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Thursday, February 18, 2016

El Fin de Mundo...

El fin del Mundo Tal Cual lo Conocemos.
El Declive de la Civilización

PARTE UNO
LA EDAD VÉDICA
Barbarismo vs. Civilización


De acuerdo con la sabiduría aceptada, hemos avanzado desde el surgimiento del hombre. La historia nos dice que había una vez seres humanos que vivían en la oscuridad.
Imaginemos que no hay civilización. La ira, el enojo, y el miedo conducen al mundo. La gente vive como animales en medio de estallidos de violencia y barbarie.
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La sociedad humana es irreconocible. Hay una pequeña deferencia entre los hombres y las bestias. El miedo conduce al mundo en donde el poder es ley y sólo el fuerte sobrevive. Religiones extrañas se siguen en las cuevas oscuras, donde el fuego es misterio. La sociedad primitiva que gobierna con la fuerza del puño.
Por supuesto, esta clase de mundo, ha quedado atrás hoy en día. Vivimos en un mundo moderno con una civilización que nos ha dado todo desde anticonceptivos hasta el internet. Los adolecentes no pueden vivir sin su smart pone en las manos que controla desde la televisión en la sala de estar hasta el GPS de su coche.
Electricidad barata y transporte nutrido de petróleo para China para embarcar mercancías fabricadas en todo el mundo. Me sorprendí el otro día cuando compré una virgen de Guadalupe en México de plástico que tenía el sello de “Made in China.” Cuando viví en México, solía viajar a la ciudad fronteriza de Laredo en Texas para ir a hacer las compras. Ahora la única diferencia es que los productos chinos en Texas son más baratos que los productos chinos en México.
Walmart vende productos chinos baratos a precio de descuento en todo Estados Unidos y México, expulsando a los productos de fabricación local. Todo esto es posible gracias al petróleo barato.


Volver a la Barbarie. 


Abandoned Opera House, Detroit Michigan, USA

Pero, ¿Qué pasará cuando se acabe el petróleo? ¿Qué tan rápido volverá nuestro mundo a la barbarie? ¿Qué pasará con la civilización en declive? Por lo general lleva tres generaciones pasar de pobre a príncipe o de príncipe a mendigo. ¿Cuántas generaciones tomará ir desde la elevada civilización hacia la barbarie absoluta?
La gran civilización Védica no terminó con la guerra de Kurukṣetra. Pero pudo de algún modo haber ocurrido. Los historiadores modernos ven como hipérbole sospechosa las cuentas de la guerra de Kurukṣetra.
¿Cómo pudo existir tal clase de civilización avanzada en el valle del ahora extinto río Saraswati? Atribuyen la historia de la lucha entre Kurus y Pāṇḍavas a mera leyenda o mitología. Pero un estudio más cercano del Mahābharata Sánscrito revela evidencia irrefutable de una gran civilización. Tal como Héctor, Odiseo, y Aquiles fueron leyenda antes de que Homero compilara la Ilíada, los héroes del Mahābharata fueron celebrados por Vyāsa mucho antes del advenimiento de Buda. Las dinastías Guptian, promulgaron el Budismo en India alrededor del S. IV antes de Cristo. Su cruzada por Buda estaba determinada a destruir para siempre los restos de la civilización védica y el poder de los brahmanes.
La Refutación del brahmanismo se basó en un largo resentimiento ante el sistema de castas, el cual presidió sobre India siglos antes que Buda. Este sistema de la era de oro estaba enraizado en las escrituras compiladas en Sánscrito mucho antes de que la gramática de Panini fuera reunida por los escribas de Alejandro y ocultada en la Biblioteca de Alejandría en Egipto para ser descifrada por los discípulos de Aristóteles. Mientras que las cuentas que realmente se hallan en el Mahābharata pueden estar sujetas a una cierta cantidad de hipérbole, la existencia en India de una sociedad elevadamente organizada, al menos, dos mil años antes de Cristo, no puede negarse.
Los guerreros del Mahābharata conocían el uso de la espada de hierro, carros tirados por caballos. Construían palacios de mármol y entrenaban elefantes en el uso de la guerra. Eran poetas expertos, artistas, y artesanos. Producían estatuas de bronce y piedra tallada. Su conocimiento de la alquimia y hierbas en diversos medicamentos  es indiscutible y está grabado en diferentes escrituras como el Ayur-Veda. Y sin embargo, su civilización se extinguió.
A veces se cuestiona por qué hay tan pocas referencias históricas a los reyes que gobernaron India durante la época del Mahābharata.
A partir de la época de la guerra del Mahābharata, India fue gobernada por budistas que hicieron todo lo posible para erradicar la memoria del brahmanismo. Siglos después fue el momento de los reyes mongoles islámicos, que conquistaron India desde el Oeste. El terrible Aurangzeb fue conocido por desmantelar templos y exigía tributo en libras de hilos sagrados arrancados de las espaldas de los brahmanes que las usasen.

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Poder Colonial de los Ingleses en La India
El recuerdo de la época Védica se borró aún más con el British Raj, los 200 años que del Inglés en India.
“Quien controla el pasado controla el futuro,” escribió Orwell. Irónicamente, el curador del pasado de India son los propios Británicos quienes trabajaron duro para convencer al mundo de que el pasado de India era historia de salvajes. Los primeros y grandes ideólogos, Miner-Williams, H.H. Wilson y compañía, eran ingleses. El erudito Max Muller era alemán con su propias teorías de superioridad racial aria. La teoría era que la gran raza aria, llegó de Europa a invadir India. Conduciendo hacia el sur a los negros de los pueblos dravídicos. Los así llamados “arios” fueron la fuerza civilizadora que creó la época védica. Al caer en declive regresaron a Europa. Pero en el Siglo XIX vieron su regreso a India, para re-civilizar a las tribus bárbaras que encontraron. Este argumento (La visión predominante que enseñaban los jesuitas en Calcuta en el Presidency College a principios del Siglo XX) radicalizaron a Subhash Chandra Bose a organizar un ejército para luchar contra los británicos durante la Segunda Guerra Mundial.

Tras el declive de la Era Védica, India fue dominada por los Budistas, invadida por el Islam, y subyugada durante 200 años por el gobierno racista colonial del Raj británico. Tras muchos intentos de borrar la memoria del mundo antiguo, no es de extrañar que la verdad acerca de su ascenso y caída sea difícil de reconstruir.
El Bhagavad-Gita da evidencia de que la guerra del Mahābharata  fue una intervención divina para liberar al mundo del despotismo militarizado. El fin del final, fue la desaparición de los Yadus, los últimos supervivientes de la guerra.
El  Śrīmad-Bhāgavatama, o Bhāgavata Pūrana da la cuenta autorizada de la desaparición de la dinastía Yadu en el Canto XI, en el primer capítulo. De acuerdo a esta versión, la destrucción de la dinastía Yadu, fue el resultado de una maldición y la aparición de un mazo de hierro, que simboliza la era de hierro, la era de la destrucción industrial, el acero, y la guerra.
A medida que los Puranas cuentan la historia, el propio Dios (Kṛṣṇa) orquesta el conflicto entre las dinastías militares que culminan en la Gran Guerra. Para lograr su propósito tuvo la ayuda de su propia dinastía, la familia Yadu. Al final, la destrucción de la propia dinastía Yadu se hizo necesaria para devolver al mundo a su condición pacífica.
El despotismo de los Yadus que se manifestó como orgullo. Su orgullo que condujo a la maldición de los brāmanas, la batalla fratricida y el fin de la dinastía. En ninguna parte del Bhāgavata Pūrana se afirma que la destrucción de los Kurus o los Yadus se debió a la invasión de un grupo externo de “arios”.

La tesis de que los arios invadieron desde Europa, civilizaron India y luego se fueron expulsados por los bárbaros es un intento patente de los europeos de apropiarse la cultura y sabiduría de India. La verdadera historia de la destrucción de la civilización Védica es mucho más trágica, pues no descansa sobre el fundamente de una intrusión extranjera, sino de una sangrienta guerra civil fratricida.
La descripción dada en el Bhāgavata de la desaparición de la dinastía Yadu es instructiva, Aquí, la civilización se acaba, no por los poderes destructivos de un huracán, sino por la envidia, la falta de respeto fraternal, la intoxicación, y por último, la guerra civil.

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El Bhāgavata Pūrana sostiene lo siguiente (SB 11.1-11.3):
Cuando los Yadus, orgullosos de su posición, insultaron a un grupo de hombres sabios y santos encabezados por Narada, fueron maldecidos por su imprudencia. De acuerdo a la leyenda, como resultado de la maldición uno de los Yadus dio a luz una barra de hierro. Aterrorizados por la maldición de los sabios, los príncipes Yadu intentaron evitar el resultado karmático, pues entendieron el poder de la maldición de un brahmán. De acuerdo a la leyenda, molieron el mazo hasta hacerlo polvo y lo lanzaron hacia el océano. Pero las olas regresaron el polvo de hierro a la orilla, en donde echó raíces en los manglares y se convirtió en varas de hierro.
Kṛṣṇa al ver los presagios de la era de hierro, trajo a su familia y miembros de la dinastía Yadu al sitio sagrado llamado Prabhāsa. Los Yadus hicieron ceremonias y rituales, pero durante las celebraciones que llevaron a cabo, su inteligencia se nubló y bebieron una especie de aguamiel extraída de la caña de azúcar. Conforme se emborrachaban con la cerveza de caña, estos grandes héroes de la dinastía Yadu se hicieron belicosos y se retaban mutuamente a pelear. La batalla empezó como una pelea furiosa, cuando se atacaron unos a otros a orillas del mar.
Conforme subió la temperatura de la batalla, cayeron unos sobre otros con arcos y flechas, mazos y espadas, jabalinas y dardos y entraron en una batalla total.
Montaron sus carros y sus elefantes, compusieron sus banderines de guerra, gritaban “guerra” y soltaban sus pasiones más perversas. Sus ojos se enrojecían de sangre, iban unos contra otros montados en burros, camellos, toros, búfalos, mulas e incluso sobre otros seres humanos, y pelearon como elefantes salvajes en la jungla.
 Espumeantes de odio y borrachos de rabia Pradyumna luchó contra Sāmba, Akrūra se volvió contra Kuntibhoja, y Aniruddhana rugió contra Sātyaki.
Otros también, tales como Niśaṭa, Ulmuka, Sahasrajit, Śatajit y Bhānu, cayeron unos sobre otros y se mataron entre sí, cegados por la intoxicación y el asesinato.
Abandonando por completo su amistad natural, los distintos clanes de Yadu. Los Dāśārhas, Vṛṣṇis y Andhakas, los Bhojas, Sātvatas, Madhus y Arbudas, los Māthuras, Śūrasenas, Visarjanas, Kukuras y Kuntis- todos se asesinaron entre sí.
Así desconcertados, los hijos pelearon con sus padres, los hermanos con hermanos, los sobrinos con los tíos paternos y maternos y los nietos con sus abuelos. Los amigos pelearon con amigos, los bienquerientes con bienquerientes, De este modo la amistad íntima y los parientes se mataron unos a otros. Cuando se rompieron todos los arcos y se habían tirado todas las flechas y misiles, se aferraron a las cañas con las manos desnudas.
Estas cañas llevaban el polvo maldito del hierro en ellos y tan pronto los tomaron se convirtieron en varas de hierro duras como los rayos en sus puños enfurecidos.
Así armados, pelearon los guerreros uno contra otro, violentamente, y cuando el Señor Kṛṣṇa intentó detenerlos lo atacaron a Él también.
En su confusión, Oh Rey, tomaron por un enemigo al Señor Balarāma. Con armas en la mano, corrieron hacia él con la intención de matarlo. O hijo de los Kurus, Kṛṣṇa y Balarāma se han enfurecido. Recogieron tallos de caña, se movieron hacia el interior de la batalla y mataron a los ofensores, armados con esas varas.
La ira violenta de estos guerreros, superados por la maldición de los brahmanes y desconcertados por la potencia ilusoria del Señor Kṛṣṇa, ahora se dirigieron hacia su aniquilación, tal como el fuego que empieza en un bosque de bambú destruye al bosque entero.
Cuando todos los miembros de Su dinastía fueron destruidos, el Señor Kṛṣṇa pensó para Sí que al fin se liberaba a la tierra de una carga. El Señor Balarāma se sentó a la orilla del  océano y se situó en meditar en la Suprema Personalidad de Dios, el hijo de Devakī, tras ver la partida del Señor Rama, se sentó silencioso en el suelo bajo un árbol de Pippala y desapareció del planeta tierra.













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