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Tuesday, April 21, 2015

El Romance de Shakuntala

El Romance de Shakuntala

Una Historia Increible de Amor y Aventuras

Adaptado de Mahabharata, 

Shakuntalabhijana de Kalidasa y otros fuentes por

Michael Dolan-- B.V. Mahayogi

 y traducido en español por Teresa Loret de Mola, Tapanandini D.D.




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Bhishma en la cama de flechas: "Dejame descansar un rato."
Al recordar el voto de venganza que tomara Amba, Bhiṣma hizo una pausa. El misterioso niño brahmán humedeció un paño. Lo exprimió y limpió el sudor de la cabeza del hombre. Bhiṣma tosió. “Me ha cansado el relato,” Dijo. El sol se sumergió en el horizonte. Apareció Venus en los cielos. “Déjenme descansar un poco.”

"Que sus estrellas les guíen"
 
“Volveremos a ti por la mañana,” dijo Yudhisthira. “La historia de nuestra dinastía está llena de lecciones. Ansiamos escuchar más.”
“Váyanse ahora,” dijo Bhishma. “Mañana les diré cómo Amba fue transformado por el fuego en un guerrero de la familia de Draupada y cómo halló su terrible final.

"Luego les cuento la historia de Ama y sus venganzas"

Váyanse ahora y que sus estrellas les guíen.”
Los Pāṇḍavas regresaron a su campamento. Las tiendas de colores brillantes se veían pálidas a la luz de la hoguera.





Nakula y Sahadeva se sentaron junto al fuego y les acompañaron Arjuna y Bhima. Después de tanta batalla, al fin un momento de paz. Ahora Venus se había unido a miles de estrellas y los puntitos de luz brillaban en los cielos de Kurukṣetra. Yudhiṣthira apareció con su madre Kuntidevi. Y mientras se sentaban alrededor del fuego y miraban el movimiento de los planetas a través del cielo, la conversación giró en torno a la dinastía ancestral de los Kurus.

La guerra larga había terminado. Aśvatthāmā se había desvanecido. Los fantasmas de los guerreros muertos, acechaban en el campo de batalla, pero sus carrozas ya no harían estrépito sobre la tierra. Ya no aterrorizarían los miles de carros de guerra a los pueblos y villas que rodeaban Hastinapura. India conocería la paz bajo el gobierno de Yudhiṣthira, Parikṣit, Janamejaya y los príncipes sucesores de la dinastía de Bharat. 

"Cuales fueron los origenes de la dinastia de los Kuru?"

Mientras ardía un fuego manso, Yudhiṣthira se volvió hacia su madre Kuntidevi y antes de que se sentaran los Pāṇḍavas le preguntó, “Oh Madre. Bhiṣma nos habló de Vichitravirya y de Chitrangada, nuestros ancestros. Háblanos acerca de ellos. Somos llamados los hijos de Bharata. Dinos cuál es el origen de la dinastía Kuru y de Bharat, ¿Quién fue Bharat?  ¿Cuáles fueron sus orígenes?”

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Bharata Maharaja

La sabia y experta Kunti explicó. “La dinastía Kuru viene en la linea de Bharat, quien nación en la línea de Puru. Para poder entender mejor su historia debo contarles la historia de Shakuntala.”
La Historia de Shakuntala
Y fue así como Kunti les contó la famosa historia de Shakuntala tal como la había escuchado cuando era sólo una niña en la corte del Rey Kambhoja. Ella dijo lo siguiente:

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Shakuntala

Kunti dijo:
“Hace mucho tiempo había un gran rey. Su nombre era Dushyant y llegó por la línea de Puru.
Un día Dushyant cazaba con su auriga en el interior del bosque y se encontró con un ciervo pinto. El venado escapó, internado en lo profundo del bosque a Dushyant y su auriga.

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Maharaja Dushyant
Persiguieron al ciervo pinto hasta el interior del bosque mientras Dushyan trazaba con su arco sus movimientos. Justo cuando Dushyant estaba presto a lanzar una flecha fatal, un joven monje del ashram de Kanva, apareció ante él, elevó las manos en una súplica. Y dijo “Por favor no dispare, Oh rey o príncipe, quienquiera que seas, perdona la vida a este ciervo pinto.
Este venado es la mascota favorita de nuestro guru, Kanva. Estás cerca de su ashram. Aquí no hay cacería; sólo paz. Los discípulos del humilde Kanva viven en tranquila contemplación de la verdad. El ágil ciervo pinto es sagrado para Kanva y sus discípulos, Por favor no le dispares. En cambio haz a un lado tus armas en el espíritu de ahimsa.”

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Ram cazando el venado doradao, de Ramayana

Ante esto, el rey, aún sonrojado con el calor de la pasión y el ansia de sangre, tranquilizó su mente, descargó su arco y sonrió. Si este cervatillo es el favorito de un hombre santo y de sus amigos, que así sea. Nunca le haré daño a un animal inocente. Cuéntame de nuevo acerca de tu maestro y su ashram. Hablemos de verdad y paz. No tendremos más violencia o deporte sangriento.”

Cazando de Caballo, Pintura Miniatura

El monje dio gracias al rey y lo alabó. “Nuestro ashram queda cerca de aquí,” dijo. “Sigue por la orilla del río hasta la sagrada tirtha: Justo ahí, arriba del camino hay un bosque de árboles de tamarindo. 

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Kanva en su ashram

En el interior de ese bosque secreto hallaras el refugio del santo Kanva y sus discípulos. Agradezco tu noble gesto. Veo que eres un gran príncipe y el protector de los indefensos. Si su Señoría así lo desea, ¿Por qué no se queda a recibir prasadam, nuestra comida sagrada?”

El rey estaba ansioso por alcanzar a su séquito quienes le esperaban en otra parte del bosque. Mañana sería el aniversario del Príncipe, pero al escuchar las palabras del monje el rey se dispuso a confirmarle que iría pronto a visitar el humilde ashram del santo Kanva.


Se despidió del monje y dio órdenes a sus hombres de conducir el carruaje hacia el interior del bosque en donde podrían beber agua los caballos. Condujeron por un rato hasta que encontraron una buena pastura verde al lado del río, y donde fluía agua dulce y cristalina.

El rey dio órdenes a sus hombres. “Desaten los caballos y dejen que descansen a su placer por un rato. Vean que coman la hierba fresca entre la pastura de allí y busquen sombra bajo esos árboles de tamarindo. Estiraré las piernas, y después de caminar un poco, visitaré el ashram del santo Kanva, para darle mis respetos. Si no he vuelto al atardecer, me quedaré a descansar en el ashram y volveré en la mañana.”

Sus caballerangos accedieron y se alejaron un poco con la carroza hacia los bosques. El Rey Dushyant decidió que la fiesta de su hijo podía esperar y pensó que tal vez sería propicio hacer una visita al ashram del santo Kanva. Empezó a caminar un poco y disfrutó de la atmosfera de quietud del bosque. Una mariposa se colgó del aire ante él. Fragancia de miel permeaba el aire. Caminó a través de los altos árboles junto al río  donde pescaban las grullas temprano en la mañana. El aire estaba fresco y el río bajo, la temporada de lluvias había terminado.

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Shakuntala y las devotas del Ashrama de Kanva.

El Rey Dushyant entendió dónde estaba el ashram según le dijera el monje así que cruzó el río, atravesó por donde estaba menos profundo. Al otro lado se encontró con el viejo sagrado tirtha y sus deidades y una escalinata para bañarse con escalones de mármol cerca del bosque de tamarindos.
Mientras seguía la senda, el bosque de árboles se hizo más espeso con enredaderas de jazmines florecientes. Había un árbol de mango altísimo que cubría con su sombra el camino desde donde pudo ver un poco hacia adelante un claro. En el claro había algunas chozas de bambú y una senda. Había un jardín rústico con papayas y algunas mujeres trabajaban, regaban las plantas y platicaban. Sorprendido ante el encantador jardín en donde él esperaba hallar un austero cuartel de un viejo santo, el Rey Dushyant se detuvo un rato junto al mango y se escondió, escuchaba. Pudo oír lo que decían las mujeres del ashram.

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Shakuntala en el ashrama de Kanva

“¿A dónde se fue Kanva Prabhu?” dijo una de las jóvenes, Priyamvada.
“Me dijo, Anasuya, que tenía que visitar un sitio muy sagrado en el bosque.”
“Pero, Priyamvada, ¿por qué tuvo que irse hoy si sabe que hay un sacrificio importante esta noche?”
“No puedo decirte, Anasuya. Me dijo que no le contara a nadie.”
“Pero si no puedes confiar en mí, ¿en quién lo harás?” dijo Anasuya.
“Bueno está bien, pero no le digas a Shakuntala,” dijo Priyamvada. “Tiene que ver con ella. Algo acerca de su buena fortuna.”
“Me preocupa esa chica,” dijo Anasuya.
“A mí también,” dijo Priyamvada. “Kanva la ama como si fuera su propia hija.”
“Pero Kanva no es su padre, ¿o sí?”
“Claro que no, tonta, Kanva la adoptó. Su madre la abandonó cuando apenas era un bebé. Es un gran misterio.”
Su madre era Menaka, la apsara, según supe. ¿tuvo algo que ver con Vishvamitra?”
“Te he contado la historia un millón de veces. Vishvamitra era un gran guerrero determinado a convertirse en un brahmán poderoso después de ver lo que podía hacer la vaca milagrosa Vasiṣṭha.”
“¿Y entonces?”
“Así que mucho tiempo  practicó austeridades y sacrificios, hasta un punto en que incluso los dioses le temieron.”
“¿Qué hicieron?”
“Bueno, cuando le vieron practicar un tipo de yoga poderoso, se dieron cuenta de que seguía un voto estricto de brahmacharya.”
“¿Brahmacharya?”
“Si, tonta, había renunciado a las mujeres. En fin, él estaba en las orillas del Ganges practicando yoga y los dioses decidieron romper su voto.”
“¿Por qué harían tal cosa?”
Vishvamitra se había hecho demasiado poderoso. Si no hubieran roto su voto se hubiera hecho tan poderoso como los dioses.”
“Enviaron a la más hermosa de todas las ninfas del río, la delicada Menaka. Su belleza era reconocida entre los dioses. Ningún hombre podría resistírsele. Vishvamitra estaba sentado practicando yoga. Para entorpecer su concentración, Menaka la ninfa del agua llegó a las orillas del Ganges y empezó a bañarse en un delicado sari de seda, sonriendo siempre hacia el sabio.”













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