Mahābharata
महाभरत
recontado por
Michael Dolan, B.V. Mahāyogi
y traducido en español por Teresa Loret de Mola, Tapanandini DD
Vírgenes
Mahābharata
महाभरत
recontado por
Michael Dolan, B.V. Mahāyogi
y traducido en español por Teresa Loret de Mola, Tapanandini DD
Amba, Ambika, Ambalika |
Diciendo esto, viajé como el viento, atrayendo a esas doncellas hacia mi corazón mientras ellas intentaban escapar de mi cuadriga. Los reyes reunidos estaban furiosos. Impacientes tomaron sus armas y escudos, se montaron a los carros de guerra y fustigaron a sus caballos hacia el frenesí de la batalla. Estos arrogantes jóvenes príncipes, desesperados por las vírgenes que había pillado parecían meteoros furiosos, sus ojos rojos de furia, sus espadas y armaduras reflejaban el sol.
Ancient War Chariot |
Me persiguieron por la rivera del Ganges, mi madre, y hacia los valles de Varanasi fuera de la ciudad de Kashi. Yo había atado a las niñas al carro y me apresuré con mis caballos, caballos ardientes que han visto muchas batallas.
Cuando al final me atraparon en las planicies de Varanasi, giré la carroza y mantuve mi sitio. Los príncipes reunidos oscurecieron el cielo con sus flechas, así que yo lancé una lluvia de flechas también, guiadas por los mantras que había obtenido del terrible Paraśurāma, mis flechas bloquearon la avalancha de dardos. Me atacaron ellos por todos los flancos y lanzaron flechas como nubes de rayos. Yo respondí, disparando hacia el noble pecho de esos grandes monarcas y enviándoles al reino de Yamaraja, quien a todos juzga.
Hombres valientes se estremecían al ver la aterradora batalla. Partí hombres con mis flechas, cercené cabezas y perforé armaduras. Sus gritos aterraban mientras caían alrededor mío, sorprendidos al ver sus entrañas esparcidas sobre la tierra sedienta.
Mi habilidad para destruir a mis enemigos era tan grande que aún los guerreros que peleaban conmigo empezaron a aplaudirme mientras me alejaba a toda prisa, todo ello mientras mantenía a las tres vírgenes agarradas, la cuadriga de un poderoso guerrero apareció entonces en el campo de batalla.
Era Shalva el del gran poder, mientras me iba cabalgando él gritaba enfurecido tras el polvo que mi carro levantaba”¡Deténte! ¡Espera! ¡No huyas como un perro de Shalva, quien te reta a un duelo justo! ¡Quédate, tú perro de Bharata, que te haz atrevido a robar a mi esposa!” Volteé mi carroza y giré mi rostro hacia él en duelo de armas. Le dije “¡No es un perro a quien te enfrentas! Es a mí, Bhisma, un tigre entre los hombres, aniquilador de ejércitos hostiles, quien ahora te castigará como el perro que eres.” Esperé por él.
Miles de guerreros estaban quietos e inmóviles como espectadores, esperando ver el gran duelo de armas. Acomodé a las doncellas cerca para que no pudieran huir, pero para que también pudieran ver la batalla. Nos acercamos entonces Shalva como toro embravecido, y yo, Bishma, el tigre entre los hombres. Shalva era un rival formidable. Me cubrió con las flechas de su arco. Los reyes reunidos estaban sorprendidos al ver descender estas nubes de flechas lanzadas desde su arco y cubrirme.
“Tal como un águila toma una serpiente y la despedaza, ahora tomaré tu vida. Igual que Garuda mata una serpiente, ahora te mataré.” Diciendo esto, y sin pensar, coloqué el arma de Varuna en la cuerda de mi arco y derribé con ella los cuatro caballos del carro de Shalva. Mientras se derrumbaban, maté al conductor de su carro. Parado en el suelo Indefenso quedó Shalva. Desprovisto de su arma, me fui para pelear algún otro día, galopé veloz hacia donde estaban gimiendo las doncellas, las coloqué en el carro. Mientras el sol descendía en el cielo, esforzándome, me dirigí hacia Hastinapura.
The route to Hastinapura from Southern Panchala
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