I can feel the pain of a tooth being removed. The dentist whose pristine teeth show a lifetime of perfect hygiene has no idea of the exquisite torture involved in having a tooth extracted. Our subjective experience can be known by no one else.

As David Chalmers points out, no one else knows what it is like to be the subject for the subject.
"What makes the hard problem hard and almost unique is that it goes beyond problems about the performance of functions. To see this, note that even when we have explained the performance of all the cognitive and behavioral functions in the vicinity of experience—perceptual discrimination, categorization, internal access, verbal report—there may still remain a further unanswered question:  Why is the performance of these functions accompanied by experience? "
(The Hard Problem of Consciousness 1995, 202, emphasis in original). http://www.iep.utm.edu/hard-con/


Sunday, March 12, 2017

Requiem for a Saint





Writing a eulogy for a friend is not an easy task. In some ways the loss of a friend is greater than the loss of a parent or even of a brother. We have no choice in the manner of our parents. And since, they are older than we are, it seems only natural that they should depart this world before we do.
We mourn the death of our parents as a rite of passage into adulthood. Even more shocking is the loss of a brother or sister, since they accompany us in our life’s journey, know our secrets, and engage with us as family throughout our lifetime.
Friends are different. We may not choose our parents, but we choose our friends. They are our soulmates. We expect them to be there when we need them, even when we haven’t seen them for a long time.
And yet, our life hangs by a thread. Our flesh and bones are far more fragile than we imagine. While we think of ourselves as Superman, invulnerable to the slings and arrows of fortune, a rupture of the tiniest artery means instant death. The human heart begins to pump blood even before our birth and yet continues without rest 70 times a minute for 80 years or so. If we’re lucky.
I lost a friend last week.
John Hedrick, Yudhamanyu, “Vikrama-Seva,” the Big “Y” was beloved by an international community of friends and family. He had dedicated his life, since the 1970s, to the mission of Krishna Consciousness, the Hare Krishna movement. He found peace, joy, meaning and love in the Hare Krishna mantra and in the devotees who did their best to practice those teachings. His journey to surrender would take him from Portland, Oregon to Nabadwip, India, from San Jose, California to Thailand and China.
I am shocked. I hadn’t seen him in years. But recently I was thinking of him. It’s not easy for me to reach out sometimes, but now that we can connect so easily with each other, using the internet I felt that I would be in contact with him shortly. We had lost contact for many years. He had gone to China. I had moved to Mexico. I saw his picture in a couple of group shots of the devotees of China recently, and thought about trying to find him. But he has been taken from me before I had the chance.
I first met Yudhamanyu in Johannesburg, South Africa. He was there on business, fundraising for a temple in India. A disciple of Bhaktivedanta Swami, founder of the Hare Krishna movement, he had taken an interest in supporting the mission of Shridhar Maharaja, Bhaktivedanta Swami’s Godbrother and friend. Both the Swami and Shridhar Maharaja had worked together in the mission of their own guru, Saraswati Thakura. Bhaktivedanta Swami had gone to the west. His “Hare Krishna” movement had been a big success. Shridhar Maharaja had retired to the banks of the Ganges. Through a mutual friend, I was fortunate enough to visit his ashram in 1981. Fortune and circumstance sent me to South Africa to raise support for the Chaitanya Saraswat Math, Shridhar Maharaja’s mission. It was there that I first crossed paths with Yudhamanyu.
He had also heard of Shridhar Maharaja. In those days we were mourning the loss of Bhaktivedanta Swami. We were looking for solace and shelter. Our teacher had passed away, but we needed further guidance. In his 90s, Shridhar Maharaja was uninterested in fame, money, and disciples. While some of our friends and godbrothers had stepped in to continue the mission of Bhaktivedanta Swami, they were often young and inexperienced. None of them had the depth of Shridhar Maharaja.
In those days we had no internet. A telephone call to India took days to schedule. But we had a stack of audio cassette recordings where Shridhar Maharaja had answered questions relating to the spiritual life of those on the path to bhakti, the devotional principle of love of God, Krishna. We would get up early in the morning and play the cassettes with some friends and listen carefully to the message.
Shridhar Maharaja’s discourse was different from what we had heard before. Others would explain bhakti in terms of the rules to be followed. It was a process, with a result. “Follow the process and get the result,” we were told. But Shridhar Maharaja emphasized surrender as its own end. Bhakti was not a “means toward an end,” but an end in itself. The goal of divine love is divine love, he explained. What was importance was substance over form, quality over quantity, God consciousness over society consciousness, and “Die to Live.” He spoke of Hegelian dialectic and Bhaktivinod Thakur’s Krishna Samhita. We had struck gold.
After Bhaktivedanta Swami’s departure there was some controversy about the succession. We wondered, “Which of his disciples would carry the mission forward?” But after listening to the discourse of Shridhar Maharaja, we wanted only to serve his mission. At that time, the Caitanya Saraswat Math was quite humble. There was the temple with a meeting hall or “nath-mandir” a building with living quarters for a few brahmacharis, a kitchen and a go-shala area for cows. Shridhar Maharaja would give an informal talk to the 5 or 6 people who visited on a daily basis. There was much to do to promote his mission.

For my part, I felt it was indispensable to see to it that the lectures he was giving were transformed into published books. My brain was on fire with this idea. Fortunately, Bhakti Sudhir Goswami, who was called Dheer Krishna Swami at the time, accepted my voluntary service. From Johannesburg, South Africa I would fly to San Jose, California and get to work under his guidance.

But in the meantime, certain elements in South Africa tried to prevent us from moving forward. I can’t get into the details here, but a number of fanatics from a rival yoga group actually threatened us with violence. We had been staying at a yoga ashram in Johannesburg and discussing the teachings of Shridhar Maharaja. The fanatics planned an assault with automatic weapons. I’m not sure how he did it, but Yudhamanyu Prabhu negotiated a settlement and we were safe for a time. I soon flew to California, leaving him behind. He continued meeting people and having conversations, later enlisted a young man, Bhakta Lou, who would become Akinchana Maharaja.


In California, Dheer Krishna Swami had gathered a small group that was to be the nucleus of our mission there. We incorporated as a 501 c3 non-profit religious organization called the Krishna Consciousness Movement. He had acquired a building that would serve as temple, ashram, and press at 61 South 13th Street. Our first major acquisition of technology was an IBM Selectric typewriter. It had a tiny corrective tape on an orange spool, so that if you made a mistake you could go back and correct up to 15 characters. The few brahmacharis, Kshama-Buddhi, Vidagdha Madhava, and Ramai Prabhu that stayed with us slept on the floor. We got up early in the morning and celebrated aroti. After chanting 16 rounds of japa we all went about our duties. Mine was to begin the task of transcribing the taped lectures of Shridhar Maharaja and turning them into books.
After a time, we managed to get a dictation-playback machine with a foot-pedal. This was great, because you could insert the cassette and listen, but if you wanted to repeat something, you hit the foot-pedal and the cassette would return ten or fifteen seconds. You could hear the tape again. Shridhar Maharaja’s English intonation was especially difficult to understand. He had a bit of a Scottish accent to his Bengali, since he was educated at schools run by Scottish Jesuits. So his English accent was somewhere between Scottish and Bengali-Indian. Also there was a lot of ambient noise on the tapes: you could hear the exotic birds of Bengal, the jingling bicycle bells of the rickshaw-wallas, the hammer-blows of the men working on the temple. There were conversations in Bengali that would fade in and out, the gong announcing prasadam, and the drum and kartals of the kirtan in the hall below. All this made transcription a task. I would swear that Shridhar Maharaja would say, “So, he is to arrive by tooth or nail,” and someone, (Govinda Maharaja?) would reply, “Yes, by tooth or nail,” only to discover that he was saying “Touffant Mail,” the name of the train. In this way I spent many mornings, going over tape after tape, listening again and again to the magic of Shridhar Maharaja’s voice. Soon we had a pile of transcripts.

After a few months, we heard from Yudhamanyu. His business had a big success in Johannesburg, but he was ready to make a move. He called us in San Jose and said he was determined to come. He would bring his wife Jivana Devi Dasi and a friend of hers and join us in San Jose. We were elated. Yudhamanyu would be a big help. Our little ashram was sputtering along with very little income. We had barely enough to keep the mission going. We discovered that the same rival yoga groups that had harassed us in South Africa were also in California. They had somehow decided that they didn’t like our organization and were determined to stop the publication of Shridhar Maharaja’s books, by force if necessary. We knew that Yudhamanyu would help us with organization and fundraising. He had already negotiated with dangerous people in South Africa. He would be a great asset. We waited eagerly for his arrival.
Madhumati DD remembers, “He came with Jivana and Prabula in a white flatbed truck from Seattle late one night. I believe within a week they were all out collecting.I remember money was pretty tight and they really helped. Maybe even saved the temple from going under. Kshamabuddhi, Brahma Prabhu and Bhakta Priya were already there. Jivana and I cooked several times a week and made milk sweets. Yuddhamyu was fired up .He had long, loud discussions with Goswami Maharaj. It was a shock to hear that he left, I know that he had high blood pressure and had just flown from America to China just 2 days before. It is a boon for him to go on--but a loss here on this plane. His sense and mood of dedication is a rare thing in this world. They went out a lot collecting so your early memories are not faulty they weren’t there a lot and they would eat sleep and get up early and go collecting. I consider because of Goswami, you and the people collecting Srila Guru Maharaja's books were published and brought to the Western world, how to calculate that service? It is not possible. He was a blessed man.”
Yudhamanyu was one of the disciples of Śrila Prabhupāda who whole-heartedly accepted Śrīdhara Mahārāja as soon as he came into contact with his teachings. Śrīdhara Mahārāja’s mission was, at that time, quite humble. Yudhamanyu dedicated himself to organizing different enterprises that would help support that mission. Whatever was wanting, Yudhamanyu found a way to provide.
The name “Yudhamanyu” was given him by Śrīla Prabhupāda. It is found in the first chapter of Bhagavad-Gita which enumerates the names of the great warriors at the Battle of Kurukśetra: yudhamanyus ca vikranta... “The Mighty Yudhamanyu...”
We used to joke with him and call him “The Mighty Yudhamanyu,” until one day Śrīdhara Mahārāja took it upon himself to give him a special title, following in the footsteps of Bhaktisiddhānta Saraswati who often gave titles to his most intimate followers. Śrīdhara Mahārāja called him Vikram-Seva: “Mighty Servant,” or “One who gives powerful service.” In the years following this, Yudhamanyu proved true to his name, doing service not only in India and the United States, but later in Thailand and China, where he helped found the mission there.
He was a tireless supporter of the mission who gave everything, spent everything, and put all his energy into the service of Shridhar Maharaja, Govinda Maharaja, and the Chaitanya Saraswat Math.
Yudhamanyu Seva Vikrama was also a great teacher. He was not proud. He had little attitude as a “big devotee.” He had a great sense of humor. I had been a devotee for many years, doing my best to practice, when I realized that I had very few true friends among the devotees. We would work side to side and believed in the same things, but frankly I had very few true heart to heart connections with other followers. Yudhamanyu was different. I knew I could trust him with my life. I can’t tell all the stories of the old times; it would be needless nostalgia few people would understand. But he was a great teacher in that he taught by example.
Great masters are not always great teachers. Often their dominance intimidates. A student sees the mastery of a great violin virtuoso and puts down the instrument never to play again. Virtuosity can be soul-crushing. A good teacher can empower the student. He demonstrates facility and makes the student feel, “If he can do it, I can do it.” Yudhamanyu’s easy-going style made many neophytes feel, “I can do it.” He helped many begin their journey on the road to surrender.
All those in the Caitanya Saraswat Math, from acharyas, to gurus, to swamis, to just regular folks owe Yudhamanyu a debt. Without his mighty service temples would not have been built, books would have gone unprinted and unpublished, sannyasis would not have had the means to travel and preach. He was a great and unsung hero.
And yes, he was a saint.
Neophytes pore over books trying to find the qualities of a saint written there. We compare and contrast real life candidates for saint-hood and find them riddled with faults. Saraswati Thakur himself said, “I am honeycombed with faults.” It’s easy to find faults with monks and martyrs and those who would pass for saints. But it was Christ who said “Ye will know them by their fruits,” when asked who the saints were. I believe saints exist. They walk among us, often unrecognized. Shri Chaitanya Himself was warned by the orthodox not to speak with Ramananda Roy, a simple dance teacher. After all, he often touched the women who danced in his class, to adjust their posture. How could such a man know anything about the divine? Hari Das Thakura was apparently a muslim. The acolytes of the Jagannatha temple would not let him pass. He was, after all, not a Hindu. Real saints often do not seem so.
It does us good to know that apart from the Vaishnava virtuosos ordinary men who know how to live and laugh may also be saints. It gives us heart to know that monks and mystics may walk among us disguised as ordinary men. Now that Yudhamanyu, Seva Vikrama, no longer walks with us we may think that he is continuing his work as an advance man.
Yudhamanyu knew how to set up a mission and do all the advance work ahead of the “big preachers.” In China he was the tip of the spear. Now he has moved on.
But in moving on, I’d like to think that he is continuing his advance work, setting up all that is necessary so that we can join him in the greater kirtan.
I have faith that the divine sound of the holy name will deliver us. Today is the divine appearance day of Shri Chaitanya Mahaprabhu who appeared as the Golden Volcano of Divine Love, the golden avatar to ensure that we all participate in the dance of kirtan. The dance of Sri Krishna in Vrindavan is confidential. But everyone is invited to participate in the kirtan of the holy name, Hare Krishna.
Yudhamanyu Prabhu dedicated his life to promulgated the kirtan of the holy name and invited all to participate. Now that his ashes have been committed to the heart of the Ganges river by the Gauranga Setu bridge near the aparadha-bhanjan by the Chaitanya Saraswat Matha of Bhakti Rakshaka Shridhar Dev Goswami, I am sure that his immortal soul is dancing in the eternal kirtan. He has gone to prepare us a place in the kirtan, assuring that there are mridanga and kartals for everyone and fresh banana leaves for the feast. He is dancing with Shruta Shrava Prabhu, Vaishnava Maharaja, Chidananda Prabhu, Siddhanti Maharaja, and with our superior gurus and the great Vaishnavas among whom we may someday see again Govinda Maharaja, Shridhar Maharaja, and Śrila Prabhupada.
pujala ragapath gaurava bange matala harijana kirtana range.

Tuesday, March 7, 2017

Hegemonia de la Ciencia


Hegemonía de la Ciencia


Comte: El filósofo del Confort


Auguste Comte


Auguste Comte
El filósofo de la comodidad burguesa fue el francés Auguste Comte. Su fórmula famosa de significado era  “science d’où prévoyance; prévoyance, d’où action.” La razón para saber es ser capaces de predecir, y la razón de predecir es hacer posible la acción”. Tal como lo pone Ortega y Gasset, “El resultado es la acción- la acción ventajosa, por supuesto- se convierte en la cosa que define la verdad del conocimiento”.
Epistemología de la explotación


Valor creado por Labor


La epistemología de la explotación se explica aquí claramente, criticada por un filósofo prominente del Siglo XX. Como lo declarara el gran físico Boltzmann, “No hay razonamientos correctos excepto aquellos que tienen resultados prácticos.” No existe sabiduría que no nos permita explotar o que no promueva la causa de la explotación. La verdad, entonces está al servicio de lo utilitario. La filosofía que se cocinaba sin estos ingredientes fue llamada pragmatismo en el Siglo XX. La idea de que no hay otra verdad que el éxito en tratar con las cosas, hacer objetos, consumir cosas, disfrutar y explotar cosas, El conocimiento técnico que hace avanzar nuestra explotación es ciencia y este es el único conocimiento. Cualquier otra cosa que se conduce con el nombre de conocimiento está realmente fuera del reino de la investigación útil, por ello es inútil por definición.
El Virus de la Explotación
Se trata de una epistemología audaz, pero es una que, como un virus se ha extendido por todo el sistema orgánico de la sabiduría y la filosofía, debilitándolas. ¿Cómo alguien contaminado con esa visión materialista puede hablar seriamente de sabiduría, de la vida, o del “significado de la vida” Y sin embargo el imperial triunfo de los físicos le debe su triunfo a esta epistemología. Mientras que la ciencia intenta ser un valor neutral, el foco en la “utilidad práctica” ha dejado resultados terribles.
La Nube del Hongo de lo Útil
Desde que Ortega y Gasset escribiera su crítica a principios del último siglo, la “utilidad práctica” de la ciencia se ha propagado.
El paradigma “práctico” de la ciencia nos ha dado muchos avances. Los soldados en Verdun, Francia, en 1916 descubrieron la eficacia de la guerra moderna. Gracias a los avances del paradigma “práctico” de la ciencia moderna, los jóvenes, apenas egresados de la escuela, aprendieron a ametrallar a cientos de miles de jóvenes en una tarde en los campos destruidos por las bombas de Ypres y Verdún. https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Verd%C3%BAn
Soldados Caidos de Verdun
Cartuchos de Verdun, France 1916

Para Hitler, el gas Zyklon B era una solución útil y práctica para los judíos, en Auschwitz y Buchenwald, Bergen y Belsen. Los indeseables que no encajaban en el modelo científico de calidad genética definida por la eugenesia nazi fueron gaseados y la grasa de sus cuerpos convertida en jabón a través de un método científico. https://www.ushmm.org/wlc/en/article.php?ModuleId=10005189
Gracias a la brillantez de los científicos del Proyecto Manhattan, Estados Unidos encontró una “solución práctica” para los japoneses en el bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki (Ven el excelente artículo de John Hersey en el New Yorker. 



http://www.novelas.rodriguezalvarez.com/pdfs/Hersey,%20John%20''Hiroshima''-Fr-En-Sp-Sp.pdf
La ciencia del bombardeo incendiario fue desarrollado por los Aliados en el bombardeo de fuego al pueblo donde se fabrica la porcelana, el encantador Dresde, Alemania.


Dresden, Alemania
Arma Nuclear, "El Chico Gordo" listo por Nagasaki Japan,



Nagasaki, Japon

La ciencia de derretir seres humanos sería perfeccionada por el General Curtis Ke May https://es.wikipedia.org/wiki/Curtis_LeMay en el innecesario bombardeo de fuego a Tokio, el cual ya estaba a punto de rendirse.

Civilian carnage: Firebombing of Tokyo

Permítanme señalar aquí que Hitler no era un hombre particularmente religioso. No podemos decir que su aniquilacion de los judios tenia un motivo religioso.  De hecho, Hitler desarrolló el culto por su propia personalidad como lo hizo Stalin. Su destrucción de judíos fue realizada con una justificación basada en la economía: Los Nazis saquearon cuentas bancarias judías, robaron obras de arte valiosas e incluso extrajeron el oro de la dentadura de los judíos antes de gasearlos. No había nada de cristiano acerca de la visión Nazi de la superioridad racial. Era canibalismo puro. Pero Hitler justificaba la matanza con base en las teorías de la eugenesia que fluyeron desde Comte. Eugenesia, la idea de que podemos “mejorar científicamente las cualidades innatas de una raza fue inventada por un primo de Comte, Francis Galton”. Galton tomó prestado de la teoría darwiniana de la evolución para promover la idea de que a través del matrimonio, la crianza adecuada y la “selección natural” la raza humana podía mejorarse. Su artículo de 1904 acerca del tema declara “La Eugenesia es la ciencia que trata todas las influencias que pueden incrementar las cualidades innatas de una raza: también aquellas que las desarrollan hacia su mayor ventaja. La mejora de las cualidades innatas, o la estirpe, de una población humana nada más se discutirá aquí” -http://www.elseminario.com.ar/biblioteca/Galton_Eugenesia.pdf


El intento de Hitler de “mejorar” la población humana es bien conocido, pero nada tiene que ver con religión. Las importantes atrocidades del último siglo- el ametrallamiento de cientos de miles de hombres en la Primera Guerra Mundial, el genocidio de Hitler, la hambruna forzosa sobre los Kulaks, el bombardeo americano sobre civiles en Hiroshima y Nagasaki, Tokio y Dresde- no tuvo nada que ver con religión. La “Revolución Cultural” de Mao Ze Dong en China no tuvo nada que ver con religión. Los campos de la muerte de Pol Pot en Camboya fueron obra de un loco dictador comunista- nada que ver con religión. Estas masacres tuvieron motivaciones políticas al igual que los actos terroristas que nos perturban tanto hoy en día.
El filósofo Auguste Comte no era un hombre religioso, pero quería crear una “Religión para la Humanidad.”  http://www.sedin.org/propesp/Weikart-deshumanizacion-ES.html Pero el ateísmo humanista basado en los avances de la ciencia no es tan inocente como aparenta.


Dead from Gas Cloud, Bhopal, India


Gas Cloud from Union Carbide Factory, Bhopal India


Podría continuar mencionando, las atrocidades de la ciencia, pero me cansa.  La planta de plaguicidas en Bhopal, las crisis nucleares de Chernóbil en Rusia y de Fukushima en Japón, el calentamiento global, el cambio climático, la contaminación del aire, la destrucción de hábitats, la extinción de plantas, aves y animales, estos son los subproductos de nuestra inclinación por la utilidad práctica.
Al excluir las consideraciones éticas de la ciencia, hemos logrado descubrir cómo hacer armas con el ántrax y con el virus de la viruela, cómo reducir el hielo de las capas polares. El exceso, el desastre y las masacres creadas por el paradigma de la explotación es legión.

Atrocidades de la Ciencia
Sabemos cómo derretir con Napalm a niños vietnamitas y cómo registrar, las huellas, y crear base de datos de cada musulmán en el planeta. Los científicos nazis que obraron en Auschwitz aprendieron cuántas horas toma antes que un ser humano sea congelado hasta la muerte, y exactamente cuántas calorías son necesarias para mantener vivo a un humano a trabajos forzados hasta que muera de inanición. (Ver: http://all-that-is-interesting.com/evil-science-experiments  http://constantinereport.com/searching-for-lost-victims-of-nazi-human-experiments/  )
Los desastres hechos por el hombre de ciencia son legión; pasa viendo las noticias media hora y hay posibilidades de que atestigües uno. Todos estos grandes logros fueron posibles a través del paradigma epistemológico del materialismo positivo. No son anomalías o aberraciones sino la consecuencia natural del paradigma.

Karma-Accion y Reaccion



Los científicos positivistas afirman que sus fines son únicamente el “confort” y el “pragmatismo”. No tiene componenetes morales. La moralidad existe únicamente donde la vida “significa” algo, y el “significado” no es una consecuencia práctica del progreso científico. Los ateos proclaman que la “religión es la raíz de todo mal”, pero un argumento podría hacerse de que el paradigma científico de explotación kármica- la determinación de satisfacer las demandas por confort humano a expensas de toda otra consideración- es la verdadera raíz de todo mal. Si la ciencia es controlada por consideraciones morales y sí, los valores éticos religiosos—es capaz de grandes maravillas. Pero cuando la ciencia sirve a los apetitos voraces de una sociedad conducida por la lujuria de los sentidos y la avaricia, entonces no hay moral, ética, ni límites religiosos para la explotación científica, el resultado puede ser únicamente la violencia y el genocidio como hemos visto en incontables ejemplos.

La Filosofía Está Muerta?

El paradigma científico de la explotación es materialista por definición. Mientras nuestra vida intelectual está balanceada con la filosofía, la ética, moralidad y teísmo tenemos alternativas. Pero la comunidad científica ha crecido audazmente y ahora demanda nuestra total rendición. Ya no se nos permite contemplar las alternativas espirituales, ni en el trabajo, la escuela, ni en la vida pública. Cuando ateos como Dawkins, Hawkin y Sam Harris predican que Dios ha muerto y que también la Filosofía está muerta, se nos deja sin nada más que la fría explotación de la materia como un valor. Sólo el avance de la raza humana definida por su confort práctico puede considerarse “útil”. Y, tal como Comte y sus seguidores nos han adoctrinado, sólo lo “útil” es valioso. Jesucristo dijo “¿De qué le es provechoso al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?”.
A lo que los ateos contestarán: “No ha alma. No hay significado”. Pero mientras tengamos wifi barato, porno de internet, sexo, drogas y rock and roll, nuevos iphones ¿por qué habríamos de preocuparnos? “La Filosofía está muerta” dice Hawking, puesto que no avanza en la causa de la ciencia y su progreso. Lo que lo cuestiona no afecta a la ciencia física y por lo tanto no tiene uso.
El filósofo español José Ortega y Gasset examinó el vacío del pensamiento científico y se horrorizó. Escribiendo hace cien años, criticó el imperialismo de la física y su determinación de matar la filosofía:
“…la vida intelectual de Europa por casi cien años ha sufrido de lo que uno podría llamar el ‘terrorismo de los laboratorios’ Abrumados por esta superioridad, el filósofo estaba avergonzado de estar abrumado, lo cual significa que se avergonzó de no ser un físico. Como los problemas que son genuinamente filosóficos no permiten una solución de acuerdo al método de la ciencia física, el filósofo renunció al intento de atacarlos: renunció a su filosofía, reduciéndola al mínimo, poniéndola humildemente al servicio de la física. Decidió que el único tema filosófico que valía la pena perseguir era el de la meditación en los hechos de la física, esa filosofía fue meramente una teoría del conocimiento, y nada más”.
"Kant fue el primero en adoptar tal actitud en una forma radical; No se interesó directamente en los grandes problemas cósmicos, sino que con la mano imperiosa de un policía de la ciudad, detuvo todo el tráfico filosófico-veintiséis siglos de pensamiento metafísico- diciendo: "Deje todo filosofar suspendido hasta que esta pregunta sea Respondió: ¿Cómo son posibles los juicios sintéticos a priori? "Bueno, ahora," juicios sintéticos a priori "significaban para él la física, el factum de la ciencia fisio-matemática. Pero estas declaraciones del problema tal como lo vio no eran ni siquiera una teoría del conocimiento. Su punto de partida era el conocimiento de la física tal como existía, y no preguntaron: "¿Qué es el conocimiento?"
¿Está muerta la Filosofía?
En la medida en que no logra afrontar las grandes preguntas, la filosofía es, en un sentido muy real, muerta. Si Ortega y Gasset se quejó acerca de la muerte de la filosofía hace cien años, el epitafio de Stephen Hawking lleva otro clavo al ataúd. ¿Qué papel juega la filosofía en un mundo en donde el imperialismo de la física es absoluto?
Stephen Hawking y el epitafio de la Filosofía
Hablando en la conferencia de Zeitgeist de Google en Hertfordshire, el autor de ‘Una Breve Historia del Tiempo’ dijo que las preguntas fundamentales acerca de la naturaleza del universo no podían ser resueltas a través de la filosofía. “No debemos preocuparnos acerca de estas cuestiones la mayoría del tiempo# dijo “Pero casi todos debemos en ocasiones preguntar: ¿Por qué estamos aquí? ¿De dónde venimos? Tradicionalmente, esas son preguntas para la filosofía, pero la filosofía está muerta. Los filósofos no se han mantenido a la par con los avances modernos de la ciencia. Particularmente de la física”.
El Imperialismo de la Física
Este es un ejemplo tan bueno como existe en el principio de Ortega y Gasset acerca del “imperialismo de la física” La despreocupación mental de Hawking se hace evidente aquí al igual que su cojo intento de filosofía. Se refuta aquí con sus propias reflexiones filosóficas. “La Filosofía está muerta” es una discusión filosófica acerca de la naturaleza de la epistemología, como lo hemos visto en los comentarios de Ortega y Gasset.
Pero, por supuesto, Hawking no ve nada malo en apropiarse una disciplina que ha sido declarada como muerta. Por supuesto. Hawking está más interesado en el “tiempo imaginario” y otras especulaciones mentales alucinadas para reunir el rigor para hacer una proposición filosófica.
Hawking: fuera de su territorio
Lo qu quiere decir Hawking es que la metafísica no se ha mantenido al nivel de la física, pero él se halla por debajo de su profundidad. La Metafísica, antes de que Kant decidiera sacar al bebé con el agua del baño, era la rama de la filosofía que lidiaba con la “dura” pregunta de la conciencia. La metafísica de Aristóteles y de Aquinas es un marco útil con el cual se puede entender la ciencia moderna, especialmente la mecánica cuántica. Incluso Heisenberg sabía esto. Ken Wilber ha documentado la fascinación de físicos modernos como Bohr, Einstein, Schrodinger, y Hesenber con el misticismo. En la mecánica cuántica, la cosmología y la biología evolutiva, los científicos apenas y están alcanzado los más de dos mil años de entendimiento filosófico y teórico de los grandes filósofos de los Upaniṣads. ¿Práctica y útil? Los científicos como Hawking están preocupados por lo práctico y lo útil. Raramente entienden el marco filosófico de su labor técnica. Son meramente técnicos de contabilidad y pensadores de instrumentos, con muy poco entendimiento en las bases filosóficas de sus cálculos. Los técnicos ateos y casi científicos como Hawking son una imitación pobre de los grandes científicos de la iluminación y los grandes pioeneros de la física moderna- desvaneciendo a los pocos de ellos que eran ateos. Los verdaderos científicos hacen más que jugar con ecuaciones y pensar con instrumentos: tienen que tner un entendimiento significativo de la filosofía natural y su relación con su obra. Es difícil creer que los defensores actuales del ateísmo y la ciencia popular como Dawkins y Hawkins sean capaces de pasar una clase de filosofía de primer año. Pueden ser representantes carismáticos de la ciencia popular, pero apenas y están capacitados en filosofía, o incluso ser suficientemente introspectivos para pensar acerca de los problemas básicos. El imperialismo de la física, nuestro sacerdocio científico, carece de las bases filosóficas para hacer preguntas significativas. Sus preguntas están limitadas estrictamente al paradigma que domina sus campos, esos de las “verdades útiles y prácticas”. Así que una gran mente como la de Hawking cree que el Cosmos no tiene propósito. En su caso, la filosofía está muerta: carente él mismo de profundidad filosófica quiere que también esté muerta para todos los demás. Y tristemente, pocos filósofos retan al imperialismo de la ciencia y la física. Aquellos que se atreven son silenciados.
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