Mahābharata
महाभरत
recontado por
Michael Dolan, B.V. Mahāyogi
y traducido en español por Teresa Loret de Mola, Tapanandini DD
Consejos de un Sabio
Entonces apareció un sabio aún más elevado,
el noble Hotravarahana. Tras escuchar la historia de la doncella le aconsejó ir
al ashram del terrible hijo de Jamadagni. Paraśurāma, quien ha jurado venganza
contra toda la clase guerrera. “Ve ahí hija mía,” dijo el sabio.
"Si quieres a venganza, busca a Parashuram." |
“Tu dolor es grande; tu venganza llegará
pronto. Ve con Paraśurāma y con seguridad que peleará contra Bhiṣma como tu
campeón. Nadie puede vencerlo en batalla. Ve con él.”
Amba se decidió a ir en busca de Paraśurāma
como su campeón y dijo, “Me adentraré en el bosque en busca del campeón del que
hablas. ¿Cómo podré encontrarlo?”
Hotravarahana dijo, “Vive más allá del gran
bosque en la montaña de Mahendra, un lugar santo conocido por muchos rishis y
Gandharvas. Dile que fuiste enviada por el alma elevada Hotravarahana para
invitarlo a ser tu campeón en contra de los crímenes de un kṣatriyas.
Muchos días caminó Amba a través del
bosque, llevaba a cabo austeridades. Se adelgazó, pero su determinación era
grande. Con el paso del tiempo llegó hasta Paraśurāma en lo profundo del bosque
en las colinas de la montaña Mahendra."
Sendero en las Himalayas |
Tras escuchar su narración, Paraśurāma se
compadeció de ella. “Oh hermosa dama,” dijo. Le enviaré unas palabras Bhiṣma,
que ha de hacer a un lado su voto de ser célibe de por vida y se case contigo.
Si un guerrero semejante te acepta, serás la reina de todas las Indias, y tus
hijos gobernarán la tierra tanto tiempo como vivas.”
Amba no se sintió complacida con esto. No
estaba interesada en casarse con Bhiṣma. Bhiṣma la había insultado. A causa de Bhiṣma,
perdió a Shalva su comprometido.
No. Sólo quería venganza, nada más.
Ella dijo, “Ambos Bhiṣma y el Señor de
Shalva me han rechazado. Fue Bhiṣma quien me secuestró en su carroza cuando aún
era inocente ante los grandes reyes y príncipes del mundo, estando lista para
recibir a mi pretendiente.” su furia creció al decirlo.
“Fue Bhiṣma quien insultó a mi esposo
elegido. Fue Bhiṣma quien me raptó y me llevó a un país extranjero. Fue Bhiṣma
quien me rechazó públicamente y me envió a mí, una mujer usada de vuelta a la
corte de mi amado. Si no fuera por Bhiṣma nunca hubiera sido rechazada ni
siquiera por mi padre. No. Es Bhiṣma quien ha de morir, y tú haz de matarle”
dijo Amba “Haz de ser mi campeón. Mata a Bhiṣma, o pereceré, sobrecogida con la
vergüenza que él ha traído sobre mí. Castiga a este despiadado Kṣatriya, oh
protector de los inocentes”.
Recontando semejante historia, el gran guerrero Bhishma, en la cama de flechas, se conmovió. Bhiṣma bebió de nuevo de las frescas aguas
que goteaban desde la herida en la tierra que hiciera Arjuna. Retomó la
historia.
“Mientras Paraśurāma se resistía a
abandonar su meditación y tomar de nuevo las armas, puesto que yo era su
estudiante más obediente, y él mi guru, al final cedió ante la petición de la
muchacha.
Decidió reunirse en batalla conmigo en el campo de Kurukshetra, este mismo campo donde aqui descanso. Vino aqui mi guru hace tantos años para castigarme por mi insolencia y por haber raptado a
la doncella Amba.
Y sucedió entonces que nos encontramos
aquí, en este campo de batalla sagrado de Kuruksetra, para remediar el mal que
causé a Amba. Hace años, en este mismo sitio nos enfrentamos, mi maestro y yo.
Fue una batalla terrible.
Llegó acompañado de algunos grandes santos
y rishis, y acamparon a orillas del Saraswati. Al tercer día me envió un
mensaje que decía: “Ya estoy aquí. Levántate y pelea.”
Ante esto fui a encontrarme con mi guru el
Señor Paraśurāma de quien todos han escuchado tanto, con gran gozo, listo a
realizar cualquier cosa que me indicara. Le llevé una vaca y le ofrecí
adoración como mi guru. Paraśurāma cuestionó mi juicio al rechazar a Amba y
deshonrarla. Me pidió enmendar mis agravios. Le contesté que era imposible. No
podía darla a mi hermano, no podía yo mismo casarme con ella a causa de mi
voto. Shalva la había rechazado. Paraśurāma dijo, “Despósala, Oh el mejor de
entre la raza Bharata, y todo quedará perdonado. Se restaurará su virtud, y
gobernará contigo como la reina de las Indias.”
Me negué. Había entregado mi voto sagrado
ante mi padre y los dioses. No lo abandonaría. Había jurado a Satyavati
proteger a sus hijos y garantizar su gobierno. No podía abandonar mi palabra. Y
por ello, Paraśurāma se enfureció conmigo.
Con los ojos enrojecidos de ira me dijo,
“Obedéceme o muere.”
Obedéceme o muere! |
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.