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Friday, June 12, 2015

Origenes

Orígenes

El Nacimiento de los Pāṇḍavas

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Yudhiṣthira contestó, “perdóname, madre querida, si te he hablado ásperamente. Tal vez el humo de la guerra ha nublado mi juicio. Pero lo que me has dicho sorprende a mi mente. Karna era mi hermano, engendrado en secreto por el propio dios del sol. ¿Y nosotros qué? ¿Qué secreto has guardado acerca de nuestro nacimiento? He escuchado  historias extrañas acerca de Arjuna. Algunos dicen que es hijo de Indra, ¿el dios del trueno? ¿Qué hay de nuestro origen?”
Kunti bajó los ojos. “Como me has obligado a divulgar secretos familiares, tendré ahora que contarte acerca de tus orígenes y del nacimiento y origen de tus hermanos, a quienes los guerreros llaman Pāṇḍavas. Pasó algún tiempo tras el nacimiento de Karna. Y como alcancé la edad de casarme, mi padre adoptivo Kuntibhoja hizo una gran ceremonia swayamvara. Como sabes, en esa ceremonia una muchacha puede escoger a su prometido de entre varios príncipes galantes quienes prueban su fuerza en las armas.

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Tu abuelo Bhiṣma invitó a ir a tu padre Paṇḍu. Tu padre era muy atractivo en aquellos días y tan pronto lo vi supe que era adecuado para mí. Cuando se llevó a cabo la competencia de armas él resultó vencedor. Le otorgué la guirnalda nupcial y lo escogí como mi esposo. Poco después se celebró la boda con gran oropel.
Ahora, Paṇḍu era un gran guerrero. Casi de inmediato tras asumir el trono, empezó a conquistar intensamente otros reinos y a someterlos al dominio del gran reino de los Kurus, Kurujangala. Así, creció la fama de Hastinapura. Ahora Bhishmadeva se preocupaba por asegurar la supervivencia de la dinastía de su padre. Sintió que el rey tendría una oportunidad de una sucesión saludable si tenía dos esposas. Y fue por ello que Bhishmadev buscó una segunda esposa para tu padre. Al poco tiempo de que nos casamos se prometió a una segunda esposa al gran Paṇḍu. Encontró a Madri, la hija del gran rey Madra como compañera adecuada. Tras negociar la unión con el rey de Madra, también se casaron.
Casado con grandes princesas y listo para gobernar el trono de todas las Indias, el poderoso Paṇḍu, tu padre, fue coronado rey de Hastinapura. Hubo una gran ceremonia de coronación y los príncipes de las provincias cercanas llegaron a rendir tributo al señor de Kurujangala. Hatinapura y del trono de todas las Indias, el gran Paṇḍu.
Después de la celebración, tu padre quiso retirarse al bosque para disfrutar del magnífico paisaje natural, a vivir una vida sencilla, y para cazar a los grandes tigres que rondaban a los elefantes.
Nuestra aventura en el bosque llevó a Paṇḍu hasta la gran maldición que ha traído la desgracia a nuestra familia.
En aquellos días los kṣatriyas podían cazar para ejercitarse en las labores de un gurrero. Ya que el dharma de un guerrero es pelear, han de practicar en ocasiones, tomando la vida de algún animal en cacería. Pero la pasión de tu padre por la cacería nos condujo a todos hacia el desastre.  Pronto nos lamentaríamos de que tu padre Paṇḍu haya sacado sus flechas en contra de algunos ciervos indefensos del bosque.
Nunca te he contado esto hijo mío, pero, debido a que me haz maldecido a contar secretos, ahora te describiré esta terrible maldición.
Sucedió que un día, mientras Paṇḍu cazaba se encontró a un ciervo con una cierva en el acto de apareamiento. El guerrero Paṇḍu, tu padre, sacó una flecha y la acomodó en el arco. Con un solo tiro mató al ciervo.

 Mientras el ciervo moría se transformó en un brahmán. La cierva herida, se trasformó en una mujer de la clase brahmán. Parece ser que estos dos brahmanes eran sabios místicos del bosque que recorrían la selva y vivían humildemente, meditaban y buscaban la verdad, se liberaban de su existencia material a través del yoga.


“Ella y su esposo habían tomado la forma de ciervo y cierva en el acto de apareamiento- a causa de su pudor, para que nadie pudiera verlos en el acto sexual. Mientras su esposo yacía agonizante, la cierva miró hacia el noble Paṇḍu, y lo maldijo diciendo: “Así como has matado a mi esposo en el acto sexual, así morirás cuando te aproximes a tu esposa en busca de un hijo. Así te maldigo. Tras decir esto, la mujer desapareció con sus poderes místicos.
Desconsolado a causa de la maldición, el padre de ustedes, el gran rey, llegó a nuestro campamento pálido y cubierto de ceniza. Cuando Madri y yo le preguntamos qué ocurría, nos contó las noticias de la terrible maldición de los brahmanes. Nosotras quienes teníamos tanto por qué celebrar, ahora teníamos el corazón roto.

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La Muerte del Rey
Kunti continuó, “La maldición colgó sobre sus cabezas como una nube oscura del monzón al principio de la época de lluvia. Con el paso del tiempo, Paṇḍu estaba decidido a tener hijos, puesto que el reino necesitaba un heredero. Pero todos temíamos a la maldición de la mujer del brahmán. Conocíamos el poder de la palabra de un brahmán: Paṇḍu enfrentaría la muerte en el momento de la concepción.”



Mientras Kunti hablaba, el amanecer se elevaba de nuevo en las planicies sagradas de Kuruksetra. El sol se elevó a través de la niebla.
“Madri y yo hicimos sacrificios y austeridades en cuevas sagradas cercanas a donde fluía el río. Pasamos mucho tiempo en el bosque, intentando purificarnos de todo pecado. Después de un tiempo, recordé el mantra que me diera Durvasa Muni. La memora del hijo del dios solar y la forma en que lo asenté en el río en una cunita de madera me pesaba en la mente. Todos estos secretos que mantuve cerca de mi pecho quemaban mi corazón.”
Kunti continuó, “Por último, un día me confesé a mi esposo, tu padre, el Señor Paṇḍu, toda la historia del mantra que me diera Durvasa; De cómo su encantamiento podía llamar a cualquier dios ante mi llamado para engendrar un niño. Y de cómo si él estaba decidido a continuar con la dinastía, podríamos confiar en el poder santo del mantra.”
“Vagamos a través de las higueras en el bosque oscuro, hicimos peregrinajes a diversos lugares sagrados. Lo que había sido planeado como un festejo romántico en el bosque se convirtió en un camino oscuro y peligroso lleno de austeridades. Al final, Paṇḍu tomó la decisión. Si era imposible para él engendrar un heredero de forma natural, tendría que acudir a poderes sobrenaturales para continuar con la dinastía. Era la única manera de evadir la maldición.”
Mientras Kunti hablaba, la niebla se ensombreció. Empezaron a formarse las nubes. Pronto llovería.
Al final, me ordenó utilizar el mantra para conseguir un heredero para el trono de todas las Indias, No teníamos otra opción.”
Kunti se volvió hacia su hijo y lo vio a los ojos y dijo: “Ahora que me has maldecido no tengo secretos ante ti, y has pedido a tu madre que te revele todas estas cosas confidenciales así que te hablaré de tu verdadero origen hijo mío.”
“A causa de las acciones erróneas de tu padre y de la ira de un brahmán, tu padre fue maldecido a morir en el acto de engendrar un hijo, así que, bajo su orden, de que no habría vergüenza en el asunto, del mismo modo en que llamé al dios del sol, usé el mantra para llamar al dios del dharma, la muerte misma, Yamaraja: y a través suyo fui bendecida con un hijo. Tú eres ese hijo. Eres siempre tan veraz y grave. Siempre ves el lado más profundo y oscuro de las cosas. Y esto se lo debes a tu origen como hijo de la muerte.”
Las nubes se espesaron. Un rayo cayó.
Kunti dijo, “Y fue entonces que mi querido Señor y Rey, mi hijo nació, el veraz Yudhiṣthira. Y sin embargo tu padre sintió que necesitarías la protección de un hermano, alguien cuyos fuertes brazos pudieran proteger tu reino en tiempos de guerra. Y así, una vez más tu padre me ordenó usar el mantra. Me dijo que llamara al poderoso dios del trueno. Así que llamé a un segundo dios, Indra, el dios del trueno, la lluvia y los rayos, el rey de los cielos. Y a través suyo obtuve a un hábil arquero, tu hermano Arjuna. Y quien creció para ser el mayor de entre todos los guerreros, experto en las armas, pero también sabio, al tomar consejo de su primo Kṛṣṇa.
La lluvia empezó a caer fuertemente. Las gotas golpearon el lienzo de la tienda de campaña.
Kunti dijo: “Tu padre de nuevo me ordenó tener un hijo. Una vez más utilicé el mantra para llamar al dios del viento, Vayu, Y del dios del viento Kunti tuvo a Bhima, el poderoso  portador del mazo, guerrero con cicatrices de batalla y devorador rapaz, hermano de Hanuman cuyos hechos podría haber superado.
Finalmente pensé que mi hermana en matrimonio, Madri, debería también de tener hijos. Le enseñé a Madri el mantra que usó para llamar a los Ashvini Kumars, los doctos gemelos de los dioses. Ella lo hizo, y los galantes gemelos, los eruditos y bien parecidos Nakula y Sahadevam, expertos en la espada, la equitación, y la poesía fueron su descendencia.”
La voz de Kunti se atragantó. “Paṇḍu trató de cumplir con las reglas de la renuncia. Llegó la primavera, el río plateado se desbordó de su curso. Los lotos florecían en los estanques cercanos al baño de gath. Las aves Kokil parloteaban en sus nidos en los árboles viejos de tamarindo y las flores brotaban por todas partes. Un día el sol del amanecer lanzó un reflejo en el agua fresca en la que Madri se bañaba, enjuagaba su cabello. Se sumergió tres veces en el agua, repetía el nombre del río mientras sentía sus aguas refrescantes. Y se puso de nuevo de pie, el sari se aferraba a su figura, alcanzaba a ver la figura de su esposo, un rey antes orgulloso, parado en la orilla. Paṇḍu se sobrecogió de pasión. Tomó a Madri en las sombrías arboledas cerca del bambú donde florean las flores de la mañana.
No pudo resistirse más tiempo, Mientras sus dos cuerpos se movieron como uno solo, y él se sobrecogía en olas de deseo, se sintió abrumado con un intenso dolor en el corazón.
Madri se apartó de él y conmocionada miró su rostro pálido”.
Kunti ya no podía continuar. Salió. Una lágrima cayó y se mezcló con la lluvia ligera que ahora empezaba a caer. “El gran rey Paṇḍu estaba paralizado por la maldición de la mujer brahmán. Tras cumplir con su objetivo de asegurar la dinastía, tu padre abandonó este mundo y se fue al próximo. Dios tenga piedad de su alma.”



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