Shakuntala Final
“Ven” dijo Matali, “”debemos zarpar hacia
la ermita de Kashyapa Muni. El hijo austero de Aditi le otorgará bendiciones a
su matrimonio.”
Kashyapa Muni |
Y sosteniendo muy cerca a su niño,
Shakuntala dijo. “No estoy lista. Necesitamos hablar, Hay tanto que tienes que
saber. ¿Cómo podemos presentarnos ante
grandes almas como Kashyapa y Aditi?”
Pero Dushyant sonrió, la tomó de la mano, y
la ayudó a entrar a la carroza. “No debemos hacer esperar al gran sabio.”
Entonces se sentaron en la aeronave de Matali, el auriga de los dioses y
volaron en el viento hacia el ashram del gran Kashyapa Muni.
Y cuando llegaron, Kashyapa Muni se levantó
y les dio reverencias, dijo. “Eres bienvenido aquí a este Ashram Rey Dushyant,
eres un gran héroe. Gobiernas la tierra con tus poderosos brazos y tu ingenio
sagaz. Tu arco hace ver al de Indra como el pájaro Shakunta de juguete que este
niño lleva en la mano.”
“Si sólo supieras la historia del pájaro
Shakunta,” dijo el rey en voz baja.
Y Aditi, la esposa casta del mejor de los
sabios sonrió y dijo, “Veo en su comportamiento el brillo de su valor.”
Aditi |
Matali sonrió desde su carroza y se
retorció el bigote. “Estos son los padres de los dioses, rey mío. Eres afortunado
de que te hayan visto con tanta benevolencia.”
“Agradezco tus bendiciones,” dijo el rey.
Dushyant es un sirviente de Vishnu e Indra y se inclina ante ti.” Y diciendo
esto, hizo una reverencia ante Kashyapa Muni.
Kashyapa, de pie, se aproximó a Dushyant,
para que no se inclinara tanto, y dijo. “Hijo mío. Ve con mi hija y gobierna el
mundo en paz.”
Y Aditi también los bendijo, dijo, “Y sé
invencible.” Abrazó a Shakuntala con todo el afecto de una madre, la acercó
hacia sí y olisqueó su cabello. Entonces, viéndola a los ojos le dijo, “Hija mía, tu esposo es tan
grande como Indra, el rey del cielo y tu hijo es como su hijo, no necesito
darte más bendiciones que esta: ve con tu rey y sé su reina. Mantén el favor de
tu esposo y sé casta y leal hacia él. Y este niño encantador, Bharata será
algún día un gran rey y gobernará todas las Indias.”
Kashyapa dijo, “Te bendigo joven rey y te
deseo lo mejor. Que tengas tesoros, fe, y la realización del conocimiento más
elevado. Ven. Siéntate un momento con nosotros. Pues como puedo ver todo en mis
meditaciones, sé que has sufrido mucho por tu amor hacia la blanca Shakuntala.
Descansa un poco.”
Dushyant y Shakuntala |
Y con un movimiento de su mano, aparecieron
bebidas frescas para la feliz pareja que se sentó en las alfombrillas de pasto
kusha ante el gran ermitaño y su casta esposa.
Y mientras se sentaban apacibles, sintieron
el silencio y vieron la atmósfera quieta del ashram de Kashyapa en la montaña
paradisiaca. Con bosques de ashokan, limpios estanques de flores de loto, y los
pájaros koki que cantan himnos en Sánscrito, árboles que dan sombra cubiertos
con enredaderas de jazmín era en verdad un paraíso en la tierra.
Shakuntala en la selva |
Dushyant miró a Shakuntala para ver si no
había desaparecido y bebió su dulzura con los ojos. Y se volvió hacia el santo que le había dado
todo, dijo- “Oh santo, tu misericordia no tiene límites. Todos tus deseos son
satisfechos con aproximarse a la frontera de tu ashram. Aún antes de que nos
llames ante tu presencia nuestros grandes deseos son otorgados. El sufrimiento
por lo general llega antes que el gozo. Las espinas surgen antes que las rosas
más rojas. Y las burdas flores, antes que las dulces frutas. Las nubes aparecen antes que la fría lluvia. El efecto
sigue a la causa. Pero tú das antes. El cuento termina. Shakuntala es mía.”
“El error fue mío también, Oh sabio. Me
casé con ella por propia cuenta, como Gandharvas, con un sencillo intercambio
de guirnaldas de flores bajo los árboles de mango en el ashram de Kanva hace
mucho tiempo. Y cuando ella vino hacia mí en la corte real, con arrogancia la
rechacé y escarnecí. Pequé contra mi esposa y contra el sabio Kanva y contra ti
que eres el maestro espiritual y mentor de Kanva.”
Kanva con Shakuntala |
Los ojos de Dusyant estaban inundados de
lágrimas. Tendió su mano hacia el santo de piel curtida y barba blanca. El
santo entrecerró los ojos para ver la joya de su mano. Claramente pudo ver el
anillo del sello real. “Pero extrañamente, al ver este anillo mi memoria fue
restaurada. Pude ver que mi memoria había sido enceguecida de algún modo.”
El viejo sabio sonrió, “Sí hijo mío, claro.
La niña fue maldecida por Durvasa Muni por ser negligente en su servicio y
vagar con la mente ausente en la agonía de amor de juventud. Tu olvido fue el
resultado de esta maldición. Pero cuando la ninfa Menaka descendió en su
aeronave a encontrar a Shakuntala quien corría de tu corte se la trajo a mi
esposa, la casta Aditi. Por mi visión divina, pude ver todo.
“¿Estoy libre ahora de esa maldición?”
Maldicion de Durvasa |
“Por supuesto hijo mío. Tus tribulaciones
han terminado. Tú y tu esposa se han reunido y tu hijo gobernará India.”
Shakuntala dijo, “¡Entonces mi rey no me
olvidó! Su mente se perdió a causa de la maldición de Durvasa. Nunca me olvidó.
Su memoria se nubló debido a alguna magia.”
“Ahora sabes la verdad,” dijo Kashyapa. “No
estés molesta con el rey, tu esposo. Recuerda que la maldición fue hecha bajo
la ira. Todas las cosas que se hacen por ira traen penalidades. Cada acción
tiene una reacción igual y opuesta. Recuerda las leyes del karma y del dharma.
La ira empaña el espejo de tu alma, mantén limpio el espejo. El reflejo no
puede verse en un espejo empolvado. Limpia el espejo de tu alma con el santo
nombre.”
“Te agradecemos,” Oh santo, “por tu
consejo.” Dijo el Rey.
Y Kashyapa se volvió hacia el niño sentado
en el regazo de su madre quien deshacía la trenza de su cabello negro como
abejorro y que caía por su cuello de alabastro. Kashyapa dijo. “Haz de tratar a
este niño con gran respeto. Yo mismo llevé a cabo su ceremonia de nacimiento.
Le otorgué su amuleto mágico y le di el
nombre de Bharata. Más tarde la nación que gobiernas será gobernada por él.
Será conocida como Bharata.”
Dushyant rió y tocó la barbilla del niño y
dijo, “Sí , veo el parecido. Es igual a mí. Será la esperanza de toda India.”
Kashyapa sontió, sus ojos antiguos
penetraron en lo profundo del alma de Dushyant: “Sí. Su valentía y fuerza le
harán emperador de toda la tierra y su aeronave viajará por las siete islas de
la tierra. Todo se inclinará ante sus poderosas aras. Domará a las bestias
salvajes tal como juega con los cachorros del león y su descendencia le
recordará como Bharata, el gobernante de todas las Indias.
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