Mahābharata
महाभरत
recontado por
Michael Dolan, B.V. Mahāyogi
y traducido en español por Teresa Loret de Mola, Tapanandini DD
Amigos de Infancia:
parte 2
Bhiṣma continuó: “El sabio Bharadvaja era
un místico renunciante y no sabía nada de cuidar bebés. Había tomado votos de
pobreza y vivía humildemente en su ashram en las orillas del Ganges. En
ocasiones no había leche así que mezclaba un poco de arroz en polvo con agua y
se lo daba al niño. Pero el pequeño Droṇa llevaba fuego dentro de sí y crecía
fuerte. Fue educado en los Vedas por su padre. Bharadvaja había sido un
guerrero antes de convertirse en rishi y gradualmente le fue otorgando a Droṇa
ciertos poderes y armas.
“Aunque Bharadwaja era un sabio humilde,
era reconocido como un gran maestro en todos lados. Uno de sus patrones era el
Rey de Panchala.
“El padre de Droṇa era amigo del Rey de
Panchala cuyo nombre era Pishata. Pishata era un importante gobernante y
gobernaba muchas ciudades. Regía el territorio desde un gran castillo de mármol
ubicado en el centro del reino de Panchala.
El Rey Pishata tenía un hijo llamado
Drupada. Drupada era el príncipe de Panchala y necesitaba un entrenamiento
adecuado, cuando llegó el momento de educar al muchacho, el rey envió al joven
a estudiar con Droṇa en la escuela gurukula de su amigo, el sabio Bharadwaja.
El Rey Pishata apreciaba al sabio y le
encantaba pasar tiempo retirado en el río sagrado. A medida que su hijo estudiaba
con el gran maestro, el Rey Pishata y el sabio Bharadwaja se unieron. Pishata
de Panchala, su amigo el rishi Baradwaja, y los dos muchachos, Droṇa y Drupada
eran como una familia.
Cuando el rey llegaba de visita todos ellos
se bañaban juntos en el río. Desnudos hasta la cintura eran todos iguales. Al
jugar en las aguas del Ganges nadie era rey ni siervo; eran simplemente seres
humanos que se purificaban de pecados en las aguas sagradas. De este modo, se
secaban, comían juntos bajo la sombra del viejo tamarindo y discutían el
profundo significado de la vida. Cuando caía la noche se relajaban del calor y
dormían bajo las estrellas.
El Rey dejaba a su hijo Drupada en el
ashram de Bharadwaja para que estudiara, y el muchacho estudiaba los Vedas y
jugaba juegos de guerra con el hijo de Bharadwaja, Droṇa.
Gradualmente, Droṇa y Drupada se hicieron
grandes amigos, Juntos perseguían a los monos entre el árbol de tamarindo y
encontraban serpientes escondidas en las rocas cercanas al río. En ocasiones
Droṇa jugaba a ser el rey, y Drupada era su vasallo. Corrían tras las grullas
que pescaban en el barro del río. De Bharadwaja aprendieron los cuatro Vedas y
los 108 Upaniṣads. Estudiaron juntos el Sánscrito.
Cuando llegó el momento
aprendieron la ciencia de la guerra del estricto Bharadwaja.
Crecidos como hermanos, Droṇa y Drupada
practicaban el arco y flecha juntos. Marcaban blancos en los árboles para ver
quién disparaba mejor. Eran muchachos competitivos y jugaban a pelear. Corrían
y jugaban y nadaban en las frías aguas del río Ganges en las faldas de los
montes del Himalaya. Puesto que no tenía madre, Droṇa se perdía en estudiar.
Era feliz de tener a Drupada como su buen amigo.
“Droṇa era aficionado al estudio y se
sumergía en las enseñanzas de Bharadwaja. Estudió los distintos brazos de los Vedas,
las artes marciales el yoga místico y la ciencia del cosmos. Aprendió a usar
diferentes armas místicas de fuego llamadas Agneya. Así que Droṇa vivía y
jugaba en el ashram del gran rishi. Poco a poco adquirió el poder que
utilizaría posteriormente con resultados devastadores.
“Tras algunos veranos, la educación
concluyó. Era la hora de dejar atrás le infancia y dedicarse a las ocupaciones
que les definirían de por vida. Drupada regresó a la corte del Rey Pishata, Los
chicos no se vieron por mucho tiempo. A medida que las lunas se elevaron y
cayeron sobre el Ganges, Bharadwja se hizo viejo. Sus poderes declinaban.
El Rey Pishata también sentía el peso de
los años y cedía el poder al joven Drupada quien ansiaba poner a prueba sus
capacidades. Drupada se dispuso a conquistar nuevas tierras como príncipe
heredero y halló que Bharadwaja le había enseñado bien. Con su habilidad
marcial conquistó muchos pequeños principados, haciendo crecer la magnitud del
reino de Panchala. El Rey Pishata estaba orgulloso ante la gloria del joven
príncipe.
Y así como el príncipe empezó a gobernar
Panchala, el joven Droṇa asumió el deber como maestro en la pequeña escuela en
las orillas del Ganges. Mantenía el ashram de su padre lo mejor que podía.
Bharadwaja estaba preparado para abandonar su cuerpo mortal y viajar hacia el
mundo eterno.
Un día el gran sabio llamó a su hijo y le
dijo, “Este es tu ashram, ahora, mi querido Droṇa. Cásate bien. Para que puedas
tener un hijo que continúe nuestro linaje. He hecho arreglos. He hablado con el
padre de cierta joven, Kṛpi. Ella será una esposa adecuada para ti. Su hermano
Kripa es un gran guerrero. Es un brahmán, pero entiende el arte de la guerra. Tal
vez pueda ayudarte. Mi tiempo ha concluido. Sigue el dharma tal como te lo he
enseñado. Es tu destino convertirte en un gran maestro y un gran guerrero. Ve a
Paraśurāma. Él podrá asistirte.”
Con esto, el gran sabio Bharadwaya había
pronunciado sus últimas palabras y abandonó este mundo para ir hacia los mundos
celestiales.
En el palacio de Panchala en las orillas
del río Ganges, el Rey Pishta también se había convertido en anciano. Llamó a
su hijo y le dijo al príncipe.
“Gobierna con justicia. Sé justo. Recuerda
las enseñanzas de Bharadwaja. Su hijo Droṇa es ahora ya mayor y puede ayudarte
en tus empresas. Tu amistad con él es importante. Los brahmanes y kṣatriyas han
de trabajar juntos. Ahora parto. Sigue las reglas del dharma, hijo mío.”
Pronto se realizaron los funerales del rey
y se coronó al nuevo rey de Panchala.
Fue así que el joven príncipe heredero,
Drupada se convirtió en rey. El Señor de Panchala y gobernó el reino del norte
a orillas del Ganges.
El Rey Drupada era ahora un hombre
orgulloso y arrogante; señor de muchos elefantes y caballos, armas y palacios
de mármol. Gobernaba el mundo desde su trono, y montaba su caballo a la cabeza
de grandes ejércitos, conquistaba territorio y reinos, quebraba la resistencia
de todo aquél que se atreviera a retarlo y expandía el reino de Panchala.
Mientras tanto el místico Bharadwaja
ascendió al cielo. El joven Droṇa con el corazón roto, continuó viviendo en la
ermita de su padre a orillas del Ganges en donde practicó austeridades y
penitencias y leyó los libros sagrados. Seguía los pasos de su padre,
practicaba meditaciones de Yoga bajo la higuera y ayunaba, contemplando la
verdad.”
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.