Help Support the Blog

Tuesday, June 21, 2016

La Incredible y Triste Historia de un Amor Prohibido Por los Dioses: Nala y Damayanti


Mahābharata
Una versión de
Michael Dolan, B.V. Mahāyogi

Romance Hindu XIX
La Incredible y Triste Historia de un Amor Prohibido Por los Dioses:
Nala y Damayanti






De Mahābhārata 3.64.9-19
11 evám bruvantaṃ rājānaṃ niśāyāṃ jīvalo 'bravīt
     Kam enam śocase nityam śrotum icchāmi bāhuka
 12 tam uvāca nalo raja mandaprajñasya kasya cit
     asid bahumatā nārī tasya dṛḍhataraṃ ca saḥ
 13 sa vai kena cid arthena tayā mando vyayujyata
     viprayuktaś ca mandātmā bhramaty asukhapīḍitaḥ
 14 dahyamānaḥ sa śokena divārātram atandritaḥ
     niśākāle smaraṃs tasyāḥ ślokam ekam sma gāyati
 15 sa vai bhraman mahim sarvam kva cid āsādya Kim cana
     vasaty anarhas tadduḥkhaṃ bhūya evānusaṃsmaran
 16 sā tu purusam tam nārī kṛcchre 'py anugatā paleta
     tyakta tenālpapuṇyena duṣkaraṃ yadi jīvati
 17 Eka bālānabhijñā ca mārgāṇām atathocitā
     kṣutpipāsāparītā ca duṣkaraṃ yadi jīvati
 18 śvāpadācarite nityam paleta mahati dāruṇe
     tyakta tenālpapuṇyena mandaprajñena Marisa
 19 dad evám naiṣadhoraja damayantīm anusmaran
     ajñātavāsam avasad rājñas niveśane tasya

11 एवं बरुवन्तं राजानं निशायां जीवलॊ बरवीत
     काम एनां शॊचसे नित्यं शरॊतुम इच्छामि बाहुक
 12 तम उवाच नलॊ राजा मन्दप्रज्ञस्य कस्य चित
     आसीद बहुमता नारी तस्या दृढतरं सः
 13 वै केन चिद अर्थेन तया मन्दॊ वययुज्यत
     विप्रयुक्तश मन्दात्मा भरमत्य असुखपीडितः
 14 दह्यमानः शॊकेन दिवारात्रम अतन्द्रितः
     निशाकाले समरंस तस्याः शलॊकम एकं सम गायति
 15 वै भरमन महीं सर्वां कव चिद आसाद्य किं चन
     वसत्य अनर्हस तद्दुःखं भूय एवानुसंस्मरन
 16 सा तु तं पुरुषं नारी कृच्छ्रे पय अनुगता वने
     तयक्ता तेनाल्पपुण्येन दुष्करं यदि जीवति
 17 एका बालानभिज्ञा मार्गाणाम अतथॊचिता
     कषुत्पिपासापरीता दुष्करं यदि जीवति
 18 शवापदाचरिते नित्यं वने महति दारुणे
     तयक्ता तेनाल्पपुण्येन मन्दप्रज्ञेन मारिष
 19 इत्य एवं नैषधॊ राजा दमयन्तीम अनुस्मरन
     अज्ञातवासम अवसद राज्ञस तस्य निवेशने


Damayanti llega al Reino de Cheri

Damayanti caminaba toda la noche y toda la mañana bajo el sol, hasta que finalmente llgó a la ciudad de las torres de enormes piedras pintada en oro. Preocupada, demacrada, cubierta de polvo, con el pelo enredado y el vestido desgarrado, Damayanti casi ni mostraba ser una reina. Los niños de la calle empezaron a seguirla por las calles y a burlarse de ella, le gritaban apodos. “¡Maniaca!” gritaban, y “¡Loca!” Los perros gruñían y mordisqueaban sus talones, ladraban.  Siguió caminando, pasó el mercado de tiendas coloridas y banderas. Los chicos del pueblo la seguían y le tiraban piedras. Y rodeada de un montón de perros y niños, se tambaleo hacia las puertas del palacio.
En ese momento, la Reina Madre regaba sus rosas en su terraza en la parte alta del techo del palacio. Cuando arrancó una hierba, escuchó ruidos abajo.
“¿Qué pasa?” Dijo a su dama de honor. “¿Es día de festival otra vez? ¿Por qué la gente hace ese alboroto?”
Y su dama de honor miró por encima de la muralla del palacio.
Damayanti se había desmayado. Los chicos se presionaban a su alrededor, deleitados con la diversión de atormentarla con insultos. Los perros se animaron más y saltaban con alegría canina.
Damayanti yacía inconsciente ante las puertas del Rey Chedi.
La Reina Madre cortó una flor marchita del rosal. Se unió a su dama de honor en la muralla de la ciudad, miró hacia abajo, hacia la plaza pública que estaba ante el palacio.
La Reina Madre vio el escándalo de los ladridos de perros y los niños sucios riendo de la loca medio vestida tirada ente las puerta. Y desde la elevada torre de la ciudad, llamó a un guardia. “¡Para ese escándalo! Despide a esa turba de inmediato. Ayuda a la señora a pararse”.
El guarida, que estaban viendo a los niños, dio un paso adelante con una mirada feroz, con la mano derecha empuñando su espada. Los chicos vieron que iba en serio y salieron corriendo alegremente, llevándose con ellos a los perros. Fue entonces hacia Damayanti.
La Reina Madre le dijo a su doncella, “Baja y tráeme a esa mujer. Tráela quiero saber quién es ella”.
“Tal vez es solo una mujer loca” dijo la doncella. “Tal vez sea peligrosa traerla aquí”.
La Reina Madre dijo. “Sí parece una loca y una maniática, pero hay algo en ella que me dice que es especial. Nunca la he visto en el pueblo. Por su vestido veo que viene de muy lejos. Y sus ojos de loto me dicen que ella ha de ser de una familia real. Aunque disfrazada como una loca medio desnuda, me parece un ángel del cielo. Por favor, baja y trémela”.
Y así la sirvienta de la Reina Madre bajó las escaleras de mármol del palacio del Rey Chedi. Y cuando llegó a la puerta principal, encontró aún inconsciente a Damayanti, a quien cuidaban los guaridas reales.
Con una poción hecha de hierbas la revivieron. Y tomándola de la mano le dijeron, “Ven con nosotros. La Reina Madre te dará una audiencia”.
Y así que subieron las escaleras del palacio hacia la torre que se elevaba por encima de la ciudad del Rey Chedi, en donde la Reina Madre tenía sus rosas en la terraza del techo.
Y cuando llegaron, le dieron a Damayanti un asiento fino digno de una princesa de sangre real. Las doncellas le trajeron bebida refrescante hecha con agua de rosas y refrescaron su frente con paños humedecidos con lavanda.
La Reina Madre dijo, “¿Quién eres mi niña? Aunque deteriorada de angustia, medio vestida en harapos, cubierta de polvo, tu belleza brilla como un rayo a través de la tormenta oscura. Tu forma es más que humana. Aunque no llevas joyas ni ornamentos, aun así, tienes un encanto casi trascendente, como si fueras la prometida de un dios. ¿Eres una diosa caída a la tierra con algún propósito para el rey? ¿O una apsara que ha venido a bendecir al pueblo y liberarnos de alguna oscura maldición?
Y Damayanti contó su historia: cómo nació como hija del Rey Bhima en el reino de Vidarbha en donde Sita tuvo su corte: como los dioses la quisieron como prometida; cómo eligió a Nala, y del infortunio en que cayó cuando Nala apostó su reino. Le dijo de cómo Nala la abandonó en el bosque tras tomar la mitad de su vestimenta, cómo vagó a través del bosque y de cuando se encontró con los hombres sabios, y de cómo los elefantes enloquecidos destrozaron la caravana.

A continuación......Maldecida por los dioses por su belleza.

No comments:

Post a Comment

Note: Only a member of this blog may post a comment.