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Tuesday, August 11, 2015

La Esencia del Yoga


La Esencia del Yoga

नारायणं नमस्कृत्य नरं चैव नरोत्तमम्

 देवीं सरस्वतीं चैव ततो जयम् उदीरयेत्



महाभारत
Mahābhārata
Una versión de
Michael Dolan, B.V. Mahāyogi
Bhagavad-gita
Resumen
Primera parte:
¿Qué es Yoga?
La Esencia del Bhagavad-Gita
El Bhagavad-Gita forma un pequeño capítulo en el Bhiṣma parva del Mahābharata, una epopeya en Sánscrito de 100 mil versos que describe la guerra de Kurukṣetra entre los hijos de Paṇḍu y los hijos de Dhritarasthra. Esta batalla se supone que se llevó a cabo hace aproximadamente 5 mil años en el sitio sagrado conocido como Kurukṣetra en donde 6 millones de guerreros se reunieron. Al cabalgar hacia la batalla, Arjuna, el rey guerrero, se llena de dudas y le pide a su amigo, Kṛṣṇa, el mismísimo Dios, un avatar de la divinidad, que le instruya acerca de su deber correcto de acuerdo con el Dharma.
El Bhagavad-Gita comprende unos setecientos versos en Sánscrito y se ocupa en cuestiones acerca del yoga, dharma, karma, meditación, deber, la naturaleza del universo, el alma, Dios y las leyes universales del tiempo y el espacio.
De la diversidad de comentarios acerca del Bhagavad-Gita, destacan como más importantes los de Sridhar Swāmi, (el primer comentarista) Shankar (Siglo V D.C) Madhava (Siglo X) Ramanuja, (Siglo XI), así como los de Baladeva Vidyabhushana (después de Madhava) y de Vishavanatha Chakravati Thakura. Aparte de estos, los comentarios de Bhaktivinoda Thakura, (Siglo XIX) y Bhaktisiddhanta Saraswati Thakura (Siglo XX) son los más esclarecedores.
La traducción más popular del Bhagavad-Gita que ha habido fue la de A.C. Bhaktivedanta Swāmi Prabhupada, MacMillan 1967 de la cual se vendieron millones de copias.
Hay por supuesto cientos de traducciones y comentarios del Bhagavad-Gita, pero las traducciones y comentarios arriba mencionaos siguen la escuela tradicional de interpretación del Bhagavad-Gita que se popularizó por millones de Hindúes durante los últimos 2 mil años.
Contenido del Bhagavad-Gita:
El comentario del Gita-bhashaya  de Ramanuja se basa en el Gita-samgraha de su maestro Yamunacharya, quien resume el Gita de la siguiente manera:
“La doctrina expresada por el Bhagavad-Gita acerca de que Narayan es el Brahmán Supremo, solo puede lograrse por medio de bhakti el cual es atraído a través de la observancia del dharma, la adquisición de conocimientos y la renuncia a la pasión.”
De acuerdo con la versión de Yamuna, los primeros seis capítulos del Bhagavad-Gita nos instruyen a alcanzar una posición bien fundada en la comprensión del karma o acción y el jnana, o conocimiento, en donde la acción ha de ser dedicada con conocimiento en el yoga para lograr armonizar la relación entre el alma y la Super Alma.
El primer capítulo del Gita es un largo material introductorio. Mientras los ejércitos opuestos están listos para la batalla, Arjuna es sobrecogido, y expresa su incapacidad para llevar a cabo su deber de guerrero.
En el segundo capítulo del Gita, Arjuna acepta a Kṛṣṇa como su guru o maestro y le pide consejo en los momentos de duda. Aquí empiezan las verdaderas enseñanzas del Bhagavad-Gita. Las enseñanzas de Kṛṣṇa son para beneficio de Arjuna, quien vencido por el afecto, la compasión y la ansiedad acerca del dharma y el adharma, toma refugio en Dios.
En el segundo capítulo del Bhagavad-Gita, Kṛṣṇa explica la naturaleza del alma o atma. Este análisis del alma o atma es llamado “sankhya” el cual significa “fragmentándolo.” Kṛṣṇa analiza la naturaleza del alma en relación al mundo de tiempo y espacio. Kṛṣṇa explica que un análisis “sankhya” ayuda al entendimiento de nuestra verdadera posición. A través de este análisis Kṛṣṇa hace constante referencia a la palabra “yoga.” Yoga tiene muchos significados. “Ayuntar” es una forma popular de entender la palabra Yoga.
Es importante entender esta palabra, yoga. La idea de unir en un yunque dos cosas es un punto de partida útil. El yugo se utilizó por primera vez en la agricultura en el continente Asiático. India tiene el crédito de haber inventado el sistema de tener bajo control a dos toros juntos con el propósito de tirar del arado. Es un lugar común el de considerar el yoga como una senda para armonizar  con lo divino. ¿Qué tiene todo esto que ver con el tirar de un arado? La palabra yoga puede ser vista en referencia a cualquier método en el cual se conduce a elementos opuestos hacia la armonía. Dos toros tienden a ir en direcciones distintas; El yugo crea una yunta de bueyes esencial para la agricultura.
Nuestro mundo está lleno de dicotomías; la diferenciación entre lo positivo y lo negativo, la dualidad del yin y del yan, masculino y femenino, tiempo y espacio, el mundo cuántico relativo, los aspectos espirituales y materiales de nuestra existencia.
El Yoga se esmera en el equilibrio, la armonía. Cuando Kṛṣṇa habla del karma yoga, no se está refiriendo a una forma particular de prácticas o técnicas destinadas a obtener un resultado. De hecho lo que él está describiendo es la necesidad de llevar la propia acción hacia un equilibrio, hacia la armonía con la propia naturaleza espiritual.
En Occidente estamos acostumbrados a pensar del yoga como una especie de técnica de estiramiento. La gente practica yoga para llevar sus cuerpos hacia la armonía para que puedan lidiar con la ansiedad de la vida material. Pero la idea del “yoga” tiene un propósito más profundo. Podemos pensar en la palabra yoga en términos de “armonizante”  de dos elementos dispares. Tal como un director armoniza una variedad de instrumentos musicales hacia una unidad sintética, la orquesta,  así es que balanceamos los diversos conflictos de la vida en armonía a través de diferentes formas de “yoga.”
Uno pudiera pensar en escuelas diferentes de yoga en términos de la dialéctica Hegeliana: tesis, antítesis, síntesis, En donde quiera que dos ideas se equilibran, producen en una idea nueva una síntesis más elevada. El puro Karma es nocivo; cuando se equilibra con el yoga se convierte en sacrificio. El solo conocimiento es tóxico y nos lleva a dudar de uno mismo. Pero, con el equilibrio del yoga, el conocimiento o jnana como es llamado en Sánscrito, nos conduce hacia la iluminación.
El mensaje esencial de Kṛṣṇa en el Bhagavad-Gita es simple: Cuando la acción y el conocimiento están en equilibrio perfecto, nos conducen a una síntesis más elevada de dedicación y amor divino.
El balance adecuado de entendimiento y acción, amor y sacrificio es el sujeto a discusión en el Bhagavad-Gita. Kṛṣṇa y Arjuna dialogan acerca de las distintas prácticas, formas de meditación, y de la visión de la vida que nos lleva hacia una vida en equilibrio y armonía. Kṛṣṇa concluye que el equilibrio más elevado se halla en la dedicación. Esta dedicación hacia los principios divinos es llamada bhakt y es considerada como un yoga superior a la mera acción y al mero conocimiento.
En el segundo capítulo del Bhagavad-Gita, Kṛṣṇa empieza explicando que el alma o atma es terna y sobrevive a la muerte del cuerpo. De hecho, se mueve de un cuerpo hacia el siguiente cuerpo, evolucionando la conciencia de una vida hacia la siguiente.
Este mundo temporal no tiene una realidad eterna. Y puesto que es una ilusión, el hombre sabio es aquel que distingue entre la realidad eterna y la temporal. Al igual se viste de nuevos ropajes, dejando de lado  los viejos y usados, así cambia el cuerpo de una vida hacia la otra.
Kṛṣṇa por ello aconseja a Arjuna que lleve a cabo su deber y a que siga la senda de karma-yoga, puesto que si rehúye a su deber habrá un mal karma. El deber ha de ser hecho sin consideración de obtener una recompensa. Si el trabajo está tan dedicado hacia la divinidad, se purificará; no habrá falta alguna en tal acción. Aquí Karma-yoga tiene la connotación de “obra de sacrificio,” o trabajo en armonía con los propósitos más elevados.
Arjuna es un guerrero y por ello ha de pelear. El armonizar la acción y el deber podrá traer la perfección trascendental llamada samadhi, o “balance perfecto.” Kṛṣṇa continúa la descripción de la perfección trascendental para aquél cuya mente esta fija en la meditación. Arjuna se confunde: le pregunta a Kṛṣṇa, “¿Qué es mejor: Acción o meditación?” La acción es llamada karma. La meditación aquí es jnana. La palabra jnana puede también significar conocimiento. Arjuna se preocupa acerca de si es mejor seguir la senda de la acción o karma yoga, o el seguir la senda del conocimiento y la sabiduría el cual incluye la meditación, jnana-yoga. Kṛṣṇa le explica más adelante lo que significa la perfección del deber o, karma-yoga.
Así empieza el tercer capítulo. Kṛṣṇa dice que la acción es inevitable. Nadie puede evadir el trabajo. El trabajo sin sacrificio es pecado, es decir la acción pecaminosa deviene en el karma. El trabajo sin sacrificio es egoísta. El trabajo egoísta tiene una reacción kármica, pero el trabajo sin egoísmo o el trabajo dedicado a un propósito más elevado lo libera a uno del karma. El trabajo dedicado a Dios es purificado por el sacrificio. Este es el mensaje esencial de los Vedas.
Y así, en el tercer capítulo del Bhagavad-Gita, Kṛṣṇa explica la necesidad del sacrificio en concordancia con los Vedas. El sacrificio también traerá algún beneficio, pero uno no ha de estar apegado a los beneficios del sacrificio tal como uno no ha de ser seducido por el lenguaje florido de los Vedas. La acción en sacrificio es mejor a la acción mundana o materialismo. Uno que puede liberarse del ego y dedicar la acción hacia un poder superior avanzará hacia un plano elevado.
El materialismo es condenado. Kṛṣṇa explica la psicología del apego y mantiene que los sentidos y la mente han de ser controlados a través de la inteligencia. Una vez que la inteligencia se convence acerca de la necesidad del sacrificio, la mente y los sentidos pueden ser controlados. Si el trabajo ha de ser hecho, ha de hacerse en espíritu de sacrificio o con un propósito elevado y no por egoísmo.
Al final del tercer capítulo, Arjuna continúa sin entender qué ha de hacer. En realidad no ha captado la esencia de las enseñanzas de Kṛṣṇa. ¿Está defendiendo la meditación? ¿O recomienda el deber? ¿Y cuál es la autoridad de Kṛṣṇa? ¿Cómo puede decir que un yoga es superior a otro?
El cuarto capítulo del Bhagavad-Gita inicia cuando Arjuna quiere llegar hasta el origen del consejo de Kṛṣṇa. Este capítulo empieza con una consideración epistemológica. ¿Cómo se transmite el conocimiento verdadero?
Kṛṣṇa explica que el conocimiento trascendental ha de recibirse de un alma realizada quien a su vez ha recibido esta luz trascendental de un alma elevada, realizada.
El análisis nos llevará hasta aquí únicamente. El verdadero progreso se hará cuando entremos en contacto con un maestro capacitado. La auto realización es una experiencia no verbal que se transmitirá desde el maestro hacia el discípulo a través del sonido divino, o mantra, pero sólo puede alcanzarse verdaderamente a través de la práctica. (Sadhana)
Kṛṣṇa reivindica Su propia divinidad ante Arjuna. Le asegura que su consejo es sonido. Explica que los avatares de Dios descienden siempre que hay una declinación en los principios religiosos llamados Dharma.
Ya que la guerra es un ejemplo del declive del dharma en el mundo, Kṛṣṇa ha aparecido a componer las cosas. Explica que quienes entienden este conocimiento acerca de la divinidad incluyendo el principio de los avatares no necesita regresar al círculo del nacimiento y la muerte repetidos (Samsara).
Kṛṣṇa explica que quienes dedican sus vidas a la divinidad no necesitan temer futuros nacimientos y muertes. Cuando el karma yoga se lleva a cabo como un acto de dedicación hacia el supremo, no hay necesidad de temer el renacimiento. Pero, estas actividades han de estar libres de apego y de las diferentes influencias de la naturaleza material, sattva, raja y tamas.
Tal como la luz se refleja a través de un prisma se rompe en colores distintos. Nuestra experiencia como almas condicionadas en este mundo material es coloreada con estas tres influencias. Sattva es la influencia de la veracidad, Raja, la pasión y la creación, Tamas, la supervivencia. Nuestra psicología está teñida de estos matices, y en función de la concentración de sattva, rajas, o tamas, nuestro carácter será moldeado. Así como el agua pura es escasa, sattva puro, bondad pura, es difícil de encontrar.
Este es un análisis mucho más sutil que el universo Maniqueista del bien y el mal, en donde Dios y el Demonio están en guerra. La versión del bien y del mal que se halla en el Bhagavad-Gita, no es una cuestión de pecado y pureza, oscuridad y luz. Tiene más que ver con la teoría del color que con el negro y blanco. El mundo negro y blanco de bien y mal es, de hecho, un concepto extraño en el propio Mahābharata. La idea de que sólo tenemos una vida para vivir y que esta ha de vivirse en pecado o pureza no es una versión que Kṛṣṇa le diera a Arjuna.
El alma pasa de un cuerpo al siguiente cuerpo en una cadena interminable de nacimiento y muerte, cadena que sólo se rompe con la realización espiritual. Las influencias kármicas que nos arrastran hacia abajo y nos levantan no son creaciones del diablo o de ningún ser maligno sobrenatural. Nuestra incapacidad de liberarnos del nacimiento y la muerte es el resultado de nuestros propios apegos hacia el mundo. Estos apegos no son cuestión de pecado y pureza. Nuestras vidas no son blancas y negras casos de cielo o infierno, sino permutaciones más sutiles de nuestro propio desenvolvimiento egoísta en el mundo de la explotación.
Y el mundo de la explotación es un producto de nuestra propia percepción del ego, una sinfonía de colores e influencias que nos cautivan nacimiento tras nacimiento. La locura es una cuestión de repetición de la misma acción una y otra vez, en espera de un resultado distinto. Igual que el burro, engañado por la zanahoria en un palo, marchamos una y otra vez en el mundo ilusorio de nuestra propia percepción en la ignorancia, la pasión y la bondad. Aquí de nuevo encontramos la dialéctica Hegeliana: el universo Védico no es un mundo de blanco y negro, sino uno de gradaciones y matices. Las modalidades de la naturaleza material no son demonios negros que nos seducen hacia las acciones erróneas en oposición a los ángeles blancos quienes nos llevan hacia la salvación, las gunas o modalidades son productos de nuestra propia determinación a explotar. A continuar nuestro viaje kármico.
Por lo tanto, ni negro ni blanco, sino un mundo de influencias coloridas, modalidades, gunas. Tres colores producen la gran cantidad de matices que perciben nuestros ojos. Del mismo modo el intercambio de influencias colorea nuestro mundo. ¿Es una acción buena o mala? Es difícil de decir. En cada acto hay un toque de bondad, una sombra de oscuridad, un tono de compasión. Aún la modalidad de la bondad raramente está exenta de impurezas, igual que una pequeña gota de tinta puede volver negro un vaso de leche.
El dilema de Arjuna es el de decidir el curso de la acción: buena o mala, correcta o equivocada, acción o inacción. Kṛṣṇa le dice que incluso los grandes sabios y los santos se desconciertan al tratar de entender la diferencia.
Y así, la necesidad de guía divina, un maestro, un guro, alguien que conozca la senda, alguien que ha sido iluminado o que al menos conoce a alguien que ha visto la luz. Porque el apego nace de las influencias de la naturaleza material, uno ha de tratar de desapegarse, liberarse de las influencias de la naturaleza material. Una buena manera de liberarse del apego es a través del sacrificio.
Aquí, en el cuarto capítulo del Bhagavad-Gita, Kṛṣṇa da una explicación más elaborada de lo que quiere decir con sacrificio. Y su concepto de sacrificio no se limita únicamente al plano físico: el sacrificio puede tener una dimensión sicológica. Uno puede no solamente sacrificar la propia acción (karma), uno también puede alcanzar el sacrificio a través de la meditación y la concentración en lo divino (jnana-yoga) o incluso a través de los ocho brazos del yoga publicados, siguiendo el sistema de asana, las posturas del yoga, yama, el auto control a través de aceptar las prácticas positivas, niyama el auto-control de evitar las prácticas negativas, pranayama, control de la respiración, pratyahata, la renunciación, dharana, la rendición, dhyana, la meditación y samadhi, el propio equilibrio perfecto. Y sobre todas ellas, es importante buscar la verdad y aproximarse a un maestro capacitado o a un guru. Un maestro que pueda sacarnos de las tinieblas. Un verdadero guru es quien puede impartir la verdad con base en su propia realización, y en concordancia con lo que ha sido otorgado en las Escrituras por los santos realizados al igual que por los avatares previos.
Seguimiento ciego e indagación absurda están ambos condenados. Uno ha de aproximarse al guru con una actitud genuina y sumisa de servicio y hacer una indagación auténtica hacia el propósito de la vida. A través de tal conocimiento uno no sólo puede entender la naturaleza esencial de todas las entidades vivientes sino también su relación con el absoluto.
Kṛṣṇa dice que este conocimiento trascendental es el fruto maduro de todo el misticismo. Ahora que Arjuna entiende claramente la naturaleza del trabajo, el karma o la acción, la importancia del conocimiento en desapego, y el trabajo y sacrificio, el llegará a la conclusión apropiada.
Armado con conocimiento trascendental acerca de la conducta apropiada y el sacrificio llegó para Arjuna el momento de actuar. Debía pelear, tanto como por deber como por sacrificio. Habría de pelear como un acto de dedicación, libre de apegos. Los apegos hacia su familia y sociedad son mundanos. Su compasión está fuera de lugar. Libre de las influencias del ego y del deber de la religión materialista Arjuna debe combatir.
Así termina el cuarto capítulo del Bhagavad-Gita.
Y sin embargo, Arjuna no está satisfecho. No entiende la diferencia entre karma, meditación y yoga. Si la auto-realización es tan importante, entonces ¿por qué ha de pelear en lo absoluto? ¿No sería mejor para él renunciar a todo e ir hacia el bosque como un yogi? ¿Qué tiene que ver la violencia con la auto-realización? ¿Por qué Kṛṣṇa habla de meditación y yoga y renuncia al mundo si él se supone que ha de actuar y crear la peor clase de karma al matar a sus amigos y parientes en una sangrienta guerra? ¿Cómo puede ser éste el mejor de todos los deberes?


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