El fin del Mundo Tal Cual lo Conocemos.
El Declive de la Civilización
PARTE UNO
LA EDAD VÉDICA
Barbarismo vs. Civilización
De acuerdo con la sabiduría aceptada, hemos
avanzado desde el surgimiento del hombre. La historia nos dice que había una
vez seres humanos que vivían en la oscuridad.
Imaginemos que no hay civilización. La ira,
el enojo, y el miedo conducen al mundo. La gente vive como animales en medio de
estallidos de violencia y barbarie.
La sociedad humana es irreconocible. Hay
una pequeña deferencia entre los hombres y las bestias. El miedo conduce al
mundo en donde el poder es ley y sólo el fuerte sobrevive. Religiones extrañas
se siguen en las cuevas oscuras, donde el fuego es misterio. La sociedad
primitiva que gobierna con la fuerza del puño.
Por supuesto, esta clase de mundo, ha
quedado atrás hoy en día. Vivimos en un mundo moderno con una civilización que
nos ha dado todo desde anticonceptivos hasta el internet. Los adolecentes no
pueden vivir sin su smart pone en las manos que controla desde la televisión en
la sala de estar hasta el GPS de su coche.
Electricidad barata y transporte nutrido de
petróleo para China para embarcar mercancías fabricadas en todo el mundo. Me
sorprendí el otro día cuando compré una virgen de Guadalupe en México de
plástico que tenía el sello de “Made in China.” Cuando viví en México, solía
viajar a la ciudad fronteriza de Laredo en Texas para ir a hacer las compras.
Ahora la única diferencia es que los productos chinos en Texas son más baratos
que los productos chinos en México.
Walmart vende productos chinos baratos a
precio de descuento en todo Estados Unidos y México, expulsando a los productos
de fabricación local. Todo esto es posible gracias al petróleo barato.
Volver a la Barbarie.
Abandoned Opera House, Detroit Michigan, USA |
Pero, ¿Qué pasará
cuando se acabe el petróleo? ¿Qué tan rápido volverá nuestro mundo a la
barbarie? ¿Qué pasará con la civilización en declive? Por lo general lleva tres
generaciones pasar de pobre a príncipe o de príncipe a mendigo. ¿Cuántas
generaciones tomará ir desde la elevada civilización hacia la barbarie
absoluta?
La gran civilización Védica no terminó con
la guerra de Kurukṣetra. Pero pudo de algún modo haber ocurrido. Los
historiadores modernos ven como hipérbole sospechosa las cuentas de la guerra
de Kurukṣetra.
¿Cómo pudo existir tal clase de
civilización avanzada en el valle del ahora extinto río Saraswati? Atribuyen la
historia de la lucha entre Kurus y Pāṇḍavas a mera leyenda o mitología. Pero un
estudio más cercano del Mahābharata Sánscrito revela evidencia irrefutable de
una gran civilización. Tal como Héctor, Odiseo, y Aquiles fueron leyenda antes
de que Homero compilara la Ilíada, los héroes del Mahābharata fueron celebrados
por Vyāsa mucho antes del advenimiento de Buda. Las dinastías Guptian,
promulgaron el Budismo en India alrededor del S. IV antes de Cristo. Su cruzada
por Buda estaba determinada a destruir para siempre los restos de la
civilización védica y el poder de los brahmanes.
La Refutación del brahmanismo se basó en un
largo resentimiento ante el sistema de castas, el cual presidió sobre India
siglos antes que Buda. Este sistema de la era de oro estaba enraizado en las
escrituras compiladas en Sánscrito mucho antes de que la gramática de Panini
fuera reunida por los escribas de Alejandro y ocultada en la Biblioteca de
Alejandría en Egipto para ser descifrada por los discípulos de Aristóteles.
Mientras que las cuentas que realmente se hallan en el Mahābharata pueden estar
sujetas a una cierta cantidad de hipérbole, la existencia en India de una
sociedad elevadamente organizada, al menos, dos mil años antes de Cristo, no
puede negarse.
Los guerreros del Mahābharata conocían el
uso de la espada de hierro, carros tirados por caballos. Construían palacios de
mármol y entrenaban elefantes en el uso de la guerra. Eran poetas expertos,
artistas, y artesanos. Producían estatuas de bronce y piedra tallada. Su
conocimiento de la alquimia y hierbas en diversos medicamentos es indiscutible y está grabado en diferentes
escrituras como el Ayur-Veda. Y sin embargo, su civilización se extinguió.
A veces se cuestiona por qué hay tan pocas
referencias históricas a los reyes que gobernaron India durante la época del Mahābharata.
A partir de la época de la guerra del Mahābharata,
India fue gobernada por budistas que hicieron todo lo posible para erradicar la
memoria del brahmanismo. Siglos después fue el momento de los reyes mongoles
islámicos, que conquistaron India desde el Oeste. El terrible Aurangzeb fue
conocido por desmantelar templos y exigía tributo en libras de hilos sagrados
arrancados de las espaldas de los brahmanes que las usasen.
Poder Colonial de los Ingleses en La India
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El recuerdo de la época Védica se borró aún
más con el British Raj, los 200 años que del Inglés en India.
“Quien controla el pasado controla el
futuro,” escribió Orwell. Irónicamente, el curador del pasado de India son los
propios Británicos quienes trabajaron duro para convencer al mundo de que el
pasado de India era historia de salvajes. Los primeros y grandes ideólogos,
Miner-Williams, H.H. Wilson y compañía, eran ingleses. El erudito Max Muller
era alemán con su propias teorías de superioridad racial aria. La teoría era
que la gran raza aria, llegó de Europa a invadir India. Conduciendo hacia el
sur a los negros de los pueblos dravídicos. Los así llamados “arios” fueron la
fuerza civilizadora que creó la época védica. Al caer en declive regresaron a
Europa. Pero en el Siglo XIX vieron su regreso a India, para re-civilizar a las
tribus bárbaras que encontraron. Este argumento (La visión predominante que
enseñaban los jesuitas en Calcuta en el Presidency College a principios del
Siglo XX) radicalizaron a Subhash Chandra Bose a organizar un ejército para
luchar contra los británicos durante la Segunda Guerra Mundial.
Tras el declive de la Era Védica, India fue
dominada por los Budistas, invadida por el Islam, y subyugada durante 200 años
por el gobierno racista colonial del Raj británico. Tras muchos intentos de
borrar la memoria del mundo antiguo, no es de extrañar que la verdad acerca de
su ascenso y caída sea difícil de reconstruir.
El Bhagavad-Gita da evidencia de que la
guerra del Mahābharata fue una
intervención divina para liberar al mundo del despotismo militarizado. El fin
del final, fue la desaparición de los Yadus, los últimos supervivientes de la
guerra.
El Śrīmad-Bhāgavatama,
o Bhāgavata Pūrana da la cuenta autorizada de la desaparición de la dinastía
Yadu en el Canto XI, en el primer capítulo. De acuerdo a esta versión, la
destrucción de la dinastía Yadu, fue el resultado de una maldición y la
aparición de un mazo de hierro, que simboliza la era de hierro, la era de la
destrucción industrial, el acero, y la guerra.
A medida que los Puranas cuentan la
historia, el propio Dios (Kṛṣṇa) orquesta el conflicto entre las dinastías
militares que culminan en la Gran Guerra. Para lograr su propósito tuvo la
ayuda de su propia dinastía, la familia Yadu. Al final, la destrucción de la
propia dinastía Yadu se hizo necesaria para devolver al mundo a su condición
pacífica.
El despotismo de los Yadus que se manifestó
como orgullo. Su orgullo que condujo a la maldición de los brāmanas, la batalla
fratricida y el fin de la dinastía. En ninguna parte del Bhāgavata Pūrana se
afirma que la destrucción de los Kurus o los Yadus se debió a la invasión de un
grupo externo de “arios”.
La tesis de que los arios invadieron desde
Europa, civilizaron India y luego se fueron expulsados por los bárbaros es un
intento patente de los europeos de apropiarse la cultura y sabiduría de India.
La verdadera historia de la destrucción de la civilización Védica es mucho más
trágica, pues no descansa sobre el fundamente de una intrusión extranjera, sino
de una sangrienta guerra civil fratricida.
La descripción dada en el Bhāgavata de la
desaparición de la dinastía Yadu es instructiva, Aquí, la civilización se acaba,
no por los poderes destructivos de un huracán, sino por la envidia, la falta de
respeto fraternal, la intoxicación, y por último, la guerra civil.
El Bhāgavata Pūrana sostiene lo siguiente (SB
11.1-11.3):
Cuando los Yadus, orgullosos de su
posición, insultaron a un grupo de hombres sabios y santos encabezados por
Narada, fueron maldecidos por su imprudencia. De acuerdo a la leyenda, como
resultado de la maldición uno de los Yadus dio a luz una barra de hierro.
Aterrorizados por la maldición de los sabios, los príncipes Yadu intentaron
evitar el resultado karmático, pues entendieron el poder de la maldición de un
brahmán. De acuerdo a la leyenda, molieron el mazo hasta hacerlo polvo y lo
lanzaron hacia el océano. Pero las olas regresaron el polvo de hierro a la
orilla, en donde echó raíces en los manglares y se convirtió en varas de
hierro.
Kṛṣṇa al ver los presagios de la era de
hierro, trajo a su familia y miembros de la dinastía Yadu al sitio sagrado
llamado Prabhāsa. Los Yadus hicieron ceremonias y rituales, pero durante las
celebraciones que llevaron a cabo, su inteligencia se nubló y bebieron una
especie de aguamiel extraída de la caña de azúcar. Conforme se emborrachaban
con la cerveza de caña, estos grandes héroes de la dinastía Yadu se hicieron
belicosos y se retaban mutuamente a pelear. La batalla empezó como una pelea
furiosa, cuando se atacaron unos a otros a orillas del mar.
Conforme subió la temperatura de la
batalla, cayeron unos sobre otros con arcos y flechas, mazos y espadas,
jabalinas y dardos y entraron en una batalla total.
Montaron sus carros y sus elefantes,
compusieron sus banderines de guerra, gritaban “guerra” y soltaban sus pasiones
más perversas. Sus ojos se enrojecían de sangre, iban unos contra otros montados
en burros, camellos, toros, búfalos, mulas e incluso sobre otros seres humanos,
y pelearon como elefantes salvajes en la jungla.
Espumeantes
de odio y borrachos de rabia Pradyumna luchó contra Sāmba, Akrūra se volvió
contra Kuntibhoja, y Aniruddhana rugió contra Sātyaki.
Otros también, tales como Niśaṭa, Ulmuka,
Sahasrajit, Śatajit y Bhānu, cayeron unos sobre otros y se mataron entre sí,
cegados por la intoxicación y el asesinato.
Abandonando por completo su amistad
natural, los distintos clanes de Yadu. Los Dāśārhas, Vṛṣṇis y Andhakas, los
Bhojas, Sātvatas, Madhus y Arbudas, los Māthuras, Śūrasenas, Visarjanas,
Kukuras y Kuntis- todos se asesinaron entre sí.
Así desconcertados, los hijos pelearon con
sus padres, los hermanos con hermanos, los sobrinos con los tíos paternos y
maternos y los nietos con sus abuelos. Los amigos pelearon con amigos, los
bienquerientes con bienquerientes, De este modo la amistad íntima y los
parientes se mataron unos a otros. Cuando se rompieron todos los arcos y se
habían tirado todas las flechas y misiles, se aferraron a las cañas con las
manos desnudas.
Estas cañas llevaban el polvo maldito del
hierro en ellos y tan pronto los tomaron se convirtieron en varas de hierro
duras como los rayos en sus puños enfurecidos.
Así armados, pelearon los guerreros uno
contra otro, violentamente, y cuando el Señor Kṛṣṇa intentó detenerlos lo
atacaron a Él también.
En su confusión, Oh Rey, tomaron por un
enemigo al Señor Balarāma. Con armas en la mano, corrieron hacia él con la
intención de matarlo. O hijo de los Kurus, Kṛṣṇa y Balarāma se han enfurecido. Recogieron
tallos de caña, se movieron hacia el interior de la batalla y mataron a los
ofensores, armados con esas varas.
La ira violenta de estos guerreros,
superados por la maldición de los brahmanes y desconcertados por la potencia
ilusoria del Señor Kṛṣṇa, ahora se dirigieron hacia su aniquilación, tal como
el fuego que empieza en un bosque de bambú destruye al bosque entero.
Cuando todos los miembros de Su dinastía
fueron destruidos, el Señor Kṛṣṇa pensó para Sí que al fin se liberaba a la
tierra de una carga. El Señor Balarāma se sentó a la orilla del océano y se situó en meditar en la Suprema
Personalidad de Dios, el hijo de Devakī, tras ver la partida del Señor Rama, se
sentó silencioso en el suelo bajo un árbol de Pippala y desapareció del planeta
tierra.
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