Mahābharata
Una versión de
Michael Dolan, B.V. Mahāyogi
Romance Hindu XI
La Incredible y Triste Historia de un Amor Prohibido Por los Dioses:
Nala y Damayanti
El Cazador y Damayanti
“Oh dama del bosque de ojos verdes,” dijo.
“Oh adorable creatura cuyos miembros son ágiles como los de una gacela, ¿quién
eres? ¿Por qué estás aquí en este bosque oscuro?
Casi inconsciente de miedo, los ojos de
Damayanti quedaron en blanco. ¿Quién era este hombre? Pero, mientras la alababa
con dulces palabras, empezó a abrazarla estrechamente. Al verla medio vestida
con su traje de seda que poco dejaba a la imaginación y al notar sus pechos
rebosantes y sus caderas redondeadas, sus brazos delicados y sus piernas
perfectas, empezó a llenarse de lujuria.
Al ver su rostro como el de la luna, sus
ojos como los lotos con pestañas rizadas, enloqueció de deseo.
Al recuperar la consciencia, la casta
Damayanti estaba sorprendida. Se sacudió la cabeza del cazador, lo empujó,
indignada. “¡Cómo te atreves a tocar a la reina de Nishadhas?” Dijo. “Nala te
matará”.
El cazador enamorado rió. “¿Quién es ese
Nala? Estamos solos en este bosque. Tal vez es nuestro karma el estar juntos,”
dijo, tocando su cuchillo. Sonrió y la tomó del brazo. “Lo que no se da
libremente por amor,” dijo, “se puede tomar por la fuerza”. Con el cuchillo en
la mano, sus intenciones eran claras.
El cazador la miró de reojo y la atrajo más
hacia sí. Pero Damayanti, casta y fiel a su señor, lo maldijo diciendo, “Si he
sido una esposa fiel a Nala, si he sido pura y constante, que esta bestia caiga
muerta en el suelo”. Y maldecido por la hermosa Damayanti, el lujurioso cazador
cayó herido de muerte al suelo al instante siguiente de pronunciada la
maldición, tal como cae un árbol golpeado por un rayo.
Y tras matar al malvado cazador, la hermosa
Reina de ojos de loto, Damayanti empezó a vagar sola a través del bosque
aterrador. A su alrededor escuchaba a las cigarras mientras entraba en lo
profundo del bosque. Caminó suavemente más allá de la guarida de los tigres,
los ciervos, los búfalos y osos. Pájaros de diversos colores revoloteaban en
los árboles. El bosque no estaba desierto pues ahí vivían muchos caníbales y
tribus de hombres carnívoros. Caminó más allá de las guaridas de los
devoradores de hombres y ladrones, en donde habitaban los hombres salvajes y
los ladrones.
Muchos árboles poblaban el bosque desde el
bambú hasta el Ashvatthan , el Jambu y el Mango y el Árbol del Pan, Tamarindos
e Higueras y palmas y plantas de dátiles. Había árboles de Sal, bambús y
oscuros ébanos, árboles Arjuna y Nim.
Caminó a través del bosque de Manzanas
rosas y Mangos, árboles de Lodh y los campos de caña de azúcar. Había flores en
el camino: Lotos y Kadambas y Jazmines. Árboles enormes y tupidos de hojas le
dieron sombra y refugio y árboles frutales como la azufaifa y la higuera le
dieron sus frutos.
Las enredadas Higueras custodiaron su
camino mientras cruzaba arroyos y ríos hasta que alcanzó un bosquecillo de
palma en donde había palmeras de cocos, árboles de harita y muchos más.
Frescos riachuelos y arroyos corrían a
través del bosque y había también diversidad de arboledas. Y así,
Damayanti vagó de arboleda en arboleda,
perdida en el bosque, buscando a su esposo Nala quien estaba poseído por el
demonio Kali.
Cruzó enramadas sombrías y cañadas verdes,
lagos y lagunas, estanques cristalinos y ríos caudalosos, aves y bestias de
toda forma y especie; vio serpientes, elfos, duendes, enanos y yakshas. Buscó
en muchos sitios a través del bosque. Pero en ninguno halló a su Nala. Y así
entró en duelo y se consumió de angustia, cada una de sus extremidades temblaba
de dolor.
Hacía mucho había olvidado el camino hacia Vidarbha
y famélica de hambre y sufrimiento por la separación de Nala empezó a
lamentarse.
“Oh rey de los Nishadhas, oh tú el de pecho
amplio y brazos poderosos, ¿a dónde te has ido y porque me has dejado en este
bosque? Oh señor mío ¿moriré sola en este bosque, devorada por animales? ¿Por
qué me has abandonado?”
Y así Damayanti se dirigió hacia el norte
hasta que, tras muchos días, llegó a un bosquecillo en donde sabios santos
habían construido un ashram.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.